[2] luffy x nami

universo de one piece

géneros: drabble, romance, fluff

pareja: luna; luffy y nami

un drabble según internet es una obra literaria ficticia que sea menor a 100 palabras, aunque se suele aceptar relatos de menos de 500 palabras.


Luffy solía ser extremadamente escandaloso y molesto la mayor parte del tiempo, pero si había alguien que lograba mantenerlo tranquilo era su navegante.

Nami se encontraba recolectando algunas mandarinas, la tranquilidad del barco era acompañada por las olas tranquilas de esa parte del mar y la tonada de violín que Brook tocaba de fondo.

Recordó cómo su ruidoso capitán había estado rogando por uno de los cítricos que la chica tanto cuidaba, ella con el afán de callarlo le dijo que si le ayudaba a darle cuidado a sus preciados árboles frutales le daría mandarinas.

La peli-naranja sonrió enternecida al encontrar a su capitán dormitando en el suelo rodeado de artículos de jardinería. Tomó la canasta con los frutos y se desparramó a su lado.

Cuando Luffy estuvo lo suficientemente consciente pudo notar las caricias sobre su cabello y la comodidad que las piernas de Nami le brindaban, además del lindo aroma a cítricos y a la chica combinados.

–Buen día, capitán. –el moreno sonrió adorablemente reincorporándose aún en el suelo y quedando frente a Nami.

La chica sin decir nada más le extendió una mandarina que el otro aceptó sin rechistar y comenzó a comer como si su vida dependiera de ello. El silencio era cómodo y ambos chicos disfrutaban de la tranquilidad que emanaba el ambiente.

–Han pasado ya unos días desde lo de Shiki... –comenzó a hablar la chica llamando la atención del capitán. –...y no puedo evitar preguntarme qué sería de mi vida si...

–Nami. –la chica quitó la mirada de sus manos y miró a Luffy, él le miraba con una tenue sonrisa y una mirada tan cálida que derretía el corazón de la muchacha. –Mientras yo esté aquí no hay necesidad de siquiera pensar en eso. Nadie te apartará de mi lado. –ella guardó silencio durante unos segundos y tras un suspiro habló nuevamente.

–Me alegro tanto de que seas mi capitán.

El muchacho rió levemente y estirando su brazo lo enrolló en la cintura de la chica, la atrajo hacia él haciendo que ella termine sentada en su regazo.

–Soy muy afortunado de tenerte como navegante.

Ella se dejó hacer, el chico ocultó su rostro en el cuello de la joven causando ligeras cosquillas, atrajo el sombrero de paja que había quedado en el olvido a unas mandarinas de distancia y se lo colocó a su chica como solía hacerlo cada que tenía oportunidad.

–Aunque Shiki no se la pasaba llorando por mis mandarinas. –el monito hizo una mueca algo graciosa a los ojos de la navegante quien rió. –Pero aún con todo lo molesto que llegas a ser así te amo, capitán.

– ¿Tanto como para darme más mandarinas? –ella le jaló la nariz de manera graciosa.

–Tampoco abuses.

Él se quejó en voz baja por el jalón pero sonrió al final ya que sabía que vendrían más frutas de donde vino la primera, siempre era así ya que Nami le amaba tanto como a sus mandarinas.

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