Amigas
Sonrió, después de todo no podía evitarlo, necesitaba expresar toda la euforia que sentía en ese momento, porque nunca creyó que ese día finalmente llegaría.
Todo había empezado dos semanas antes, cuando su gran amigo de pelo rosa se había ido a una misión en solitario junto a Happy sin siquiera despedirse. Cuando se enteraron de ello tanto Gray como Erza hicieron lo mismo apostando por quien regresaría primero.
Se sintió olvidada debía admitir, ya que ninguno pensó siquiera en llevarla, debido a ello tal vez había estado de mal humor todo el día en el gremio o quizás fue por la bromista de Cana y su comentario nada apropiado.
" ¿No será que más bien extrañas a cierto dragón rosado Lucy?"
Sí, debió ser eso, porque eso la puso de mal humor, por qué... ¿Por qué debería de extrañarlo? Era Natsu por Kami, su mejor amigo y... El chico que le gustaba a su amiga.
Lisanna.
La sola mención de su nombre la ponía triste, pero era inevitable, las cosas no las decidía ella, nunca fue su decisión... Enamorarse de Natsu Dragneel.
En definitiva eso fue lo qué la puso de malas, no precisamente el comentario de Cana.
Por esa misma razón era que cuando llego a casa en la tarde se le saltaron las lágrimas al encontrar una nota del dragón rosa.
"Lucy no nos sigas, Happy y yo fuimos a conseguir dinero para una sorpresa. Volvemos en dos semanas."
Fue una total sorpresa, y más cuando al día siguiente la mismísima Cana le decía riendo su fortuna y no precisamente con su lectura de cartas sino porque ella y Evergreen le habían dado la idea al mata dragones.
— Natsu te dará un regalo y tal vez por fin se confiese —
Al parecer el Slayers había estado pensando mucho en ello últimamente y ellas dos lo ayudaron a decidirse finalmente.
Cuando llego a casa le faltaba el aire, y sin desearlo se dejó caer en sollozos. No sabía qué hacer, se sentía terrible.
¿Eran amigas no? No podría hacerle eso a Lisanna, ella amaba a Natsu desde niños, además Gray y Juvia no tenían mucho de haber terminado.
¿Seria gusto que ella fuera feliz?
No, sería egoísta, porque 2 de sus amigas sufrirían.
Pero entonces ¿La amistad equivalía a no ser feliz?
Por dios no podía negarlo, amaba a Natsu entonces no sabía que hacer.
Así pasaron los días hasta un día antes de qué regresará Natsu.
Había decidido que tomaría una misión y evitaría el asunto hasta que su mente se aclarara, o eso quería, ya que cuando estuvo a punto de salir se topó con la persona que menos quería ver...
— ¿Podemos hablar Lucy?
Lisanna entro suavemente a su casa y ambas terminaron sentadas en la cama mirándose dejando pasar unos insufribles minutos en silencio hasta que la albina hizo ademán de hablar.
— Acepta a Natsu —
— Lisanna yo... —
— Se lo que piensas, pero tranquila ni yo ni Juvia nos oponemos —
— Pero —
— Nada, Lucy somos amigas y lo más importante es nuestra felicidad, si Natsu te eligió entonces debes ser feliz por ello, yo... me acostumbraré a la idea y prometo que también buscaré mi felicidad por mi lado y Juvia... ella ya supero lo de Gray y también sé esforzará —
— Pero no es gusto yo...
— Debes ser feliz, ¿De que sirve que estemos las tres solas y amargadas? Acepta y nosotras también seremos felices — Sonrió cálidamente mientras le limpiaba las lágrimas a la rubia.
—
Gracias —
— Por algo somos amigas —
Sonrió volviendo al presente, si, la amistad no era ser egoísta, ni manipuladora, ni mucho menos lastimada, no, sino ser empática, amable, fiel, paciente, y sobre todo feliz, porque si a veces sufrirían, pero entre todas el dolor es menos y si ese dolor corresponde a la felicidad de la otra entonces no es dolor sino un pequeño sacrificio dedicado a algo más grande.
— ¿Lista Lucy-san?
Juvia le sonrió al lado de la albina, entre las dos la habían arreglado para que recibiera al dragón rosa que no tardaba en llegar, ella sonrió, ya libre de dudas y preocupaciones.
— Si, le diré el sí a Natsu — Sonrió sacudiendo su cabellera rubia mientras las abrazaba — Por cierto...
— ¿Hmp?
— Gracias por ser mis Amigas —
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