— ¡Amor! Mira a Melody. — Izuku se dio la vuelta para ver a su hija. Se emocionó al ver a su hija perfectamente sentada. Se sentaba sola y jugaba con los juguetes que había en la cama. — Mi amor, ¡ya te sientas solita!

— Mi niña... Amor, creo que es hora de que pruebe su primera comida. ¿Ñam-ñam? — El peliverde hizo la seña de comida. Y Melody entendió perfectamente.

— ¡Ñaam~ Ñamm~! — Bajaron los 3 a la cocina, su casa ya estaba llena de juguetes y accesorios.

Melody no era una niña problemática; a diferencia de sus "primos", los mellizos de Eijiro y Katsuki, que a su corta edad de 4 meses eran unos diablillos.

La tricolor era más tímida, callada, pero... curiosa. Aprendía muchas cosas con mirar a sus padres y a su hermana. Entendía ya muchas cosas y, aunque todavía no podía hablar, se intentaba comunicar lo más que podía con Shoto e Izuku.

— ¿Estás lista Meli-Mel? — La bebé sólo reía al ver esa cuchara acercarse a su boca. ¿Será un juguete nuevo? Quién sabe. — Oh, siempre he querido hacer esto... ¡Aquí viene el avioncito~!

— ¡Gaahh~! — La compota fue tragada, no hubo ninguna reacción la verdad. Melody solo miraba a sus padres. — Uhhh~ ¡Ñaam~ Ñamm~!

— ¿Más Ñam-Ñam? — La tricolor asintió. Una cucharada más, la tercera la vomitó. Pero, al final, se comió todo el pequeño plato. ¡Vaya...! Creo que le gustó.

— Sí, pensé que lo iba a rechazar. — Shoto tomo a Melody en brazos para que padre e hija vieran afuera de la ventana. — El día está bastante bonito, ¿no lo crees, mamá?

— ¿Estás diciendo que quieres salir a pasear, papá? — Izuku conocía a su esposo. Shoto no era directo con cosas que él quería. Ocupaba el dialogo para manipular personas. — Algunas veces te comportas igual que un gato...

— ¿Tú crees? — Melody empezó moverse, intentando librarse del agarre de Shoto. — ¿Qué pasó mi amor? ¿Quieres ir con mamá?

— Creo que... quiere salir a pasear. — La bebé se emocionó al escuchar eso. Izuku lo pensó algunos minutos. — Salgamos un rato, hay que comprarle un regalo de cumpleaños a Bakugo.

— ¡Uwaaa~! — La tricolor amaba cuando su papá lo llevaba en el portabebés, se sentía muy alta. Reía demasiado, Melody era muy risueña. — ¡Guuhh~!

— Mi amor, no te quites tu diadema... — Melody vestía un peto* de puntos, que combinaba con su diadema. Una flor de cerezo cayó en el pelo del bicolor. — Mira, Melody, el cabello de papá.

— Ten, pequeña — Shoto le entrego la flor a su hija. Se sorprendieron al ver que la niña no se lo llevó directo a la boca, la tomo frágilmente y la observo detalladamente. —...Mi niña... Entonces, ¿Qué quieres regalarle a Bakugo, Izuku?

— Mmm... Nada que tenga que ver con sus hijos creo yo. Algo para él... ¡Ya sé! Ven, sígueme. — Caminaron algunos minutos y llegaron a una tienda. El bicolor asintió, quizás en esa tienda encontrarán algo para el cenizo.

Habían pasado algunas horas. Melody había dormido una siesta en los brazos de Izuku, por lo que tuvieron un descanso en el patio de comidas.

— Tenemos el regalo de Bakugo, regalo para sus mellizos, más ropa para Melody, ¿Qué nos falta? — Izuku comía Katsudon después de bastante tiempo. Olvidaba como sabía esa gloria culinaria. — ¿Por qué no me dejabas comer esto cuando estaba embarazado, hija?

— Deberíamos comprar más frutas y vegetales, para las comidas de Melody... ¿Sabes qué quiero comprarle? — El peliverde escucho atento, arrullando a la tricolor. — Un saltador, pero uno para marco de puerta (1). Melody está más energética de lo usual, quiere moverse y dar saltitos.

— Yo creo que es una gran idea... Así me deja hacer ejercicio. Comprémoslo y nos vamos a casa...

— ¡Ah, Ah, Ah! — Melody saltaba y bailaba al ritmo de la música, mientras veía como Shoto e Izuku hacían ejercicios. — ¡Gaaahh~!

— Parece que le gusto... — La tricolor reía, gritaba, chillaba emocionada. Le encantaba saltar y mantenerse activa. — Cuando sea más grande podríamos comprar una cama elástica...

— Conozco esos pensamientos, Shoto Todoroki. — El peliverde paró de hacer abdominales. — Tú quieres la cama elástica...

— ¿Quién no quiere una cama elástica de pequeño?