5
Ahí estaba Oliver, frente a una chica que derramaba cientos de lágrimas y tenía ambas manos en su boca.
— Felicity, mi cielo. Mi sostén en este mundo, me enseñaste lo hermoso de la vida y eso eres tú. Espere ocho años para hacer esto, porque tenía miedo de perderte. Pero ahora, que nuestra vida está estable, quiero hacerlo. Quiero y deseo que seas mi esposa ¿Aceptas? — conmovió el castaño, arrodillado en la sala, rodeado de velas y una comida romántica celebrando su aniversario.
— Creí que nunca me lo pedirías, Te amo. — sonríe entre lágrimas de emoción, abrazando a Oliver y llenándolo de besos.
— Tomaré eso como un si — sonrió, prosiguiendo a besarla cariñosamente, demostrándole todo el amor que le tenía durante tantos años y por los que vendrán.
— ¿Luke cuando vuelve? — pregunta Felicity.
— Está en lo de John, se quedará hasta mañana — sonríe.
— En ese caso.. Haceme tuya, mi amor — carcajea la chica, besando apasionadamente a su futuro esposo.
Mientras tanto en la casa de Diggle, el pequeño Luke y John Jr se divertían en la sala del mismo, con sus figuras de acción y mucha imaginación.
— Te derrotaré, Luke — advertía el chico.
— No si yo lo hago antes — sonrió maliciosamente el hijo de Flecha. — Solo debo dejar que presentes a tu mayor luchador. — pensó en sus adentros.
— Jamás lo presentaré — anuncio sin mirarlo, los ojos de Luke se abrieron de par en par.
— ¿Cómo es que...?— dejó la pregunta en el aire, estaba asustado, necesitaba ayuda. — ¡Tío John! — llamó preocupado.
— ¿Qué ocurre, Luke? — acudió el morocho.
— Llama a la Tía Cait, algo pasa conmigo — lloriqueaba el chico, una cosa era agudizar su oído, pero otra era que escucharan sus pensamientos.
Unas horas después, la castaña tocaba la puerta de la casa de Diggle, estaban todos igual de preocupados. El pequeño no había dicho ni una sola palabra, y no iba a hacer hasta que Caitlin llegará.
—¿Seguro que no quieres que llamemos a tus padres? — Pregunto Lyla que se encontraba junto a su hijo.
— Muy seguro —contestó, mientras John se dirigía a la puerta.
— Aquí estoy ¿Qué ocurre? — hablo la castaña.
— Tía Cait — se aproximó Luke — Está pasando algo raro conmigo — anuncio.
— ¿Qué tipo de cosas raras? — se adentro la chica, sentándose en el sillón más próximo.
— John Jr. Pudo escuchar lo que pienso ¿Eso puede pasar? — pregunta preocupado, a todos siempre les sorprendía la madurez que este pequeño de nueve años tenía, pero viniendo de quienes lo criaron, era de esperarse.
— ¿Tienes algún síntoma más? — esta vez fue John el que hablo.
— Puedo escuchar lo que mamá y papá hablan desde el piso de abajo — susurro, estaba avergonzado por lo que ocurría.
— Tranquilo, Luke. Todo estará bien. Pero tenemos que llamar a tus padres ¿de acuerdo? — hablo tiernamente la castaña, que apenas Luke asintió, agarro su móvil.
El silencio invadía la casa Queen, Oliver y Felicity estaban abrazados en su dormitorio, las sábanas era lo único que cubría sus cuerpos desnudos, sin dudarlo uno de los mejores aniversarios que pudieron tener.
— Oliver, cariño. Tu celular está sonando — aviso la chica dándoselo.
— Hola — atendió con sus voz ronca — Iremos de inmediato — se levantó de su cama con rapidez.
— ¿Qué ocurre? — se asusto la rubia.
— Es Luke — solo eso tuvo que decir, para que su futura esposa saltará de la cama.
No pasó más de una hora, que ya la pareja estaba tocando la puerta. La preocupación crecía a flor de piel, pensando en las miles de cosas que pudiera estar experimentando.
— Mi bebé — se dirigió Felicity de inmediato, mirándolo de arriba a abajo.
— Él esta bien, pero está pasando lo que tenía que pasar— les explicó Caitlin — Hasta ahora solo presentó dos — informó
— ¿Son..? — se giro Flecha para verla a los ojos.
— Inofensivos — contestó, haciendo que la pareja soltara un suspiro de alivio. — Deben de decirle, chicos.
— Luke, mi niño... — comenzó a hablar Felicity, que tenía ambas manos en las mejillas del pequeño — Hace ocho años atrás, ocurrió algo horrible aquí en Star City, unos hombres comenzaron a atacar sin razón a la gente... — sus lágrimas detuvieron el relato.
— Yo fui a ayudar apenas me enteré. Hijo, yo soy Flecha verde — explicó calmado, Luke se sorprendió notoriamente — Cuando llegue, los detuve como pude. Ya no le harían daño a nadie. Me dirigía a mi motocicleta, pero algo me detuvo. Eras tú, un pequeño bebé estaba sonriéndome. Te traje conmigo, no podía dejarte allí.
— Hablamos con Tía Laurel, para que encontrara a tu familia. No fue así, estabas sólito. Y tu mama, ella... Falleció ese día. Te adoptamos, mi amor — confesó ella, Luke era consciente de que ellos no eran sus verdaderos padres, pero no sabía su historia real. — Flash vino a nosotros un día, diciéndonos que en Central City, buscaban a tu mamá, ella era meta-humana, como Flash. Tu también tienes poderes, mi cielo — concluyó la rubia, abrazando fuertemente al pequeño, que ya tenía lágrimas en sus ojos. Era mucha información que procesar.
— ¿Soy como Flash? — sonrió un poco el pequeño, intentando aligerar el ambiente.
— Tienes poderes diferentes, pero si. Eres como él — contestó su padre. El resto miraba con ternura a Luke, estaba tomando las cosas mejor de lo que esperaban.
— Mami. ¡Soy como Flash! — sonrió feliz. — Gracias por llevarme contigo ese día, papá — Miro a Oliver, cautivandolo con sus hermosos ojos, como el primer día que lo vio.
Al concluir el momento, Luke le decía a todos ahí, que él era como Flash. Mientras que Caitlin lo analizaba viendo si tenía algún poder significativo.
— Luke. Cierra tus ojos — pide la castaña, a lo que él hace lo que dice.
— ¡Wow! Puedo ver a John Jr. durmiendo en la habitación — se maravillaba él.
— Cait ¿Cómo supiste..? — se sorprendió Oliver.
— Registros de los poderes más comunes — levanto sus hombros.
— ¿Cómo esta Barry? — Pregunto la rubia.
— Como siempre, sobreprotector. — sonrió mientras acarició su barriga de cinco meses, sintiendo las pequeñas patadas de su bebé. — Quería venir, pero me negué. Hoy volvía Iris de su luna de miel, no iba a permitir que se perdiera de su bienvenida. — informaba a la par de que anotaba algo en su libreta.
— Está tan grande. ¿Eso es normal? — consultaba Flecha verde, señalando la barriga de Caitlin, haciendo que ambas chicas comenzarán a reír.
— Y crecerá más — informó la castaña. — Luke, prueba si puedes agudizar alguno de tus otros sentidos — ordenó sutilmente la chica.
Luke intentó inhalar fuertemente, y así fue como pudo sentir el postre de fresas que había en la heladera, sintiendo antojó por comerlo.
— Fresas — pronunció, haciendo sonreír a todos.
— Así que Olfato, vista y oído — repasó Felicity. — Sin mencionar lo de los pensamientos. Todo un meta-humano — sonrió.
El chico seguía oliendo las diferentes cosas que había en el lugar, sin siquiera moverse. De pronto un poco de polvo interfirió en su acto haciendo que un gran estornudo saliera de él.
— Salu.. ¡Wow! — todos los presentes miraron al pequeño.
— ¿Qué? ¿Qué tengo? – se miraba de arriba a abajo.
— Alas — pronuncio su madre, haciendo que mirara su espalda y efectivamente.. Tenía unas perfectas alas blancas.
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