Parte única

Ayer me entraron  unas tremendas ganas de escribir LuMiti porque estuve toda la tarde viendo The owl house, así que acá está esto.

Yo sabía que las iba a terminar shipeando, lo sabía, aunque al principio me cayera mal Amiti.

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Tras salir de su clase Amiti Blinght caminaba por los pacillos de Hexside, pensativa, con un  andar incómodo y apresurado que haría que para cualquiera fuese fácil deducir que quería salir rápido de allí.

Sus pensamientos no la dejaban en paz, resultaban ser su peor enemigo, la escuela le gustaba y de aquello dudas no tenía, más le había sido imposible concentrarse  como era debido últimamente debido  a sus dramas estúpidos, de los cuales nadie debía enterarse.

Sus molestas cavilaciones tenían un factor común, el cual era Luz Noceda.

Todo eso no se trataba de una molestia abrumadora como lo había sido en un principio debido a las actitudes que la hacían enojar, como cuando había robado su diario,  tampoco era una simple curiosidad porque ella fuese una humana y sus orejas le resultasen extrañas, ni siquiera era intriga sobre su magia, las cosas se expandían más allá de  esas cuestiones que ya le resultaban un tanto banales.

Luz era extraña, tanto que había hecho que la opinión que hubo formulado con respecto a ella en un principio cambiase radicalmente, cosa que era fascinante, era tan  increíble e impredecible el pensar que hacía no mucho la detestaba, y que actualmente la humana lograba deslumbrarla.

Amiti suspiró, deteniendo su caminata durante un  momento, observó  al resto de estudiantes, buscando una buena distracción, no tardó demasiado para notar que eso resultaría algo totalmente inútil, así que reanudó sus pasos, y junto a estos continuó desenrollando el carrete de hilo de sus pensamientos.

Realmente aquello había sido progresivo, pero nunca hubiese esperado que llegase a tal nivel como para que su peor miedo hubiese sido algo tan tonto y en extremo vergonzoso como ser rechazada por ella.

Con tan solo pensar en eso rememoró la escena maravillosa que hiso curvar sus labios en una sonrisa ligera, el momento donde ambas, entre baile y  pelea se enfrentaron al monstro y luego la misma Luz le ofreció ir consigo.

En ese  instante un sentimiento cálido se  apoderó de Amiti, quien no pudo evitar recordar cosas al azar, a las que  de poco en poco se le sumaron otras ficticias.

Luz fingiendo ser un abominable, prestándole su libro, diciéndole “estaremos en la misma clase”, los recuerdos pasaban fugaces, para  luego ser reemplazados por fantasías. Ella, ayudándola con un hechizo, imaginaba a la perfección su emoción al lograrlo, su rostro alegre y palabras de un futuro brillante. Ambas leyendo juntas, seguramente Luz también se   alegraría con esa situación que su  mente había creado de manera azarosa.

Allí era donde se encontraba el problema, era Luz quien debía  fascinarse por esas cosas, pidiéndole que lean juntas, era Amiti quien  normalmente le diría que no, pero... ¿Dónde estaba la razón por la   que resultaba ser al revés?, ¿Por qué  anhelaba tal situación?

No lo entendía, y estaba segura de que si no detenía todo ese tsunami  de ideas enloquecería, en definitiva  lo  odiaba. Detestaba profundamente todo lo que le causaba aquello, lo odiaba, lo odiaba, si, lo odiaba.

Oh, no, por supuesto que no lo hacía, podía convencer a Gus y Willow de ello, pero no lograría engañarse a sí misma. Lo adoraba, le gustaban esas sensaciones por más confusas que fuesen, sin importar que tan enredadas estuviesen en su cabeza.

Después de todo se sentía excelente con todo ello y Luz había logrado que muchas cosas fuesen mejores, todo eso era realmente  bonito. Desde que la conocía había podido  progresar y tener una visión  más clara de lo que quería, su amiga de la infancia era un ejemplo excelente de ello, porque Amiti tenía nuevas oportunidades que la hacían arrepentirse de sus actitudes anteriores  que poco a poco dejaba de  lado.

En ciertas ocasiones se preguntaba si a pesar de estar  cambiando y encontrarse arrepentida se merecía aquello, pero esta no iba a ser una de esas, porque antes de que pudiese sumergirse entre recuerdos y pensamientos de culpa un llamado la sobresaltó, la hiso girar sobre sí misma con rapidez y sorpresa, no podría haber realizado  tal acción con calma cuando aquello se sintió como si la arrastrasen fuera de sus pensamientos sin  una pisca de delicadeza, no podía encontrarse tranquila cuando quien era parte de la gran mayoría de ellos se encontraba en frente suyo.

—Ey. —Finalmente, tras oírla hablar la  miró, notando que  sus amigos se encontraban a su lado—. Amiti, los tres vamos a hacer una pijamada esta noche, ¿Te nos unes?

—Es una cosa de humanos. —Susurró Gus, intentando otorgarle misticismo al asunto.

—Es algo parecido al conjuro de luna. —Añadió Willow.

—Pero sin conjuro. —Luz aclaró.

—No lo sé. —Comenzó, pero se detuvo, tomó en cuenta que eran sus amigos, o algo por el estilo y que tal vez no necesitaba ser tan dura—. Supongo que está bien, iré a esa cosa.

—¡Esto será increíble! —Luz no hiso ni un solo esfuerzo por ocultar su emoción—. Tenemos tantas cosas que podemos hacer, comer y ver películas... y hay que jugar verdad o reto, tal vez debería hacer una lista de todo para que no se nos olvide nada.

—Tal vez deberías calmarte un poco.

—Y tal vez tú deberías dejarte llebaaar por la corriente, Amiti. —Luz enfatizó sus palabras ondeando los brazos como si simulasen olas.

—Ella tiene razón. —De inmediato recibió apoyo por parte de Willow.

—Es cierto. —Gus terció.

—Voy a intentarlo. —Con eso dicho, no logró tal solo que los tres sonriesen, sino que también se había sentenciado ella sola.

Porque ese intento que haría por dejarse llevar no sería aplicado únicamente a esa pijamada, trataría de convertirlo en algo general, lo que tarde o temprano terminaría implicando sus sentimientos hacia Luz.

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