Nunca llore lo suficiente. Llevo disociando mis emociones desde que terminamos. Creí que sería mejor solo fingir que había dejado todo en el pasado. Pero no es así.

Sigo teniendo el vacío desde que te fuiste, sigo esperando algo de ti, te sigo viendo en cada una de las cosas que te gustan, te veo en las redes. Y por mucho que duela no creo poder dejarte ir en mucho tiempo.

Pero se que me dejaste ir, porque lo que teníamos ya no era suficiente para ti. Mi amor por ti rebasaba cualquiera de mis creencias, cualquier ética o moral en mí. Yo podía meter mis manos por ti, mi vida por ti. Tú me dejaste ir, y cuando lo admitiste, trazaste una herida de mi orgullo hasta mi alma. Odio tanto no poder borrar esa imagen de amor, que me ciega en lo que realmente hiciste. No conoces la lealtad, a pesar de yo poder morir por ti. Tu traición me sigue persiguiendo, no me deja confiar porque se que en algún momento, cuando entregue mi corazón de nuevo, no me darán esa lealtad, que ni tú, amándome por años lo hiciste. Tengo tanto miedo de sentir, de amar, no quiero que me vuelvan a traicionar.

Puedo fingir interés, pero al final, el miedo siempre me acorrala y no puedo, simplemente ya no. Estoy pagando algo que no rompí, y me está costando muchísimo. Ya no quiero, quiero que el miedo se vaya igual que tu recuerdo.

Ya no veo el amor de la misma manera, ni a las personas. Solo son potenciales traidores, y el amor, el arma blanca.