No sé en qué momento pasó, no sé si empezó siendo un sentimiento negado por mi orgullo, ni tampoco sé si sea el correcto pero me gustas.

Sin darme cuenta me terminaste gustando y creo que era lo que más temía. Es un sentimiento que en estos 15 años de mi vida, no había sentido tan intensa y temerosamente. El temor proviene del "¿Qué pensará si se lo digo?" "¿Cómo se lo tomará?". Por ahí pienses que lo hago demasiado dramático pero ponte a pensar las respuestas a las preguntas anteriores. No las podrías decir tan rápidamente aunque supongo que estas acostumbrado a que se te declaren seguido sin hacer nada pero conmigo hiciste tanto, demasiado que me enamoré.

Se me hace tan vergonzoso expresarte mis sentimientos pero es tan extraño lo que siento y se que lo hiciste con la intención de atraparme como lo estoy ahora ni estamos acostumbrados a decirnos estas cosas pero, como también se ocultarlo tan perfectamente, se me hace imposible seguir callándolo y tampoco estoy tan segura de todo esto pero se que es diferente. No, VOS SOS DIFERENTE y eso es lo que me atrae.

¿Cómo es que terminé así de estúpida y cursi, diciendo cosas que nunca imaginé decir? Simple, tu culpa. Porque vos me demostraste que confías en mi en todo momento, porque por más que tu fuerte no sea aconsejarme en mis malos momentos sé que estas ahí y te preocupas, porque (no sé como carajos haces) sabes SIEMPRE mi estado de ánimo con solo decirte dos palabras y aún así me haces reír, por ser mi compañero de madrugadas, por hacer un simple abrazo algo tan importante en mi vida, por ser mi mejor amigo pero no sé si estoy haciendo lo correcto en decirte lo que siento por miedo a que las cosas cambien y perderte para siempre.

En fin, terminé escribiendo escribiendo estas cosas son darme cuenta. Hoy, 17 de abril, acepto lo que siento (y no sé si el sentimiento estaba desde mucho antes) y no sé cuando leerás esto pero te pido que no seas tan duro conmigo (como soles serlo) y sabes que me gusta que me den una respuesta digna.

Ámbar