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[ — No, no mantengo un amorío con ese ser despreciable, mi corazón y alma le pertenecen a Bakugou, nunca pensaría traicionar a la persona que he amado por más de 10 años con un hombre que lo único que lo define es la asquerosidad, y de igual manera, no soy un espía infiltrado, mi sueño desde pequeño siempre ha sido... ]

La televisión por la cual se veía la transmisión en vivo fue apagada por un pelinegro quien solo se dignó irse de aquel cuarto fétido.

— ¡Oye! Twice y yo estábamos viendo que decía el rojito — se quejó Toga parándose de su lugar con intención de encender de nuevo el aparato, sin embargo Dabi se le adelanto explotando el televisor con sus llamas — ¡Eres un idiota Dabi! — la pequeña rubia no iba a tolerar más el comportamiento de su camarada, y menos cuando la explosión casi se daba en su cara

— Al jefe no le interesa nada de lo que diga esa mierda andante ¿Verdad jefe? — el peli azul gruñó en respuesta, estaba más inmerso en el videojuego que en su entorno — Ya lo oíste

— No tienes que mentir Dabi, la explotaste porque el héroe desmintió su amorío y prefiere a ese otro héroe explosivo que a ti — salió Spinner quien afilaba sus cuchillas desde la esquina del cuarto recibiendo una mirada fulminante por aquel par de ojos color zafiro

— ¡Te gusta el rojito! — concluyó Toga ante la declaración del lagarto, soltando una risa escandalosa antes de seguir con la burla — ¿Quién lo diría? El pirómano tiene corazón

— ¡No me gusta esa alimaña! — se apresuró a objetar — Y si me permiten, iré a crear algo de caos, estar encerrado con una bola de idiotas me está pegando la idiotez

— No te dejes atrapar — fue la única condición que dio Shigaraki antes de que la puerta fuese cerrada, no tenía energía para ir a salvar a un hijo de puta que no podía controlar su impulso sádico

Por su parte, Dabi había salido buscando un buen punto para fumar, donde el aire no fuera mucho como para apagarle el cigarrillo pero si el suficiente para no ahogarse con el humo que soltaba en cada calada.

Sus pensamientos volaron directo hacia aquel héroe ahora retirado; maldiciendo por lo bajo al recordar el odio escupido en sus palabras en aquella entrevista. ¿Él un ser despreciable? Al hijo de puta le salvó la vida, ¿Que era asqueroso? No se quejó cuando lo besó, aunque tal vez fue porque tenía su lengua en la garganta del pelirrojo, pero no importaba ¡Él no era asqueroso!

Le enfurecía de sobremanera ser tratado así, pero algo en su interior clamaba por ver de nuevo a ese pelirrojo, suplicando misericordia mientras se retorcía en el suelo, de solo imaginarlo le salía una sonrisita; dándose así la misión de hacerle la vida imposible al rojito hasta que éste imploraba de rodillas que se detuviese.

El día después de la conferencia, Bakugou fue citado por su superior a una reunión a la que asistirían todos los grandes héroes de la nación.

Al momento de que todos los notificados de dicha reunión estuvieran presentes, se reprodujo la grabación anticipada de uno de los miles de canales de noticia que hablaban del suceso del pasado día.

[— La población entera ha entrado en pánico ante las declaraciones del retirado héroe, Red Riot, preguntándose si algún día ellos serán victimas de tal caso]

La pantalla fue apagada y las persianas obscuras subidas, una voz grave y rasposa se escuchó detrás de todos, erizándole la piel a más de uno.

— Esto era lo que me temía, ahora toda la población entró en pánico por la noticia de un suero que roba quirk's — Endeavor caminaba imponente al frente de la sala — Y ahora tu pareja está en más riesgo — apuntó al rubio cenizo quien era el más tenso de todos — No solo Japón, el mundo entero sabe de la ausencia de su quirk, eso atraerá tanto a sus enemigos como a los tuyos

— Pero ¿Qué enemigos puede tener él? Si los que lo acosaban lo hacían porque creían que era enemigo potencial de la Liga, pero ya fue desmentido por el mismo Eijiro — refutó Mirio en otra parte de la gran mesa

— Esos idiotas no creerán las palabras de un héroe, pensarán que es sólo una fachada para que lo dejen en paz y seguirán con los ataques — razonó el bicolor frente a Mirio, bajando las altas esperanzas del rubio

— Exacto — concordó Enji con su primogénito — Y eso no es todo, tuvo contacto con Dabi no hace mucho

Toda la sala quedó en silencio ante tal impactante noticia, si bien ya se sabía, no dejaba de ser chocante que las especulaciones de los medios por crear blasfemias fuesen ciertas y confirmadas por el mismo Kirishima.

— Sabemos por fuentes contundentes que Dabi no es alguien que vaya por ahí quemando villanos por placer, y si lo hace, se asegura de que no queden testigos, por lo que si aquel periodista fue informado del suceso significa que no estaba preparado para atacar y lo hizo espontáneamente

Informó Hawks, mano derecha del retirado Endeavor, de igual manera, el héroe alado se encontraba dado de baja tras haber perdido su par de alas en combate, más no se rindió y siguió brindando apoyo a la comunidad, claro, ya no desde las alturas, pero continuó como informante de la agencia Endeavor y superiores.

— Ve al grano — pidió –no muy amablemente– Bakugou al notar por donde iban las cosas

— Dabi estuvo siguiendo a Kirishima

— ¿Qué? — el rubio sintió un nudo en el estomago

— Por ello tendrá que estar acompañado las 24 horas del día — concluyó el pelirrojo

— S–si — aún en shock el rubio contestó — Sólo deme algunos días hasta que se resuelva esto y–

— No, Bakugou, ya no te daré más días, te has ralentizado estos últimos años con todas las faltas que has tenido, estas a nada de caer en el quinto puesto — advirtió el gran hombre

— Yo podría — habló con un hilo de voz Tamaki, temeroso por la ponente figura de Enji en la sala

Mas su frase quedó a medias al sentir un apretón por debajo de la mesa, era su pareja que le regaló una mirada suplicante, como si pidiera que no dijera nada. Confundido, agachó la mirada, dejando a los demás en la incertidumbre por saber lo que diría el peli azul.

— Como el señor Tamaki no tiene nada más que decir, la agencia le proporcionará un guardaespaldas especial a Kirishima Eijiro

— No es necesario señor Todoroki — dijo el peli verde — Yo me haré cargo de la seguridad de Kirishima

— No, Izuku — declinó la oferta Endeavor, teniendo que nombrar a su nuero por su primer nombre al no acostumbrarse que aquella pelusa color verde llevara legalmente el apellido Todoroki — No permitiré que alguien más de mi agencia baje su nivel, la decisión está hecha y punto final, sin más, doy esta reunión por terminada, vayan a sus puestos

Ultimó el pelirrojo antes de que cualquiera se pusiera a diferir, en especial el rubio; que ahora estaba conmocionado por la información dada a lo largo de la junta –y aunque ya lo sospechaba junto a Tetsutetsu–; se sentía como la mierda misma, su prometido estaba siendo acosado por un villano y él no podría estar a su lado para evitarlo, en su lugar, sería un desconocido "de los mejores guardaespaldas" de la agencia, sus huevos, aquella noche su subalterna estaba pidiendo desesperadamente un chofer para Kirishima y éste nunca llegó. Hasta llegaba a pensar que el mismo Dabi lo había calcinado antes siquiera acercarse a la cuadra del pelirrojo.

Pensándolo más a fondo, era peligrosa la obsesión del villano hacia su novio, podría secuestrarlo, incluso matarlo.

Había sido testigo del beso entre Dabi y Kirishima en aquella blanca habitación, y claro que le enfureció de sobremanera, no el beso, sino el terror y pánico plasmados en la cara de la persona que más amaba en el mundo entero. Pero nunca pensó que aquel simple toque de labios fuera suficiente para encantar al pirómano.

Le aterraba de sobremanera pensar en la posibilidad de perder a Eijiro. Su corazón no lo soportaría.

Mirio y Tamaki recorrían los pasillos del gran edificio, maravillándose con la vista que podían regalar los grandes ventanales polarizados.

— Mirio — aún con aquel magnífico panorama, el de orejas puntiagudas no olvidaba la incertidumbre que rondaba por su cabeza desde que salieron de aquella sala destinada para las reuniones de la agencia

— Nuestra agencia algún día será así de grande Tamaki, solo debemos aguardar un poco más y ser perseverantes — el rubio andaba por las nubes, inmerso en su propio mundo

— Si, pero Mirio tengo una duda

— Espera que encontremos el elevador y luego me la dices — miraba a todos lados buscando pistas del dichoso ascensor — Diablos, éste edificio es demasiado grande, creo que me perdí — rascaba su nuca, más que confundido estaba nervioso, y eso su pareja lo notaba

— Mirio ¿Tú lo sabías? — ambos detuvieron su andar, el susodicho no se dignaba a voltear y Tamaki estaba en la espera de una respuesta, no se encontraba enojado, pero quería saber si su novio y Endeavor habían hecho una clase de trato que implicaba a Kirishima, de ser así, se enfurecería con el rubio por poner la seguridad de su mejor amigo en manos de un guardaespaldas seguramente de pacotilla

— Si, Tamaki — no podría llegar a mentirle a ese pequeño pulpito que le miraba con ojos desesperados por la verdad — De hecho yo propuse al escolta, pidiendo que fuera el mejor, claro

— ¿Cómo pudiste? — sabía que iba a reaccionar de aquella manera, Kirishima resultaba ser alguien importante en la vida de Tamaki — ¡Mirio, es la vida de Eijiro la que está en juego!

— ¡Lo sé, lo sé! Pero ponte en mi lugar Tamaki — suplicaba el héroe mirando al peli azul — Es muy riesgoso proteger a Eijiro cuando sabemos que Dabi está detrás de él, en la batalla contra Shigaraki y sus Nomus no sabes cuánto me asusté al verte ser golpeado por todos esos monstruos y cuando estabas en aquella camilla, no me perdonaría si te ocurre algo intentando escudar a Kirishima

— P-pero Mirio — sus ojitos se cristalizaron mientras su cara era acurrucada por las callosas manos del rubio — Tengo miedo

— ¿A que le temes bebé?

— De perderlo Mirio, no quiero que le pase algo a Eijiro, ya ha pasado por mucho

— Tranquilo, lo respaldará el mejor guardaespaldas de ésta agencia, y si es que le llega a pasar algo yo mismo me haré responsable de todos los daños

Las pequeñas lágrimas que caían por sus mejillas fueron limpiadas por los pulgares de Mirio, impidiendo que finalizaran su camino. Su cara fue llenada de castos besos provenientes de aquellos labios delgados que poseía su novio.

— ¿Mejor?

— Si — ambos rieron por la cara del contrario, fundiéndose en un beso para luego largar a reír de nueva cuenta, pues así era su amor, puro y transparente

Regresaba a su hogar después de una larga jornada, sus músculos estaban tensos y sentía que lo único que necesitaba en ese momento era dormir y no despertar nunca más. Lo único que esperaba era ver a su amado esperándolo para cenar, aunque ya eran más de las 11:00 p.m. tal vez su pelirrojo novio ya se hallaba dormido en esos momentos.

Y al parecer sus deducciones eran ciertas, pues todas las luces de la casa estaban apagadas, y si no fuera por los faroles del vehículo que conducía, capaz estrellaría con los cimientos de su hogar.

— Por favor guarde silencio, no sé si mi esposo se encuentre dormido y no quiero despertarlo, es la primera vez desde el incidente que puede descansar — se dirigió a la persona a su lado recibiendo un asentimiento de su parte

Al ingresar a la sala principal la brisa de la noche acarició su cara, tal vez Kirishima haya olvidado cerrar alguna de las ventanas, quería creer eso, pues era lo mejor que se podía interpretar de la situación.

— Espere aquí, luego le diré donde se instale — se apresuró a la habitación principal, esperando con ansias ver la cara relajada de su prometido, en todo el día no tuvo oportunidad de verlo pues en cuanto se despertó un mensaje de urgencia llegó a su mensajería, y tales mensajes no podían ser ignorados

Sin embargo, su sorpresa y terror fue que Kirishima no estaba en la cama como había predicho, tampoco había rastro alguno de él en la habitación.

Su pánico floreció.

— ¿Kirishima? — abrió el baño que conectaba con la habitación, tampoco estaba ahí — ¡Kirishima! — alertado salió disparado a los demás espacios de la casa, en su búsqueda, tal vez aquella suave brisa no fue porque al pelirrojo se le haya olvidado cerrar alguna ventana, tal vez Dabi se le había adelantado y raptó a su novio

— ¡Bakugou! — escuchó su grito en la sala, encendiendo todos sus sentidos por si se presentaba cualquier amenaza

Sus nervios se calmaron al ver, luego de recorrer el extenso pasillo, a su prometido con una toalla cubriendo sus partes nobles y un sartén en manos amenazando al hombre que se encontraba del otro lado de la mesita de café.

— ¡Fuera de mi casa! — le gritó a aquel señor ya canoso

— Tranquilo Eiji — intentó acercársele y quitarle aquella arma improvisada antes de que alguien resultara lastimado

Pero Kirishima fue más rápido, corriendo en dirección a aquel hombre con el sartén alzado en manos, listo para atacar; siendo recibido con un golpe en la boca del estómago, logrando quitarle el aire, para luego ser lanzado y estrellarse en una de las paredes.

— ¡Idiota! Se supone que lo debes proteger, no matar — reclamo Bakugou yendo a donde su pareja esperando que no se hubiera roto un hueso

— Lo siento señor Bakugou, pero Endeavor me dijo que si se ponía salvaje tenía el derecho de golpearlo

— ¿Bakugou que está pasando?

— Ah — suspiró, buscando las palabras para que Kirishima se lo tomara de la mejor manera — Kirishima, él es Katashi, tu escolta personal hasta que capturemos a Dabi y estés fuera de peligro

— Pero Katsuki — se lo llevó a un lugar un poco más retirado donde el viejo no los escuchara — Yo no quiero un guardaespaldas, estoy bien así, puedo cuidarme yo mismo aquí en la casa, prometo no salir y quedarme hasta que tu llegues

— Lo sé, pero es indispensable que tengas a alguien que te proteja mientras yo no este

— Ya te dije que estoy bien aquí en casa — refunfuñó el pelirrojo

— Eijiro escúchame — agarró el rostro de su prometido entre sus manos asegurándose de que este lo viera a los ojos — Dabi aquella noche te siguió, y quien sabe desde cuando lo ha estado haciendo, en algún momento encontrará nuestra casa y tú no estás en condiciones para luchar, por favor, acepta a Katashi, te aseguro que con él estarás a salvo

— ¿Endeavor lo sugirió? — un nervioso Katsuki asintió — Entiendo, pero solo tengo una condición — ahora se dirigió hacia el señor canoso de ya no desconocido origen

— ¿Cuál es su condición señor?

— ¡Quiero que me entrenes!

Tenía el corazón en la garganta.

Después de una disputa interminable con su novio Bakugou, dando argumentos sobre el porqué debería empezar con un entrenamiento riguroso. Ganó milagrosamente ante un hombre testarudo como lo era el rubio.

Y ahora se encontraba trotando entre los árboles que rodeaban su hogar, persiguiendo a su nuevo entrenador. Extrañamente esto lo rememoraba a los tiempos de la academia, cuando Katsuki lo obligaba a dar dos vueltas alrededor del perímetro, según el para mejorar su condición, y lo había logrado; pero ahora se sentía como empezar desde cero, donde la ausencia de moverse por un largo tiempo hacía que trotar se convirtiese en una misión imposible.

— ¡Vamos señor Kirishima! — llegó a su lado Katashi como si nada — ¿Qué no usted propuso que lo entrenara?

— Pero tenme un poco de compasión — hablaba entrecortado intentando acaparar el aire — Deberías haberme puesto a calentar, algunos estiramientos, yo que sé

— Señor Kirishima este es el calentamiento

El ex héroe cayó en cuenta de cuan perdida estaba su condición, y le parecía patético el hecho, pues no había pasado más de medio año como para que su complexión empezara a perder musculo, pero al parecer su cuerpo actuaba de manera extraña.

— Por cierto, el señor Bakugou me dio su horario semanal, al parecer hoy tiene una cita con el terapeuta Kato

— ¿Ahora tengo un horario? — ¿Tan controlada está su vida?

— Fue proporcionado por la agencia Endeavor, hay actividades desde ir con su terapeuta, hasta sus horas de almuerzo ya programadas, claro usted puede comer a su elección

— Genial

— Pero si soy su instructor tendré que ser un poco estricto con su dieta

— Ya no es genial — se enderezó en su lugar reuniendo fuerzas para seguir con el trote

Katashi soltó una ligera risa ocultándola con la palma de su mano.

— Señor regresemos, ha sido suficiente por hoy

...

— ¡Señor Kirishima! — saludó con entusiasmo el señor al ver a su paciente

— Hola — devolvió éste en un hilo de voz, a causa del cansancio

— ¿Pero qué le pasó?

— El señor Katashi me pasó

— ¿Quién?

— Es mucho que explicar — sin permiso, se sentó en la silla de la última vez — Supongo que ya vio las noticias

— Supones bien — al frente suyo, se sentó el terapeuta — ¿Por qué lo dijiste?

— Es que no quería ocultarle algo tan grande al país, además, los rumores se desatarían si no me presento a trabajar lo que resta de mi vida, quería dejar las cosas en claro — soltó la sopa antes de reflexionar la pregunta del señor Kato — ¿Cree que hice mal?

— Lo que yo crea no es lo relevante aquí, pero en mi opinión hiciste lo correcto

— Pero ahora toda la población estará demasiado asustada como para salir de sus casas

— Las personas son así, se asustan cuando saben que les pueden arrebatar algo que han tenido desde siempre — relató el otro sirviéndose una taza de té — Les asusta el cambio, lo nuevo, lo desconocido, siempre han vivido con un quirk, una peculiaridad que les facilita la vida y vivir sin ella les resulta aterrador

— ¿Usted tiene miedo de perder su quirk?

El doctor dio una pequeña risita antes de continuar.

— ¿Acaso el viejo Endeavor no te lo dijo? Yo soy un quirkless — no se aguantó la risotada que le provocó la cara del pelirrojo en ese momento — La cruda realidad puede llegar a ser impactante ¿Eh, Eijiro?

— ¡Lo siento!

— No lo sabias, pero si, pertenezco a esa pequeña parte de la población que carece de peculiaridad alguna, mi sueño, como el de cualquier otro chiquillo, era ser un héroe, tal como lo era Nana Shimura en mis tiempos, pero al enterarme que no tenía quirk todo se me fue abajo — Kirishima estaba concentrado en la pequeña historia — Pero aun así no me rendí, quería seguir mi sueño de ayudar a las personas, a como diera lugar, me di cuenta que me gustaba analizar a las personas, saber que cruzaba por su mente en ese preciso instante, y fue así como escogí psicología, más especializado en terapia, estudié arduamente, me gradué con honores y ahora estoy aquí, frente suyo — suspiró dando un pequeño sorbo a su té de manzanilla — Wow, creo que invertimos papeles, jaja

— ¿Cómo conoció a Endeavor? — preguntó Kirishima encantado con la historia

— No señor Kirishima, estamos aquí para que usted supere un trauma, no para contar mi vida personal, algún día lo invitaré a tomar champagne mientras hablamos del trabajo

— Por favor — imploró con su cara de perro regañado, la estrategia que nunca fallaba para alcanzar sus objetivos

— Esta bien — accedió Kato — Fue en un bar — el pelirrojo soltó un chillido al ver que cometió su intención

El resto de la tarde se la pasaron charlando como un par de amigos, ésta vez el señor Kato no grabo la sesión, pues no quería exponer sus propios secretos que ciegamente le había confiado a aquel chico dientes de tiburón.

— Esta sesión fue divertida — comentó el pelirrojo antes de salir por la puerta

— Gracias por la charla señor Kirishima — se despidió antes de que su paciente atravesara el umbral y se perdiera por completo, permitiéndose suspirar antes de sacar un cigarrillo de una pequeña caja en su bolsillo junto a un encendedor

— Señor Kato — alarmado por la inesperada intromisión a su estudio, guardo ambos objetos de donde los sacó, esperando que no se tratara de su secretaria que lo regañaría por "intoxicar" el ambiente donde sus pacientes pasaban la tarde; mas su preocupación se esfumo al visualizar la cabellera roja del chico que anteriormente había salido — Usted es mi héroe

— Aún no señor Kirishima, me gustaría que me dijese esas palabras a futuro, cuando realmente deje el pasado en el pasado

— ¡Hecho! — sonrió antes de estampar la puerta causándole un respingo al doctor sentado sobre su escritorio

— Tan amable

— ¿A dónde iremos ahora Katashi? — cruzaban un vecindario con casas continuas y comunes, de vez en cuando se encontraban con algunos callejones que las separaban

— A su hogar a esperar la llegada del señor Bakugou — respondió con simpleza el contrario sin despegar la vista del frente

El pelirrojo regresó la vista a su ventana, aburrido del largo camino que le esperaba y de las no tan maravillosas actividades que harían, maldecía aquel estúpido horario que le habían impuesto, deseaba poder ver a Endeavor a la cara y reclamarle por controlar su vida sin su consentimiento, aunque tal vez saldría corriendo al primer vistazo; solo los corazones fuertes podrían alzarle la mirada, y él tenía corazón de pollo.

Estaba a punto de dormirse recargado al cristal polarizado de la ventana de no ser por un intenso brillo azul proveniente de uno de los callejones, eran como dos zafiros brillantes en medio de la oscura noche. Y pensó en una posibilidad, pero era la que más temía.

— Katashi — llamó a su conductor recibiendo un mugido — Creo que Dabi nos está siguiendo

Todos los sentidos del canoso se activaron, viendo a todas direcciones hasta dar con el paradero del villano y comprobar si el pelirrojo decía la verdad o solo estaba delirando. Hasta que lo vio, una fracción de segundo pero logró captarlo, era cierto, los estaba siguiendo, y claramente el objetivo era la persona que iba como pasajero.

Improvisando un plan armado no hace más de cinco minutos, redirigió su ruta desviándose del camino, alertando más al pobre Kirishima que entró en paranoia creyendo que el señor era una de las copias de Twice, o la mismísima Toga.

— Kirishima necesito que te calmes, éste es el plan — el susodicho escuchó atentamente a pesar de que el terror invadía su cuerpo — Intercambiaremos lugares, me bajaré del vehículo simulando ser usted y echará a andar a su casa sin importar qué

— No te puedo dejar con él

— Sin importar qué — repitió severo

— Pero no sé cómo llegar a mi casa, siempre me trae Bakugou o alguien más

— El vehículo proporcionado por la agencia tiene piloto automático, lo guiará solo hasta su casa sin que usted tenga que hacer algo ¿Entendió el plan? — lo miró a través del retrovisor viendo como éste asentía frenético — Muy bien, porque ya es momento de llevar a cabo el plan

Estacionó frente a un gran edificio, intercambiando lugares rápidamente, Katashi se puso una capucha y salió del auto por la parte trasera, evitando contacto con los huéspedes y el mismísimo Dabi, dejando a Kirishima dentro del auto que sin necesidad de hacer nada se puso en marcha hacia el hogar del asustado chico.

— ¡Katashi! — quería retroceder, quería regresar a por aquel hombre al que le empezaba a agarrar cariño

Se consideraba un cobarde, sin su quirk no era nada, se ocultaba bajo aquella peculiaridad que le daba la confianza de no salir lastimado. Pero sin ella, sólo era el triste Eijiro de la secundaria, aquel que temía de todo y huía hasta de su propia sombra; un ser para nada varonil a su percepción cuyo propósito alguno no era más que estorbar en el camino de otros. Alguien que no debería existir.

Con aquellos pensamientos abrumando su mente, llegó a casa donde apenas había arribado Katsuki quien se dispuso a abrir el coche al ver que nadie salía después de unos cuantos minutos.

— ¿Qué mierda hacen que se tardan tan-? ¿Eijiro? — desde la parte trasera pudo ver como una bola en el asiento del conductor temblaba frenética — Eijiro ¿Dónde está Katashi?

— B-Bakugou — alzó su cara permitiendo que la luz de la luna le pegara en el rostro, iluminando las lágrimas que caían por sus mejillas y el rojo de su rostro se viera más intenso — Llámale a Katashi, no, llama a Endeavor — balbuceaba colgándose del cuello del rubio

...

— Entiendo, muchas gracias, Endeavor-san — finalizó la llamada para acercarse a su novio envuelto en una manta con un chocolate caliente en su mano, una técnica que siempre lograba tranquilizarlo en éste tipo de momentos

Antes de poder decir nada, el pelirrojo lo atacó con múltiples preguntas, se sentía como uno de esos interrogatorios cotidianos que le hacían a los villanos cada que los atrapaban.

— Tranquilízate Shima, Katashi está bien, se va a quedar esta noche en el hotel en que pararon, sólo para asegurarse de que Dabi no siga rondando por ahí, ya le avisó a la agencia de esto — se sentó al lado del paranoico chico, pensando en las palabras que diría antes de proseguir — Escucha, Eijiro

— Ya sé lo que dirás, es muy peligroso ir a la ciudad sabiendo que un maniaco está acosándome, será mejor que me quede en casa de ahora en adelante y que las visitas vengan por su cuenta, ya lo sé — se levantó del sofá yendo rumbo a su habitación

— Kiri — a Bakugou no le gustaba ver así a su pequeño pelos de mierda, quería ver de nueva cuenta esa sonrisa que lograba cegar a cualquiera a su alcance

Al entrar al cuarto notó la bola de mantas todas cubriendo a una sola persona. Se acercó alarmado al ver como la montaña temblaba y se oían sollozos por debajo de las cobijas.

— Te prometo que esto solo será temporal, luego podrás regresar a la ciudad a tus sesiones con el señor Kato

— No es suficiente Katsuki, quiero devuelta mi vida — un par de ojitos rubí se asomaron — quiero salir con libertad sin alguien resguardándome o algún loco villano siguiéndome para matarme en nombre de la Liga, quiero volver a patrullar como cualquier otro día laboral, quiero — un sollozo frenó sus palabras — Quiero mi quirk devuelta — de nueva cuenta se largó a llorar ocultándose bajo aquel manto de suaves edredones

— Ei — destapó de nuevo la cara de Kirishima para que éste lo viera a los ojos — Te juro por mi vida que te devolveré la tuya, haré que todo este asunto quede en el olvido y no sé como mierda pero también recuperaré tu quirk

— No prometas imposibles

— Estoy hablando enserio carajo, te devolveré la vida que te prometí, porque es en primer lugar mi culpa el que estemos aquí, el objetivo era yo y por ello no podrás construir tu futuro

— Nada de esto es tu culpa — se levantó de su posición abrazando al rubio por los hombros — Te repito que nadie sabía lo que iba a pasar ese día, y mi futuro ya está construido a tu lado, bobo — le dio un pequeño beso en la mejilla antes de acostarse — Vamos a descansar

— Oye antes de que te quedes dormido como roca, necesito comprobar algo

— Dime

— ¿Por qué ya no me besas? — antes de que el pelirrojo pudiera diferir, aclaro — Me refiero a besos en la boca

— Es un tanto complicado y algo de lo que preferiría no hablar — habló nervioso moviendo sus manos — No lo entenderías

— Entendí cuando me dijiste que te estaba hostigando y necesitabas tu espacio — Eijiro soltó una sonrisa nerviosa al recordar aquella charla — Creo que puedo entender cualquier cosa que me digas

— Bueno, el señor Kato me dijo que era buena idea decirte esto también y él es un profesional así que supongo que debería hacerlo

— Sin rodeos pelos de mierda

— Cuando tu cara está cerca de mí me recuerda a él y me dan ganas de vomitar — lo dijo de una manera tan rápida que apenas y Katsuki pudo comprender lo que dijo

— ¿Qué te dan ganas de vomitar cuando estoy cerca?

— ¡NO! — Kirishima soltó un bufido tapándose la cara por lo avergonzado que se sentía — No te puedo besar porque me recuerdas a él y unas ganas intensas de vomitar se apoderan de mi

— Así que te doy asco

— ¡Tú no! — desvió la mirada — Dabi es quien me da asco, de sólo recordar aquella vez en la que me besó, quiero llorar, no quiero besar a nadie más que no seas tú

— ¿Ves? No era tan difícil pelos de mierda, ahora sí, a dormir

Su pareja se acostó a su lado y él hizo lo mismo ahora ya más relajado, la reacción de Bakugou fue muy diferente a la que había imaginado mientras practicaba con un peluche que uno de sus fans le había obsequiado. En su premonición estaba un Katsuki tan enojado que le llegaba a golpear para después acabar con su relación y romper el compromiso; así que siempre descartaba la idea de hacerle saber al rubio la verdadera razón por la que no lo besaba y solo lo pasaba de largo, ignorando todas las señales de enfado de su novio.

Volviii y con dos nuevos capítulos, seguiditos para que disfruten.

Para aclarar, estos dos capítulos no estuvieron inspirados en algún audio de Lexo, fueron de mi invención propia, pues en el último audio que él subió, ya se trata de la boda y pues... no estábamos preparados para eso sin antes resolver unos cuantos temitas.

Segundo, aclaro que Dabi NO está enamorado de Kirishima, solo tiene una retorcida obsesión hacia éste. En mi universo Dabi es asexual y arromantico, o si, o si.

Por si no sabían, o no recordaban, un quirkless es una persona que carece de peculiaridad.

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