Durante mucha parte de mi vida, he odiado la situación de desventaja en la que me he encontrado. Ya haya sido por una situación sencilla, cómo algo personal, a algo más grave, como un tormento social. En esta clase de situaciones son en dónde decidí escapar de mis problemas en base a encontrar a una zona de confort.

"El fracaso es algo imperdonable", me repetía una y otra vez como si fuese mi padre... Durante mucho tiempo creí que el era un purista, que no quería que yo fuese un idiota del montón, y que no quería tener a un hijo fracasado.

Creí eso por mucho tiempo, por algo escapaba de mi realidad, me refugié en muchos lugares fantasiosos y en dónde yo podía tener la ventaja, dónde todo era felicidad para mí, y en dónde nunca fracasaría.

Una mañana, decidí que era momento de cambiar, nunca me ha gustado estar gordo, y aunque me repitan que nunca lo he estado por el hecho de que peso 83kg no me llegan a gustar las pequeñas lonjas de grasa que tengo. Así que decidí que sería bueno hacer algo de ejercicio.

Al otro día, iba a decidir que iba a ir a correr. Era de la tarde, así que decidí que quería jugar con mis amigos a algo... El tiempo pasó, y en un momento en dónde me sentía muy bien, me di cuenta de algo muy importante... Eran las 11 de la noche, olvidé hacer mis deberes, pero sobre todo... No hice ejercicio.

Algo enojado, y antes de irme a dormir, me sentía tan frustrado que quería ir al último rincón de felicidad... Un lugar en dónde cualquier problema se disipaba para solo tenerme a mi... En un confort increíble y placentero...

Ya perdí la cuenta de cuántas veces acudí a ese lugar, pero, al igual que con una hamburguesa cara, si la comes tantas veces, pierde su gracia.

Así que si... Fuí una vez más para poder aliviar mis problemas...

...

Ya han pasado tres meses desde que no he hecho ejercicio, y todavía me siento mal por sentirme gordo con mi cuerpo, no quiero que nadie me diga que me debo sentir bien con mi cuerpo, lo que quiero es aprender a luchar por aquellas cosas que quiero.
Intentó hacer cosas que quiero, limpiar partes de mi casa, pasear a mi perro o incluso continuar con algunos hobbies, pero siempre caigo en las mismas.
Siempre caigo en una zona de confort, dónde olvidó todos mis problemas por un instante, y cuando vuelvo a la realidad, allí están... Esperándome pacientemente hasta que me digne a hacer algo al respecto.

Por más que quiera huir de mis problemas, allí siempre estarán, porque nadie más que yo van a hacer que cambien...

Iniciativa... Podría ser lo que me falta, o motivación... Pero teniendo los pies en el suelo... Se que lo único que tengo que hacer es hacerlo.

Cuando era más joven, creía que mi papá era un puritano de mierda que solo quería excelencia en su sangre... Pero actualmente me doy cuenta de que el nunca me dijo que no quería fracasos... Ni que el no quería que no fuera un fracasado.
Todo este tiempo, él quería que aprendiese que el fracaso es parte de vivir, es parte de lo que somos... Y que por más veces que me cayese en el fracaso, aprendiese de él para no volver a caerme allí.

Ahora me miró a un toque de entrar a mi mundo de felicidad y placer... Y pienso... Que quizás debería de empezar a hacer las cosas.

No pienso entrar a ese mundo de felicidad, porque no llegaré a nada... Y por más que quiera estar adentro... No pienso hacerlo hasta sentirme realizado.

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