Y entonces...

~Palabras: 272~

Y entonces, un día pasa eso que tanto esperabas, eso que tanto añorabas. Pasa. Sucede frente a ti y no lo puedes creer.

Lo observas, lo examinas, incluso lo tocas para saber si no es una ilusión que se dispersará con un simple movimiento.

Haces todo lo que normalmente haces para desaparecer esas alucinaciones que tenías últimamente, pero sigue ahí, frente a ti. Luciendo una sonrisa que no se refleja en sus ojos marrones. Es una sonrisa que oculta la guerra interna de su portador: Esa guerra en donde combaten la culpa y el remordimiento.

Esos sentimientos que lo amargan por hacerte esperar y él sabe que tú eres consciente de ellos, porque él puede leerte como tú a él. Porque a pesar de todo, se conocen, están conectados.

Suspiras y lo dejas entrar a tu casa, a tu hogar, tratas de conversar con él pero estás torpe todo se te resbala, tropiezas, tu cabeza no parece estar en su lugar.

Pataleas y lloras, no por ser torpe sino porque es real, él está ahí. No sabes por cuanto tiempo, pero, está ahí, contigo.

De pronto, sientes unos brazos que te rodean, crees estar soñando otra vez pero no, él ha tomado el valor para abrazarte y reconfortarte. Respondes, tú también sabes que él lo necesita.

No hay palabras, solo un abrazo y unas miradas que dicen todo aquello que no son capaces de decir.

Él promete ya no irse, y le crees, porque quieres confiar.

Ya no llorarás porque él está contigo.

Ya no esperarás... ya no añorarás...

Solo te queda disfrutar de esta nueva oportunidad que la vida te da.