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Jisung

—Rayos... —Maldije y mordí mi labio inferior cuando vi el número que indicaba la balanza, ese número que me repetía constantemente que había subido dos kilos—. Esto no puede ser posible. —dije con intenciones de hacer un berrinche y ponerme a llorar por no obtener una respuesta razonable para esos dos kilos demás.

Bajé de la balanza luego de repetirme constantemente que empezaría con una dieta estricta y que bajaría más de dos kilos.

Mamá insistió en que comiera algo antes de salir, pero luego de repetirle hasta el cansancio que no tenía hambre y que comería algo en la universidad, ella se convenció y me aseguró que prepararía mi plato favorito para la cena.

Habia empezado las clases en la universidad hace dos semanas y todo iba bien, a excepción de las pocas veces que vi a Minho, pues en este nuevo ciclo había más asignaturas y pasaba la mayor parte del tiempo entre libros y videos educativos.

—¿Qué tal vas, pequeño amigo? —un brazo rodeó mis hombros y no tenía que ser adivino para saber que se trataba de Shin Young.

—Ya sabes que pienso respecto a llamarme pequeño. —ni siquiera lo miré, pero sabía que Shin Young estaba sonriendo por su broma.

—Está bien, lo siento, pero...

—Sí tengo la tarea de Biología II, por si ibas a preguntar. —Shin Young me abrazó por completo y me rogó que se la pasara, pues había estado toda la noche hablando con SeWook y no tuvo tiempo de nada.

—Prometo que te pagaré con lo que tú quieras. —por último y se pone a llorar, pero no lo hizo porque accedí a darle la tarea a cambio de una torta de chocolate que había visto el día de ayer en la cafetería.

Shin Young caminó feliz y tranquilo el resto del trayecto y cuando subimos al autobús, que para nuestra suerte se encontraba con asientos libres, me pidió que le entregara mi libro para así empezar a copiar. Rodeé los ojos, pero le entregué el libro.

—¿Te vas a casar con el poste ese? —la pregunta de mi amigo me tomó desprevenido y cuando dejé de mirar la ventana para prestarle atención, él no dejaba de admirar el anillo que Minho me había regalado hace un mes atrás—. Pensé que solo estabas con él porque la tenía grande. —abrí mis ojos en par y algunas personas nos miraron. De inmediato maldije el poco filtro que tenía Shin Young al hablar.

—Cállate Young. —susurré apenas, llevando mí mano instintivamente a su brazo y pellizcando esta zona, recibiendo un quejido de parte suya—. y no vuelvas a hablar así de Honnie porque sino te vas olvidando de todas mis respuestas. —Shin Young asintió, manteniendo una expresión llena de dolor.

Sonreí cuando él no dijo nada y solo mantuvo su vista en mi libro. No me gustaba que insultaran a Minho o que lo vieran diferente solo por su tamaño. Yo lo amaba y odiaba escuchar los prejuicios de cualquier persona, y por, sobre todo, el de mis amigos.

Por poco y la saliva se me sale de la boca al ver el pastel de chocolate delante de mí. Shin Young cumplió con su palabra y me había comprado el pastel de chocolate durante nuestro segundo receso.

— Gracias... —dije con clara alegría y hambre. Shin Young apenas y asintió, y continuó leyendo un libro que su padre le había regalado durante las vacaciones, pero que recientemente le daba la gana de leer.

Estaba a punto de comer mi pastel, cuando la voz cantarina y fastidiosa de SeWook se hizo presente y con esta, un olor asqueroso.

—Hola cariño. —dijo al acercarse a Shin Young y besar su mejilla. Mi amigo de inmediato dejó su libro de lado y le sonrió a su intento de novio. SeWook me miró y dejó un asqueroso muffin en el centro de la mesa. Rápidamente me cubrí la nariz con una mano y asqueado le pregunté qué tenía esa cosa—. Es de frambuesa. —susurró con clara inocencia, cuando él más que nadie sabía que la frambuesa no era mi fruta favorita y que el solo verlo me causaba asco.

—Aléjalo de mí. —grité antes de ser yo quien se alejaba de ese postre, pero no por voluntad propia, sino porque el asco fue tan fuerte que me dieron ganas de vomitar. Escuché a los lejos a SeWook reír y lo maldije en mi mente más de quince veces.

Al llegar al baño más cercano, no dudé en arrojar lo poco que contenía mi estómago. Me quedé sin fuerzas después de botar todo de mi organismo y aunque quise ir a la siguiente clase, no me sentía bien.

Regresé a casa a las seis de la tarde. Mamá me preparó un té y gracias a sus insistencias me encontraba en cama, "descansando".

—Lo hizo a propósito. —grité apenas Minho contestó a la videollamada—. Ese maldito lo hizo a propósito. Dejó delante de mí un maldito muffin de frambuesa y no sabes el asco que me dio. — comencé a llorar de solo pensar en lo asqueroso que era y en la broma de SeWook. No sabía por qué me odiaba, pero desde que Shin Young nos presentó, él hizo de todo para que yo saliera perjudicado de alguna manera.

—Cariño, cálmate. —Minho susurró, tratando de hacer algo imposible.

—No me puedo calmar si ese idiota se la pasó riendo de mí mientras yo sufría botando todo de mi estómago. —Me estaba alterando y Minho no ayudaba por lo que decidí acabar con la videollamada y apagar el celular. Ahora me encontraba demasiado enojado y sabía la razón, pero no entendían por qué no podía simplemente olvidarlo.

Al día siguiente no esperé ver a Minho delante de mi puerta, tal y como en la secundaria, y tampoco esperé recibir un ramo de lirios.

—Mi pequeño no puede estar enojado. —decía la nota. Miré a Minho y este solo asintió—. Odio verte enojado cariño. —susurró. Rápidamente rodeé sus brazos y lo atraje hacia mí para besarlo. Él correspondió de inmediato y cuando nos separamos volvió a susurrarle que me amaba y que tenía que correr si quería llegar temprano a su universidad. Reí y me alejé.

Le deseé suerte antes de entrar nuevamente a casa y avisarle a mamá que colocara esos lirios en agua, y posteriormente irme corriendo hacia la parada de autobuses.

Llegué tarde a clases. El profesor Kim me miró mal y aunque quise excusarme, él ni siquiera me dio tiempo y solo me advirtió que a la próxima no me permitiría entrar.

La mayor parte del día me la pasé entre aburridas clases y aunque muchas veces siempre estaba atento, ahora mismo me encontraba con ganas de dormir y mandar todo a la basura, incluso el vídeo sobre el cuerpo de humano (muy interesante, por cierto) del profesor de Biología II.

—Creo que deberías ir a enfermería, Jisung. —sacudí mi cabeza y miré a Shin Young, él estaba apuntando, pero aun así me había hablado—. Luego te paso todos mis apuntes, pero no te ves nada bien y parece que quieres desmayarte.

—Tengo sueño. —dije entre cerrando mis ojos. Shin Young volvió a insistir y tras terminar el video, me levanté y pedí permiso para ir a la enfermería. El profesor no dudó en aceptar y no bastó más de cinco minutos para tomar mis cosas y caminar como un zombie hasta la enfermería.

Caminé con pocas ganas por los pasillos de la universidad y al estar frente a la enfermería me encontré con SeWook, quien parecía haber llorado, pero que al ver rápidamente cambió de expresión a una completamente duda.

—Muévete. —me dijo con mucho odio. Me aparté de inmediato, pues lo que menos quería era ser golpeado o discutir en estos momentos.

Entré a enfermería con lentitud y con un terrible dolor de cabeza. La mujer me miró y cuando pensaba decirle que me recetara algo para el dolor de cabeza, todo se volvió negro.

—Es mejor que regreses a tu casa, Han. — apenas abrí mis ojos y la enfermera ya me estaba botando no solo de la enfermería, sino también de la universidad.

—¿Qué pasó? —susurré al reincorporarme.

—Tienes bajas las defensas, debes comer más seguido y a tus horas. —Ella me entregó una receta, en la que se encontraba apuntadas los nombres de unas tres vitaminas.

—Yo sí como. —me mantuve firme y esperé a que me diera la contra para decirle sobre mi aumento de peso, pero ella solo me pidió que me retirara.

Nuevamente tuve que salir temprano de la universidad y nuevamente perdí más clases.

Esto no podía estar pasándome a mí.

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➜᎒minsungpapas.

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