Extra 01

Exámenes médicos
Adolescencia de Connor.

Connor

Precisamente hoy tengo un sabor amargo en la boca, siento que algo malo va a suceder. Ahora estoy en el auto camino a mi heladería favorita, eso dijo mamá antes de salir de casa. Los chicos están muy callados para mi gusto y eso me tiene estresado.

- Vamos Alex, habla. - me quejé. - ¿Qué esconden?

- Nada, ¿Por qué siempre piensas eso? - se defendió el mayor.

- No te lo decía a ti Nick. - rodé los ojos. - Esperen...

- Cierra los ojos que aún falta para llegar. - comenzaron a sugerir.

- No hace falta, me encanta ver el camin... - el edificio grande con letras perfectamente escritas llamó mi atención. - ¿Qué mierda?

- Déjame adivinar, estarás de llorón ahora.

- ¡Esto no es lo que me prometieron!

- Cálmate tesoro. - dijo mamá mirándome por el retrovisor. - Hoy tienes unos exámenes, nada de qué preocuparse y luego pasaremos a...

- ¡No, no! - me desesperé. - Locos están si creen que me voy a bajar de este maldito auto.

- Pues para eso me trajeron. - fulminé con la mirada a Nick. - Van a ser tres pinchazos, que dramático.

- ¡¿Qué?! - mi corazón late a mil por hora y no respiro.

- Se puso blanco como papel, no era bueno mentirle, yo les dije. - el menor me tomó la mano como apoyo. - Perdón pero no tenía permitido...

- Te entiendo pero saldré de aquí. - traté de abrir la puerta en plena carretera pero lamentablemente le colocaron seguro de niños.

- ¡Connor! - mamá me regañó. - ¿Qué pensabas hacer jovencito?

- Lanzarme, es mejor a que me piquen.

- Sigue y el castigo que te va a llegar en casa te hará cambiar de opinión pensado bien las cosas. - me encogí en el asiento y la escuché suspirar. - Mi vida no sentirás nada.

- ¡Me mienten! - dije entre hipidos. - ¡Yo odio las agujas y me traen!

- Es momento pero tienes que soltarte del asiento hijo. - más pánico me dio cuando supe que estaba en el estacionamiento. - El doctor que nos espera es muy amable, ya lo verás.

- ¡Pura mierda dices! - me fui a los asientos traseros a esconderme al final.

- Estoy enojada. - la ignoré. - Llamaré a tu padre si no vienes.

- ¿Y?

Le tardó tres segundos abrir la puerta y avanzar hacia mi dirección para hablarme.

- Bebé estaré a tu lado, no son tan malas como crees. - me acarició el cabello cosa que me relajó. - ¿Si?

Convencerme es difícil, peor aún en estas situaciones. Para mí si no es estrictamente necesario jamás pisaría un puto hospital en mi vida. No entiendo cómo se pasó por la cabeza considerar estudiar medicina algún día con esta fobia.

- ¿Saldrás de la mano? No te la soltaré hasta que entremos. - mis ojos se llenaron de lágrimas. - Sin llorar, los niños grandes son valientes.

- Yo no.

- Claro que sí, esos trece años me demuestran mucho. Tú puedes.

- Me va a doler y mucho.

- ¿Sabes qué? - me dio un beso en la frente. - Estos besos de mamá curan todo, hasta el mismo dolor.

- Tengo miedo.

- Lo sé pero confía en mí y por favor cierra tus ojitos que terrible no es.

- ¿Del uno al diez cuanto va a ser? - miró su reloj.

- Menos uno.

- ¿Segura? - de apoco fui siguiéndola para salir del auto. - ¿El helado si me lo vas a comprar?

- Solo si te portas bien. - asentí. - ¿Tenemos un trato?

Los pasillos son muy largos y hace frio siempre. Deberían tener salidas en todos lados, no tan alejadas para poder huir en caso de emergencia. Esos niños que están sentados en la alfombra con juguetes no saben lo que les espera allá adentro, son demasiado inocentes y lo triste es que estoy sentado junto a ellos.

"Pediatra"

Esa palabra sale en la puerta y lo odio. Quisiera ser como la gente adulta que se sienta normal, espera su turno y se va como si nada. Acá es puro llanto, sudor y mocos.

- ¿Cuánto más esperaremos? - reclamé. - Estoy aburrido.

- Recién entramos corazón, creo que en diez.

- ¿De qué se trata la revista? - dije poco interesado. - ¿Decoración?

- Si, cuenta que las casas se remodelan con materiales... - me desconcentré y estuve pendiente de otra cosa.

Mis hermanos cierran los ojos a cada instante por el sueño, fui un tonto al pensar que a las diez de la mañana podría comer helado.

- Connor Miller. - apreté mis manos con fuerza.

- Arriba, nos llaman. - un dolor de estómago apareció de repente y no podía levantarme.

- No puedo.

- ¿Por qué? - se agachó. - Dime, cariño.

- Me duele. - lloriquee. - Quiero ir a casa, así se me pasa.

- Creo que eso no va a ser posible, deja esos nervios.

La señora con una sonrisa me recibió y quería taparme los oídos con su voz chillona con la que me hablaba.

- ¿Y qué te gusta jugar?

- A nada, ya soy grande. - forzó una sonrisa. - ¿Puede darme algún jarabe para que no me pique? Le juro que me lo tomaré.

- Connor.

- Pero mami si es cierto...

- Lo siento mucho pero no es posible. Pero no te dolerá...

Todos son unos mentirosos, me obligaron a subirme a esa camilla y cerré mis ojos con fuerza cuando vi que traía las jeringas en una especie de recipiente.

- A la cuenta de tres. - los ejercicios de respiración que papá me enseñó ayudaron. - Uno, dos...

Ese supuesto "No te dolerá" es una farsa.

Lo acabo de comprobar con mi pobre brazo izquierdo que duele mucho.

- ¡Ninguna más! - lloré a todo pulmón con llevando mi mano a la zona. - ¡Auuu!

- Ya Connor, faltan poquitas.

- ¡No!

- Mira al otro lado. - la señora volvió a pasar el algodón y la empujé con fuerza para irme pero mamá me atrapó.

- Basta jovencito, compórtate. - afirmando mis brazos siguieron con la segunda y creo que fue el doble.

- ¡No más, no más!

- Hijo... - sus besos no funcionaban.

Quedaré seco por dentro, estoy seguro. Mis lágrimas se acabaran y en la vida podré llorar otra vez.

Con la tercera vi la luz, ya me desmayaba.

- Pasó, pasó, no llores amor. - mi único refugio eran los brazos de mama donde podía desahogarme cuanto quisiera. - Muchas gracias, nos vemos la próxima semana para los de sangre.

- Si, recuerde darle muchos mimos. - sorbí mi nariz.

- ¿Qué de qué? - negó sin decirme nada y salimos de ahí.

El peor día de mi vida aunque sigo esperando que me compren lo prometido, quizás eso me alivie la pena. Si algún día llego a tener hijos voy a hacer lo posible para que no tengan que venir a estos lados. Si yo la paso mal no quiero imaginar a un bebé, me estresan.

Les dejo por aquí un borrador, últimamente no me he podido sentar a escribir el capítulo por los trabajos de la escuela pero espero tenerlo pronto y publicarlo esta semana.

Muchas gracias a soy1persena quien dio la idea para este extra. Si tienen alguna sugerencia no duden en compartirla, yo feliz de escucharl@s.

¡Les mando un abrazo y ojalá estén teniendo un buen día!❣

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