30

No quería ser rudo, pero mientras más saltaba, más ganas tenía de alzar mis caderas y escucharlo gritar. Jisung no se detenía, no lo hizo cuando se subió encima de mi regazo y tampoco cuando le pedí amablemente que se bajara. Él no se detuvo y estas son las consecuencias.

Apoya su mentón en mi hombro y ahí mismo comienza a gemir tan fuerte, solo para que yo lo escuche. Sonrió por inercia, pero termino gruñendo y dejando huella en su piel con mis dientes.

—H-Honnie~ —susurra con el apelativo cariñoso que mi madre utiliza muchas veces para llamarme.

Maldigo en voz baja y cuando abro los ojos, me encuentro frente a mi computadora y con una película porno reproduciéndose con el volumen más bajo.

—Hijo, Hannie ha venido a verte. —mamá sigue insistiendo y la erección que tengo entre mis manos es realmente dolorosa, al igual que el tiempo que he dejado de verme con Jisung por temas de estudios.

—D-dile que suba. —apenas susurro, metiendo mi erección dentro de mi ropa interior y yendo lo más rápido posible al baño. Necesitaba una ducha muy fría.

No escucho lo siguiente que dice mi madre, pues abro la llave de agua y la erección baja, al igual que el dolor. Me calmo y relajo por un momento. Las clases en la universidad tampoco han sido fáciles, aunque para ser sinceros, nada es fácil en esta vida. Tienes que conseguir todo a base de esfuerzos y eso es lo que estamos haciendo Hannie y yo al estar estudiando.

—¡Minho! —grita Jisung desde mi habitación. Rápidamente abro mis ojos y salgo del mar de pensamientos en el que me había sumergido. Lo escucho cada vez más cerca, hasta que abre la puerta del cuarto de baño y se introduce.

—¿Mi madre sabe que estás aquí? —escucho un sonido muy parecido a una afirmación y entonces ruedo los ojos—. ¿Sabe que estoy desnudo y que probablemente puedes quitarte la ropa y entrar a ducharte conmigo?

—Claro que lo sabe, pero confía en que su hijo es un santo y no un asqueroso que mira porno. —la risita que sale de los labios de mi pequeño novio me hace rodar los ojos nuevamente.

— No me digas que no lo apagué.

—No lo apagaste, Honnie.

Apoyo mi cabeza en las baldosas y me siento tan avergonzado, pero cuando menos lo pienso, la puerta de vidrio de la ducha está siendo abierta bruscamente y la sonrisa lujuriosa de Hannie me hace saber que él me ha extrañado tanto como yo lo he hecho.

Nuevamente se encuentra con esas zapatillas de plataforma y cuando se acerca, prácticamente me alcanza... Está bien, no me alcanza del todo, pero amaba la gran diferencia de tamaño y él lo está arruinando o, mejor dicho, esas zapatillas las están arruinando.

Sus brazos rodean mi cuello, importándole muy poco que el agua también lo termine mojando a él, y un casto beso es dejado en mis labios.

—Te extrañé, bebé. —dice con mucho cariño y a pesar de que el bebé es él, me dejó consentir.

—Ve a mi habitación, mi amor. —le sigo el juego meloso, sonriendo al final para luego ser yo el que deja un beso encima de sus labios—. Tengo que cambiarme. —Él asiente y se aleja.

—Por cierto, bonito pene. —dice antes de salir. Abro los ojos en par y me quedó en shock.

—¡Jisung! —grito al final. Él ríe y solo pone de excusa las clases de biología que está recibiendo en la universidad y la que lo obligó a ver todo tipo de penes, vaginas, entre otras partes del cuerpo humano.

—La tuya es mi favorita, incluso por encima de la mia. —dice cuando ya me encuentro con un short corto y con una camiseta delgada de tirantes—. ¿Estás ejercitando los brazos? — pregunta luego de que deja de revisar mi maleta, la que por cierto llevo a la universidad.

—No. —contesto sin interés alguno.

Hannie se apega más, prácticamente se aferra a uno de mis brazos y lo acaricia con mucha delicadeza, casi como si estuviera admirándolo. Me siento algo utilizado, pero al instante pasa, pues mis labios aparecieron por arte de magia encima de los suyos y la computadora está muy lejos de mi alcance.

No sé cuánto tiempo estamos de esa manera y tampoco me importa, pues él bien puede quedarse en mi casa y mañana regresar a la suya. Sin embargo, Hannie se separa y comienza a dejar besos cortos, mientras que habla algo sobre ir a un grupo de estudio.

Me quedo como estúpido cuando él me dice que tiene que retirarse, que tiene prácticas y que lo mejor es estudiar en grupo, junto al par de amiguitos que ha conseguido.

Ten cuidado es lo último que digo antes de verlo tomar su mochila y salir corriendo de mi habitación. Ni siquiera me dio tiempo de disfrutarlo bien.

A los pocos minutos regreso a mi arduo trabajo y olvidó la incomodidad que siento al pensar que entre ese grupito de estudio se encuentra Shin Young, un idiota que no ha dejado de molestar a Jisung y ¿Cómo lo sé? Pues una vez lo fui a esperar afuera de la universidad y ese idiota lo estaba abrazando sin problema alguno.

Juro que no inicié una pelea en ese momento por Jisung, porque no quería causarle problemas en un nuevo ambiente y mucho menos, alejarlo de sus "amigos".

➜᎒minsungpapas.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top