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El tiempo puede llegar a ser tan pesado y tan volátil, que la explosiva pareja se encontraba a dos meses de unir lazos en matrimonio.

— Sigo pensando que es mejor quedarte en casa y sanar tus heridas — habló Bakugou desde la encimera de la isla, se encontraba apoyado en ésta mientras bebía café sobrecargado de cafeína — Solo han pasado tres días desde la misión

— Exacto, tres días, es momento de regresar a la acción y ganar experiencia en batalla — dijo Kirishima mientras levantaba una pequeña mancuerna de no más 10 kg

— Eso es estúpido, ¿A cuántas misiones no te han llevado ya? ¿Cuántas no eran categoría B? — refunfuñó tomando la última gota de su café — Vete a dormir si no quieres que te explote el culo, y no lo digo de la buena forma

— Pero- — estaba a punto de refutar cuando un mensaje llegó a su bandeja de entrada — Mierda

Y es que el mensaje redactaba nerviosamente y con demasiado rodeos que su presencia no le era solicitada en la agencia; como si Tamaki fuese omnipresente, le envió un mensaje a Eijiro ordenando de manera amable que se quedara en casa y descansara un poco, pues en la última misión que tuvo resultó herido en la espalda, dejando múltiples cicatrices producto de trozos de asfalto golpeando ésta.

— Vamos pelos de mierda, ¿Qué es todo este deseo enfermizo por ser más poderoso? — preguntó el rubio acercándose a donde estaba su pareja con la cabeza entre sus palmas, frustrado — Y mira que hasta yo reconozco que esto ya es demasiado

— Es solo que quiero avanzar, hacerme más fuerte, Mirio-sama dijo que si lograba ganar una última batalla categoría B, me concedería una categoría A — al escuchar aquello el cuerpo de Bakugou se tensó de inmediato — ¿Sabes qué significa eso? Seré conocido oficialmente como héroe profesional y no más como un subalterno

— E-eso es genial pelos de mierda — tartamudeo alejándose un poco, dirigiéndose al lavaplatos a dejar su taza

— Blasty ¿Todo bien? — indagó el pelirrojo desde la sala con un poco de nervios

— Si, es solo que — tragó seco abriendo el grifo — Me parece un poco rápido cambiar de subalterno a héroe profesional

No lo gritaría a los cuatro vientos, pero le preocupaba las consecuencias que podría traer consigo el que Kirishima se presentara ante el mundo como héroe profesional, no solo era el hecho de que los medios lo acosarían sin parar, también estaba el hecho de que Bakugou recibía constantes amenazas de muerte de villanos pacotilla, si se supiese que Red Riot es pareja de DynaMight, las amenazas no serían solo dirigidas a él.

Eso lo tenía más que claro desde que presenció como las amenazas hacia Deku se intensificaron al anunciar publica su relación con Shoto. Además de aquella vez en la que de alguna manera obtuvieron la ubicación de su casa que resultó asaltada, ocasionando que ambos héroes se refugiaran en un pent-house otorgado por el mismo Endeavor a petición del heterocromático, aunque mucho gusto de pedirle favores a su padre no había.

— Blasty — canturreo alegremente el pelirrojo mientras abrazaba por detrás a su amado, pegando todo su cuerpo a la espalda ajena — Tranquilo, se lo que conlleva ser héroe profesional, créeme, he escuchado la historia de Midoriya-san cientos de veces — de pronto su alegría se esfumó — Lo que si me preocupa es el tiempo que tendremos para pasarla juntos — comentó dibujando círculos en la espalda del rubio — Estamos a semanas de casarnos y no hemos organizado nada

Bakugou suspiro divertido, si solo su pequeño Eijiro supiera que tiene a todas las chicas que alguna vez fueron sus compañeras organizando todos los preparativos, lugar, invitaciones desde meses antes; claro que todo fue idea de ellas, al enterarse de un borracho Katsuki en una de sus juntas que se casaría con el hermoso pelirrojo que había logrado cautivar a toda la clase.

— Oye Kiri — susurró recibiendo un gruñido del menor que parecía estarse quedando dormido en la robusta espalda del rubio — Ya me tengo que ir, a diferencia de ti, yo no estoy hecho mierda y hoy me toca todo el día — sonrió al escuchar cómo el contrario dio un gimoteo — ¿Me dejas irme?

— No — balbuceo pegándose aún más al cuerpo del mayor hasta colgarse de él con las piernas enrolladas en la cadera del rubio

Tal acción le enterneció de sobre manera a Bakugou, iba a dejarse llevar por lo brazos y pucheros de Eijiro, sin embargo, una llamada explotó su burbuja, dándole una bofetada de realidad, no podía quedarse con su amado pelos de mierda, por lo menos no ahora.

A malas llevó a Kirishima hasta la cama, no fue hasta que su rodilla pegó con el colchón que estaba seguro de arrojar al cuerpo sin que este sufriera golpes graves. Se dio la media vuelta para marcharse, cuando sintió como era jalado hacia la cama, al parecer el subconsciente de Kirishima estaba muy desarrollado.

— Eijiro — reprendió como madre cariñosa a su hijo que no quería dormir

Fue cuando plantó un beso en la coronilla del menor que fue soltado.

— Descansa, amor — pronunció antes de irse hacia su agencia

Al despertar, Eijiro siente la soledad del apartamento calarle hasta los huesos por lo que prefiere taparse con una manta hasta la cabeza; ya había repuesto sus fuerzas por lo que no tenía la necesidad de volver a dormir, sin embargo, un mar de pensamientos inundaron la calma en su mente; estaban a dos meses de la boda y en ningún momento se pusieron a pensar que es lo que querían, no era ingenuo, sabía que estas cosas se debían planear al menos cinco meses antes del evento, pues reservar un lugar era muy difícil y más si casi se reservaba una semana antes. No habían ido a probarse los trajes, la cata de postres, el pastel, a este punto Kirishima pensaba si la boda se llevaría a cabo o solo era una broma cruel de Bakugou.

Se la pasó toda la tarde viendo en internet lugares para la boda, estos debían cumplir dos criterios: Que fueran un hermoso lugar y que entrara en su presupuesto, que según el pelirrojo, no era mucho.

Eran alrededor de las 12:00 a.m. y aún no llegaba Katsuki, algo que preocupó un poco a Kirishima que estaba con el celular en la mano listo para marcar a su prometido.

Sin embargo, Bakugou ya se le había adelantado y su celular ahora vibraba junto al tono predeterminado que tenía especialmente para el rubio.

— ¡Katsuki! — fue lo primero que dijo una vez contestó — ¡¿Dónde estás?!

Calma pelos de mierda — al otro lado de al línea se oyó forcejear — Estoy bien, es solo que- — por un momento se cortó la llamada, preocupando más al pelirrojo, no se podía quedar sin prometido, si no la boda se cancelaría — Hoy llegaré más tarde, no me esperes, de repente salieron unos bichos de las alcantarillas y- — un estruendo se escuchó aturdiendo a ambos — Como sea, cuídate mucho, espero y mañana si puedas ir a tu agencia

— Espera, Bakugou, sobre la boda-

No tengo tiempo Eijiro — la llamada se cortaba lentamente — Luego hablamos, estoy ocupado, DynaMight fuera — colgó la llamada sin siquiera dejar hablar a su pareja

Esa noche Bakugou no regresará a casa, lo que deja a Kirishima con una terrible desolación, apaga la laptop y la acomoda en un lugar seguro, se prepara para dormir, haciendo su rutina de aseo, se coloca su pijama de tiburón y se acuesta no sin antes formar un nido alrededor suyo con todas las almohadas y cojines que se encontraran en la casa.

Los pensamientos vuelven a inundar su mente, la boda se acercaba y pareciese que ninguno de los dos quisiera hablar de ello, vivían juntos, pero ¿Con qué razón? Parecían más roomies que prometidos; experimentaban los mismos hechos, sentían las mismas emociones, pero al final nada de eso importaba si no tenían claro como todo el amor que iban cosechando a lo largo de los años culminaría dando frutos a una nueva etapa.

El modo en que Bakugou respondió la llamada no le descolocaba, pues su rubio siempre fue así, empero, algo le calaba en su ser, puesto que pareciese que al alargar la llamada estaba molestando a su novio, tal vez así era, en ese momento se notaba como estaba luchando y él lo único que hacía era impedir la victoria de su pareja al distraerlo con algo tan banal; pero, Katsuki fue quien realizó la llamada.

Al día siguiente Eijiro se presentó a primer hora del día en la agencia en la cual trabajaba, no le importaba si es que tenía órdenes de no asistir hasta previo aviso; Bakugou no regresó en toda la noche y en la mañana no se encontraba haciendo el desayuno como era de costumbre, el apartamento frio y sin ruido más que el de la tele reproduciendo programas de bodas lo estaba agobiando.

Estaba por ir a la oficina de Tamaki cuando fue echado a patadas por sus compañeros, estaban al tanto de la última pelea de Kirishima y no permitirían que este fuera a trabajar sin al menos tomar una semana de descanso.

Resignado, regresa al departamento mientras intenta contactar a sus dos mejores amigos, sin obtener resultados positivos. Llega a la puerta y con apatía la abre, no queriendo entrar, hasta que ve a su amado Katsuki maldiciendo al intentar abrir una lata de refresco.

— ¿B-Bakugou? — se acercó rápidamente al cuerpo del mayor fundiéndose en un abrazo una vez lo alcanzó

— Hola Eijiro — se giró como pudo logrando acariciar el pelo sedoso del contrario

— ¿Cómo te fue? ¿Ganaste? Que preguntas más tontas hago, es obvio que ganaste — el pequeño siguió balbuceando tiernamente hasta que se acordó del asunto pendiente que dejaron — Oye Blasty, sobre la boda...

— Lo siento pelos de mierda, hablamos luego de eso — el abrazo fue roto por el mismo rubio que se dirigía al baño — Vine a ducharme y cambiarme de ropa, debo salir de nuevo

— Pero es sábado, ¿A dónde vas? — inquirió siguiéndole el paso, debían aclarar el asunto de la boda de una vez por todas

— La maldita misión se está alargando y es un fastidio — respondió mientras se desvestía de a poco sin tomarle mucha importancia a la presencia del pelirrojo — Y el maldito viejo quemado me quiere para limpiar su desastre — contaba con incredulidad al mismo tiempo que preparaba el agua — Es culpa del maldito mitad-mitad, ¡Deku se puede defender solo! ¡Pero no! Se tenía que meter a salvarlo y dejo escapar al villano

— Blasty no estoy entendiendo

— Déjalo — suspiró metiéndose a la ducha — ¿Ya regresaste a la agencia?

— Mis compañeros me echaron a patadas

— ¡JAJA! ¡Te dije que era mejor quedarte en casa! — aclaró su garganta — No te preocupes por llegar a ser un héroe renombrado, todo a su paso

— Pero si no crezco — hizo una pausa — ¿Cómo lograré alcanzarte?

Se formó un silencio sepulcral en el cuarto, Kirishima se ponía cada vez más nervioso cada que pasaban los segundos.

— Kirishima — se sobresaltó al escuchar su nombre con aquel tono tan ronco — Eres la única persona que siento que me pisa los talones, eres fuerte, solo falta pulir un poco más tus fortalezas

Termina su baño que no duro más de cinco minutos; el pelirrojo aún se encontraba enternecido con las palabras del mayor. Estaba tan embelesado con la situación, hasta que acarició su anillo de compromiso y reaccionó. Debían aclarar las cosas.

— Blasty, sobre la boda

— Ahora no Kirishima — interrumpió pasando de largo hacia el cuarto — Hablamos de eso luego

El menor lo miró expresando una mezcla de incredulidad y humillación. Siguió al rubio algo enojado.

— Nada de luego Katsuki — como pudo lo logró acorralar en la pared a un lado de la puerta de la habitación, pero por la diferencia de altura, quedó con las manos a los lados de su pecho — ¿Acaso la boda te parece una broma? Te he querido hablar todo el tiempo sobre eso y tú solo — hizo un par de ademanes con las manos — ¡Lo pospones! ¡Pareciera como si el único que se quisiera casar fuera yo!

Molesto se retira a la pieza siendo seguido por un Bakugou el doble de enojado, Kirishima no sabía nada y aun así tenía el descaro de decirle que no le importaba la boda.

— Tú no sabes nada — gruño apresando al pelirrojo en la cama — No sabes ni mierda Eijiro y ya andas diciendo estupideces

— ¡Pues explícame para que entienda! — refunfuñó intentando soltarse del agarre — Dime algo para que entienda que nuestra relación no te vale mierda

— ¡Yo-! — una llamada interrumpió, con cuidado se bajó de la cama y al ver el contacto respondió sin ganas — Hola, si, si — suspiró abatido — Vine a casa por ropa, dile a ese imbécil que estoy por salir, que ya no llore — mientras atendía la llamada se cambiaba con lo primero que encontraba — Maldita sea, ¡¿Qué no pueden hacer nada sin mí?! — colgó de forma brusca aventado su celular, casi dándole a Eijiro que por suerte esquivó el aparato — Ya me voy Kirishima, esta misión se está poniendo interesante — sonrió socarrón — Pero, probablemente hoy también llegue muy tarde, nos vemos después, mantente a salvó ¿Quieres? Adiós — salió de la habitación dejando a un Eijiro anonadado

— ¡¿Es enserio?! — salió detrás de él furioso — ¡¿Solo te vas?! ¡Cuando regreses arreglaremos nuestros asuntos de una vez por todas! ¡Y sin desviar el tema!

El rubio solo responde con un portazo que seguro se escuchó en todo el piso, Kirishima no había cambiado su semblante en lo que terminaba la estancia del rubio. No hasta que la puerta se cerró y se permitió temblar, derrumbarse en medio del pasillo, tapando su boca intentando acallar sus sollozos e impedir que las lágrimas cayeran de sus pestañas.

¿Acaso había hecho algo mal? ¿Acaso Katsuki se arrepentía de su decisión al pedirle matrimonio? De solo pensarlo le causaba nauseas, todo este tiempo... Las cosas no podían acabar así, no quería que acabaran así.

Desde aquella pelea no se han vuelto a ver, Bakugou no regresó esa noche, ni la siguiente, ni la consecutiva a ésta. Como era obvio, se preocupó de sobremanera empezando a llenar la bandeja del rubio con llamadas, una tras otra, siempre siendo llevadas a buzón. Y después de regresar a la acción, era casi imposible que se encontraran en casa.

Pareciera como si vivieran en realidades alternas, donde ambos vivían en la misma casa, con el hecho de que no se veían.

Esa mañana de milagro estaban juntos, o eso era hasta que el rubio se levantó dejando un hueco en la cama que fue llenado por el frio de la habitación; secamente se despidió del pelirrojo con un beso casto en la frente, ni siquiera pronunció un adiós, un hasta luego, era todo lo que el pequeño pedía.

El corazón de Kirishima se estruja, sentía que en cada día que pasaba, Katsuki se alejaba.

— Hola pelos de mierda, solo vine a cambiarme de ropa — decía Katsuki caminando hacia el cuarto dejando atrás a Eijiro en la sala

— ¿Blasty? — al pequeño pelirrojo se le acaban las fuerzas, la energía, su brillo se iba desvaneciendo cada segundo, que solo pudo sisear el nombre del chico — Quiero hablar sobre...

— No es momento para eso, tengo que irme pato, lo siento — plantó un beso en la coronilla del bajo, sin darse el lujo de escanear la apariencia descuidada de su novio — Lo siento

— Espera Katsuki, hablemos por favor — rogó casi poniéndose a gatas, imploraba por un poco de tiempo con su prometido

— Esta bien — resopló angustiado del estado de Kirishima — ¿Te parecen 20 minutos?

— Es más que suficiente — por un momento sus ojos volvieron a brillar y esa sonrisa se volvió a escapar de entre sus labios

Ambos sentados en el gran sillón frente a frente, ninguno de los dos se atrevió a hablar, hasta que al pelirrojo le pareció estúpido perder tiempo solo mirándose a los ojos, como si solo conectando miradas entendieran lo que pensaba el otro.

— ¿A dónde iras?

— Una nueva misión, será en otra ciudad, esta vez debo irme con el equipo unos días, alrededor de una semana, es misión clase C así que no te preocupes, lo puedo controlar

— ¿Cuándo se van?

— De hecho solo vengo por equipaje y me marcho, el objetivo está localizado así que podemos atacar sin levantar sospechas

A Kirishima se le fue el aire por unos momentos, apenas llegaba y ya se iba por una semana, toda la situación levantaba sospechas en Eijiro que no podía confirmar.

— ¿E-ella? — indagó tartamudeando, nervioso de la respuesta del contrario — ¿Ella ira?

— ¿Quién?

— Tu subalterna

Le molestaba y a la vez preocupaba saber que su novio se iría a otra ciudad con la chica que escogió como subalterna; estarían solos una semana entera, lo que lo hacía dudar.

— ¿La bastarda? — interpeló con repudio — Yo no quería pero es una buena oportunidad de que aprenda a moverse en áreas desconocidas, sabes que así funciona esto, aunque solo me va a estorbar

Al ver la reacción en el pelirrojo agregó.

— Eijiro, sabes que no le voy a ese bando — removió un poco su cabello — Todo estará bien, regresaré entero y con ganas de pasar un fin de semana con mi prometido — un beso impactó en el moflete de Kirishima tranquilizándolo

— Confió en ti Katsuki, en quien no lo hago es en ella

— ¿Acaso crees que me dejaré tocar más allá de lo permitido por alguien que no sea tu? ¿Por quién me tomas pelos de mierda?

— Tienes razón — se burló de su propia preocupación — Oye-

Una alarma sonó, el temporizador puesto por Bakugou había culminado. El pelirrojo no lo podía creer, había colocado un maldito temporizador, hasta su tiempo con él estaba siendo contado.

— ¿Qué me ibas a decir? — preguntó una vez apagó el ruidoso reloj

— Nada, que te vaya bien en tu misión — dijo tajante retirándose hacia la pieza

Le había mentido, había tenido el descaro de decirle que su misión duraría una semana, semana que aguardo, en la que compró trajes sexys por Ama-chan solo para recibirlo con una sorpresa el fin de semana; no solo eso, ordenó diversos tipos de juguetes para hacer más excitante el momento, hacer juegos de roles.

Sin embargo, tuvo que posponer todo al pasar el fin de semana y sin la llegada del rubio.

Ahora se encontraba en la cama vacía, siendo llenada solo por su cuerpo desparramado desde las cuatro puntas.

Estaba cansado, caliente, hace tanto tiempo que Bakugou no lo tocaba; y en consecuencia no tenían sus típicas sesiones de sexo nocturnas. Anhelaba sentir el calor que le podía provocar su pareja, los roces feroces que dejaban marcas en su piel, las mordidas despiadadas que producían hematomas a lo largo de todo su cuerpo, lo gemidos que con solo un beso era capaz de sacar desde lo profundo de Kirishima. Extrañaba a su Katsuki, tanto que podría llorar.

Ya no podía con el calor que abrazaba su cuerpo desde el interior, necesitaba liberarlo.

Tímidamente acercó su mano a sus genitales, pasándola por debajo de su pantalón holgado y bóxer a su vez; al tocar su pene sintió una descarga eléctrica, estaba por retroceder hasta que el calor se extendió hasta su cabeza, cegándolo de lujuria. Estaba por cometer un pecado, pero no importaba si con ello podía apagar las llamas que avivaban dentro de su ser.

Sostuvo su falo, dando leves caricias intentando ponerlo erecto, sin embargo esto no fue posible hasta que lo agarró bruscamente y masturbó de forma rápida. El cuarto era un mar de gemidos, ahogando más la mente del pelirrojo que llegó al clímax con un poco más de roces.

No obstante, el fervor de su piel no se extinguía, necesitaba más.

Fue cuando miró en la cómoda frente a la cama; reluciendo como si de una señal divina se tratase, un dildo de no más 17 cm, un poco más pequeño que el pene de Bakugou, pero le bastaba por ahora. Agarró desesperado aquel artefacto y lo empezó a frotar contra su verga, simulando una masturbación doble. Acercó el dildo a su boca y le dio pequeños besos antes de acercarlo a su ano y acariciarlo por la superficie con la punta del juguete.

Ya no podía mas, lo introdujo de una sacándole un agudo chillido mientras encorvaba la espalda, hacía mucho que no tenía algo dentro de sus paredes. Moviendo dificultosamente el dildo, empezó a masturbarse con la mano libre, imaginando que quien lo follaba en ese momento era su prometido.

— ¡Ah! — gritó por la nueva sensación — Así Blasty, follame duro — sus fantasías fueron más allá de su mente, saliendo plegarías -que no serían tomadas- de la boca del pelirrojo — Follame como si fuera la última vez

Todo iba calmado, a su ritmo, logró correrse solo con la imagen de Katsuki cogiéndolo como una bestia. Estaba boca abajo, había tomado diversas posturas con tal de escavar más profundo dentro de su interior. Se sentía cansado, así que se desplomó en la cama, no tenía energía ni para quitar el dildo de donde se encontraba.

— ¿Acaso quieres que te folle como si fuera la última vez? — una voz ronca habló a sus espaldas, justo en su nuca, erizándole la piel

— ¿Ba-Bakugou? — no le dio tiempo de voltear cuando el rubio había retomado las embestidas del dildo, dándolas más rápidas y certeras — ¡Ah!

Siguió así por unos minutos hasta que retiró la mayoría del juguete, dejando solo la punta dentro de Kirishima, y rematando en su interior hasta que las nalgas del pelirrojo chocaran con la base plastificada.

— ¡Maldita sea! — apretó los dedos de los pies, el consolador había logrado tocar su próstata

El rubio quiso cambiar de posición, el menor boca arriba aún con el dildo en su interior con Bakugou dándole una atención oral a su pene mientras movía el plástico nuevamente, reanudando su marcha de embestidas.

— Mmm, ¿Acaso este juguetito te satisface más que tu Blasty? — ronroneo el mayor al sentir el próximo orgasmo de su pareja

— Al menos no me abandona — jadeó el pelirrojo

— ¿Pero puede hacer que te corras así? — Kirishima había logrado herir su orgullo, por lo que en un ataque de enojo sacó el dildo y metió su falo de una logrando que el de abajo eyaculara desmedidamente

— ¡Mhm! — ahogó su gemido mordiendo su labio y haciendo que éste sangrara por la fuerza impuesta

— ¿Lo puede hacer? — preguntó inocente el rubio lamiendo la sangre del contrario — ¡¿Eh?! ¡Dime Eijiro!

Dio más embestidas fuertes, causando que el cuerpo del menor rebotara con su pelvis y las estocadas fueran cada vez más profundas. Kirishima estaba que se moría, las sensaciones no se sentían igual que masturbarse solo, la necesidad por su novio le parecía fatal. Cada que entraba en su interior rasgaba sus paredes anales, algo que no había hecho hace tiempo, lo que ocasionó que se sintiera como su primera vez. El calor subía, ahora el cuarto parecía un sauna, y Eijiro solo quería acabar con eso.

Los testículos chocaban con sus nalgas, dando a entender la profundidad con la que escavaba el rubio, era para morirse. Kirishima no podía más, su saliva ya estaba chorreando por sus mofletes tintados de rosa; mezclada con las lágrimas de placer que soltaba.

Afortunadamente Bakugou ya parecía acabar, pues sus cuerpos estaban juntos en un abrazo por el cuello, su pene ya no salía de su interior y ahora daba estocadas mientras sus cuerpos se encontraban unidos. Y el gruñido que se asemejaba al de un león dio a entender que había eyaculado en el interior del menor.

Kirishima se siente hundido; admite que le había encantado lo anterior con Bakugou pero sentía aflicción al reencontrarse con él de tal forma.

— Ay Eijiro, extrañaba esto tanto — el pelirrojo le daba la espalda sin decir palabra alguna — Oye, hey, pelos de mierda, Eijiro — lo movía de un lado a otro suavemente — ¿Qué te pasa? Da la vuelta

Logra hacer que se dé la vuelta, dándose cuenta de las lágrimas de coraje que inundaban la cara del pelirrojo, ¡Estaban comprometidos! ¡Mierda! Y parecía que el único que le tomaba importancia a eso era él. Bakugou ni siquiera quería hablar de eso, evitaba el tema y se iba a sus malditas misiones con su subalterna. A este punto ni siquiera sabía si Katsuki quería llevar a cabo la boda o solo seguía el juego para no destrozarlo. Sin saber que Eijiro ya estaba destrozado con las acciones de su prometido.

Tal vez antes lo justificaba con el deber de ser héroe; pues él también estaba ocupado por su servicio, no le encaraba porque aún se sentía culpable de aquella vez que lo abandonó una semana sin decir nada. No lo encaraba porque sentía que tenía la culpa de lo que pasaba.

Pero ya estaba harto, no podía fingir más como si nada pasara, como si no estuvieran a un mes de casarse ya.

— Discúlpame, creo que fui demasiado rudo contigo esta vez — lo miró a los ojos causándole un escalofrió a Katsuki sin saber por qué aquella mirada rubí sin brillo que lo miraba con fiereza lo asustaba tanto — Perdón, ¿Te lastime?

— Dijiste que no me harías dudar de mi decisión — murmuró sin verlo

— ¿Qué? ¿De qué estás hablando?

— Dijiste que no me fallarías

El rubio retrocedió un poco al notar que el aura alrededor del pelirrojo se tornaba oscura.

— ¡Pero ahora parece que estas junto a mí por lástima! ¡Me estás haciendo dudar de si fue buena idea aceptar!

— ¿Qué estás diciendo pelos de mierda? — Katsuki en estos momentos sentía miedo

— ¡Me estas fallando Bakugou! Nunca estas aquí, siempre estas luchando, te da igual la boda ¡Pareciera que el compromiso fuera un estúpido juego para ti!

— No es así

— ¡¿Entonces por qué siempre evitas el tema?! ¡Te odio! — Kirishima no medía sus palabras — ¡Ojala nunca te hubiera aceptado el maldito anillo!

Un silencio se formó, el pelirrojo al recapacitar sus palabras se cubrió la boca asustado. Nunca quiso decir aquello, fue solo la adrenalina del momento, jura que ama a Katsuki con todo su corazón, que si le volviera a pedir matrimonio una y otra vez diría que si a cada una de ellas.

— N-no Blasty, yo- — intentó acercarse más el rubio se alejó

Se notaba molesto, eufórico, sus manos temblaban y su mirada estaba más afilada que de costumbre.

Quiere explicarle, decirle que todo lo que dijo no es cierto, que no se marche y lo deje solo de nuevo, más las palabras no salen; y él se está vistiendo.

— Me voy, tengo formularios que rellenar, me escapé del trabajo para tener un momento con mi prometido — confesó hundiendo más a Kirishima — Ja, prometido — murmuró saliendo de la pieza y posteriormente, del apartamento

Bonus:

— ¿Entonces no sabe dónde se encuentra Mitsuki-san? — preguntó el pelirrojo con un hilo de voz

No Eijiro, no nos ha hablado — respondió la mujer — ¿Por qué? ¿Pelearon?

— Jaja, no no — disimuló su voz quebrándose — Es solo que... Está en una misión y no contesta mis llamadas

¿En una misión? ¡Masaru! — gritó la mujer alejando el teléfono de su boca — ¿Katsuki te mencionó una misión?

¡No! — se escuchó un grito lejano

¡Ja! Qué raro que ese mocoso no avise, como sea — regresó al teléfono — Eijiro, estoy segura que regresará sano y salvo, él es fuerte, no se dejará doblegar por ningún villano, lo sabemos

— Si Mitsuki-san, perdone la interrupción

Te quiero mi niño

Colgó la llamada con lágrimas en los ojos, ni siquiera su madre sabía su paradero, solo pasaron tres días, pero se sentían como el infierno sin su compañía.

Kirishima solo sabía una cosa en ese momento, la había cagado.

Este capítulo fue cambiado casi en su totalidad, pues me parecía toxica la situación y como se está volviendo la relación. Y es que a mí me agobia lo toxico, y más si lo escribo. Espero y comprendan y respeten mi decisión de que haya un toque de rosa.

Ojo, no estoy criticando ni mucho menos denigrando el trabajo de Lexoforus; si bien el cómo maneja las situaciones o como resuelve los conflictos entre Bakugou y Pato no es del todo mi agrado, comprendo que tal vez no se muchas cosas del tema de parejas y tal vez eso pudiese pasar en la realidad.

Se me olvido comentarles varios datos en el anterior capitulo. Como:

1. Bakugou cumplió 22 años

2. Kirishima por ende tiene 20

3. No soy buena calculando tiempo así que si las edades están mal corríjanme

4. Tal vez este actualizando un poco más rápido pues ya entre a vacaciones navideñas

5. Los amo ©

6. Tendrán un one-shot navideño Kiribaku (o Bakushima según su elección)

Lo de las categorías de misiones desconozco si se mencionan en le anime, ya que no le llevo un seguimiento continuo a éste, aunque no me parece necesario con tanto spoiler y edits que me encuentro por internet. Aunque parece que Lexo interpreta los rangos por letras del alfabeto, siendo el A una categoría suicida y F la más baja y sin riesgo alguno.

En la historia escrita por Lex, el nombra a los acompañantes de héroes como "Sidekick", sin embargo yo preferí llamarles subalternos que son básicamente personas que trabajan a las órdenes de alguien superior a ellas.

Si pudieron notar, en este capítulo cambie totalmente la trama en la cual giraba, en el audio original se centraba más en los sentimientos de pato respecto a cómo no quiere ser dependiente a Bakugou (o al menos así lo interpreté yo), mientras que en mi adaptación se centra más en los sentimientos de Kirishima, sus preocupaciones y como refleja su ansiedad.

Oh si gente, ese es mi headcanon, Kirishima sufre de ansiedad. Triste lo sé, pero no recalcaré mucho esa parte.

Creo que soy la única morra que se pone poética en un momento hot. JAJAJAJAJAJAJAJAJA.

Como creo que no lo mencioné en ningún otro capítulo: el nepe de Bakugou mide 17 cm flácido, cuando está erecto llega a medir aprox. Unos 19. Personalmente éstas son unas medidas que no superan lo real, pero que si los miden con una regla dices: "Ta' cabrón". No niego que me gustaría ponerle sus merecidos 27 cm, y que cuando otres escritores lo hacen me prendo, pero por el momento me parece razonable.

Creo que esta es la primera vez en que Kirishima la caga en algún capítulo, aunque en parte también fue culpa de Katsuki. Pero me encanta que no solo Bakugou sea el que ocasione peleas.

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