Guardería
— ¿Qué vayan los 3 juntos...?
La guardería de Toshinori y Katana había cerrado por pocos niños inscritos. Así que Eijiro e Izuku estaban pensando en inscribir a los 3 niños juntos en una nueva guardería.
Toshinori, Katana y Melody habían estado inscritos en un taller de verano de padres e hijos, ahí actuaron en la obra siendo tiburones. Pero los mellizos iban a una guardería diferente a la de Melody.
— No me parece una mala idea. — El bicolor le dio un sorbo a su taza de té. — Pero deberíamos empezar de cero en una guardería. Una cerca de la agencia.
— ¿A dónde vamos? — La rubia preguntó, mientras caminaba de la mano con su hermano.
Para entrar a esa guardería, los niños tenían que hacer unas pruebas de: sociabilidad, inteligencia y motricidad. Así que en ese momento, los niños iban a la guardería para que sean evaluados.
— ¡Hola! — Una joven les dio la bienvenida a esa residencia. — Ustedes deben ser Toshinori, Katana y Melody.
— ¡Hola! — Katana saludó amigablemente, mientras la tricolor, que estaba al lado suyo, se acercó a su mamá pidiendo que lo alzará.
— Son unos niños encantadores. ¡Bien, acompáñenme a la sala de juegos!
Entraron a un salón bastante colorido. Las paredes estaban decoradas con dibujos de flores y animales, las mesas estaban ordenadas y se podía apreciar un área de juegos, lleno de juguetes y de actividades divertidas para los niños.
Se veían a muchos niños jugar, cada quien haciendo caso a las órdenes de sus cuidadoras y de sus padres.
Los mellizos se emocionaron bastante al ver como se divertían los niños de la guardería que también quisieron ir a disfrutar.
— ¿¡Podemos ir, podemos ir!? — Katana y Toshinori le preguntaron emocionados a sus padres. Eijiro y Katsuki asintieron, siguiendo a sus mellizos que corrían hacia los juegos.
— ¿Quieres ir con ellos? — La cuidadora le preguntó a la tricolor.
Pero la pequeña Melody no estaba tan convencida de ir. Escondió su rostro en el pecho de su madre, eso hizo que Shoto e Izuku se preocupaban por su hija.
—No tengas miedo, nena, ya verás que te divertirás mucho— la tricolor levanto la mirada hacia su padre. —Al principio es normal que estés así, pero muy pronto de acostumbraras y jugaras con tus nuevos amigos, ¿Sí?
— ¿Vamos juntos, hija? ¿Quieres jugar allá con papá y mamá? — Izuku señaló una esquina de ese salón, habían unas niñas con sus padres pintando y moldeando con plastilinas.
Bien... que el examen comience.
— Ahm... Papá... — La tricolor se acercó al bicolor, que estaba sentado unos metros lejos de ella. Shoto divisó en la cara de su hija algo de tristeza.
— ¿Qué sucede, amor?
— Es que... una niña... me quitó mi plastilina...
Shoto se quedó observando a su hija y reflexionó: ¿Sería demasiado malo discutir con una niña de unos 2, 3 años porqué le quitó la figura de plastilina que hizo su hermosa princesita?
— ¿Quién lo hizo...? ¿Esa niña? — Musitó Izuku, que estaba escuchando la conversación atrás de Shoto.
La tricolor asintió tímidamente.
— ¿...Qué tengo que hacer, mami?
— Mami va a arreglar este asunto, hija.
En otro lado del salón, Katana y Bakugo leían sobre los animales. La rubia estaba bastante callada hasta que Katsuki terminó la página de los pingüinos.
— Papá, leíste sobre el pingüino emperador, rey, de Adelia, papúa, africano... — El rubio miró a su hija. — ¿Cuál es el pingüino más grande?
— El... pingüinote. — Eijiro, que iba a hacia allá, le respondió a su hija.
Katana se lo pensó un poco. Al no estar tan segura de la respuesta de su padre, observó la página del libro. Lo observó buscando una respuesta... hasta que se acordó que no sabía leer.
— ¿Pingüinote? ...tiene sentido.
Una madre se acercó a donde estaban Eijiro y Katsuki
— Eh, disculpe... ¿Ustedes son los padres de Toshinori Kirishima? — La pareja asintió. — Está en la piscina de pelotas y se rehusé a soltar un aro que quiere mi hijo.
Katsuki lo pensó unos segundos.
— ¿Quién llegó primero?
— Pues, su hijo ha estado jugando con él todo el día y ahora mi hijo quie-
—... Mi hijo llegó primero. Es el dueño de ese aro.
Eijiro y Katana vieron a la señora y asintieron lentamente.
Al terminar el día, ninguna de las familias estaban seguras de que los iban a admitir en esa guardería.
— Perdón, mamá...
— No fue tu culpa, linda. Esa niña te quitó la plastilina.
Los mellizos no se sentían culpables. La verdad no recuerda que hicieron nada de malo, al contrario, Katana aprendió cuál es el pingüino más grande... el pingüinote.
El telefono de Shoto empezó a sonar.
"Guardería"
— ¿Hola? ¿Sí? ¿En serio? Genial. Gracias.
— ¿Qué decían, cielo?
El bicolor dio una pausa.
—... Aceptaron a los 3.
Los 3 se van a una nueva guardería...
Con nuevos amigos... y padres.
¡Hola Hola!
¡Perdón por no publicar un capítulo en 1 mes!
Y la verdad no tengo ni una excusa además de agotamiento mental y bloqueo creativo :)
Si hay alguna duda, idea, error gramatical o sugerencia, no duden en escribir.
Adieu!
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