Como tú
Hoseok los estaba esperando fuera del bar y no dijo nada mientras ambos subían a la camioneta. El trayecto a su casa fue en silencio, ni siquiera los dos amigos hablaron. Está vez Jung los dejó en la puerta de su casa y no tuvieron que caminar ningún trayecto más. JiMin se bajó ni bien la camioneta estuvo estática y entró a su casa sintiendo como sus ojos aún picaban y su garganta dolía.
Los dos amigos se quedaron hablando unos segundos y al final se palmearon la espalda en un abrazo.
—Gracias por traernos, Hyung.
—¿Todo bien, entonces?
—Sí, todo bien. Y otra vez gracias.
Jungkook entonces entró a casa mientras suspiraba, JiMin no estaba a la vista y fue caminando poco a poco hasta llegar a su habitación para verlo por fin en esta. Estaba oscuro y solo la luz de la luna hacía que pudiera ver su silueta en medio de la cama y con las cabeza escondida entre sus piernas. Cuando estuvo lo suficientemente cerca escuchó como este sorbia su nariz y soltaba pequeños sollozos que lo alarmaron.
—Hyung ¿Qué pasa?
Se subió la cama acariciando el cabello del mayor con delicadeza y sintiendo desesperación al no saber que le pasaba. Odiaba cuando las cosas no estaban en sus manos y odiaba que JiMin se pusiera mal por cualquier cosas, siempre quería verlo bien y feliz. JiMin negó y es que no sabía cómo decirle que lo amaba tanto que odiaba que su relación fuera de esa manera. Estaba triste porque él no había planeado decirle que le gustaba en un momento así, uno donde estaba lleno de terror al pensar que Jungkook podía matar a alguien más. Quería pensar que cuando estaba pequeño solo había sido un error o un arrebato de un niño por un berrinche.
Pero no podía ignorar aquel cementerio de animales a metros de su casa, no podía ignorar como había visto a Jungkook con sus manos llenas de sangre metiendo sus dedos en el estómago de esos animales.
¿Por qué incluso sabiendo todo aquello se había enamorado de él?
No dijo nada, solo se abrazo del cuerpo del menor mientras se recostaba en la cama, era tan cálido. Sus brazos lo envolvieron y sus labios se presionaron en su mejilla con tanto cariño que volvió a sollozar pero dejó que Jungkook lo volviera a hacer, una y otra vez, hasta trazar un camino a su boca dónde se detuvo unos segundos, sus alientos se habían mezclado poco a poco y fue JiMin que no pudo aguantarlo más. Tomó los labios del menor entre los suyos llevando una de sus manos a su nuca para presionarlo más cerca y cuando el menor le correspondió el beso ambos suspiraron en la boca ajena, habían añorado tanto ese momento que no se detuvieron. Sus labios bailaron al compás conociéndose por primera vez y el sentimiento cálido los llenó a ambos.
La boca de Jungkook se sentía caliente, húmeda y dulce, tan dulce que JiMin no quería jamás separarse de él, delineó sus labios y metió su lengua explorandolo a su antojo. El menor soltaba ligeros jadeos en su boca que hacían a JiMin querer más, necesitaba más. No recuerda cuánto tiempo se besaron, ni en qué momento se quedó dormido, pero si recuerda que se sentía en su lugar seguro.
Por la mañana se despertó tocando a su alrededor y cuando no sintió otro cuerpo a su lado se levantó de golpe saliendo de la habitación, casi corriendo a la salida.
—Hey, JiMin Hyung~
La voz perezosa y grave de Jungkook por las mañanas lo hizo detenerse antes de abrir la puerta, este venía saliendo de la cocina con una taza humeante de lo que seguro era té. Entonces ahí, cuando lo vió tan relajado se dió cuenta de que sus manos estaban temblando y de que había imaginado lo peor.
»¿A dónde ibas tan apresurado?
—Y-yo... Es que recordé que no regué las plantas de tu cultivo ayer como me lo pediste.
Mintió caminando hasta él para abrazarse de su torso y esconderse ahí. No le iba a decir aquello que imagino en cuanto no lo vió en su cama.
—Oh, ya lo hago yo en un rato ¿Entrenas hoy conmigo?
JiMin miró por la ventana el saco de boxeo puesto en el mismo árbol de siempre, dónde Jungkook solía entrenar los fines de semana.
—Te veré como siempre mientras tú lo haces.
Le sonrió estirándose para darle un besito en la barbilla haciendo al menor sonreír mientras le pasaba su taza de té que traía en sus manos enfundadas por las vendas de siempre. Y así fue como empezaron su mañana con el menor entrenando mientras JiMin le observaba de vez en cuando mientras hojeaba una revista.
🍂
Después de eso sus días transcurrieron normales, con ambos trabajando, lo único que había cambiado y lo que tenía a JiMin bastante feliz era que podía darle besitos y abrazos a Jungkook cada que quería, que podía acurrucarse en sus brazos mientras veían televisión, no habían vuelto a hablar del tema de gustar, pero ambos se sentían cómodos estando así. Era algo que Jungkook siempre había querido. Era algo que JiMin ya no se quería negar.
En ese momento se encontraba preparando en una cesta uno de los pedidos que todos los días realizaba. Sus manos tomaban los tomates mientras veía que estuvieran en buen estado, no le gustaba entregar mercancía que no fuera de calidad. Incluso si estaba concentrado, para él las voces de su jefa y una señora que había llegado a comprar no pasaron desapercibidas.
—Lo señores Choi están muy preocupados, nunca había pasado esto con su hijo. No tienen señal de él desde el fin de semana. Han buscado por todos lados y no hay rastro.
—No lo puedo creer. Tan buen muchacho que era, siempre tan callado y respetuoso. Es una pena ¿Crees que le haya pasado algo con los animales del bosque?
—Ya lo estuvieron buscando y no encuentran nada.
JiMin no podía moverse, se había quedado estático en su lugar con los ojos fijos en un punto y reproduciendo la conversación en su cabeza. Estaba desaparecido, un chico estaba desaparecido y su corazón golpeaba con fuerza al pensar en cuál chico sería. Se llevó las manos a la cabeza aturdido mientras se tambaleaba queriendo salir del lugar.
—Jimin, hijo ¿Estás bien?
Su jefa preguntó preocupada al verlo y se quiso acercar a él pero JiMin meneó su mano en el aire para que no se acercara más a él.
—E-estoy bien, solo... Tengo que irme.
Dijo saliendo apresurado, tenía que calmarse, quizás solo era como lo habían dicho ellas, seguro algo malo le había pasado en el bosque con algún animal o había tenido un accidente. ¿Pero por qué corría? Su respiración estaba agitada mientras corría lo más rápido que sus pies le daban, a lo lejos pudo ver cómo los cultivos de lo Jung aparecían en su vista, pero no se detuvo corrió y corrió incluso sin darse cuenta que había pasado al lado de Jungkook y que ese lo había notado.
Cómo no verlo, cuando pasó hecho un desastre con sus mejillas empapadas en lágrimas y su respiración saliendo con fuerza.
—¡Jimin!
Pero no lo escuchó no se detuvo en ningún momento hasta ver su casa, llegó a esta poniendo sus manos en sus rodillas mientras soltaba el llanto con fuerza, debía calmarse, quizás no era lo que estaba pensando. Porque ver su casa le hacía recordar a Jungkook y él no era malo, ya no.
—¿Le hiciste algo?
Preguntó cuando sintió pasos a su espalda y sabía de quién se trataba, el menor no respondió, solo había silencio.
»¿Que si le hiciste algo? Maldita sea, Jungkook. RESPÓNDEME.
Le gritó encarandolo y tomándolo del cuello de la camisa con fuerza. Sentía que su vida se iría a la mierda después de esto, no quería repetir lo mismo, no cuando parecía que todo apenas se había acomodado a su favor.
—Yo no le hice nada.
—¿Me lo juras?
Sollozó aflojando el agarre en el menor mientras buscaba sus ojos con súplica.
—¿Qué es lo que te duele, JiMin? ¿Qué ese estúpido este desaparecido?
—Tú, Jungkook. N-no puedes hacer algo así, no está bien.
—¿Yo soy el que te preocupa? ¿Me tienes miedo, Hyung?
Dijo tomando las manos del mayor para quitarlas de su ropa y mirarlo, JiMin no sabía cómo descifrar su mirada pero no podía despegar sus ojos de él y gimió bajito al sentir cómo este las tomaba con fuerza causándole dolor.
—Jungkook, nosotros estamos bien aquí. Lo que tú haces está mal. Si alguien sabe nuestro pasado...
—Cállate, Park.
—Eso es enfermo, no puedes disfrutar el hacer algo así.
—¡Que te calles! ¿Qué te hace diferente a mi?
Jungkook tiró de él haciéndolo chocar con su cuerpo mientras lo rodeaba de la cintura presionandolo contra su cuerpo.
—¿Qué quieres decir?
La voz del mayor tembló queriendo apartar sus ojos de él, pero no podía escapar Jungkook recorría cada una de sus facciones atento a su sufrimiento.
—¿Te recuerdo quien mató a mi madre?
—No, Jung...
—Tú fuiste, bonito. No dudaste ni un segundo en tomar las riendas de la situación. ¿Lo disfrutaste, no es así? Malditamente si lo hiciste y no puedes negarlo.
—¡No es cierto!
—Oh, claro que sí.
—YO NO SOY COMO TÚ, JUNGKOOK.
—Como yo... ¿Y como soy, precioso?
—Eres un asesino.
—Y tu también.
El menor sonrió atacando su boca sin dejarle escapatoria, ni derecho de negarse. Hizo de esos labios suyos y chupo con fuerza antes de meter su lengua escuchando como JiMin tosia en su boca y no fue hasta que lo mordió que se alejó sin soltarlo de la cintura.
—Te odio, te odio, te odio.
Golpeó su pecho sin poder dejar de llorar y viendo como un hilo de sangre corría por la barbilla del menor.
—JiMin, tú me amas. Me amas tanto que no soportas la idea de haberte enamorado de un enfermo. Porque sí lo soy, Hyung.
—Suéltame.
—No.
—No lo voy a volver a repetir.
Jungkook se rió y al final lo soltó limpiándose la boca con el dorso de su mano mientras veía a JiMin salir de su casa. Pero su corazón golpeó con fuerza cuando lo vió por las ventanas dirigirse al bosque detrás de su casa.
—¡¿A dónde vas?!
Le gritó pero no obtuvo respuesta, tenía que ser una broma. JiMin no debía de saber sobre eso ¿Cierto? Entonces el rubio volvió a correr perdiéndose cuesta arriba y tuvo que seguirlo, tenía que alcanzarlo.
JiMin brincó ramas y arbustos, sintiendo como algunas impactaban en su rostro pero no se detuvo, menos cuando oía los gritos de Jungkook atrás y sabía que eso no significaba algo bueno. No sé detuvo hasta que llegó a aquel plano lleno de cruces, no hasta que cayó de rodillas mientras veía una nueva, una cruz grande y un bulto de arena justo abajo del árbol. Se escondió entre sus manos mientras sentía todo su cuerpo temblar.
— Lo siento. Perdóname, por favor.
Suplicó recordando a aquel muchacho que se había acercado con timidez a hablarle aquella noche. Todo era su culpa, si no lo hubiera aceptado. ¿En qué estaba pensando? Sabía que Jungkook podía verlos, sabía que si eso pasaba las cosas terminarían así y pero no sé detuvo ese día.
Los mismos brazos cálidos de siempre lo rodearon y sintió un beso en su cabello mientras cerraba sus ojos. Estaba condenado de por vida a ese hombre, ese que lo atrapaba y lo hacía sentir pequeño pero protegido. Ese hombre al que amaba con su vida.
¿Estaba mal por querer estar con un asesino el resto de su vida? ¿Estaba mal amarlo con locura incluso sabiendo que un día podía terminar como todos esos cuerpos sin vida? ¿Jungkookie sería capaz de quitarle la vida y jugar con su sangre mientras tenía aquella sonrisa que tanto amaba pero que le daba mucho miedo también?
—Hoseok se lució con esta tumba, debo admitir.
—¿Q-qué?
—Yo tenía que regresar ese día antes de que despertaras, lindo.
••••••••
¡Y fin!
Díganme qué si les gustó porque sino no se que voy a hacer 😔
Y me perdonan pero es que no supe dónde meter el lemon, quizás después haga un extra.
Si hay faltas de ortografía me dicen, pls
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