Cumpleaños de Bakugo (7 meses)

Shoto e Izuku se preparaban para el cumpleaños de Bakugo al igual que Melody, estaban emocionados por celebrar el cumpleaños, más Izuku porque era un día especial de su amigo de la infancia.

— ¡Amor, hora de irnos!— gritó el peliverde, sentándose en el auto.

— ¡Ya vamos! Que no se te olvide el regalo de los mellizos.

—Ah sí ya voy!

Subieron al auto, sentaron a la pequeña en el porta bebé, la acomodaron bien y fueron directo al cumpleaños. La bebé bailaba junto a sus padres con las canciones infantiles. 

— ¡La familia Todoroki~! ¿¡Cómo están?! Pasen, por favor. — El pelirrojo exclamó con su emoción y alegría de siempre. Era el cumpleaños de su pareja y quizás quería que no hubiera ninguna explosión en esta fiesta, por los niños.

— ¡Shoto, Izuku! — La azabache saludo a los nombrados, Melody estaba en los brazos del bicolor — ¿Melody? ¡Estás enorme!

La tricolor solo se escondió en los brazos de su padre, era bastante tímida con desconocidos.

— Saluda, amor. Son tus tíos... — La tricolor solo miro a todos las personas que estaban en la sala. Movió tímida y torpemente su muñeca, saludando. El peliverde solo sonrió. — Está bien, mi amor...

— Nerd...Invierano... mo- — Bakugo le iba a decir "mocosa" a la hija de su mejor amigo, pero no quería la verdad. — Melody... ¿Cómo están?

— ¡Waagh~! — Katana, la menor melliza quería la atención de su padre.

Eijiro y Katsuki tuvieron mellizos: Toshinori y Katana.

Katana Kirishima es igualita a Katsuki, la forma de sus ojos, la mirada, el cabello; ¿su carácter? Risueña, bulliciosa y extrovertida, pero con Katsuki era toda una diablilla.

Toshinori Kirishima era igual a Eijiro, su cabello negro, sus dientes; su carácter era pues... el de Katsuki.

Que enredo...

— ¡Ya voy, mocosa...! — El cenizo se acercó a su hija, que lo miraba juzgándolo. — Quiero que seas buena con esa chica, ¡Se buena! — La ceniza observo a Melody, que se aferraba a la camiseta del bicolor.

— ¿Quieres ir con ella? Si no quieres está bien, nadie te obliga. — La tricolor se quedó pensativa al escuchar a Shoto. Lo miró, dio esa mirada de necesitar a su papá. — ¿Quieres que vaya contigo? — La tricolor asintió. Se aferró mucho más fuerte a su papá, mientras se acercaban a Katsuki y Katana. — Tranquila, no te dejaré jamás...

Melody miró hacia atrás buscando a su mamá. El peliverde le estaba entregando un regalo a Toshinori.

Todos los de la sala tenían que admitirlo, Izuku tiene un encanto con los niños.

— ¡Hola Toshi! ¿Cómo estás? — El pelinegro observó de inmediato al peliverde. — ¡Mira! Te traje algo... — Sacó de una bolsa de regalo un peluche de varias actividades con varios colores. — Tranquilo, no necesitas compartirlo con tu hermana...

— ¡Parece que las niñas se llevan bien! — Eijiro e Izuku veían como sus hijas convivían y jugaban con varios peluches y juguetes.

— Sí, igual fue por la carisma de Katana, Melody no se habría aventurado a jugar con ella...— Se quedaron mirando como sus hijas jugaban junto a sus padres. —...Se ven tiernos siendo padres, ¿no?

— Muy~ tiernos... 

Ya era tarde, estaban abriendo los regalos o comiendo el pastel. Katana y Toshinori se fueron a dormir hace algunos minutos, pero Melody tenía otro horario de siesta, por lo que se quedó sola jugando.

— ¡Guh~! — Jugaba con el abrigo de Izuku. Buscaba al peliverde por la habitación y no lo veía por ningún lado, busco a su papá y tampoco lo vio. — Mm~...

— ¿Melody? — Ochako la alzó, la tricolor seguía buscando a sus padres. — ¿Buscas a papá y a mamá? — Los ojos de la pequeña se empezaron a cristalizar. — Aww... no llores, no llores... ¡Shoto, Izuku!

La castaña la dejo en la alfombra de juegos para ir a buscar a Shoto y a Izuku. La tricolor iba a empezar a llorar.

Vio a su mamá entrando a la habitación.

— ¡Iagh~! — Intento moverse hacia su mamá. No se dio cuenta que llegó al lado de su mamá.

— ¡Mi amor! ¡Gateaste! — El bicolor exclamo al lado de Izuku, con una sonrisa de oreja a oreja.

— ¡Ahora gatea! Tú la vas a cuidar para que no se caiga... — Izuku observo a Shoto, sabía que él ejercito las piernitas de su hija. — ¡Hay que hacer la casa segura!

¡Bienvenidos de vuelta a la anidación!

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