Ella me lo había prometido, me había prometido una vida a mi lado, una vida de felicidad, y ahora ya nada de eso existía. Al principio no había querido creerla, traicionado de nuevo por la mujer más importante de mi vida. Antes por mi madre, ahora por el amor de mi vida.

Sentía un dolor en mi pecho que pensé que era imposible llegar a sentir alguna vez, todo en mi interior ardía, quemaba como si no fuera real. Ella me había prometido nunca separarse de mi, nunca traicionarme, y lo había hecho de la peor de las maneras. Se había reunido con la mujer que me dejó solo en el mundo con tan solo ocho años.

Le había pedido cientos, miles de veces que no lo hiciera, ni siquiera me gustaba hablar de ella y escuchar su nombre en una conversación me enfurecía tanto que no podía creer que, pese a que habían pasado más de diez años, ella para mi, seguía siendo un monstruo.

Miro a mi alrededor, no se donde estoy. He conducido sin pensar y he acabado junto a un campo de trigo y girasoles. Suspiro y me tiro el pelo, sin poder procesar como ha podido pasar esto. Como, de un segundo a otro, ha cambiado todo de forma tan radical.

La noche había empezado de la mejor manera posible. Una cena de lo más romántica con la chica de sus ojos, luego una película y luego, el desastre.

Todo empezó cuando el teléfono de la chica, en la mesilla del salón, empezó a sonar mientras ella estaba en el baño. No tenía pensado cogerlo, pero al ver que, al cortarse la llamada, el número desconocido llamaba de nuevo, lo cogí. Y el castillo de naipes que habíamos construído poco a poco juntos, con esfuerzo e ignorando los comentarios del resto de la gente, se empezó a derrumbar de forma catastrófica.

Cuando escuché la voz de mi madre salir por el altavoz del teléfono, cuando escuché que saludaba a mi novia como si se conocieran desde niñas, todo se vino abajo. La miré ella, a mi novia, la persona que yo creía que me apoyaría en todo y no me haría tanto daño como me estaba haciendo ahora. Mi novia, que ahora me miraba con cara con cara horrorizada desde la puerta del salón como si la hubiera pillado cometiendo el peor de los delitos, que no sabía qué decir.

Salí del salón y me monté en el coche, escuchaba su voz diciéndome que me lo podía explicar, diciendo que había sido solo una confusión, pero mi cerebro no le hacía caso. Y, sin saber que hacía, había acabado aquí, donde estaba ahora, junto al campo de trigo y girasoles.

Sin darme cuenta, las piernas me fallaron, mis manos se fueron a mi cabeza y no terminaba de asimilar lo que había pasado. Me había traicionado.

El amor de mi vida me había traicionado, ¿qué se supone que tenía que hacer ahora?

ΩΩΩΩΩΩΩΩ

¡Hola a todas y todos! ¿Cómo estáis hoy? 

Os dejo aquí un relato inspirado en una trilogía que estoy leyendo últimamente, la trilogía Culpables de Mercedes Ron, la cual nació en esta plataforma. 

La verdad, me ha gustado mucho como me ha quedado este relato e incluso me he obligado a parar porque no podía dejar de escribirlo, ¿a vosotras que os ha parecido?

He pensado en subir una "segunda parte" de este relato, quizá en un par de semanas para poder estructurarlo bien ya que este, como el resto de mis relatos, ha sido totalmente improvisado.

Bueno, ¡os dejo! Si os ha gustado, recordad votar por el y compartirlo con vuestros amigos y, si queréis, comentad que os ha parecido y si tenéis alguna idea para un próximo relato.

¡Nos leemos la semana que viene!