11

Mis manos sudaban, a pesar de encontrarnos en la época menos calurosa de nuestro país, no obstante, mis pies estaban más fríos que cualquier hielo que sacas de la refrigeradora. La verdad no entendía el porqué de las reacciones de mi cuerpo al estar frente a la casa de Jisung. Era cierto que me encontraba nervioso y en muchas oportunidades me he logrado sentir de la misma manera, pero en esta oportunidad parece que solo quiero salir huyendo y dejar de temblar al estar esperando por Jisung. Tal vez muchos piensen que ir a recoger a un amigo a su casa es algo normal, pero es que Hannie no solo era un amigo y al parecer su padre sabía de mis intenciones para con su hijo.

—¡Hey! —Un toque en el hombro y casi corro como el cobarde que soy, sin embargo, al voltearme, vi a Hyunjin, que me sonreía con una alegría que no podía compartir— No creí verte aquí a esta hora. —musitó, dejando de lado su sonrisa.

No contesté, por lo contrario, miré detrás de él, por si su padre estaba ahí y NO. El señor Han no estaba.

—Buscas a Jisung, ¿cierto?, pues lamento decirte que mi hermanito se demora más de lo que crees. Mi madre siempre lo alimenta bien. —su sonrisa regresa, pero no puedo estar tan seguro de que vaya dirigida hacia mí.

Miro a mi compañero y la expresión boba que ha puesto. No lo entiendo por completo, incluso quiero pasar mis manos delante de sus ojos para así acabar con su "hipnosis", pero no pasa mucho para que me dé cuenta que la verdadera razón de su actuar se debe a una persona, esa persona que viene caminando con unos audífonos muy grandes colgando en su cuello y con el uniforme de la escuela. Ese chico que suponía yo era la pareja de Hyunjin y que logré confirmar que sí lo era al acercarse a nosotros, mirarme con asombro y luego tomar la mano de mi amigo.

—Vámonos ya... —susurró lo suficiente fuerte como para sacar a Hyunjin de su trance— Se nos va a hacer tarde. —volvió a hablar, pero en esta ocasión golpeó su brazo y mi amigo recién reaccionó, viéndome de soslayo.

—Me tengo que ir, Minho. Nos vemos en el entrenamiento de esta tarde... por cierto, mi hermano no saldrá hasta buen rato y capaz se vaya con nuestro padre. —más que un consejo parecía ser una advertencia y en estos momentos no estaba más agradecido con Hyunjin, pues eso me daba oportunidad de correr lejos de este lugar y en verdad estaba tomando enserio el salir corriendo y decirle a Jisung que no pude pasar por él, sin embargo, la puerta volvió a abrirse y por esta salió mi pequeño amigo.

—Vámonos ya. Mi ma... —y antes de completar su frase, una mujer con una expresión seria, casi molesta, apareció detrás de él.

—Jisung, dije que tomaras tu desayuno. No te irás de aquí, hasta tener algo en ese estómago tuyo. —miré con asombro a la señora y luego a mi amigo.

—Mi madre. —completó. Le sonreí y negué.

—Te esperaré. Vaya a tomar tu desayuno. —le sonreí, él me correspondió, sin embargo, tomó mi mano y de un momento a otro me gritó: Corre.

No sabía qué hacer, pues su madre parecía muy enojada, pero Jisung estaba muy empeñado en no tomar su desayuno, así que no tuve más opción que correr detrás suyo. Corrimos hasta llegar al paradero de autobuses más cercano, en donde recién nos detuvimos y comenzamos a reír por nuestra travesura.

—Y-yo... lo siento... —habló con dificultad, pues ambos estábamos muy agitados, pero con una sonrisa en el rostro— No quería recibirte de esa manera, pero es... es que mi madre es muy exagerada en cuanto a las tres comidas del día. El único que se salva de sus garras es Hyunjin, quién coloca de excusa que tiene que esperar a Seungmin para ir a la escuela. —Rodó los ojos al mencionar al chico que vi en la mañana y la curiosidad pudo conmigo.

—¿No te gusta su novio? —pregunté, fingiendo poco interés.

Jisung me miró y de inmediato susurró un NO. Me asombré, pues el chico a pesar de no haberme saludado en la mañana, igualmente parecía agradable, sin contar que su belleza era muy particular.

—Bueno, no es que no sea agradable. Seungmin lo es, solo que... es demasiado presumido muchas veces, en nuestras cenas familiares siempre está presente y cuando alguien no llega a gustarle, puede ser cruel. —susurró lo último y creo que ya había encontrado el problema. Sin embargo, no quise profundizar más, por lo que cambié de tema por medio de un chiste tonto.

Dentro del autobús no dejamos de hablar, mucho menos de reír ante las anécdotas que Jisung me contaba de su infancia, como la vez que obtuvo el papel de árbol en el jardín de infantes, pues resulta que era uno de los más altos de su clase -en aquel tiempo-, sin embargo él no estaba feliz con su papel y en la presentación oficial empujó al personaje principal al final de la obra y él terminó haciendo el coro que debió pertenecerle al otro niño. No fue algo chistoso para las personas que nos lograron escuchar, pero para mí sí lo era.

Jisung era mi felicidad. Lo sentía.

—¡Cinco vueltas más y podemos empezar! —gritó el entrenador, tocando el silbato por tercera o tal vez cuarta vez. No lo sabía con certeza, pero de qué estaba mareado y cansado, eso sí. Me encontraba exhausto y si no fuera por aquel chico que se encontraba en las gradas, esperando por mí, yo ya no hubiera seguido corriendo como lo hice.

Hyunjin me alcanzó a los pocos minutos, mostrándome una sonrisa a pesar de las gotas de sudor que resbalaban por su rostro.

—Es la primera vez que veo a mi hermano quedarse para un entrenamiento, antes lo hacía solo por orden de papá y no por propia voluntad. — hablaba con total normalidad y sabía que era porque ya estaba acostumbrado a todo tipo de ejercicios, en especial a correr estas veinte vueltas.

—E-en realidad... l-le de-debo un almuerzo. —mi cuerpo sudaba completamente y sentía que la ropa ya estaba apegándose por tales razones. Por otro lado, mi respiración era irregular y por tanto mi voz salía entrecortada.

Hyunjin rió, supuse que lo hizo por mi respuesta, pero al voltear hacia las gradas, donde no solo estaba Jisung, sino también el novio de mi amigo, supe que era por otra razón, la cual tenía nombre y apellido.

—¿Él... es tu novio? —susurré. Jin asintió y comenzó a trotar al oír el silbato que indicaba el término del calentamiento. Íbamos a empezar con el verdadero entrenamiento.

Miré de soslayo a Jisung, él se había alejado del novio de su hermano y al parecer ese tal Seungmin no tenía intenciones de socializar con mi pequeño amigo.


Para cuando el entrenamiento terminó, tuvimos que ir a las duchas, en esta ocasión todos entablaron conversación conmigo y no me ignoraron. Sin embargo, Hyunjin no ingresó con nosotros, pues estaba muy distraído con su novio y Jisung parecía más incómodo con la situación, por lo que me propuse ducharme lo más rápido posible, así no dejarlo solo.

Salí prácticamente corriendo de las duchas, una vez estuve listo, y sonreí cuando vi a Jisung en su mismo sitio, solo que ya no se encontraban Hyunjin ni su novio en el gimnasio.

—Vámonos ya, sino tu padre me matará. —él sonrió y se colocó de pie.

—En realidad le dije que me quedaría haciendo algunas tareas en la biblioteca. Papá no se opuso, mamá mucho menos. —Baja grada a grada, tal y como lo hace un niño— pero es mejor que corramos, mi padre llamó hace unos minutos y dijo que me había descubierto y que te mataría. —lo dijo con tal seriedad que por un momento sí llegué a asustarme, sin embargo, al ver cómo su rostro cambiaba, para estar riendo me di cuenta que solo fue una broma, una muy buena broma.

—No es bonito jugar con eso, casi me da un infarto. —hice un puchero y Jisung se quedó dos gradas arriba, solo de esa manera logró pasar mi hombro y estar casi a mi nivel, mirándome más que atento.

—Está bien, lo siento. No debí jugar con aquello. Sé que no eres del todo agradable para mi padre. —pensé que iba a sonreír, como casi siempre lo hacía, pero en vez de eso, noté cierta vergüenza en su rostro— Lo siento. —volvió a susurrar.

Y entonces tomé sus manos, sujetándolas con firmeza, logrando mi objetivo: que él me prestara atención.

—No te disculpes, esto no es nada de otro mundo. No siempre le podré agradar a todo el mundo...

—Pero con papá es diferente, él incluso marcó tu ficha. —la vergüenza seguía presente en su tono de voz y por más que traté de hacerle entender que no era así, Jisung parecía no entenderlo.

Bésame... —fue en un susurro, pero como éramos los únicos en aquel gimnasio, logró escucharse claro y alto.

Jisung me miró y pensé que tal vez me daría una bofetada o algo parecido, pero no. Él se acercó lo más rápido posible y me besó, rodeando con sus brazos mi cuello. En estos momentos agradecía que él estuviese dos gradas más arriba que yo.


Opd por fin beso minsung aaaa

P

D: Alabemos a ohmbbi por la hermosa portada que hizo🌷☁️

➜᎒minsungpapas.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top