La mirada de Jimin se encontraba puesta en la escena tan asquerosa que estaba sucediendo frente a él.

Le era sumamente desagradable ver tanto desastre rodear al pequeño niño de ojos oscuros. Se había imaginado a Jungkook en muchos lugares pero nunca en uno tan aterrador como ese. Y si llegaba a imaginarlo el pequeño desencajaba en tal escena pero esto no era su imaginación y el niño que el conocía no estaba frente a él. Ese no era su pequeño. Ese no era su Kookie.

—¿Que diablos hiciste? —Exclamó un Jimin desesperado.

Jungkook volteo y Jimin nunca en su vida olvidaría esa mirada. Se veía la excitación que le provocaba estar lleno de sangre. Ese olor que se metía en las fosas nasales de Park burlándose de él. Estaba divertido con lo que había hecho y eso asusto más al joven adolescente. Un pequeño niño no podía haber hecho tal cosa. Su mirada reparo en el objeto que se encontraba en las manos ensangrentadas del pequeño de 8 años. Un bisturí.

—¿De donde tomaste eso? —Volvió a hablar Jimin.

—Se lo robe. —Dijo el niño apuntando al viejo que estaba tirado en el suelo con el estómago abierto dejando ver los órganos perfectamente. Su respiración se paro. No podía ser.

Jimin se felicitó por traer los guantes de su moto aun puestos. Retiro el objeto de las manos del pequeño que refunfuñó. Tomo su pequeñita mano y lo metió a la casa. Dentro coloco el objeto en una bolsa y mando al niño a tomar una ducha. Volvió a la escena del crimen en el patio trasero de los Jeon y quiso vomitar al ver la escena con mas atención. Sabia que Jungkook no era normal, pero ¿hacer tal cosa? Escucho el coche de la señora Jeon estacionarse y corrió dentro de la casa ideando un plan. Debía proteger a Kook. Tomo un florero y se puso tras la puerta. En cuanto la mujer entró Jimin estampó el objeto en su cabeza, sus manos temblaban pero debía ser fuerte. Por Jungkook. Tomo a la mujer en brazos y la sacó al patio recargando el cuerpo en uno de los muchos arboles, cerca del cuerpo sin vida del Señor Jeon. Tomo un bisturí del despacho de la persona que lo había atormentado durante mucho tiempo y lo lleno de sangre, igual hizo con el cuerpo de la mujer. Colocó el objeto en la mano de esta e hizo un corte demasiado profundo en la mano izquierda. Esperaba que eso fuera suficiente. Tomo una roca y la lleno de sangre de la mujer para después tirarla cerca del hombre.

—Kookie, cuando termines de ducharte toma una mochila y mete un poco de ropa. —Dijo Jimin tomando los frascos de sangre que el pequeño solía coleccionar.

Bajo y asegurándose que nadie lo viera vacío un poco en la parte trasera de la camioneta. Así pensarían que la mujer había desaparecido el cuerpo de Jungkook y no lo buscarían. Todo quedaría como un asesinato y suicido. Se harían muchas especulaciones pero todo terminaría en lo mismo. La mujer mató a su esposo e hijo y después se quito la vida. Cuando regresó un Jungkook sonriente lo esperaba con una mochila a su lado.

—Nos iremos, ¿Verdad?. Vamos a irnos lejos tu y yo. A un lugar donde no nos miren raro. Donde puedas amarme sin tener miedo. —Dijo el pequeño mirando profundamente los ojos que lo observaban estupefactos.

Jimin no lo podía creer. Sonrío de lado tragando fuerte.

—Así es campeón. Nos iremos lejos donde comenzaremos una nueva vida... Juntos. —Tomó la delicada mano del pequeño y lo metió a su auto ordenando que se escondiera mientras el entraba a su casa por una maleta y todos su ahorros, escuchando un: ya era hora de parte de su padre. Lo único que extrañaría sería su preciada motocicleta.

—Él dijo que te mataría. —Soltó el pequeño de linda sonrisa. —Y yo lo mate porque nadie me quita lo que es mio.

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