★ 彡 41: Gran y muy significativo avance
HoSeok
La navidad había llegado sin darme cuenta y cuando menos lo pensé, ya me veía acabando otro ciclo más en la universidad y acostumbrándome a la presencia de mi hija en mi vida cotidiana. SeolHyun había aprendido muchas cosas en estos últimos meses del año, ya hasta avisaba cada vez que iba al baño y eso realmente era un avance del cual estaba orgulloso. Mis padres habían sido los más felices cuando le enseñamos a mi hija a ir a la bacinica y no precisamente porque íbamos a dejar de comprar pañales, sino porque aquello significa un gran avance en su crecimiento físico y personal.
Las calles se habían pintado de un bonito color blanco y las luces navideñas que decoraban algunos postes de luz y parques le daban vida a la ciudad por las noches. Todo era muy lindo, no solo para mí, también para SeolHyun, quien siempre gritaba "nieve" cada vez que salíamos en mis tiempos libres. Ella era una niña muy lista y carismática, y lo mejor era que estaba creciendo acompañada de mi familia y la de TaeHyung.
— Eso es todo por hoy, chicos. — la voz de SunMi me regresó a la realidad y también me detuvo de la última tarea que me habían encargado realizar: limpiar las mesas. — Me alegra haber compartido este día con ustedes y que como siempre, hayan dado todo de sí en una fecha tan importante.
Todos nos acercamos y al haber terminado de formar un círculo, ella nos sonrió y extendió unos sobres.
— ¡Feliz navidad! — gritó en cuanto tomamos un sobre cada uno de nosotros. Mis compañeros y yo nos miramos, sin entender muy bien a qué se debía el buen humor de nuestra jefe, especialmente en este día, que fue tan ajetreado y cansado.
Uno a uno comenzamos a abrir los sobres y en cuanto fue mi turno abrí mis ojos en par y me quedé sorprendido por largos minutos. Dentro del sobre había un monto de dinero que podría ser comparado con nuestro sueldo.
— Sé que este año ha sido muy largo, especialmente conmigo como jefa, pero todo esfuerzo tiene su recompensa y este es el suyo, además de una cena grupal que yo pienso pagar. — apenas SunMi mencionó lo último, con la alegría que no mostró en este día, todos mis compañeros gritaron eufóricos y sonrieron, comenzando a proponer o buscar en sus celulares buenos lugares para pasar una bonita velada en vísperas de Navidad y aunque la idea sonaba muy tentadora, sabía que mi jefa ya estaba al tanto de que me iba a negar a ir con ellos. Y así fue, pues apenas crucé miradas con SunMi, esta me sonrió y asintió con la cabeza, dándome a entender que me entregaba el permiso de retirarme.
— Gracias. — susurré lo más bajo posible y sin llamar mucho la atención dejé el paño con el que estaba limpiando la mesa hace unos minutos y me retiré de ese pequeño círculo de personas emocionadas.
Me cambié de ropa lo más rápido posible y con una emoción propia de un niño, pues sabía que si SunMi me había permitido retirarme un poco más temprano era para aprovecharlo al máximo con SeolHyun. Al salir de mi trabajo quise correr hasta la parada de autobuses, pero preferí disfrutar del paisaje nocturno y caminar con lentitud, observando en el proceso a todos esos padres que no habían podido comprar los regalos hasta último momento a o a esos adolescentes que parecían disfrutar tomándose fotos con las decoraciones navideñas de las calles. Este era un buen ambiente y una de las mejores épocas del año, y no lo había entendido hasta que vi el brillo en los ojos de mi pequeña, quien emocionada veía todo a su alrededor como si fuera algo nuevo -y lo era para ella- cada vez que íbamos a un centro comercial o salíamos en familia.
Al llegar a casa la primera personita en recibirme fue SeolHyun, quien traía consigo una felicidad envidiable y un vestido muy bonito que JiWoo le había comprado para este día en especial. Mi hija había aprendido a recibirme cada vez que llegaba, lo hacía con una sonrisa en su rostro y con la emoción que jamás había visto en alguien más; ella se abrazó a mi pierna derecha apenas terminé de quitarme los zapatos y con su vocecita aguda gritó un sonoro "papi, galleta, galleta". No dudé en cargarla y caminar hacia la cocina, en donde estaba seguro se encontraba mi madre horneando galletas y preparando todo para la cena navideña.
— ¡Ya llegamos! — grité apenas abrí la puerta, aunque no logré sorprender a mi madre, pues esta sabía que cada vez que SeolHyun salía huyendo de un lugar era para recibirme.
— ¿Cómo estuvo el trabajo, cariño? — me preguntó mientras secaba sus manos con uno de los paños de cocina.
— Fue un buen día, pero estoy muy cansado. — confesé, mientras SeolHyun se encargaba de jugar con mi chaqueta. Mamá me sonrió y entonces extendió sus brazos, pidiéndome con ese simple gesto que le entregara a mi hija y me vaya a dar una ducha. La conocía muy bien. — Ve con la abuela, mi amor. — le pedí a mi pequeña, quien hizo un puchero y frunció su ceño, aferrándose a mi cuello y gritando un "no" como respuesta.
— Te daré galletas, SeolHyunnie. — le ofreció y solo bastó eso para que SeolHyun se lanzara a los brazos de mi madre. Reí y acaricié la cabeza de mi hija antes de dar media vuelta. — Apresúrate, que tu hermana llegará dentro de unos minutos junto a tu padre.
— Prometo no tardar mucho. — le dediqué una última sonrisa a mi hija y finalmente salí de la cocina rumbo a mi habitación. Al entrar lo primero que encontré fueron los juguetes de mi hija por todo el suelo. Rodeé los ojos y me puse a ordenarlos, pues a pesar de haberle enseñado a SeolHyun a recoger su desorden esta aún no aprendía o no quería hacerlo.
Me tomé mi tiempo para ordenar mi habitación, aunque para este momento más parecía ser la alcoba de mi hija y no mía; la mayoría de cosas le pertenecían a ella, incluso mi armario se había convertido en el suyo, pues hace unas semanas tuve que hacer un espacio para colocar sus prendas. Una vez que pude ver el piso de mi habitación me dirigí hacia el cuarto de baño, esperando que este no estuviera desordenado y para mi buena suerte no lo estaba, por lo que con algo más de tranquilidad entré a la ducha. Traté de tomarme mi tiempo, pues sabía que una vez que terminara con mi aseo personal, tendría que encargarme de mi hija durante toda la noche y tratar con una niña de casi dos años no era nada fácil, menos si mi madre le había dado galletas y uno que otro dulce.
Para cuando terminé de alistarme y colocarme esa "tonta" polera navideña que JiWoo había ordenado hace un mes atrás para nuestra familia recibí la tan esperada llamada de TaeHyung. Él seguía llevando sus terapias, ahora lo hacía con menos frecuencia, pues el doctor nos había informado de una gran mejoría y un control que anteriormente el otro padre de mi hija no tenía, pero del que ahora gozaba. Hablábamos muy seguido o tratábamos de hacerlo por el bien de nuestra hija o de él, pues hace poco lo acompañé a una de sus terapias y el doctor me felicitó por el gran avance de TaeHyung, y claro que a él también. Fue un gran día.
— Sí, SeolHyun, ya está lista. — le aclaré apenas escuché su voz y eso se debía a que básicamente TaeHyung había estado mandándome muchos mensajes a lo largo del día, mensajes en los cuales aclaraba que alistara a a nuestra hija para la noche buena.
Escuché un suspiro lleno de alivio al otro lado de la línea y sonreí, totalmente tentado a decirle que confiara un poco más en mí. Sin embargo, no tuve el tiempo de hacerlo, pues apenas escuché un "estaremos ahí dentro de veinte minutos" antes de que la llamada terminara. Sí, puede que TaeHyung y yo hayamos mejorado nuestra relación de padres, pero solo lo hacíamos por SeolHyun y nadie más que ella, pues estaba seguro de que sin mi pequeña, él y yo no tendríamos ningún tipo de contacto, no solo por su parte, también por la mía.
Apenas bajé las escaleras, SeolHyun volvió a recibirme, esta vez con una galleta en su boca y otra en su mano derecha. Ella me sonreía, mientras la comisura de sus labios estaba llena de chispas de chocolate. Le sonreí por igual y pasé a cargarla, SeolHyun se dejó hacer y se apoyó en mi pecho apenas la tuve en mis brazos.
— Mamá, ¿Cuántas galletas va comiendo en este día? — pregunté apenas ingresé a la sala de estar, donde se encontraba mi madre arreglando el centro de la pequeña mesa del lugar.
— Estas serán las últimas, cariño. — trató de restarle importancia, pero sabía que no sería así, por lo que sin dudarlo le arrebaté la galleta que tenía en su pequeña manito. SeolHyun me miró con el ceño fruncido y aún chupando la galleta que tenía en su boca extendió su brazo, tratando de quitarme la galleta de la mano. Se lo negué.
— No, SeolHyun. Ya han sido demasiadas galletas por el día. — traté de sonar autoritario, aunque eso no funcionaba, pues SeolHyun siempre se salía con la suya.
— ¡Dame! ¡Dame, papi! — gritó poco después de sacar la galleta que tenía en su boca, comenzando a hacer un berrinche.
— No, cariño. Después de la cena tendrás más dulces, pero por el momento...
— ¡Dame, papi! ¡Dámelo! — siguió gritando, esta vez con lágrimas en los ojos.
— No, hija y no-
— ¿Quién ha hecho llorar a mi nieta? — y la llegada de mi padre interrumpió cualquiera intento de regaño. — Los gritos se escuchan hasta afuera. — y ahí íbamos de nuevo con la exageración.
Papá ni siquiera me miró al momento de tomar a su nieta entre sus brazos, prácticamente arrebatármela, y comenzar a hablarle como si aún fuera una bebé y no una niña de casi dos años. Rodeé los ojos y lo dejé ser, pues sabía que no tenía voz ni voto en este momento. Poco después vi llegar a mi hermana con muchas bolsas en mano, que podía identificar como regalos para SeolHyun, pues todos tenían envolturas animadas.
— Los centros comerciales están abarrotados de gente. — comenzó a contar mi hermana, mientras dejaba todo en el sofá. — Tuve que pelear con una anciana que quería llevarse uno de los últimos regalos que tenía para SeolHyun. Fue algo difícil, pero finalmente logré empujarla y salir corriendo. — dijo con mucho orgullo, aunque aquello no me pareciera un acto heroíco. Sabía que las fiestas no solo significan alegría y paz, también mucho desorden y locura.
[★ 彡]
No pasó más de quince minutos para tener a la familia Kim en mi casa. El primero en empujarme para ir corriendo hacia mi hija fue el señor Kim, luego lo siguió la señora Kim, quien me dedicó una sonrisa y me entregó todos los regalos de SeolHyun antes de pasar, y finalmente me encontré a TaeHyung, quien solo me sonrió y me entregó otros regalos más. Sin embargo, él se ofreció a ayudarme a llevarlo hacia el árbol navideño. Sabía que aún no estaba tan listo para cargar o abrazar a nuestra hija, aún lo perseguía el remordimiento de lo que pudo ser, por lo que prefería mantenerse al margen y solamente sonreírle a nuestra hija cada vez que venía a visitarla.
— Tu madre se esforzó este año. — me dijo mientras íbamos ordenando los regalos debajo del árbol. — La decoración está preciosa.
Asentí, sin saber muy bien qué decir, pues aunque las conversaciones eran más frecuentes, la fluidez no siempre era buena.
— Se debe a SeolHyun, este año ella va a poder disfrutar de la Navidad y mi familia decidió darle uno de los mejores recuerdos. — le expliqué, aunque estaba más concentrado en arreglar todos los regalos.
TaeHyung asintió o creo que lo hizo, pues no volvió a hablar. Se quedó callado hasta que finalmente terminé de arreglar los regalos y me coloqué de pie.
La noche no fue tan pesada como creí que lo sería, los señores Kim se comportaron muy bien con mi familia, incluso parece que disfrutaron la cena y la velada después de esta, en la cual se atrevieron a conversar y bromear entre ellos. Me alegró verlos socializar de esa manera, pero sobre todo, me alegró ver a SeolHyun dormida entre los brazos de TaeHyung y a este último menos incómodo de lo que antes se veía, incluso le estaba acariciando la cabecita y sonriendo al hacerlo. Él realmente estaba mejorando.
Una vez que la medianoche llegó, todos nos saludamos y en cuanto fue mi turno de saludar a TaeHyung, quien aún tenía a SeolHyun en brazos, solo sonreí y le di algunas palmadas en la espalda. No quería invadir su espacio personal y tampoco despertar a mi hija, aunque esta lo hizo poco tiempo después y pidió abrir sus regalos, algo que no se le fue negado, pues sus abuelos estaban felices de verla sonreír y consentir a la niña de sus ojos.
Fue un gran velada, mi hija estaba feliz y TaeHyung se veía muy bien estando alrededor de ella, lo cual era un gran y muy significativo avance, por lo que sin dudarlo pensé en que esta fue una de las mejores navidades.
Holu bebus •3•
I know, I know, he tardado demasiado y lo siento desde lo más profundo de mi corazón :( pd: no estoy muerta, como muchas pensaban, aunque sí que estuve cerca de estarlo (mal de salud, no tanto, pero soy una exagerada xd). Ahora que estoy un poquito mejor de la vista prometo tratar de traerles más capítulos y contenido.
Por otro lado, este es el penúltimo capítulo, SÍ, como lo leen, EL PENÚLTIMO CAPÍTULO. Tenía este capítulo hecho en mi mente desde que subí el anterior, pero como les dije, me encontraba mal de salud, así que decidí aplazarlo y aplazarlo, hasta que la flojera me ganó :( perdón por eso. Volviendo al tema, como es el penúltimo capítulo, trataré de subir en estos días, tal vez el martes, TAL VEZ, el último capítulo y luego el epílogo. Esperen por mí ♥
Solo me queda decirles que lamento mucho la demora (nuevamente) que esperen por mí y que gracias por siempre confiar en esta mujer loca y floja. Lxs ama muchito Dhayanavhope uwu
Ah, sí, me olvidaba, bebus, para ubicarnos en una línea de tiempo, ya están cerca a fin de año (obvio que ya se dieron cuenta) por lo que han pasado unos meses desde que TaeHyung comenzó a llevar terapia y obviamente ha demostrado un gran avance, el cual Hoseok se alegra en decir. También les aviso que posiblemente el final se ubique tiempo después, muuucho tiempo después.
¿Qué esperan para el final? ¿Una buena relación de padres entre Hoseok y TaeHyung? ¿Una reconciliación? ¿Qué pasará con las parejas secundarias? Ni yo lo sé xd. Dejen sus comentarios y expectativas aquí.
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