-Chuya dije vámonos —Le dijo mientras le jalaba del brazo—

- ¡No quelo!

Era la octava vez que Dazai lo jalaba para poder irse, Chuya se aferraba fuertemente a un poste de luz, desde que había mirado aquella tienda de sombreros, no podía hacer que caminara, el pequeño estaba decidido a que le comprara un sombrero, cosa que el castaño no haría, si bien estaba feliz de que el horrendo sombrero de Chuya no viniera incluido con el bodoque, nunca espero que esta situación pasara.

- ¡Chuya ya llevamos 3 horas tarde, si bien no me importa llegar tarde, no quiero tener que esperar regaños!

-¡Pedo yo quiero ese sombelo!

-¡Chuya sigue así y te juro que te quito tu jugo!

El niño se tensó y dejo de hacer fuerza, el mayor lo noto y lo soltó, Chuya camino hasta su botella y la abrazo comenzando a caminar mientras lloraba, Dazai suspiro y miro a su alrededor todos le miraban, sonrió nervioso y comenzó a caminar junto al pequeño, en todo el camino solo podía escucharse como el pequeño sorbia su nariz y lloraba, eso hizo sentí un poco mal a Dazai, pero no cambiaría de opinión.

Al llegar a la agencia, el castaño dejo las bolsas cerca de su lugar de trabajo y se sentó, algo andaba mal, no había gritos y Kunikida estaba delante de el en su computadora, estaba a punto de, jugarle una broma, cuando el rubio hablo

-Di o has algo y te juro que olvido que estas cuidando a Nakahara Chuya

-¿Como sabes de...? —parpadeo confundido—

-El chico me lo dijo, además del presidente

-Ya veo, eso quiere decir que tengo menos trabajo —suspiro fastidiado y cerro sus ojos mientras se dejaba caer en el escritorio-—

-Temporalmente —dijo Tanizaki entrando—

-Todos lo sabemos y ayudaremos, solo porque está involucrado con el caso que tenemos

-Ah, Sobre personas desaparecidas y el gran aumento en los orfanatos

-Le pedimos a Atsushi que fuera a investigar con Rampo, además de traerme muestras de sangre de los niños —Dijo Yosano— Hablando de niños ¿Dónde está?

-¿Chibi? A él esta aquí abajo —dijo apuntando bajo el escritorio— Lleva un rato llorando y está molesto conmigo

-¿Que le hiciste? —Dijo Tanizaki asomándose bajo el escritorio—

-No comprarle un horrendo sombrero, luego me lo agradecerá

Chuya se encogió más aferrándose a la botella que estaba ya a la mitad, Tanizaki estuvo a punto de decir algo, pero la puerta siendo abierta, le interrumpió, dejando ver a Ranpo y a Atsushi

-Hemos vuelto

-¿Alguna novedad? —Dijo Kunikida—

-Ninguna solo que las suposiciones eran ciertas, todos aquellos niños son las personas desaparecidas, aparecieron en un lapso de 3 días después de su desaparición, no recuerdan nada ni a nadie.

-Ranpo-san tiene razón, además de que solo ha afectado a personas de sociedad alta, empresarios o personas de gobierno, y podría ser que también a Nakahara-san, ellos también investigaban eso, ya que se habían metido con alguien de sus contratistas.

-Eso explica por qué el la magia estaba metido en este asunto —planeo Kunikida— pero eso no indica que el ataque sea parte del plan de ellos ¿Por qué atacar a uno de los pilares de la mafia?

-Cualquiera sabe que hacer eso, es meterse con toda la mafia —esta vez hablo Yosano sentándose en una de las sillas del lugar—

-Eso es verdad, sería un suicidio si lo hicieras. ¿Un error tal vez?

-No lo creo —interrumpio Dazai— ellos parecían saber lo que hacían, tal vez solo querían la ventaja en lo que planeaban, debió ser eso

-Pareces muy relajado con respecto a lo que sucede —rio un poco la mujer— pensé que estarías más frustrado

-Sinceramente lo estoy, no soy bueno cuidando de niños, simplemente no los soporto, y Petit no es la mejor opción para cuidar

-Si tomamos en cuenta que ustedes se odian, no me sorprende, será un milagro si el sobrevive medio día contigo —hablo está vez Kunikida—

-Realmente no me interesa lo que le pase, solo lo hago por qué me obligaron

Nadie pudo decir nada mas ya que una pequeña mancha naranja salió corriendo de bajo del escritorio y abrazo a Atsushi.

-¡Gatito!

-¿E-Eh? —Atsushi se sonrojo— ¿G-Gatito?

-Bueno tu habilidad es de tigre, así que no es tan equivocado

-Yosano-san no diga eso

Atsushi miro al pequeño quien estiraba sus manitas para que lo abrazara, suspiro y con todo el cuidado que pudo lo tomo en brazos Chuya lo abrazo y sonrió, en el lugar se sentía un aura malvada, todos miraron a Dazai quien veía a Atsushi con una sonrisa mal fingida.

-Vaya~ quien diría que él te tomara tanto cariño Atsushi- kun, solo se conocieron ayer y convivieron pocas veces de adultos y aun así te quiere~

-¡N-No es lo que piensa! —entro en panico—

-Nakajima Atsushi-kun vamos un momento a la cafetería

-P-pero si aún no es la hora de descanso

-Faltan unos minutos adelantémonos

Dazai tomo en brazos a Chuya y se lo entrego a Yosano, así salió sin más con Atsushi de la oficina obviamente con el menor temblando, tratando de liberarse, los miraron salir y escuchar gritos por parte del menor

-¿Creen que estará bien? —dijo Tanizaki mirando la puerta—

-Quien sabe, ya lo sabremos después, aunque viendo su reacción, ¿no está contradiciendo lo que dijo hace unos momentos? —todos asintieron—

-Gatito —menciono Chuya con un leve sonrojo y su carita con lagrimas—

-Chu-kun el estará bien

-¿Chu-kun? —la miro curiosamente—

-¿Te molesta que te llame así?

-Nopi, me guta —dijo mientras sonríe sonrojado—

Yosano lo acerco más a él y froto su mejilla contra la del pequeño sacándole unas pequeñas risas, Yosano se detuvo un momento y olfateo al pequeño quien la miraba confuso

-¿Alcohol?

-No me digas que esa botella

-¿De qué hablas? —miro extrañada a Tanizaki—

-Bueno, lo que pasa es que cuando lo vi ahí abajo el tenía abrazado una botella pequeña, pensé que era jugo, pero...

Los mayores se acercaron y tomaron la botella miraron la etiqueta, Yosano le entrego a Chuya a Tanizaki y tanto ella como Kunikida salieron dispuestos a matar al suicida, Chuya parpadeaba y tallaba sus ojos tenía sueño, solo quería que Dazai volviera para poder dormir