👍Nada de dedos 👎
- Ciel! Saca los dedos de tu boca! - reprende Sebastián al niño, quién molesto se lo saca de mala gana y mira a su mayordomo de manera mala.
No es que al demonio le moleste que Ciel se chupe el dedo si no que a veces sus manos están sucias de tinta por su trabajo de firmar y sellar, cuando se da cuanta la boca y lengua de Ciel están azules. Como ahora, terminando de escribir el pequeño conde chupo su pulgar y ahora la comisura de sus labios es azul .
Sebastián toma un pañuelo húmedo y limpia la boca del niño al igual que sus manitos. Después lo carga y lo lleva para cambiar su pañal y darle un biberón lleno de jugo de manzana para su merienda y un par de galletas.
Sebastián miraba al niño comer sus galletas de chispa de chocolate y tomar su biberón con las manos llenas de chocolate, verlo chupar sus biberón le dio a Sebastián una idea.
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Sebastián se paseaba por las calles de Londres, había dejado a Ciel durmiendo su siesta al cuidado de Mayrien. Sebastián camino hasta que encontró la tienda que buscaba, entró y fue recibido por una señorita vestida de rosa.
- bienvenido - dice la señorita amablemente - que está buscando?
- estoy buscando algo que a mí bebé deje de chuparse el dedo con las manos sucias
- oh tengo lo que necesitas - dice la señorita y busca entre sus estantes una cajita pequeña, al abrirla revela un chupete un poco extravagante pero elegante, el chupete era negro liso y brillante pero lo que más resalta era la joya incrustada en el centro, un hermoso zafiro. - si desea puedo buscar otro que se adapte a sus gustos.
- no, es perfecto - Sebastián paga por el chupete y feliz se va de la tienda deseándole un buen día a la señorita de rosa
- hasta luego vuelva pronto!
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Cuando Sebastián llega a la mansión consigue a Ciel despierto en los brazos en Mayrien, se chupaba el dedo mientras que Mayrien le limpiaba su carita con un pañuelo al parecer estuvo llorando.
- oh señor Sebastián! - dice alegremente mientras camina hasta él - el pequeño se levantó de mal humor y lo estaba llamando.
Sebastián sonríe y toma a Ciel de los brazos de Mayrien quien se aferra a su chaqueta mientras apoya su cabeza en el hombro del demonio, Ciel nunca saco su dedo de la boca, cerro los ojos queriendo dormí un poco más.
Sebastián se despide de Mayrien y se lleva al niño a su habitación para que pudiera terminar su siesta. El mayordomo aprovecha esta oportunidad, saca la cajita donde estaba el chupete, con cuidado saca el dedo pulgar de la boquita del niño, Ciel se queja en sueños y hace un puchero a punto de llorar, Sebastián se mueve rápido y pone el chupete en la boca del niño.
Ciel empieza a chupar, está más calmado, Sebastián mira como el chupón se balancea en los labios del pequeño. Satisfecho el demonio se retira en silencio dejándolo descansar.
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Una hora más tarde Ciel se levanta, y se da cuenta que hay algo en su boca, lo escupe y toma el objeto examinandolo. Era muy bonito la joya parecía a su anillo, y la goma parecía a su biberón agradable, contento se lo pone otra vez en la boca y empieza a chupar, le gusta mucho.
Ciel gatea fuera de su gran cama, se lleva consigo a parche, ahora se da cuenta que puede llevarse más cosas al tener sus manos desocupadas. Entonces elige llevarse un par de juguetes más para ir a jugar con Finnian, elige un oso blanco de peluche y un gatito negro de peluche, a parte un perrito de madera que podía pasear y un tren.
Ciel toma su carretilla y mete sus juguetes, toma el mango y sale de la habitación jalando su carretilla hasta el jardín.
Finnian ve a Ciel venir y se lava sus manos para poder jugar nota, el chupete en su boca y le halaga diciendo que está muy bonito.
Ciel orgulloso de su nuevo chupete empieza a jugar con el rubio. Pasada una hora Ciel se aburre de sus juguetes y empieza a jugar a las atrapadas con Finnian, en una de esas correderas Ciel se tropieza con una roca y cae al suelo, el impacto hace que el chupete salga de su boca y caiga en un charco.
- Ciel! - Finnian lo levanta y lo carga - estás bien? Te hiciste daño? - dice preocupado revisando pero parece que está bien pero el pequeño empieza a llorar - que está mal pequeño? Te duele algo?
- t-tete tete! - dice señalando su chupete perdido.
Finnian ve lo que esta apuntado y va hacia el, pero no puede darle eso así, está sucio
- vamos a lavarlo.
Finnian aún con Ciel en brazos lava el chupe debajo del grifo del jardín, cuando está bien limpio se lo da Ciel quien contento lo recibe con gusto. Finny besa su cachete feliz por el.
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El tiempo pasó en la mansión y se puede ver a menudo al joven conde con su chupete, hasta trabajando se lo lleva puesto, a la hora de comer se lo tienen que quitar y a veces lo pierde o se le cae, cuando pasa eso el pequeño llora como si le hubiesen pegado.
Llora a gritos llamando a "tete" de vuelta y nadie se para hasta encontrar ese condenado chupón.
Sebastián tuvo que ir otra vez a la tienda donde compro el chupete y pedir algo para que no se le caiga. La vendedora le entrego una cadena que combina con el chupete, era de color negro y tenía unas pequeñas joyas en ella. La cadena se usa como collar, así aunque se caiga de sus labios nunca tocará el suelo.
Ciel está feliz ahora tenía un collar con su chupete y ya no teme de perderlo. Y el personal de la mansión están felices, sus oídos pueden descansar un poco está vez.
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