Rosas
El alfa aguardó en una de las bancas, sujetando el cuadro con el girasol pintado entre sus manos.
Respirando profundamente, en el abismo del silencio en el que había sido acompañado con algunos murmullos a lo lejano.
Estaba acostumbrado.
Muy acostumbrado a estar en medio de allí, esperando inconsciente a que algo bueno le pudiese ocurrir.
Estaba harto, esperando a que su vida dejase de ser tan repetitiva, tan centrada en sus pensamientos, sin darle lugar alguno a lo que realmente significaban sus propias emociones.
Siempre suele lucir neutral, dándole una apariencia muy severa e intimidante. Algo que posiblemente haya sido el causante de que su amor fuese un no correspondido.
¿Sin emociones? ¿O tan siquiera eso era amor?.
No, nunca lo sabría.
Aunque si lo lograba pensar mejor, quizás se hubiese dado cuenta que...
En la vida siempre hay alguien que puede amarte, con tanta intensidad que logra tatuarse en lo más profundo de tu ser. Y eso era lo que realmente le costaba creer.
El amar y ser amado solo significaba marcar algo de felicidad en todo su esplendor.
Tan enigmático y atrayente.
Así como aquel aroma tan sutil que empezaba a colarse en su agudo olfato. Mezclando sensaciones tan confusas, junto con la rareza mezclando su mente.
Algo suave y sutil, delicado y gentil. Simplemente maravillado por la sola presencia de alguien ajeno a él.
Cerró sus gatunos ojos, dejándose guiar por la esencia tan suave que cruzaba por sus sentidos.
De pronto supo que alguien se acercaba con lentitud hacia su dirección, mezclando aquel ruido de murmullos con pisadas pacíficas hasta terminar de su lado, preguntando con un hilo de voz tan armoniosa lo que estaba sucediendo con sigo mismo.
-Hy-Hyung ¿Te encuentras bien?
La pregunta resonó desde sus adentros, pudiendo reconocer con rapidez al dueño de esa voz tan delicada, pero insegura, muy insegura.
Yoongi asintió como respuesta, aún manteniendo sus verdosos ojos cerrados, respirando el aire fresco.
-Que bueno..- murmuró el omega, mirando sus deditos en busca de dejar por otra parte su timidez.
Se sentía tan expuesto al lado del alfa, como si este mismo pudiese leer su mente y revelar sus secretos hacia él y hacia sí mismo.
No mentiría, le encantaría ser alguien más, tal vez empezar a ejercitarse y bajar de peso como ya lo había empezaba a hacer desde hace algunas semanas, costando mucho en el proceso.
Quería amarse así mismo, pero aún sus defectos seguían allí, intactos.
-¿Y tu? ¿Cómo estás?..- Yoongi le cuestionó delicadamente, con su voz grave pareciendo dócil.
-Bien, también..- titubeo.
Como siempre, nuevamente se golpeo mentalmente, pensando en lo vergonzoso que sonaba su "Bien".
No podía evitarlo, estando al lado del alfa que había robado algo más que sus suspiros.
Yoongi notó la pena del omega pelirubio, abriendo sus ojos tranquilamente ante el nuevo ambiente al que estaba expuesto.
Su animal interior reaccionó algo inquieto, rasgando desde lo más profundo de sus adentros. Pidiendo solo, durante algunas veces, poder fijar la vista a su lado.
El rostro del pálido estaba neutral, como siempre. Hasta que se decidió por mirar de reojo el perfil del omega rechonchito, con su naricita de botón rosada junto con el color carmesí natural de sus mejilla. Con las pestañas largas cayendo gratificantemente hasta un poco más abajo que su párpado inferior cada que pestañeaba, sus labios rojitos y pomposo que lo hacían lucir adorable.
Parecía que aquella descripción pertenecía a un bello angel, pero solo era un mortal.
Una persona con defectos, como él, como ella, y como ellos.
Como todos.
Solo hasta en ese momento se preguntó así mismo si podía ser feliz, si verdaderamente existía una segunda oportunidad.
De por fin saber como se siente amar y ser amado.
-Jimin..- susurró dócilmente, bajando la mirada hasta su lienzo. Analizando por penúltima vez la pintura que había hecho hace algunos días.
Estaba listo para seguir.
El alfa se giró un poco, tomando las manos tan pequeñas del omega entre las suyas, siendo testigo de como una corriente eléctrica pasaba por aquel suave toque ligero. Parecía una especie de deja vu.
Yoongi posó el cuadro con el girasol pintado sobre las manos del contrario, regalandole quizás algo que iba a cambiar el rumbo por completo, algo más que solo el destino haciendo su trabajo.
Él quería que la pintura se quedase con aquel omega, tomando las pocas cosas que había llevado para irse. No sin antes sonreír.
Si.
Él de verdad quiso sonreír, aunque fuese mostrando sus dientes y alguna parte de sus encías, achicando sus ojos gatunos.
No le importaba.
Él le había regalado una sonrisa sincera a Park Jimin, el omega imperfecto.
Como todos en el universo.
Porque sabía más que nadie que se podían convertir aquellos defectos, en algo totalmente perfecto.
Porque solo soy un girasol, que quiere más que sea un poco de amor.
🌻 Fin 🌻
💛💛💛
Espero que les guste, perdón si ven algún error.
¿Qué les pareció?
¿Preguntas?
Bueno, hasta aquí llegó la historia. Muchas gracias por leerme 💕💕💕
Le tengo mucho cariño a esta obra 😭🤧, y me alegra que a algunas personas les haya gustado uwu.
Falta el epílogo, así que esten pendientes que en cualquier momento les doy un aviso en mi perfil sobre está historia.
¡Los amo! Cuídense mucho, y duerman bien.
Sempai❤
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