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Ha pasado un mes desde aquel fatal suceso en el cual se había visto involucrado el héroe Red Riot, incidente que le puso en postración por al menos dos semanas, de las cuales una estuvo en estado de coma.
Ahora estaba en la bañera de su nueva casa, una vivienda moderna con fachada minimalista, la cual se encontraba un tanto retirada de la ciudad y, en consecuencia, de la ajetreada ciudadela. Dicha casa les fue dada por el mismísimo Endeavor, que al ver por lo que había pasado la pareja de uno de los mejores cadetes de su agencia, no dudó en brindarles el doble de protección.
Sentía como el agua que se mantenía caliente lograba deshacer los nudos de su espalda que se habían formado por la posición incomoda en la que se encontraba en la camilla; en cuanto fue dado de alta, Bakugou no dudó en llevárselo para que conociera su nuevo hogar y se adaptara al nuevo estilo de vida que tendrían que seguir ahora que vivían alejados del centro y de cualquier interacción en sí, lo único que los rodeaba ahora eran unos frondosos árboles por los que se asomaban pequeños rayos de luz los cuales moteaban el tejado de la casa, dándole un aire más hogareño.
La primera gota cayó de su pelo húmedo, provocando turbulencia en aquellas aguas quietas, entonces recordó, recordó el momento en el que despertó.
Lo primero que sintió fue un dolor agudo y punzante en el vientre que le quitó la respiración, luego observó su entorno; era consiente que en el estado en el que se encontraba fue llevado de inmediato al hospital, y ahora se encontraba rodeado por maquinarías que registraban su actividad y le administraban suero; el olor a cloro y medicamento que resultaba fastidioso para su nariz sensible por los intensos aromas a los que se le era sometido en tan poco tiempo.
Además de la ligadura en sus orejas por la máscara de oxígeno que le mantuvo con vida hasta el momento.
Intentó captar algún indicio de vida humana a su alrededor, llevándose la grata sorpresa de una pila de obsequios en una esquina de la habitación, desde globos con helio decorados con palabras alentadoras, hasta figurillas de su propia colección de juguetes; aquel detalle le enterneció tanto el corazón que era capaz de llorar en ese momento. Desvió la mirada a la ventana por la cual se iba despidiendo el sol, notando una montañita de papeles en la mesita; con su brazo aún titubeante logró alcanzar una de las tantas hojas dobladas, tratando de leer su contenido pues estaba escrita con una letra digna de un niño de primaria.
"Querido Red Riot.
Hola mi nombre es Mirai, soy un gran fan tuyo desde que te vi un día en la televisión te viste súper cool con tu piel tan filosa y como golpeabas a los villanos ¡eres demasiado genial!
Mis amigos me molestan porque dicen que eres un marica y que si me parecías el mejor héroe yo también era un marica pero no me importó y les dejé de hablar porque burlarse de los demás no es nada masculino
Y cuando me enteré de que estabas secuestrado por aquellos horribles villanos me asusté mucho y casi lloro pero entonces escuche a mi hermanita llorar porque ella también es una gran fan tuya y tuve que ser fuerte por ella como tú lo eres cada día
Espero y te recuperes pronto para que salgas a combatir con las fuerzas del mal
Gracias por enseñarme a ser alguien masculino."
Esa bella carta escrita con la inocencia de un niño logró quebrarlo en cuestión de segundos, se sentía feliz por dejar una huella en los corazones de la gente, aquel montón de cartas lo comprobaban.
Escuchó un lamento de su lado izquierdo, entonces levantó la vista del papel amarillo con decoraciones en rojo que sostenía en manos, encontrándose con la imagen de un médico, sus madres y Bakugou conversando, no pudo escuchar de que se trataba la conversación pues el ventanal lo impedía, agudizando la vista, tratando de interpretar los labios del doctor que al parecer soltaban noticias malas puesto que sus seres queridos se mostraban consternados.
Su preocupación floreció cuando su madre Asumi se dejó caer en manos de su otra madre, llorando a cantaros mientras se aferraba al saco negro de su esposa. Mientras Bakugou regresaba la vista a la habitación, en estado de shock, y pudo notar como sus ojos se humedecían al notar la mirada de Eijiro en su persona.
Ingresó al cuarto hipeando, recibiendo una sonrisa calmada del pelirrojo, pudiendo hacer que se rompiera, cayó en llanto a los pies de la camilla, balbuceando con la cara escondida en la manta azul que cubría el cuerpo malherido de su prometido.
— Katsuki... — intentó comprender lo que su amado pronunciaba entre dientes
— Lo siento Eijiro, cuanto lo siento — levantó su cara dejando ver cuán dolido estaba — Si hubiera llegado más rápido, si tan solo hubiera sido más fuerte, tu aún tendrías... — soltó un sollozo desgarrador para Kirishima, no le gustaba ver a su Katsuki de aquella manera, quería ver su sonrisa socarrona que tenía siempre, o la fiereza en sus ojos, no a un Bakugou con el labio titubeante y aquel par de rubíes empapados en lágrimas — Fue mi culpa, fue mi culpa
Repetía constantemente el rubio con la cara escondida en el regazo del menor, mientras éste acariciaba sus cabellos rebeldes.
Entró el médico rompiendo el amargo ambiente, solo para convertirlo en uno mucho peor con sus palabras: — Héroe Red Riot, lamento su pérdida
¿De qué perdida hablaba? Si él estaba entero y vivo, sus madres igualmente y afortunadamente tenía a su prometido a su lado, entonces ¿A qué se refería el doctor con dichas palabras?
Fue que comprendió que Shigaraki no había matado a Kirishima Eijiro, pero logró acabar con el indestructible Red Riot dándole de baja definitiva al borrarle su don.
Y era capaz de recordar aquella sensación que recorrió su cuerpo al momento que la bala se incrustó en su cuerpo, creía que moriría en ese instante, pero al contrario, solo un ardor se expandió por todo su cuerpo debilitándolo, y al siguiente momento, cuando creyó estar en el limbo por la oscuridad que lo rodeaba, escuchó la gutural voz de Dabi diciéndole aquel apodo tan insoportable "mierdecilla".
Estaba agradecido de seguir con vida, pero, una vida sin quirk era algo diferente, ya no lograría alcanzar sus sueños de estar en el top 10 en el ranking de los héroes, ni tampoco dejaría huella en el mundo entero, repartiendo confianza en los que escucharan su nombre.
— ¿Eijiro? — sus pensamientos fueron interrumpidos por el abrir de la puerta, por la cual se asomaba una cabellera rubia y un par de ojitos tintos, dando un respingo al verse descubierto en su intromisión — Lo siento, es que no respondías y me preocupe, pensé que... olvídalo, es estúpido
— Estoy bien Blasty — regresó la vista a la bañera concentrándose en el jugueteo de sus pies golpeándose entre sí, no estaba listo para levantarse de aquella bañera, estaba en calma zambullido en el agua que se tornaba cada vez más fría — ¿Me ayudas a tallarme la espalda?
Sabía que estando a su lado, calmaría los nervios del rubio. Pues si bien él fue el rehén y sufrió traumas en toda su estancia en la guarida de los villanos, pareciera que el más afectado de los dos era Bakugou; a quien le daba ataques de ansiedad si no veía a Eijiro a menos dos metros a su alrededor, y procuraba estar lo más cerca posible del pelirrojo como chicle en su zapato, un chicle muy pegajoso.
— ¿Cómo te sientes? — la pregunta lo descoloco, no sabía que responder, ahora mismo era como un cascaron vacío, donde la esencia de Kirishima lo había abandonado tras perder lo único que le hacía sentir fuerte
— A decir verdad, extraño, es como si una parte de mí se hubiera esfumado — miró sus manos apretándolas en puño — Y me duele todo el cuerpo — se quejó con un gimoteo recordando como aquella mañana le era imposible mantener una postura recta por los nudos en su espalda
— Es normal después de estar medio mes en una camilla — dejó la esponja a un lado de la bañera, mojando sus manos para comenzar con un masaje improvisado empezando por los hombros del pelirrojo
— Mmm Blasty, tus masajes siempre son los mejores — ronroneaba disfrutando de la presión puesta en sus puntos más tensos
— Obviamente — soltó una risita por la actitud socarrona de su novio, sintiéndose maravillado de que éste recuperara su actitud de antes
Disfrutaba del tratamiento especial que estaba recibiendo, soltando suspiros cada que el musculo tensado se relajaba, disfrutaba de los mimos de su pareja, hasta que un dolor agudo lo invadió al dar con su nuca, provocándole un chillido que alertó a Bakugou.
— ¡Lo siento!
— Este bien, solo que esa parte aún esta sensible — miró su pierna derecha, observando aquella gran cicatriz que dejó el cuerpo médico al extraer una parte de su piel para realizarle un injerto en la parte afectada de su nuca
— Mierda — el rostro rendido de Katsuki cayó el sus hombros, sentía como su respiración pesada chocaba con su espalda erizándole los vellos — Si solo hubiera llegado un poco más rápido — murmuró contra la piel canela de su novio
— Ya te dije que no fue tu culpa, lo que sucedió no lo esperábamos y aun así las cosas salieron bien al final — le regaló una pequeña sonrisa — Además, no quiero volver a escuchar tus lamentos, ya es momento de que vuelvas a ser tú, el Bakugou Katsuki del que me enamoré
— ¡Las cosas no salieron bien! — exclamó exaltado — ¡Te maltrataron, resultaste herido de gravedad y perdiste tu-! Olvídalo
La habitación se quedó en silencio, el vapor dejó de salir de la bañera dando a conocer que el agua se había enfriado por completo, el ambiente estaba un poco tenso siendo recuperado por Kirishima y su increíble optimismo a pesar de las situaciones.
— Pero tu estas bien, y yo estoy bien, eso es lo único que importa — su tono feliz desembocó el coraje de Katsuki
— ¡Mierda no! — lo tomó por los hombros tan repentinamente que el pelirrojo solo atinó a hacer una mueca — Te quité la oportunidad de realizarte como héroe, ¿Qué no lo entiendes? Eso era lo único que no quería que pasara si es que nos casábamos pero ¡Mírate! Ya no eres Red Riot, ya no eres un héroe, ya no eres indestructible
Su cabeza giró a causa del impacto contra su mejilla, Kirishima lo terminó abofeteando por sus crueles palabras que lograron sacarle un mar lágrimas; entonces Bakugou fue capaz de darse cuenta lo que estaba haciendo, su ahora escuálido chico estaba hecho bolita en una esquina de la bañera, sosteniendo la mano con la que le había propinado el golpe con la cara empampada y una mueca de enojo plasmada en ella.
— Me voy a dormir — se levantó con cuidado buscando una toalla con la cual cubrir sus partes nobles y salir rumbo a la habitación para por fin tomar un buen descanso después de toda la mierda por la que tuvo que pasar
Un nuevo día estaba comenzando, las aves posadas en los árboles que rodeaban su morada lograron despertarlo, estiró los brazos buscando tener una mejor circulación en todo su cuerpo. Divisó al exterior, donde los grandes ventanales que bajaban desde el techo hasta tocar el suelo le regalaban la vista más hermosa de todas. Puede que los diversos tipos de aves que podía divisar resultaba un espectáculo, o las mariposas pululando alrededor del jardín que tenía la casa le resultara fascinante. Pero sin duda el panorama más precioso y excitante de todo era el ver como un rubio de cuerpo escultural salía de la piscina a paso lento con ayuda de los escalones, el sol pegándole a su cuerpo húmedo solo aumentaba la lividez del pelirrojo que se mordía los labios por poder morder un pedazo de aquella blanca carne.
Esfumó esos pensamientos de inmediato, tenía que prepararse para ir a la agencia ya que Mirio lo había citado a reportarse y resolver unos cuantos asuntos.
Saliendo de bañarse se alistó con una camisa de vestir blanca y unos pantalones de talle recto negros siendo sostenidos por un cinturón delgado de igual color, sus zapatos eran unos Derby oscuros que se complementaban con un par de calcetones; dándole un porte formal, algo que quería inspirar pues estaba seguro que la agencia estaría atestada de periodistas y debía dar la mejor imagen de sí.
Estaba por agarrar el pequeño bote de gel que usaba todas las mañanas cuando sintió unos brazos rodeándole la cintura.
— Buenos días pelos de mierda — la ronca voz de su amado le puso los vellos de punta — ¿A dónde tan elegante? — le propinó un beso al pelirrojo en su clavícula prometiendo recordar su olor a frutos rojos que emanaba su cabello
— Al trabajo — al pronunciar aquello pudo sentir como el rubio gruñía y alzaba la mirada para darle a conocer a su pareja que estaba inconforme con su decisión
— Sigo pensando que es mala idea ir a trabajar en tu estado
Si bien Bakugou se opuso en cuanto se lo comentó, no tuvo más remedio que aceptar a las plegarias de Kirishima; quien lo perdonó a los dos días de su pelea, haciendo oídos sordos al recuerdo de su novio, la persona que más le importaba su opinión, diciéndole que ya no era aquel héroe indestructible y varonil que juró traer paz a los indefensos.
— Bueno, en algún momento debo salir a la calle y hacerle saber al mundo que el héroe Red Riot sigue en pie — ató su corbata, con el tiempo había encontrado la técnica perfecta para hacerlo rápido — Y eso incluye a los villanos, debo echarle en cara a ese malnacido de Shigaraki que no logró terminar conmigo, que sigo siendo un héroe con o sin quirk — habló decidido apretando los puños — Además creo que este arresto domiciliario que me impusiste debe terminar pronto ¿No crees? Ya ha pasado una semana y media
Bakugou no decía nada, solo afianzaba más su agarre a la cadera muy marcada del contrario.
— Sé que te da pánico y no quieres que me separé de ti, pero, no todo el tiempo podemos estar así — sus manos huesudas masajeaban las de Katsuki — Yo que más quisiera vivir pegado a ti, créeme pero, no es sano, ni para ti ni para mí, y el mundo nos necesita, te necesita DynaMight, pero seré paciente porque ambos estamos en nuestro proceso y nada de esto fue fácil
— Tengo miedo Eijiro — confesó abatido — Tengo miedo que otra vez te pase algo y no estar ahí para salvarte, que te lastimen a causa mía, que te pierda para siempre
— Ey, sabes que soy fuerte ¿Lo sabes no? ¿Qué no confías en mí?
— Claro que confió en ti, pero aún tengo inseguridades
La imagen de su pelirrojo novio inconsciente tendido en el suelo desangrándose sin parar repercutió en él; y fue peor después de enterarse de los resultados del chequeo médico que le habían realizado en el hospital después de la cirugía exitosa que se llevó con urgencia, dándose cuenta de todo el infierno por el que fue sometido Kirishima en tan solo dos días, de solo imaginar que le hubieran hecho si hubiera tardado más en encontrarlo le daban escalofríos y su rabia aumentó al ver la cicatriz del trasplante de tejido que tuvieron que poner en su nuca y parte de su omoplato derecho.
Desde ese día se mantuvo en vela por la seguridad de su prometido, negándose a salir del hospital y mucho menos de piso, viendo como amigos y familia venían a saludar al pelirrojo y estar al pendiente de su estado. Una semana observando como todo seguía igual, esperando que Kirishima abriera los ojos y llenarlo de besos y amor hasta que olvidase la sensación de estar recluido en un calabozo.
Luego la bomba explotó, él junto con las señoras Kirishima se encontraban charlando mientras compartían una mandarina, siendo Gema y Katsuki los que competían por quien tenía la fruta más perfecta, hasta que llegó el doctor con una sonrisa lastimera y variedad de papeles en sus manos. Se acercó hasta el rubio dando una palmada en su hombro antes de darles las malas noticias que después de múltiples chequeos sanguíneos –pues los doctores no creían que los resultados fueran posibles– dieran negativo a presencia de quirk, terminando por matar toda esperanza en las madres de Eijiro.
— Sé que me quieres cuidar, pero no me gusta que me trates como si fuera alguien que no se puede proteger — admitió escuchando como su celular timbraba en los tonos de Victorius de Panic! At The Disco, que no se atrevió a cambiar desde secundaria — ¡Ya se! Me llevas al trabajo y luego te llamo para que me recojas y lleves a terapia ¿Qué te parece?
— Me gusta la idea
Como lo esperaba, las puertas de la agencia estaban infestadas de periodistas, toda la cuadra se vio rodeada de camionetas con los logos de los noticieros con más ranking en el país. Sus manos empezaron a sudar, estaba temblando y su cara palideció.
Se arrepentía de su decisión, deseaba dar media vuelta y regresar a su hogar resguardado del gentío.
— Olvídalo, regresemos a casa
— Oye — Bakugou apoyó su mano en la rodilla de Kirishima intentando tranquilizar sus nervios — Todo estará bien, son solo unos periodistas, nada que Red Riot no pueda enfrentar — levantó la mirada, encontrándose con los rubíes brillantes de su novio — Estaré aquí hasta que entres — se acercó al menor con intenciones de darle un beso, el cual fue evitado por éste dándole en su lugar un cálido abrazo
Como si esa muestra de afecto hubiera sido suficiente, el nerviosismo del pelirrojo se esfumó tal cual llegó; apretó la manija del carro y la abrió alertando a las personas alrededor, que al ver de quien se trataba no dudaron en abalanzársele e iniciar la ronda de preguntas, fue tanta la conmoción que lograron abrumar al pelirrojo en menos de diez segundos.
Bakugou estaba listo para abrir la puerta y encarar a esos cabrones que se atrevían a hacer preguntas tan personales al héroe, cuando llegaron Mirio y Tamaki a salvarlo de tal situación, llevándoselo al interior del edificio y siendo seguidos por la prensa que no dejaban de hacer preguntas.
— Señor Riot, ¿Cómo fue su experiencia como rehén de la Liga de Villanos?
— ¿Por qué fue secuestrado? ¿Acaso es potencial enemigo de la organización LOV?
— Hay rumores que dicen que ha perdido su don, ¿Es eso cierto?
Con aquellas insinuaciones, las preguntas sobre el declive del héroe Red Riot aumentaron y al no obtener respuestas cada quien hacía su propia interpretación de los sucesos.
— No más preguntas — culminó Tamaki antes de desaparecer por las puertas
Bakugou soltó un suspiro antes de emprender camino a su agencia, esto era lo que temía que pasara cuando Kirishima se anunciara como pro-hero, los medios lo iban a perseguir hasta conseguir respuestas y lo llegarían a hostigar a cualquier parte que vaya, pues ahora era una celebridad, había sido transmitido en todo Japón, y si no lo conocían por su nombre de héroe Red Riot lo conocerían como el héroe secuestrado por la Liga de Villanos.
Pero esa preocupación había pasado a segundo plano cuando su jefe, Endeavor, le abrió los ojos cuando le informó de las consecuencias de aquel trágico suceso. Pues según, a palabras del héroe retirado, no solo civiles vieron aquella transmisión, también pudo llegar a oídos de villanos, que al dar mala interpretación del secuestro de Kirishima –como si éste fuera principal enemigo de la Liga– son capaces de intimidar y agredir al pelirrojo, o peor aún, entregarlo a la organización y con ello conseguir un poco de dinero. De solo pensar en ello se le erizaba la piel.
— ¿Para qué querían hablar conmigo Mirio-san?
— Toma asiento por favor
Se encontraban en la oficina principal, la que pertenecía a Mirio y Tamaki, las dos personas que habían fundado la agencia, levantándola desde cero, y lo que parecía ser una burla para las demás agencias, ahora era la más cotizada y donde estudiantes de diversas academias pedían su interinato después de la graduación.
— Bueno, te citamos aquí porque- — inició el rubio, más fue interrumpido por su pareja que literalmente se arrojó a los brazos de Kirishima
— ¡Queríamos saber cómo estabas! Te visitamos cada día en el hospital y no dabas señal de vida, y cuando nos informaron que despertaste corrimos al hospital pero ya Bakugou te había llevado a su nueva casa y nunca nos dijo dónde estaban por eso no pudimos irte a visitar y por eso mismo te citamos nosotros — dijo de una forma tan natural y calmada que parecía que el mismo Tamaki había sido remplazado por otra persona
— Si, eso — carraspeó Mirio al ver la escena que estaba dando su pareja — Todos te fuimos a visitar, principalmente nosotros junto a tus madres y Bakugou; y ese par de escandalosos, creo tus amigos de la preparatoria, Tetsutetsu y Tomo, pero eso no es lo importante — le restó importancia el rubio siguiendo con su emoción — Al tercer día empezaron a llegar cartas y regalos de fans, fue tanto lo que te regalaron que Bakugou tuvo que llevarse todo a su nuevo hogar
Eijiro ya lo sabía, fue llevado por Bakugou a una habitación aparte de la casa, donde se aseguró de mantener intacto cada detalle que se le fue dado al pelirrojo, pues bien sabía que con el mínimo raspón o rayón a una de sus tantas cartas, estaría frito. Y Kirishima solo atinaba a reírse de las exageraciones de su estoico novio. Fue capaz de quedarse todo un día en aquel cuarto riendo y llorando con las hermosas notitas que le habían hecho sus fan.
— ¡Hubieras visto a Aizawa! En cuanto supo que estabas hospitalizado en urgencias corrió lo más rápido posible para verte — relataba el mayor con una sonrisa en labios — Se veía afectado, y se quedó las dos noches de tu cirugía en vela, no se le veía igual desde hace mucho, ni cuando Hizashi fue hospitalizado, creo porque ya sabía que su pareja saldría de esa, pero al parecer resultaste ser alguien importante para Aizawa ¡Porque ni aunque me estuviera muriendo él se acercaría al hospital donde estoy!
Estaba a punto de ser reprendido por Tamaki cuando una voz gutural se escuchó desde la puerta.
— Y tienes mucha razón Lemillion, ni aunque estuvieras en las últimas iría al hospital cutre donde te encuentras
— ¡Aizawa! — la impresión fue tanta que se dejó caer de la silla — ¿Qué te trae por aquí?
— Lo siento Mirio-sama — habló la pequeña subalterna de pelo azul grisáceo entrando a la habitación — Me dijo que le llamara en cuanto Red Riot estuviera en la agencia
— No te preocupes Eri, puedes regresar a tu puesto — la chica asintió retirándose no sin antes saludar a su superior a cargo con una sonrisa de alivio al saber que éste seguía vivo
— Hola Aizawa-san — saludó al azabache que se acercaba cada vez más a él
Su saludo no fue respondido, el mayor solo siguió caminando hasta quedar a su lado y plantarle un buen golpe en la nuca haciendo gruñir al pelirrojo por el dolor causado en la zona, sin mencionar que ésta seguía frágil.
— ¡No te vuelvas a dejar secuestrar idiota! ¡Nos tenías preocupados a todos! ¡¿Los tres años que fui tu asesor los echaste por la borda?!
A Kirishima no le dio tiempo de responder cuando ya estaba siendo abrazado por Aizawa.
— No me vuelvas a asustar así, eres el único de todos mis ex alumnos al que soporto y confío la vida de mi hija, no sabes lo que sufrió al verte en televisión de tal manera
— Lo siento Aizawa — correspondió el abrazo gustoso de recibir una muestra de afecto por el que alguna vez fue su tutor
El susodicho soltó un suspiro antes de regresar la compostura y carraspear.
— Bueno, eso no era a lo que venía — caminó detrás del escritorio pidiéndole a Mirio el asiento quien rápidamente se lo dio sin rechistar — Sé que apenas estas en proceso de recuperación después del secuestro y que se te complica hablar de ello pero me enviaron a recolectar información, quisiera saber si estás dispuesto a cooperar en la investigación de la Liga de Villanos
— Y-yo — se lo pensó por un largo momento — Lo siento Aizawa-san, hablar de aquel suceso se me dificulta un poco y eso lo estamos trabajando con mi terapeuta, créame que estaría más que encantado de colaborar con la captura de aquella despreciable organización que me quitó una parte importante de mí, pero ahora no estoy en las mejores condiciones
— Entiendo — el adulto se levantó dispuesto a retirarse — Debo admitir que eres alguien indestructible Red Riot, me enorgullece ver el héroe en el que te has convertido
— Gracias — sentía como sus ojitos se nublaban por las gotas que amenazaban salir de sus cuencas
La puerta se cerró dejando a la pareja quienes no dudaron en abrazar al héroe que ya estaba gimoteando.
— Estoy bien — recuperó el aliento para después preguntar la duda que le atormentaba desde que entraron al edificio — Oigan, ¿Nadie sabe que perdí mi quirk?
— Bueno, no lo hemos hecho público por respeto a tu decisión — dijo el rubio separándose del abrazo — Pero si tú lo quieres anunciar te estaremos apoyando
— Bueno Eijiro, cuéntanos, ¿Cómo es tu nuevo hogar? — cambió de tema Tamaki en un intento de distraer al pelirrojo de sus pensamientos
— Es bellísimo Tamaki-san
— Me llamas cuando termine la sesión — se despidió Bakugou emprendiendo marcha, pues su trabajo en la agencia aún no terminaba a pesar de ya ser las 7:00 de la tarde, tal parece que su mes de vacaciones le acumuló demasiado trabajo
— Está bien Blasty, cuídate — le lanzó un beso antes de entrar en la pequeña sala de espera del terapeuta que la agencia de Endeavor le había establecido
— Señor Kirishima, el señor Kato lo está esperando — habló la recepcionista dándole el paso al estudio del profesionista
— Gracias
— ¡Señor Kirishima! Que alegría me da volver a verlo, ¿Listo para hablar de sus problemas con un completo desconocido? — el pelirrojo seguía sin entender el humor de aquel hombre, se suponía que debía actuar profesionalmente, aunque admitiéndolo, le calmaba más que usara aquella personalidad tan infantil en vez de una amenazadora y poco confiable — Olvide ese mal chiste, mejor siéntese y cuénteme su día
— Bueno, quisiera hablarle sobre las cosas que me gustarían cambiar con su ayuda
— Mi trabajo, señor Kirishima, es ser un pilar en la vida de una persona para que no se queden estancadas en el pasado y avancen hacia el futuro — tomó una jarra del escritorio sirviendo su contenido en dos vasos, pasándole uno a su paciente — De hecho me alegra que haya encontrado algún aspecto en el que quiera mejorar, eso facilita más el proceso de superación
— ¿Entonces pronto me podré curar?
— Eso ya depende de usted, ya no está en mi alcance si logra recuperarse del suceso o se hunde más, yo solo soy su guía en el proceso
— Entiendo — aceptó el vaso ingiriendo un poco haciendo una mueca amarga en cuanto el líquido toco sus papilas
— Es té de limón — respondió ante el gesto — Ahora sí, empecemos — prendió una grabadora ya que, con el previo permiso del paciente, se concedió a grabar cada una de las sesiones, algo raro para Eijiro, pero no se pondría a diferir con un profesional — ¿Qué traes de nuevo para mí?
— Bueno, de lo que me he dado cuenta desde nuestra última sesión, es que — se mordió el labio sin saber si confiarle a la persona delante suyo información personal, seguía sin confiar en aquel hombre simpático, y no se podía culpar, era su segunda sesión oficial, y en la primera solo hablaban de la vida del otro, más que terapia parecía una salida de amigos — Me da miedo la oscuridad, y más si estoy solo, porque recuerdo los días en los que me pusieron en una habitación fría y oscura, sin compañía, también no puedo hablar del tema sin sentir algo en el cuerpo, es como-
Fue cortado por el terapeuta: — ¿Cómo te diste cuenta de ello?
— Pues el primero en preguntarme fue mi prometido, Bakugou, pero en cuanto nombró mi secuestro experimenté una sensación de ¿asco? No sé muy bien cómo me sentí pero no fue lindo, también fui visitado por dos amigos de Bakugou, el hijo de Endeavor, no sé si lo conozca — el señor asintió, pues de igual manera había sido y sigue siendo terapeuta persona del joven Todoroki Shoto — Y en cuanto Todoroki me preguntó algo en mí se puso alerta, y hace poco me quisieron entrevistar sobre el suceso y un nudo se formó en mi garganta, no quiero que lo sucedido me repercuta en un futuro, quiero volver a tener una vida normal como antes de todo, quiero volver a mi fecha especial, quiero caminar hacia el altar donde el hombre de mis sueños me está esperando, solo quiero, olvidar
Se limpió rápidamente las lágrimas que resbalaban por sus mejillas, la situación le daba tanto coraje, él estaba sufriendo mientras iba cada dos días a un terapeuta mientras sus captores seguían asechando a la ciudad, él había perdido su quirk mientras los villanos gozaban del suyo y sin límites, él se perdió de su día más especial y ellos seguían sin remordimiento.
— Y lo lograrás, con mi ayuda podremos lograr cosas maravillosas, superarás esto, yo lo sé, no por nada eres Red Riot, el héroe indestructible
— Ja, todos me repiten eso, pero ya no sé si creerles, me derrumbe, no soy como piensan
— Cada persona tiene sus declives, lo que los hace indestructibles es que son capaces de seguir adelante — sostuvo su mano regalándole una sonrisa cálida — ¿Algo más que quieras añadir?
— ¡Ah! P-pues — era sumamente vergonzoso lo que estaba por decir — No puedo besar a mi novio porque me recuerda a "él"
— ¿Eh?
— Cierto, no se lo dije
Le contó lo que recuerda antes de ser abierto por Dabi, que lo había besado unos minutos antes, explicando que ahora no podía estar cerca de la cara de Bakugou porque veía su cara y sentía unas ganas intensas de vomitar por el doloroso recuerdo que le taladraba la mente de besar a alguien más que no fuera su pareja, y unas vocecillas en su cabeza se encargaban de atormentarlo cada día.
— Ya veo
— Y sé que sonará estúpido tener miedo que mi pareja me bese pero-
— Ningún trauma es insignificante señor Kirishima, usted pasó por una situación traumática y que aquel hombre lo besara solo desencadenó un miedo irracional, no es, y perdone la palabra, estúpido desarrollar un trauma después de lo que usted vivió — la mirada del doctor Kato denotaba confianza, la seguridad que Kirishima necesitaba en esos momentos para seguir hablando — Pero como cualquier trauma, se puede tratar, y si lo que usted quiere es olvidar y seguir adelante, lo haremos — de pronto las tonadas de un reloj de péndulo se escucharon en toda la habitación llamando la atención del terapeuta que con una sonrisa se levantó de su sitio — Pero lamentablemente eso se hará en otra sesión
El pelirrojo entendiendo esto se pone de pie guiándose él solo a la salida.
— Estoy feliz de haber platicado con usted señor Kirishima — era acompañado por el señor Kato a sus espaldas — Tal y como me había dicho mi amigo Enji Todoroki, usted es una persona amable
Ya estaban en la puerta del despacho tal cual colegas, cuando a Kirishima se le viene algo a la mente.
— Doctor, también estoy preocupado por Katsuki
— ¿Por qué? Yo lo veo bien luchando contra los villanos — dijo refiriéndose a cuando lo veía en la pantalla plana, porque de ahí en más no lo conocía en absoluto
— Es que siento que él también ha tenido problemas, entra en pánico si no sabe dónde estoy o si no me tiene cerca, y eso me agobia — admitió con culpa — Yo sé que tiene miedo de que me pase algo de nuevo y que él no esté ahí para salvarme, pero a veces está tan cerca que resulta hostigaste
— Es común que personas cercanas a víctimas de secuestro generen cierto comportamiento sobreprotector — explicó — Pero si te incomoda deberías hacérselo saber
— No lo sé, no quiero herirlo
— El que calla, otorga
Sin más, el pelirrojo se retira al escritorio de la recepcionista que le iba a dar fecha y hora de su próxima cita.
— ¡Nos vemos en dos días señor Kirishima! — se despidió energética la señorita chillando en su interior por haber cruzado palabras con uno de sus héroes favoritos
En cuanto salió del edificio se llevó la sorpresa de que ya estaba anocheciendo, nunca se había tomado la molestia de ver hacia la ventana del despacho del doctor Kato, siempre atento a sus movimientos que lo alertaran de cualquier peligro.
Las luces de los faroles a los costados de la calle ya estaban prendidas, alumbrando alrededor de su angosto cuerpo metálico que se alzaba a no más de tres metros del suelo; mientras el sol abandonaba el cielo perdiéndose en las montañas del oeste. Un panorama hermoso para cualquiera; a excepción de Kirishima.
Tal como había dicho, no le agradaba estar en la oscuridad, por lo que sacó su teléfono lo más rápido que pudo y buscó el contacto de su novio.
— Responde Blasty — imploró aferrándose al tubo de un farol confortándose que hubiera un poco de luz a su alrededor
— ¿Bueno? — una voz fémina respondió — ¿Señor Kirishima? — su mente quedó en blanco, no sabía que pensar o que decir, ¿Qué es lo que estaba pasando? — Señor Kirishima soy la subalterna del héroe DynaMight, dejó su celular en la oficina porque tuvieron una misión sin previo aviso, pero me dijo que si llamaba enviara a alguien por usted, ¿Me podría mandar su ubicación?
— S-sí, claro — sus dedos temblaban sin saber porque, se despegó el celular de la cara y entró al chat que tenía con Katsuki enviando su ubicación en tiempo real — ¿P-podrías enviar a alguien rápido? Por favor
— No se preocupe señor Kirishima, en seguida envió a uno de nuestros mejores pilotos — la chica estaba por colgar hasta que recordó un dato importante que le había dado su superior — No quiero parecer entrometida ni algo por el estilo, pero si ve un local abierto es mejor que vaya y se refugie ahí
— Si, gracias
La llamada finalizó, Kirishima quería correr y entrar de nuevo a la oficina del terapeuta Kato, pero sabía que él ya había cerrado porque mientras él realizaba la llamada, éste se despedía a lo lejos antes de subir a un coche.
Divisó a sus alrededores si es que siquiera una tienda estuviera abierta aunque aquel barrio estuviera repleta de casas, encontrando un mini café al que no lo pensó dos veces, e ingresó sintiendo un alivio al verse envuelto por la luminosidad que regalaban los focos amarillos incrustados en el techo.
— Buenas noches, ¿Desea ordenar algo? — una chica pelirroja con la cara llena de pecas se le acercó con una libreta en mano
No estaba en sus planes comer fuera de casa pero un café en ese momento no le haría daño, así que ordenó un Cappuccino dulce y un rol de canela para matar el tiempo.
Se pasó todo el tiempo viendo su celular, esperando una llamada de la agencia de Bakugou, o un mensaje del su Blasty; mas éste no llegaba, hasta la chica de pecas notó su soledad y lo acompañó el resto de la noche entre anécdotas y risas, pareciera que aquella mujer no lo reconocía, algo que Eijiro agradecía mucho.
— Perdona que tenga que acabar nuestra conversación de ésta manera Kirishima, pero ya estamos por cerrar — irrumpió la historia del pelirrojo
— No te preocupes — se levantó de la mesa sacando su billetera — Y gracias, tu compañía fue muy grata, ¿Cuánto sería?
— No te preocupes, la casa invita
— Eres muy amable Amanda — guardó su cartera en su bolsillo y se retiró del pequeño establecimiento — Me saludas a tu madre de mi parte, aunque será un poco raro que un desconocido le mande saludos
— Le encantará saber que un héroe se preocupa por ella, gracias por la velada, señor Red — la mirada desconcertante del pelirrojo se vio antes de salir por completo, que luego se convirtió en una de agradecimiento eterno
Kirishima comprendió que aquella mujer si lo reconocía, pero se había evitado el hablar de un tema muy delicado como su secuestro, y lo que sería una charla incomoda, terminó siendo de las mejores en mucho tiempo.
Al salir del local la oscura noche lo invadió, y aún ninguna señal de Bakugou o el dichoso auto que enviarían por parte de la agencia. No esperaba mucho de aquella joven subalterna de su novio, no la conocía, y se había enterado que ella estaba enamorada de su Blasty, no la culpaba, él había caído rendido a sus pies desde que lo vio en la televisión aquella vez en los juegos deportivos de la Academia U.A.; pero el amor de jóvenes podía ser tan intenso que resultaba dañino.
No importaba, pediría un Youfer lo más pronto posible, aunque darle su dirección a un completo desconocido no le agradaba mucho, por ello daría la dirección de la agencia de Bakugou, solo por precaución.
— ¡Al fin eres mío Red Riot! — una voz gangosa se escuchó detrás suyo y solo atinó correr al ver como un par de cuchillas se aproximaban a él
Corrió alrededor de cinco cuadras, sin detenerse, quería encarar a ese villano que lo atormentaba pero le era imposible sin su quirk y su ahora complexión delgada carente de músculo; además el detenerse y hacer un plan descubriría la falta de su poder, algo muy peligroso ya que revelaría su vulnerabilidad ante los demás villanos.
— ¿Por qué no me atacas eh? ¿O es que acaso que el niño bueno no tiene quirk?
Kirishima frenó, no podía permitir que esa idea se quedara, dio la media vuelta esperando por aquel escuálido hombre, preparándose para darle un puñetazo sin salir lastimado en el proceso. De pronto una flama azul mandó a volar al enemigo hacia la otra acera.
Eso solo podía significar una cosa.
— Hola mierdecilla — con miedo giró a su derecha, y lo vio, tan cerca que podía oler su colonia barata
— T-tú
— ¡Hey! ¡Esa era mi presa! — al parecer el villano no había acabado — Lo matare y todos me conocerán como el asesino de Red Riot, el enemigo de la Liga de Villanos
— ¡¿Qué?! — el pelirrojo no entendía lo que pasaba, él no era enemigo de la Liga, tal vez lo podría ser el retirado Endeavor pero su secuestro sólo había sido una confusión
— Te queda el puesto — y de nuevo el recuerdo de que Dabi se encontraba detrás lo hizo palidecer — Ahora corre mierdecilla, yo lo fulmino
— No lo mates — imploró antes de correr como nunca, dando su dirección en tiempo real al primer contacto que encontró, ahora no importaba a quien se lo daba, sólo quería ser llevado a casa
Llegó a un callejón ocultándose en lo más profundo de éste, detrás de un contenedor de basura, claro, con la linterna prendida que le regalaba un poco de su luz.
— Blasty — las lágrimas no tardaron en salir, tenía miedo, demasiado — Por favor, quien sea
Ahora se daba cuenta de la realidad; sería acosado por villanos, la prensa y demás personas; no sabía cómo fue que Dabi estaba ahí en ese instante pero lo más probable es que de igual forma lo estaba observando; era vulnerable a cualquier ataque, y no podría proteger a los indefensos. Todos estos pensamientos solo alargaban su llanto, y lo hacía más intenso.
— ¿Kirishima? — no escuchó cuando alguien se acercaba a su escondite ni cuando esa persona llegó a su lado — ¡Kirishima!
Fue alzado en brazos, no pudo ver bien de quien se trataba por lo nublosos que se encontraban sus ojos pero la delicadeza con la que era tomado lo reconfortaba. Luego sintió como era arrastrado hasta un coche y puesto en el asiento del copiloto. El motor encendido le dio a conocer que ya estaban en marcha.
— Kiribro — el apodo lo llenó de alegría, era su amigo, Tetsutetsu — ¿Estás bien?
Se relajó limpiando el resto de lágrimas con su antebrazo, soltando una risita le dijo con una sonrisa: — No
— Todo estará bien, te llevaré a casa y estarás a salvo ¿Si? — notó como su amigo temblaba en su lugar y como su mandíbula estaba apretada
— ¿Por qué tiemblas? — dijo en un hilo de voz
— Jaja — echó una risita nerviosa — Es solo que- ¿Qué hacías tan tarde afuera?
— Yo acababa de salir del terapeuta y llamé a Bakugou, pero contestó su subalterna diciendo que enviaría un coche a por mí, pero nunca llegó y luego un loco me siguió queriendo matarme pero de pronto — cortó, no se lo diría, no quería alarmar a su mejor amigo — Tuve miedo, y me escondí en ese callejón a esperar que alguien viniera
— Kirishima yo lo vi — el pelirrojo no entendía a lo que se refería — A Dabi, me dijo dónde estabas, por primera vez sentí miedo de morir en cuanto se me acercó, ¿Él fue quien te siguió?
— No, él me salvó — la mandíbula del peli plata se tensó más — Tetsu perdí mi don
El ambiente se volvió más pesado, Eijiro solo suspiró desparramándose en el asiento, listo para cualquier pregunta que tuviera que hacer su amigo; aunque pensaba que él ya estaba enterado, cuando viera a Bakugou preguntaría quienes sabían sobre la pérdida de su don.
— Tienes que tener cuidado de ahora en adelante, ¿Lo sabes no? Ese psicópata pudo estar ahí y salvarte pero podrían aparecer más enemigos — su amigo sonaba serio, nada comparado al Tetsutetsu de la preparatoria — De hecho también deberías cuidarte de ese tipo ¡Es un malnacido miembro de la Liga de Villanos!
— No grites por favor — cada palabra de su amigo le taladraba la cabeza
— Lo siento — calló por un momento — ¿Me podrías dar tu dirección?
Llegaron unos minutos después, desde lo lejos se podían ver varios coches estacionados frente a la casa y dos patrullas policiales.
— ¿Qué está pasando? — se preguntó el pelirrojo observando a Bakugou charlando con los policías, en su rostro se reflejaba el pánico y sorprendentemente se dejaba sostener por Deku que estaba igual o peor que su novio
Al estacionar todas las miradas se dirigieron al nuevo auto en la zona. Los policías estaban atentos y los héroes esperaban impacientes cualquier acción.
Cuando la puerta se abrió dejando salir al peli plata el ambiente se calmó, aunque en Bakugou había inconformidades, cuestionándose como es que él había encontrado la ubicación de su morada que compartía junto a Kirishima; a los únicos que había dado su dirección fue a Todoroki y Midoriya, y no por cuenta propia, pues había sido proporcionada por Endeavor al ver que su nuero se volvía loco por ir a visitar a aquel héroe chillón a palabras del mismo Enji.
— ¡Kirishima! — todas sus dudas se disiparon al ver como Izuku se despegaba de su lado y corría a toda velocidad hacia su amado
En ese momento se desplomó, se sentía bien ver su rostro de nuevo, fue un error confiarle su teléfono a su subalterna, al igual que haber ido a misión sin primero avisarle a Eijiro; y por ello ahora estaban ahí, Kirishima siendo abrazado por todos haciendo miles de preguntas al pelirrojo y Tetsutetsu fulminando con la mirada desde lo lejos a Bakugou.
Bonus:
Era su momento de hablar, no podía echarse para atrás, había decidido esto y estaba dispuesto a cumplir su palabra.
— Con ustedes Red Riot — escuchó su llamado, era ahora o nunca
Los flashes de las cámaras lo cegaron un segundo, siguió con su caminata hacia el atril saludando a todos los presentes que se encontraban en aquel lugar, intentando buscar entre todos los reporteros a sus madres y amigos.
Al llegar al micrófono lo primero que hizo fue palmearlo dos veces captando la atención de todos que de inmediato guardaron silencio. Era la primera vez que el héroe Red Riot hablaba públicamente después de su secuestro, un encabezado que ningún periódico podría perderse.
— Primero que nada, Buenas tardes y gracias a todos los presentes que se tomaron la molestia de asistir — suspiró antes de seguir — Mi nombre es Kirishima Eijiro, alias Red Riot, muchos de ustedes me conocieron por mis actos heroicos, y otros muchos como el héroe que fue secuestrado por la Liga de Villanos
— Muchos consideran que fuiste secuestrado por la Liga ya que eres su principal enemigo ¿Es eso cierto? — saltó la primera pregunta, y no era de impresionarse que ya empezaran con la presión por resolver dudas, después de todo era una conferencia
— No, eso es mentira, mi secuestro fue una confusión, el objetivo a retener era mi actual pareja, Katsuki Bakugou, no entraré en detalles sobre eso — aclaró antes de cualquier movimiento por parte de prensa
— Rumores dicen que usted fue secuestrado por el líder de Liga ya que éste está obsesionado con usted
— Como usted dice señorita, son solo rumores, dudo mucho que un ser como lo es Shigaraki sienta deseo por algo más que no sea la derrota de los héroes
— ¡Me han informado que tuvo interacción con el villano Dabi hace un par de noches! Que lo salvo del ataque de un villano de baja categoría ¿Eso es prueba de que tiene un amorío con uno de los villanos más peligrosos del país? ¿Acaso es usted un espía infiltrado?
— Es verdad que tuve una mínima interacción con el villano de alias Dabi, si, salvó mi vida de un villano que tenía intenciones de matarme — sus ojos se aguaron al recordar la razón del porqué no se sentía cómodo con la idea de besar a su novio y la rabia lo invadió, soltando el veneno que tenía atorado desde que habló con el terapeuta Kato — No, no mantengo un amorío con ese ser despreciable, mi corazón y alma le pertenecen a Bakugou, nunca pensaría traicionar a la persona que he amado por más de 10 años con un hombre que lo único que lo define es la asquerosidad, y de igual manera, no soy un espía infiltrado, mi sueño desde pequeño siempre ha sido ser de los mejores héroes, no solo de Japón, del mundo entero, repartiendo sonrisas a los indefensos tal como All Might, que en paz descanse, lo hacía
— ¿Nos podría hablar de lo que se enteró en todo el tiempo que estuvo en el cuartel de la Liga? ¿Algún plan o maquinaría que hayan creado?
— No puedo dar información de eso públicamente sin antes dar informes a las autoridades oficiales — los reporteros se estaban quedando sin preguntas y la desesperación por tener premisas jugosas acrecentaba — ¿No hay más preguntas? Bien, yo quiero dar un comunicado
Bakugou estaba a punto de diferir con la idea de su novio, más sus suegras lo detuvieron.
— Él sabe lo que hace — le aseguraron las mujeres aunque de igual manera estaban nerviosas por cómo la población se tomaría la noticia
— Después de ser rescatado por el personal de la agencia Endeavor en colaboración con los héroes Lemillion y Suneater, fui hospitalizado alrededor de dos semanas en el hospital general de Musutafu. Al despertar me informaron de un fatal suceso — no había vuelta atrás — Oficialmente el héroe Red Riot está dado de baja por la ausencia de su quirk — toda la multitud se aterrorizó, los medios se lanzaron, como cazador a su presa, hacia el pelirrojo, formulando un millón de preguntas que no podían ser contestadas debido al tratado de confesionalidad que había firmado horas antes
— La conferencia ha terminado
Aizawa al ver el pánico con el que respondía el público, bajó del pódium a Kirishima haciendo uso del equipo de seguridad brindado, pues la conmoción era tanta que resultaba hostigante para el, ahora, ex héroe.
JOJOJOJOJO
¡¡¡Y AQUÍ ESTAMOS CON UN NUEVO CAPITULO!!!
No hay muchas cosas que informar.
Ojo, pues la fachada minimalista es muy diferente a la fachada minimalista MODERNA
No sé nada de lo que es ser terapeuta así que no me juzguen porfa.
Okey, sé que en este capítulo Kirishima es un llorón pero entiéndanlo, pasó por mucho.
Tengo que admitir que mi shipp culposo es Dabi x Kirishima, no es que me súper encanta esta pareja pero me leo de vez en cuando un fic de ellos.
Ya Kirishima tiene 25 años, ya creció el bebo.
Creo que no lo había dicho pero el All Might estiró la pata cuando Kirishima iba para los 23 y Katsuki ya tenía 24.
Y esperaré a que Lexoforus avise por cuentas oficiales que el arco de Bakugou se haya terminado antes de subir el siguiente capítulo, pues en el último video que subió el problemas base (la boda entre patito y Bakugou) ya estaba culminado, así que no se si la parte 18 de esta ruta sea el final. Y eso mis lectores, significaría que de igual manera esta historia está cerca de acabar.
Pero no se preocupes, porque tengo más proyectos.
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