★ 彡 27: Casi adultos
HoSeok
- Otra noche más en donde vengan esos chicos y juro que perderé la cordura. - dije más que molesto, mientras me quitaba los zapatos de vestir y el uniforme del trabajo. SunMi solo se mantenía con una enorme sonrisa en el rostro, pues le parecía muy chistosa mi queja.
- Solo son unos adolescentes, HoSeok. - me dijo después que terminé de colocarme mi chaqueta y mis zapatillas.
- Yo pensé eso cuando los atendí la primera vez, pero esta es la octava vez que vienen y solo lo hacen para burlarse de mí. - fruncí mi entrecejo, no estaba para nada feliz y quería que SunMi lo entendiera.
Desde hace algunas semanas atrás un grupo de adolescentes venía al restaurante, la primera vez que los atendí fueron muy amables conmigo, al igual que yo con ellos, pues ese era mi trabajo. Después de unos días volvieron a venir, también los atendí, pero en esa ocasión comenzaron a reírse por lo bajo mientras les pedía la orden. No los entendí, hasta que me acerqué a recoger sus platos, mientras ellos iban saliendo, y uno de ellos me dijo "jirafa" no era un insulto muy elaborado, ni tampoco muy ofensivo, por lo que lo dejé pasar, pero las siguientes veces que se presentaron en el restaurante continuaron demostrando su falta de respeto hacia mí, incluso lo hacían desde que entraban, hasta que se iban. Lo supe tolerar, pero hoy ya no pude más y demostré mi enfado, aunque poco les importó a esos pubertos de quizá, diecisiete o dieciocho años. No lo sé y no me importaba, a decir verdad.
- HoSeok, esto es algo con lo que tienes que lidiar al atender a personas, no digo que debas acostumbrarte a su maltrato, solo que debes ignorarlos. Todos somos estúpidos a esa edad. - me dijo, tratando de tranquilizarme, aunque no me sentía para nada tranquilo.
Solté un suspiro y finalmente asentí, despidiéndome poco después de mi jefa para salir del restaurante. Caminé hacia la parada de autobuses, una vez que estuve afuera y traté de abrigarme lo más que pude, pues el clima no era el mejor, menos en la noche.
Dentro del autobús me puse mis audífonos y aunque mis ojos se querían cerrar, no podía permitírmelo, pues iba hacia la casa de TaeHyung, quería ver a mi hija, por lo que aún no podía dormirme, menos en un transporte público.
Estuve muy tentado a cerrar los ojos durante todo el trayecto, especialmente porque algunas de las canciones que escuchaba eran muy relajantes o tal vez, porque mi cabeza pensaba que sí lo eran.
- Por fin... - me dije una vez que estuve cerca a la parada de TaeHyung. Me coloqué de pie y bajé por la puerta posterior del transporte una vez que se detuvo.
Caminé con tranquilidad, a pesar de que tenía muchas tareas que realizar al regresar a casa y que posiblemente hoy tampoco dormiría. Las ojeras cada vez eran más violáceas y las bolsas debajo de mis ojos se notaban cada vez más, por lo que me dijo una compañera en mi aula, incluso había algunos profesores que me preguntaban si es que dormía bien, mientras que otros me decían en privado que me darían algunos días más para entregar las tareas, pues me veía muy cansado y hasta estresado, y la verdad lo estaba, pero no podía permitirme caer, pues si caía, ¿Quién sostendría a mi familia?
Toqué el timbre una vez que estuve delante de la casa Kim y esperé unos segundos antes de que la puerta sea abierta y me encontrara con la señora Kim cargando a mi hija. Fruncí mi ceño de inmediato, pero de igual manera entré, pues la madre de TaeHyung me sonrió y se hizo a un lado.
- ¿Dónde está, TaeHyung? - pregunté en un tono de voz bajo, pues SeolHyun se veía tan tranquila mientras dormía que lo que menos quería era molestar su sueño.
- Sus exámenes finales están cerca... - me comenzó a explicar. - y me comentó que le habían dejado más tareas además de los cursos a cargo, así que me pidió que me encargara de la bebé toda esta semana.
Asentí, tratando de comprender a mi novio y de paso, recordando que mis exámenes finales también estaban cerca y que tenía que juntarme con el grupo que se me fue asignado para crear la coreografía que el profesor de Danza creativa nos había dejado como examen final. Tenía muchas cosas en la cabeza, pero sabía que al visitar a TaeHyung tenía que dejarlas de lado, pues mi hija, de ya un año con un mes, merecía que pusiera toda mi atención en ella.
- SeolHyun apenas se acaba de dormir hace unos minutos. - me comentó, mientras íbamos caminando hacia la sala de estar, en donde se hallaba el corral de mi hija y en donde comenzó a dormir apenas cumplió ocho meses.
Era increíble la forma en la que pasaba el tiempo, pues en mi mente mi hija seguía siendo una recién nacida y no una niña que ya había cumplido un año hace un mes atrás. Los meses habían pasado volando, entre el trabajo y las tareas, prácticamente me había perdido, no solo el crecimiento de mi hija, también muchos de sus momentos, pues ahora no solo quería caminar, también empezar a correr. Sí, SeolHyun ahora no solo sonreía cada vez que me veía llegar, también quería correr hacia mi brazos, claro cuando estaba despierta, no como ahora, que está muy metida en el mundo de los sueños. Había perdido mucho de mi hija, como mencioné, pero ser padre joven no es nada fácil, menos cuando estás recién en el tercer año de tu carrera y tienes una nena de un año.
- ¿No quieres subir a ver a Taehyung? - me preguntó la señora Kim, sacándome de mis pensamientos. Le sonreí y negué, mientras veía a mi hija dormir. A veces tan solo verla me hacía el padre más feliz del mundo. - ¿Y no quieres un café o algún vaso de leche?
- Un café estaría bien. - le sonreí por igual a la madre de mi novio y esta me devolvió el gesto, para luego dar media vuelta y caminar hacia la cocina, mientras yo me encargaba de cuidar de mi hija.
Después de unos minutos me coloqué de pie y caminé hacia su corral, viéndola ahora desde arriba.
- Eres tan linda. - susurré, arrodillándome para estar a su altura y poder acariciar su mejilla. Su cabello estaba creciendo y ahora le llegaba hasta sus hombros, por lo que la señora Kim de encargaba de hacerle una media coleta. - No sabes cuánto te extraño, hija. - le confesé, acariciando esta vez su cabecita.
Muchas veces, durante mis clases, realmente la extrañaba y demasiado, pues ella era el principal motivo por el cual me quedaba despierto en la madrugada para terminar mis tareas e incluso, ella fue mi primer motivo para trabajar. TaeHyung también lo era, pero cuando vi a mi hija supe que ahora tenía una y más razones para salir adelante y demostrarle a esta pequeña de casi un año que su padre es capaz de muchas cosas por verla feliz.
- ¡Oh, estás aquí! - la voz de TaeHyung me sorprendió, pero más lo hizo su presencia, pues en estos últimos meses había visto como desplazaba sus horas con SeolHyun para estar con su laptop o libros de medicina. Me coloqué de pie y solo lo saludé de lejos, mientras veía como se iba acercando entre bostezos. - No pensé que vendrías. - me dijo sin siquiera mirarme, solo le dirigió la mirada a nuestra hija. - qué bueno que se quedó dormida, porque no tenía las fuerzas ni ganas para hacerla dormir por mi propia cuenta.
Aunque no quise hacerlo, una mueca de molestia se instaló en mi rostro, pues me había percatado de que en estos últimos meses TaeHyung se había comportado de una forma muy poco agradable y lo peor de todo es que nadie le hacía ver qué estaba dejando a un lado a nuestra hija por estudiar y solo estudiar, ni siquiera yo, pues sabía que tendríamos una seria discusión, como hacia una semana atrás, cuando le insinué que se había olvidado de cambiarle el pañal e incluso, de bañar a SeolHyun. No quería más problemas, por lo que preferí quedarme callado ese día, al igual que ahora, mientras lo veo cargar a nuestra hija con mucho cuidado.
- Aquí tienes tú café, querido. - la voz de la señora Kim nos saca de nuestro momento incómodo. - Oh, cariño, ya estás aquí. - le dice, con clara sorpresa, a TaeHyung, quien solo sonríe.
- Gracias por cuidarla, mamá, pero ya me iré a dormir y me llevaré a SeolHyun. - le contesta mi novio. Ella asiente, viéndome ahora.
- Si es así, ya me iré. - digo, dirigiéndome a la madre de Tae, pues aunque no queriamos aceptarlo, aún seguíamos algo enojados con la última discusión que tuvimos sobre la niña.
- Adiós. - me dice TaeHyung, dándose media vuelta para caminar hacia las escaleras. Ni siquiera me mira, solo sube las escaleras y desaparece, dejándome como un idiota.
- Entiendelo. - me dice la señora Kim y aunque quiero decirle que estoy cansado de entenderlo y de que todos entendamos que está estresado, cuando yo también lo estoy y no hago lo que él hace, termino asintiendo y despidiéndome de la madre de Tae, no sin antes dejarle la cantidad de dinero que SeolHyun necesitaba para los pañales, pañitos húmedos, papillas e incluso, algunas prendas, pues mi hija estaba creciendo de manera rápida.
Al llegar a casa encuentro las luces apagadas y a mis padres y hermana durmiendo, y aunque realmente quiero hacer lo mismo que ellos; dormir, no puedo. Apenas entro a mi habitación me dirijo hacia mi escritorio, en donde enciendo la lámpara que se ubicaba encima de este y comienzo a avanzar las tareas pendientes. Estaba cansado, los ojos me pesaban, tenía problemas con mi novio, con algunos compañeros que no querían trabajar conmigo por x razones e incluso, con esos mocosos del restaurante, además de las tareas acumuladas, pero aún así me quedé despierto hasta las seis de la mañana, momento en el que cerré mi laptop y me acosté en mi cama, para poco después escuchar mi despertador.
Iba a ser otro día agotador, realmente lo sería, pero no podía hacer nada, porque tanto TaeHyung como yo habíamos decidido asumir nuestra responsabilidad de padres y teníamos que enfrentarlos como lo que éramos: casi adultos.
¿Alguien ya se está dando cuenta que HoSeok se está cansando de TaeHyung? ¿Creen que está haciendo bien al estar molesto con TaeHyung?
Para este momento, se encuentran en el mes de junio, casi llegando a julio, por lo que los exámenes finales están cercas. En agosto, a comienzos, empiezan sus vacaciones de medio año y en setiembre regresan a clases, solo para aclarar.
Todo está yendo rápido y la verdad tiene que se así, ya que lo que menos quiero es meter relleno.
Por cierto, así como HoSeok se enoja con TaeHyung y tiene razones para hacerlo, TaeHyung también tiene derecho a enojarse con HoSeok, pues es bien fácil visitar a una niña por las noches o los fines de semana. Lo que trago de decir es que ambos tienen sus puntos débiles, pero como pareja tienen que solucionarlo, algo que claramente no quieren hacer.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top