★ 彡 18: Gran trabajo
Taehyung
- Solo dos semanas más, solo dos semanas más. - repetía mentalmente mientras le iba colocando el pañal a SeolHyun, quien miraba todo a su alrededor sin saber lo que estaba ocurriendo. - Eres tan bella, mi amor. - susurré, mientras terminaba de colocarle las demás prendas que cubrirían su desnudez.
Una vez que estuvo completamente vestida y bien abrigada la cargué, no sin antes subir mi camiseta, llevándola directamente a mi pecho, pues solo había bastado menos de un mes para saber que a SeolHyun le gustaba comer después de cada baño. Apenas comenzó a succionar me aferré a las sábanas de mi cama, ya no con tanta fuerza, pues aunque alimentar a mi hija me seguía causando dolor, ahora mismo podía tolerarlo, solo por ella. El doctor había dicho en nuestra última cita que SeolHyun estaba en su peso ideal, además de haberme felicitado por el gran trabajo que estaba haciendo, algo que no siquiera mis padres reconocieron, mucho menos HoSeok. Me sentí muy feliz cuando lo escuché, por lo que ahora trataba de alimentar más seguido a mi hija.
Después de casi media hora se quedó dormida, aún con mi pezón en su boquita, por lo que me levanté con mucho cuidado y solo al estar frente a su cuna, la alejé con lentitud y me bajé nuevamente la camiseta. Tuve que tener mucho cuidado al depositarla dentro de su cuna, pues sabía que ante el más mínimo ruido ella se levantaba. Cuando estuvo profundamente dormida y sin amenaza alguna de que se levantara dentro de unos minutos, decidí encender el móvil de la cuna y comenzar a recoger algunos juguetes que se encontraban tirados por toda la habitación. Tenía planeado acomodar mi alcoba lo que restaba de la tarde, pero la canción de cuna que reproducía aquel móvil me lo impidió, pues apenas me acosté un momento en mi cama, con la excusa de que descansaría un poco, antes de caer profundamente dormido.
Las noches en vela ya eran muy seguidas, prácticamente me había acostumbrado a despertarme a cierta hora en la madrugada para alimentar a una ya despierta SeolHyun y cambiarla de pañal. Claro que no me gustaba hacerlo, levantarme por intervalos durante la noche, sin embargo al ver los ojitos de SeolHyun, los cuales me miraban con admiración... con amor, me decía que podía aguantar un poco más por ella y que si tuviera la oportunidad de cambiar algo en mi pasado, no lo haría, pues mi hija me miraba como el centro de su mundo y para eso no había precio alguno.
Desperté cuando mi puerta fue levamente golpeada, aunque mis ojos no se abrieron precisamente para saber de quién se trataba, sino por el temor de que SeolHyun se levantara. Prácticamente corrí hasta llegar a la puerta y al abrirla me encontré con mi madre, quien con una sonrisa me extendía su celular.
- NamJoon quiere hablar contigo. - me avisó, aún extendiéndome el celular. No dudé ningún segundo en tomarlo y caminar hacia mi cama, dejando la puerta abierta para que mi madre entrara.
- Hola... - susurré luego de dar un gran bostezo. Pude escuchar al instante una risa proveniente de la otra línea.
- ¿Mi sobrina no te dejó dormir nuevamente? - preguntó en un tono burlón, que claramente no me molestó del todo, pues sabía que Nam solo lo decía en broma.
Mamá se adentró a mi habitación, yendo directamente hacia la cuna de su nieta. La miré por un momento, pues temía que interrumpiera el sueño de mi hija, sin embargo, no lo hizo, por lo que volví a prestarle atención a NamJoon.
- ¿Y a ti ya te enseñaron a bailar? - contraataqué, riéndome al final.
- Eso sí fue un golpe bajo, hermano. - me dijo. Yo solo reí, triunfador de nuestra pequeña pelea.
Aunque no quisiera decirlo en voz alta, extrañaba y mucho a NamJoon. Había sido difícil al principio aceptar que ya no lo íbamos a ver, pues había sido reclutado por una agencia de entretenimiento hace poco menos de un mes. Papá y mamá no lo apoyaron, no querían siquiera escuchar sobre sus planes a futuro, pero al escuchar la convicción en las palabras de un ya hombre y no un niño, terminaron aceptando y brindándole todo el apoyo que necesitaba, y aquello me incluía, pues sabía que Nam solo estaba yendo en busca de su sueño.
- ¿Te tratan bien ahí? - aunque no quería decirlo, tuve que hacerlo, pues había escuchado muchos rumores sobre empresas que explotaban a sus idols mucho antes de hacerlos debutar. Temía que mi hermano mayor estuviera pasando por algún tipo de maltrato.
- Claro que sí. -se apresuró a decir, NamJoon. Me sentí un poco más tranquilo al escucharlo. - aunque las clases de canto y baile me tienen un tanto cansado.
Asentí, aunque él no pudiera verme y finalmente me quedé en silencio por un momento, pensando en si decírselo o no. Sin embargo...
- SeokJin te extraña. - susurré. Se escuchó un suspiro al otro lado de la línea y finalmente NamJoon me dijo que su descanso había terminado y que nos hablaría dentro de unos días. Ni siquiera me dejó despedirme antes de colgar.
NamJoon y SeokJin habían terminado su relación apenas mi hermano recibió la propuesta de aquella agencia, pues Jin se negó a llevar una relación a larga distancia, incluso en un intento de convencerlo, le dijo que no lo apoyaba en su sueño de ser idol, por lo que luego de tantas discusiones, decidieron terminar. Sabía que solo había sido por el calor del momento, pues Jin seguía queriéndolo, al igual que mi hermano, pero yo no podía hacer nada, pues el que tenía todo en sus manos era Nam.
Me coloqué de pie y caminé hacia mi madre, quien seguía admirando a SeolHyun en su cuna. Me situé a su lado y le entregué su celular.
- Se lo dijiste. - me susurró, temiendo que la nena se levantara. Asentí. - Cariño, sabes que tu hermano está en una etapa en la que desea seguir su sueño y eso implica dejar a personas que tal vez no le suman.
- Mamá, SeokJin aún lo ama. - susurré por igual. Mamá me dio la razón al no contestar al instante.
- Lo sé, pero NamJoon solo quiere alcanzar su sueño y creo que en este momento tiene una meta muy diferente a la de SeokJin.
No le di la razón al instante, pero ella bien sabía que la tenía.
Finalmente mamá salió de mi habitación, después de despedirse de su nieta y pedirme que tuviera un poco más de paciencia.
No la entendí.
[★ 彡]
Pasé el resto de la tarde ordenando mi habitación y asegurándome de que SeolHyun no estuviera incómoda en su cuna, hasta que se despertó y tuve que concentrarme en ella.
Alimenté a mi bebé, cambié su pañal y finalmente le saqué el gas acumulado en su pancita dándole leves golpes en su espalda. Ella se quedó dormida mientras veíamos una película de acción que encontramos en la TV. SeolHyun acostumbraba pasar parte del día acostada en mi cama, siempre y cuando yo estuviera despierto.
Entrada la noche, HoSeok nos visitó, trayendo consigo los pañales que le había pedido, además de otro juguete para nuestra hija. A este paso ya no sabía dónde meter todos los juguetes de la pequeña, incluso había pensando en hacerle una habitación propia a mi hija. Sin embargo, descarté aquella idea tan pronto como la pensé, pues la casa era de mis padres y yo no tenía ningún derecho a hacer arreglos en esta.
- Estás realmente muy hermosa, mi vida. - dijo un emocionado HoSeok, mientras tenía entre sus brazos a SeolHyun, quien parecía estar feliz siempre alrededor de su otro padre. - incluso pesas más que ayer. - siguió halagando mi novio.
- Cuidado con marearla, te puede vomitar encima, HoSeok. - Le advertí, pues ya me había sucedido antes.
HoSeok me sonrió y finalmente se sentó a mi lado, con la bebé en brazos.
- Pronto será navidad. - me dijo, viendo aún a nuestra hija entre sus brazos. Él la amaba y admiraba tanto como yo. - y mis padres piensan hablar con los tuyos para pasar una Navidad juntos.
Asentí, pues yo no era nadie para negarme a que los señores Jung pasaran la navidad junto a su nieta. Sabía que tanto ellos como mis padres querían tener esta navidad a la bebé y sería muy egoísta de mi parte negárselos.
- Además estaba pensando en salir de compras juntos, para ir a ver los regalos de SeolHyun. - volvió a hablar HoSeok.
- ¿No podemos llevarla con nosotros? - pregunté tan pronto como me di cuenta que aquella salida no incluía a mi bebé.
- Ella no puede ver sus regalos. - me contestó, como si fuera algo obvio. Quise decirle que apenas era una bebé que iba a cumplir siete meses y que probablemente ni siquiera reconocería el lugar en el que nos encontrábamos. Sin embargo, asentí.
- Está bien, pero con la condición de que la reunión se realice en esta HoSeok.
Mi novio asintió, sin dudarlo en ningún segundo.
Este fue el capítulo que no pude recuperar, por lo que tuve que volver a escribirlo y aunque no me gusta cómo quedó, algo es algo, ¿No?
Luego subo el siguiente capítulo uwu
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