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— ¿P-por qué tienes puesta la ropa de Nam? — traté de sonar lo más natural posible, pero el miedo se reflejaba en todo mi ser y por más que quise, no pude evitar tartamudear del nerviosismo.
Tae Hyung se me acercó tan pronto como terminé de preguntar y me abrazó con demasiada fuerza, aferrándose a mi pecho... a mí.
— T-te e-extrañé tanto.— susurró, comenzando a restregar su rostro contra mi camiseta. Traté de alejarme, pero él se negó a soltarme, al contrario, me abrazaba con más fuerza.
— Cariño, ¿qué ocurre? — traté de ser lo más sutil posible, pero Tae no contestó, solo comenzó a sollozar y a mojar mi camiseta con sus lágrimas.— Tae Hyung, ¿Qué está pasando? — pregunté nuevamente, esta vez más temeroso de que le haya ocurrido algo realmente malo. Sin embargo y para mi suerte, Tae negó con la cabeza, buscando algún tipo de salvación o escondite en mi camiseta, a la que no dejaba de aferrarse con fuerza. — Me estás asustando, bebé.— trataba de hacerle entrar en confianza, pero él solo lloraba e ignoraba todos mis intentos, por lo que finalmente decidí tranquilizarlo y luego atormentarlo con las preguntas.
Me mantuve a su lado por varios segundos, que luego se transformaron en minutos y que pudieron ser horas, sino fuera por el repentino alejamiento de Tae Hyung. Él trató de limpiar las lágrimas que recorrían sus mejillas, pero no lo logró, pues por cada lágrima que limpiaba habían otras dos que descendían de sus ojitos hinchados, pero que seguían siendo preciosos en mi perspectiva. Terminé sonriendo por sus vanos intentos y tomando su rostro entre mis manos, me encargué de acabar con todo rastro de tristeza y de besar cada parte de su rostro.
Después de tratar de sacarle una sonrisa, tomé la mano de Tae Hyung y caminé hasta su cama, sentándolo en la orilla y sentándome a su lado, para luego rodearlo con un brazo. Él no se había negado a mis muestras de afecto, al contrario, parecía ser que deseaba ser tratado con mucho cariño.
— ¿Te hicieron daño, bebé? — comencé a acariciar su cabeza y sentí como la tensión se iba yendo de todo su cuerpo, dando pase a un estado de relajación. — Tae, sé que no está bien irrumpir en tu vida personal, pero soy tu novio y si hay algo en lo que pueda ayudar, no dudaré en hacerlo. — él alzó su mirada y limpió las pocas lágrimas que nuevamente iban descendiendo por sus mejillas.
— T-tengo m-miedo... — susurró, mientras más lágrimas amenazaban con descender por sus mejillas.
— ¿Miedo de qué? ¿Estás mal en alguna materia? ¿Tienes problemas con alguno de tus compañeros? — esperé atento por su respuesta, pero él solo bajó su mirada y comenzó a jugar con el anillo (que le había regalado ya hace unos meses atrás) en su dedo, girándolo de un lado a otro. — ¿Esto tiene algo que ver con el incidente que tuviste con Nam? — por más que no quisiera, tenía que hablar con él sobre ese tema y si era posible, descartarlo como posible causa de su llanto.
Él levantó su cabeza de inmediato, mirándome con esos ojitos llenos de lágrimas y con su labio inferior temblando y anunciando que muy pronto regresarían los sollozos. Sentí miedo, pues jamás lo había visto tan indefenso como ahora, ni siquiera cuando comenzó a llorar por sus bajas calificaciones.
— Él me lo contó, cariño. — acaricié su mejilla, tratando de tranquilizarlo, mientras que con la otra mano rodeaba sus hombros y trataba de darle la fortaleza que necesitaba. — pero quiero que ahora tú me digas la otra versión. — sabía que no estaba tratando con un niño, pero Tae Hyung estaba tan indefenso que en este momento sí parecía serlo.
— Y-yo... Ho Seok... yo... — Tae negó y me abrazó, tomando entre sus manos mi camiseta, pero esta vez con la intención de atraerme lo más cerca posible para besarnos. No tardé en corresponder y alejarme cuando él acabó con el beso. — Te amo — susurró por encima de mis labios antes de alejarse de mi cuerpo y caminar hacia su armario, en donde comenzó a hurgar entre sus camisas y demás prendas.
Decir que me encontraba temeroso era poco, pues el temor no se podía comparar con lo que estaba sintiendo ahora mismo, en realidad, ninguna de las travesuras que hice de pequeño o las riñas en las que me metí de adolescente se podrían comparar con lo de ahora.
Miré el anillo en mi dedo, ese que era muy parecido al de Tae Hyung, pero no encontré respuesta alguna que pueda brindarme consuelo.
Tae Hyung se me acercó a los pocos minutos y se sentó a mi lado, extendiéndome el test de embarazo para que confirmara que efectivamente no iba a haber una respuesta que pudiera consolarme.
— M-me sentí mal desde hace unas semanas atrás, p-pensé que era el estrés... estaba seguro que era el estrés, pero las visitas a la enfermería fueron en aumento y cuando finalmente... cuando me convencí de hacerlo, compré cinco de esas pruebas caseras y... Y-yo tengo miedo. — me quedé observando ese test de embarazo, tratando de inventar cualquier excusa que pusiera en duda su respuesta, pero cuando mencionó las cinco pruebas, no dudé en que todo estaba bien. Tae Hyung estaba esperando un hijo mío. — c-creí que estaban mal... me quería mentir diciendo que estaban mal, p-pero comenzó a crecer y me veía subiendo un kilo o dos kilos por semana y... y entonces Nam irrumpió en el cuarto de baño... — los sollozos de Tae Hyung se escuchaban por toda la habitación o mejor dicho, era lo único que se escuchaba por toda la habitación. Yo me encontraba ido y demasiado sorprendido como para emitir palabra alguna, pero cuando Tae tomó mi mano me vi en la obligación de tragarme el miedo y sonreírle.
— N-no te preocupes cariño. — susurré, comenzando a llorar al igual que él.
Tae Hyung se encargó de limpiar mis lágrimas, cuando estas comenzaron a descender, y decirme que no sabía qué ibamos a hacer, que tenía demasiado miedo, en especial por los acelerados cambios en su cuerpo. Traté de decirle que todo estaría bien, que no había nada de que preocuparse, pero la verdad era que ni yo estaba preparado para decir que saldríamos bien de todo este asunto, ni siquiera podía asegurar el apoyo de mis padres o de los señores Kim, lo único que podía confirmar era que tendríamos a ese niño o niña.
[♥]
— Papá me va a matar.— su mayor temor salió a la luz y también el mío, pues no quería ni pensar en lo que me harían mis padres al enterarse del embarazo de Tae Hyung.
— No lo hará cariño. — traté de animarlo, mientras una de mis manos se encargaba de acariciar su cabeza. Me había tranquilizado hace unos minutos atrás, pero Tae seguía un tanto sentimental y lo entendía, pues llevar un embarazo no es fácil y mucho menos, si su vientre se veía como de tres meses o más. Lo había visto después de un poco de insistencia y aunque él sintió mucha vergüenza y se cubrió en menos de un minuto, fui consciente de que sí estaba muy grande.
— Claro que sí, cometimos un error y no hay solución para esto, Ho Seok. N-no quiero que papá me odie, yo no quiero decepcionarlo.
— Tae Hyung... — susurré, llamando su atención de inmediato.— Una vez papá me dijo que no había un orden en la vida, en realidad me lo dijo cuando tenía ocho años y en ese tiempo no entendí a qué se refería, ni recuerdo por qué me lo dijo, pero ahora comprendo sus palabras y posiblemente sea nuestro caso.
— No entiendo.
Acaricié su mejilla y dejé un beso en la punta de su nariz.
— Tae Hyung, no tenemos por qué seguir el orden de la vida, creo que jamás lo hicimos, pues incluso te pedí que seas mío antes de iniciar nuestros estudios superiores y te convertí en mi prometido este año. Nunca seguimos la línea de vida que nos ofrecían y creo que el bebé es una prueba de aquello, pero eso no significa que todo se acabó para nosotros. Nunca nadie dijo que está mal tener hijos antes de concretar una carrera...
— P-pero es un bebé, ¿Acaso no sabes lo qué implica cuidar a un bebé o incluso, traerlo al mundo? — me interrumpió.
— Tae, cariño, sé que es difícil, pero un bebé no te va a cerrar las puertas, si es eso lo que temes. — Tae Hyung bajó la mirada y permaneció así por largos minutos, en los que tampoco quise hablar, pues sentía que no todo estaba yendo como quería. Sabía de antemano que la parte más difícil se la llevaría él, pues la única persona que tendría que dejar la universidad para enfocarse en el embarazo sería Tae Hyung. — Cariño, sé que es difícil, sé qué será difícil, pero...
— Lo haremos. — dijo fuerte y claro, levantando su cabeza y sonriéndome, achicando en demasía sus ojos, pues estos estaban hinchados. — No trates de convencerme de algo de lo que ya estoy seguro. Tendremos al bebé y por más que yo hubiera querido que él o ella viniera después del matrimonio y del término de nuestras carreras, ya está aquí y no puedo negarle el amor a una personita que no tiene la culpa de nada. — sus labios se unieron a los míos apenas terminó de hablar y no me importó nada más que corresponderle y separarme por un lapso de dos segundos para susurrarle que lo amaba demasiado.
[♥]
Traje capítulo nuevo y aunque no lo crean me costó demasiado redactarlo.
Bueno, yendo al punto, sí era la bendición ✨, pero eso no quiere decir que todo será malo. No piensen que Hobi y Tae van a sufrir, porque en estos dos últimos capítulos que quedan, que son la continuación de este capítulo, ellos van a tratar de ser felices y de afrontar todo como los casi adultos que son.
Nos vemos, bebés.
1/3 (esto quiere decir que habrá continuación. NO ES MARATÓN)
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