★ 彡 34: No hay vuelta atrás

HoSeok

— ¿Dónde está la bebé más hermosa del mundo entero? — grito apenas entro a la sala de estar, en donde mi hija se encuentra, jugando con sus bloques.

— ¡Dada! — grita, para luego sonreírme. Yo sonrio por igual y entonces corro a su encuentro. Mi pequeña extiende sus brazos y entonces la cargo, comenzando a girar con ella. SeolHyun grita, emocionada, y posteriormente comienza a reír.

La bajo luego de unos segundos y entonces le hago cosquillas en su barriguita, por encima de su vestido. Ella se ríe gustosa en mis brazos y solo cuando empuja los manos lejos de su barriga entiendo que ya no quiere más cosquillas.

Dada, ugar... — me dice en su lenguaje de bebé. La entiendo claramente, pues siempre que la visito lo único que hacemos es jugar con sus muñecas, bloques e incluso carros de juguete que le compré el pasado fin de semana.

— Juguemos, mi amor. — le contesto, cargándola de nuevo para así sentarnos en el centro de la sala de estar. Desde que SeolHyun comenzó a caminar, los señores Kim acondicionaron su sala y cualquier extremo de la casa para que la bebé pudiera pasear con libertad por todo el lugar, incluso colocaron un piso para bebé por toda la sala, para así permitir que mi hija pudiera jugar en un lugar con más espacio.

Dada. — me llama mi hija, señalando hacia una de sus muñecas. Le sonrio y finalmente la dejo de abrazar, para que así pueda ir libremente detrás de uno de sus juguetes favoritos

SeolHyun se escapa apenas la suelto y comienza a escoger sus juguetes, se toma su tiempo, como si aquello fuera algo de vida o muerte y toma uno de sus coches para meter ahí a su muñeca. Mi hija se divierte sola, mientras yo solamente la miro, pues cuando quiero intentar integrarme, ella empuja mi mano, como diciéndome que aún no es mi momento.

— Yo también quiero jugar. — me quejo, cruzándome de brazos y haciendo un puchero. Ella me mira por unos segundos y finalmente continua jugando.

Comienzo a reír al ver lo indiferente que puede ser mi hija y finalmente agarro una de sus muñecas, mientras ella está muy distraída, y la peino, tratando de distraerme con aquel simple acto, pues al parecer hoy SeolHyun no quiere compañía, solo quiere que observe como ella se divierte.

Le hago una trenza a la muñeca, mientras pienso en que este será el último fin de semana que podré ver a mi hija sin ningún tipo de preocupación carcomiendo mi interior, pues desde el lunes empiezan mis clases y eso significa menos tiempo y más estrés.

Cuando termino con la trenza, la señora Kim hace su famosa entrada con una bandeja que contiene un plato de galletas y dos vasos de leche. Me coloco de pie y la ayudo, tomando la bandeja entre mis manos y colocándola en la mesa, que en vez de situarse en el centro de la sala, ahora ocupa un lugar en la esquina.

SeolHyun se me acerca apenas dejo la bandeja en la pequeña mesa y trata de alcanzar una de las tantas galletas.

— ¡Dada! — me grita, pidiendo ayuda. Yo solo rio por su desespero, pues mi hija está al borde del llanto, tratando de alcanzar las galletas.

— Solo puede comer una galleta. — me avisa la señora Kim. — El doctor ha asegurado que solo podemos darle un dulce cada dos o tres días, ya que recién se está acostumbrado a comidas pesadas.

Asiento a cada una de sus palabras y finalmente le doy la mitad de una galleta, a lo que mi hija me sonríe y posteriormente se mete un pedazo de la galleta a la boca.

Agarro otra galleta y entonces me acercó a la señora Kim, quien sentada en el sofá observa todo lo que hace su nieta. Me siento a su lado y ambos observamos las maravillas que hace SeolHyun con su galleta en la boca.

— ¿Dónde está TaeHyung? — le preguntó casi en un susurro, después de haber terminado de comer la galleta que tomé hace unos segundos. La señora Kim no me contesta al instante, pero cuando lo hace, no recibo la respuesta que quiero.

— TaeHyung me dijo que lo mejor era que se dejaran de ver. — sabía que la señora Kim no me decía aquello con malas intenciones, por lo que no podía culparla de hablar con la verdad. — Él cree que su relación de padres se verá menos afectada si ya no se ven.

Asiento lentamente con la cabeza, procesando sus palabras.

— Yo le dije que no era lo mejor, que SeolHyun tenía que verlos juntos, pero TaeHyung no me quiso escuchar.

Me sentí un poco mal por la señora Kim, pues ella siempre apoyaba a TaeHyung en sus decisiones y este nunca le hacía caso cuando se le aconsejaba, pues está más que claro que su madre tenía mucha razón. Ambos habíamos decidido mantener una relación cordial por el bien de nuestra hija, no por el nuestro, pues si hubiera sido así, yo nunca hubiera regresado a esta casa. Sin embargo, teníamos una pequeña de un año y no podíamos darnos el lujo de actuar como unos inmaduros.

Pasé la mayor parte de la tarde viendo a mi hija chupar su galleta y jugar con sus muñecas, hasta que la noche llegó y con esta, el señor Kim. El padre de TaeHyung nunca me quiso y con el reciente problema que tuvimos, fue peor, pues lo único que hacía cada vez que me veía era murmurar cientos de groserías, que oía claramente.

— Nos veremos mañana, mi amor. — le susurré a mi hija, acariciando su mejilla. Ella me sonrió y extendió sus brazos, como pidiendo que la cargue, pero no podía, pues ya era de noche y no podia llevármela conmigo.

— ¡Dada! — gritó, comenzando a hacer una rabieta porque no la cargué.

— No, mi amor. — susurré, tratando de tranquilizarla. — Me tengo que ir. — le expliqué, aunque no me haya entendido del todo.

— Ya vete de una buena vez. — me gritó el señor Kim, situándose detrás de su esposa. La señora Kim lo miró mal y entonces me sentí muy pequeño, a pesar de que media más que el padre de mi novio.

— S-sí, l-lo haré. — susurré, retrocediendo de a poco y viendo a mi hija soltar algunas lágrimas. Quise regresar o borrar esto de la memoria de mi hija, pues sabía que a ella le dolía tanto como a mí solo vernos dos días a la semana.

Estaba por irme cuando recordé que aún tenía el dinero del mes junto conmigo y que tenía que dárselo al señor Kim.

— Espere. — grité, no tan alto, pero sí lo suficiente como para que no me cerraran la puerta en la cara. El señor Kim me miró mal y la señora Kim, sorprendida. — T-tome. — dije aún temeroso del padre de TaeHyung. Le extendí el dinero, esperando que el señor Kim lo tomara, pues se había quedado mirando mi mano extendida por varios segundos.

— Pensé que ya te ibas a desentender de mi nieta, al igual que lo hiciste con mi hijo. — aunque me lanza una indirecta, no le contesto, pues al final esta sigue siendo su casa y yo solo soy un simple invitado, nada más que eso.

Finalmente toma el dinero de mi mano, de mala gana y golpeándome en el proceso, pero lo hace después de todo. Mi hija comienza a llorar una vez que me despido de ella nuevamente y cuando trato de acercarme para consolarla, el señor Kim me cierra la puerta en cara. A pesar de que quiero reprocharle, no puedo, pues sé que sigue enojado conmigo y que lo seguirá estando por un largo tiempo.

Tomo el autobús de regreso y en el camino pienso en lo mucho que cambió mi mundo desde que TaeHyung y yo no estamos juntos. Es difícil de admitir, pero realmente hemos cambiado, no solo nosotros, también muchos de nuestros amigos; algunos maduraron, de alguna manera u otra, pero finalmente lo hicieron y crecieron personalmente, solo me quedaba hacer lo mismo... lejos de TaeHyung.

Al llegar a casa mis padres preguntan por su nieta, mientras JiWoo me ruega que le pida a TaeHyung poder salir con mi hija todo un fin de semana y de esa manera poder traerla a mi casa. Mi familia extraña a mi hija y no es para menos, pues desde que Tae y yo terminamos, ellos no han podido siquiera acercarse o hablar con la familia Kim.

— Lo intentaré. — contesto antes de subir las escaleras hacia mi habitación. Al estar dentro me acuesto en mi cama, mirando el techo de mi habitación con mucho interés, como si este fuera a darme las respuestas a todos mis problemas.

Todo ha cambiado, cuando regrese a clases dejaré de ser el chico que ya tiene una familia que mantener y pasaré a ser solamente un padre. No es que me desagrade la idea, solo que desde que conocí a TaeHyung pensé que siempre estaría a su lado, que siempre lo amaría, pero ahora no hay vuelta atrás, no podemos arreglar todo el daño que nos hicimos y tampoco volver el tiempo atrás, solo nos queda avanzar y seguir de la manera en la que estamos.

Lo que me olvidé aclarar en el capítulo anterior fue que Hani es una chica que SeokJin conoció al ingresar a la universidad, en ese entonces seguía con NamJoon, incluso Hani lo sabía, por lo que no había problema para NJ que su novio se relacionara con una chica o con otras tantas. Además SJ siempre respetó y amó a NJ en todos los sentidos, por lo que ambos confiaban ciegamente en el otro, así que una infidelidad no pudo ser la causa de su ruptura (ni lo piensen xd) sin embargo, cuando SJ terminó su relación con NJ, Hani estuvo ahí para apoyarlo y pues nació el amor.  Solo digo todo esto ya que no quiero que se queden con esa curiosidad de dónde rayos salió esta chica. No quiero confundirlas.

Por otro lado, si se dan cuenta por el título y el capítulo anterior, tanto HoSeok como TaeHyung dan por pérdida su relación, al igual que piensan que no puede haber vuelta atrás y es cierto, no pueden retroceder una vez que han avanzado,  pero sí pueden continuar y ver a dónde los leva su camino, pues al fin y al cabo, siempre estarán en contacto por su hija.

Otra cosita más... Estamos entrando a la recta final de la historia uwu voy a extrañar mucho la historia o quizá no :)

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