0 7

— Si dije que me voy de aquí ¡Me voy de aquí! — bramó muy enojado el rubio tratando de salir por la puerta de la habitación donde se había estado quedando — ¡Y es la última palabra!

— ¡Espera Bakugou! — Kirishima intentaba con todas sus fuerzas mantenerlo en la habitación, sin embargo la fuerza era incomparable por lo que estaba siendo arrastrado por su pareja — ¡Aún no te dan el permiso!

— No me importa ya estoy harto, yo me largo de aquí — seguía con su andar sin importarle mucho el cómo estaba tirando a Kirishima como trapeador

Entonces el pelirrojo suelta su pie parándose de inmediato, e interponiéndose entre la puerta y Katsuki evitando que pasara por esta; no lo creía capaz de empujarlo al piso y pasar sobre él, aunque esta probabilidad ya no se le era tan inviable al notar el enojo plasmado en su cara y como sus manos se movían de manera alterada.

— No intentes detenerme pelos de mierda, si dije que me voy es que me voy y punto, y no me importa tener que aventarte hasta el otro lado del pasillo para lograrlo — eso ultimo le atravesó el corazón, tal vez su senpai no tendría compasión a nadie, ni al mismo Eijiro con tal de conseguir sus objetivos

— No se preocupe joven, el joven Bakugou ya está lo suficientemente sano como para irse a casa — habló Recovery Girl desde una esquina de la habitación — Pero eso no quita el hecho de que no necesite cuidados, cuídate, sonso — el mayor fue golpeado por el bastón de la anciana en la cabeza, esa escena había sido graciosa, pero si reía de ahí no salía vivo

Suspiró apartándose de la puerta, lo último que quería era crear una escena en el hospital, a su lado paso un Bakugou con su típico ceño fruncido. Al levantar la cabeza pudo ver como Recovery Girl lo miraba con compasión, aunque no era necesaria esa mirada, ya estaba acostumbrado a los tratos de su novio y sabía que este podía ser algo cruel con sus palabras; con algo de pena se despidió dando un postremo agradecimiento, inclinando su cuerpo 90 grados en una reverencia para posteriormente salir hacia donde su senpai lo estaba aguardando.

Había pasado ya un tiempo de aquel día vergonzoso para él, en el que poco a poco el rubio se estaba mejorando y fortaleciendo hasta el punto en el que se podía parar solo e ir a hacer sus necesidades -por lo que la excusa de la enfermera ya no se la tragaba Kirishima que sabía que solo lo decía para que se pusiera de nuevo ese ridículo traje- no obstante, Bakugou aún no estaba lo suficientemente capacitado como para volver a su rutina diaria y aún necesitaba cuidados.

— Vámonos ya, ¿Qué esperas pelos de mierda? — Eijiro paso a su lado un tanto enojado por la actitud altanera de su novio — Tu lentitud me estresa y no me pongas esa cara, ya tuve suficiente con los doctores mirándome como si fuera un bebé débil y caprichoso

Se acercó con la intención de jalarle las mejillas y acercarlo de a poco hasta llegar a su oído.

— Si, te estas comportando como un bebé caprichoso, pero no eres débil, solo tienes que recuperarte y ya

Plantó un beso en su mejilla caminando hacia los elevadores.

— Si pero eso no les da derecho a verme como inferior, tu sabes que yo seré el héroe número uno y el camino será difícil así que acostúmbrate a verme así ¿Está bien? — subieron al elevador, el rubio presionó el botón de la planta baja para seguir hablando — Si vas a estar a mi lado necesito que me apoyes

— ¿Y quién dijo que no lo hacía ya? — cuestionó el menor acomodándose el gran bolso negro con toda la ropa que le había llevado la madre del rubio para que su hijo se cambiara, más el traje de héroe destrozado y sus grandes guantes en forma de granada que pesaban como una tonelada, o solo era él que no había ejercitado tanto como lo había hecho con su senpai; pues en la escuela ya se podía integrar con su clase a los entrenamientos, pero no era igual de intenso y presionarte como con Bakugou.

— Oi oi oi, dame eso — le arrebata el bolso de manera súbita logrando que Kirishima se tambaleara

— No puedes cargarla — protestó intentando quitarle el pesado bolso, o al menos las granadas, sin embargo le era imposible por la diferencia de tamaños

— Claro que puedo, ¿Quién crees que soy, Deku? Jajaja, me ofende que quieras llevar mi maleta, soy más que capaz de llevarla por mí mismo

Este comportamiento a Kirishima le enfada, pues aún no puede cargar cosas pesadas y de hacerlo podría regresar a esa camilla que su rubio tanto ansiaba abandonar.

— Lo hago por tu bien, aún no estas recuperado al cien y necesitas descansar — hablaba mientras luchaba por conseguir el tan anhelado bolso — Ahora estas débil y no puedes siquiera cargar cosas pesadas, pero no te preocupes, estoy seguro que te- — fue interrumpido por Bakugou que ahora estaba furioso y un tanto abatido

— No me digas esas cosas, no me hagas sentir como un inútil, tú no, basta de tratarme como si me fuera a quebrar en cualquier momento, tengo que rehacer mi vida y volver a entrenar así que no te molestes por pequeñeces

En un descuido por su parte Eijiro por fin pudo atraer aunque sea las dos grandes granadas de considerable peso, quitándole pesadez a la maleta.

— Ey te dije que no, agh ¿Por qué te gusta molestarme con esa actitud tan terca pelos de mierda? Enserio, no me hagas enojar más, dame eso

Inician una pelea en el elevador, suerte que en éste no había nadie más que ellos dos; una guerra en donde el codiciado premio eran los guantes, empero, Bakugou no tuvo éxito en esta batalla, ya que el bolso si era bastante pesado sin las pesas y pese a que no lo quisiera admitir, seguía débil, no podía hacer movimientos bruscos o de lo contrario estaría postrado nuevamente, cosa la cual no quería. Por lo que paró con la lucha al mismo tiempo que Eijiro al ver que su senpai se estaba tranquilizando.

— Así estamos bien, tu lleva el maldito bolso y yo tus estúpidos guantes — dijo Kirishima con total naturalidad, se había cabreado por la actitud del rubio y era mucho decir teniendo en cuenta la tolerancia que tenía

El elevador sigue con normalidad, pero ahora un silencio sepulcral se había formado dentro de las cuatro paredes metálicas que bajaban a un ritmo constante; este silencio lo tomó Eijiro para reflexionar sobre ciertas cosas.

— No me subestimes — Bakugou rompió aquel silencio preciado para el menor, quería charlar con su pareja pero no del tema de debilidad y despreció — En especial tú, eres de las pocas personas que me importa lo que piensen de mí, y eres la única persona que odiaría que me tratara como un inútil

El que cumplía el rol de kohai expiró cansado de la misma platica de hace unos momentos.

— No te estoy subestimando Katsuki, al contrario, pienso que te mejoraras y seguirás entrenando en poco tiempo, pero para eso tienes que cuidarte, no te puedes dar el lujo de lastimarte de nuevo — ni siquiera lo volteó a ver ni le sonrió como siempre lo hacía

Se había enojado y eso Bakugou lo sabía, ahora tenía que enmendar su error.

— Oye pero no te enojes ¿Quieres? Hey, hey, mírame — pedía pero su petición fue denegada, siendo ignorado aún más — Pelos de mierda, mírame, oye pelos de mierda, mi Eijiro — no tuvo más opción que tomar su cara y girarla hasta que lo mirase — Oye te estoy hablando, ¿Quieres mirarme a los ojos cuando te hablo?

— No — intentó apartar la mirada, no obstante, las grandes y fuertes manos de Katsuki se lo impedía

— Ya perdóname — le da un pequeño beso en el labio inferior mordiéndolo en el proceso antes de darle un clásico beso que fue correspondido por el pelo-pincho y finalizado cuando las puertas del elevador se abrieron para dar paso a demás personas

— Así está mejor, pero no te daré la maleta

Salen del elevador -pasando de la recepción sin decir nada- con dirección a la calle, donde al sentir el calor de la abrasadora mañana -si bien era otoño- el pelirrojo se dispuso a pedir un Youfer para que los llevaran a la casa de su novio; este a los pocos minutos llega acogiendo a ambos chicos.

— Por cierto ¿Que te dijeron los viejos? Ya han de saber que salimos del hospital, con eso de que tienes el número de la bruja, supongo que ahora se han hecho las mejores amigas chismoseando de cualquier cosa

— Ay cállate — Kirishima ya con un humor mejor golpeó de manera amistosa el hombro de su novio recibiendo un quejido de este — Lo siento

Bakugou tenía razón, había hablado mucho con la señora Mitsuki esos días en los que su pareja estaba internado, formando así un vínculo de confianza y amistad; y no había sido la única, pues la señora Inko Midoriya junto a su hijo peli verde lograron formar un apego con el joven pelirrojo en poco tiempo. La señora Bakugou le propuso quedarse en su casa a cuidar de Bakugou, ya que no le darían la entrada a la U.A. para evitar que se lastime aún más.

— ¿A dónde vamos? — sus pensamientos fueron cortados por el rubio viendo a las afueras del auto — La ruta que lleva hacia la U.A. no es esta

Kirishima al ver que se estaba empezando a impacientar tomó su mano y un poco de valor para variar.

— Bakugou — le miró a los ojos, sus ojos tan explosivos como lo era su quirk — vamos a- — ni siquiera le dejó terminar para cuando ya estaba gritando y sacando leves chispas de sus manos

— ¡Pelos de mierda! ¡¿A dónde vamos?! ¡Este es el camino a mi casa! — exclamó al divisar el parque donde solía jugar con su bando, ese mismo donde molestaba a Deku por ser un debilucho sin quirk alguno — ¿Qué significa esto? ¿Por qué vamos a mi casa? ¡¿Y cómo es que sabes mi dirección?!

— Bakugou cálmate — intentó detener a su explosivo novio antes de que el chofer los echara por el alboroto que se estaba formando en la parte trasera

— Explícate, no entiendo nada, ¡No me digas que la bruja te convenció de llevarme allá y dejarme con ellos!, ¡No! ¡Me niego ir a ese lugar!

— Joven le pido que se tranquilice — habló el conductor desde la parte delantera sin desviar la mirada del camino

— Cálmate Bakugou — hablaba entre dientes tratando de tranquilizar a su senpai de que cometiera una explosión en media calle — Además, solo será por una semana ¿Si? Yo te cuidaré todos los días, me dejaron en la escuela solo porque soy tu kohai

— Aun así me parece estúpido, ¿Qué les pasa? No pueden decidir así por mí — se dejó caer en el asiento resignado a volver a su hogar teniendo que aguantar a sus tontos padres y posible soledad, aunque ahora tenía a Kirishima quien le haría compañía, ah ese pelos de mierda bastardo — Y de quien más me duele es de ti pato, ¿Cómo te atreves a tomar una decisión que no te corresponde?

— Yo solo intento que estés bien y sano para tu renacer en la academia, que no tengas problemas, pero si quieres seguir de esta manera está bien, al cabo que será solo culpa tuya

— No me hables así, no quiero decirte cosas de las que luego me arrepienta, pero si sigues con esa actitud me molestaré bastante, así que para de una vez y contrólate ¿Quieres? — le amonestó a Eijiro que ahora estaba impactado por las palabras de Bakugou

— ¿Qué yo me controle? Tu eres el que está actuando como un puto niño en este instante — recriminó al contrario — Ser terco es bueno ¿Sabes?, pero hay momentos en que no es correcto serlo, y este, es uno de ellos

Entre discusiones llegan a casa de los Bakugou, Kirishima intentaba con todas sus fuerzas no perder la compostura, sabía que en esos momentos su enamorado no se encontraba bien y quería evitas peleas innecesarias.

— ¡Ya llegamos! — el "dueño" de la casa grito su presencia al ingresar por la puerta — ¡Agradezcan al pelos de mierda necio que viene conmigo de que esté aquí viejos! — tiró el bolso al piso dirigiéndose a la cocina -con el pelirrojo detrás- donde seguramente encontraría a sus decrépitos padres

Su padre siempre tan amable a pesar del carácter y trato de su único hijo, lo recibió con un cálido abrazo, por el contrario, su madre comenzó de inmediato a pelear con él a gritos y golpes solo de parte de ella; Eijiro suspiro desairado, al parecer sería una agotable experiencia.

Al pasar las horas entre platicas con los señores Bakugou, cae la inminente noche dándole la bienvenida a la luna y las estrellas las cuales regalaban una gallarda vista, siendo esta observada por Kirishima desde la pequeña ventana del cuarto de su novio, tomándose la molestia de apagar la luz para apreciarla mejor.

— Pelos de mierda ¿Qué hiciste para que la bruja te dejará dormir conmigo? — la llegada de su amante a la habitación ceso la vigilancia de Eijiro hacia la espléndida noche — No lo digo porque sean puritanos pero es la primera vez que alguien duerme en mi habitación

— Pues ellos creen que solo tenemos una relación kohai-senpai — regresó la vista a la estrellada noche que ese día en especial parecía una obra de arte — La verdad no fue tan difícil, al principio tu mama te quería mandar a la sala y que yo me quedara en tu cuarto

— ¡¿Qué?! ¡Pero si yo soy el puto enfermo!

— Jaja, lo se Bakugou, por eso le sugerí esto — se acercó al futón listo para acostarse y dejarse llevar al mundo de los sueños

La vista de Kirishima a los ojos de Bakugou era preciosa, los rayos de la luna que entraban por su ventana le daban a la espalda de su novio creando a su alrededor una aura blanca, sus cabellos rojos se iluminaban haciéndolos ver aún más brillantes y la oscuridad de la habitación permitía que sus ojos carmín resaltaran como llamas en una inmersa lobreguez. Parecía un ángel bajando del cielo y entrando como intruso a su habitación, mejor regalo de Dios no pudo tener.

— Bajo la luz de la luna eres más hermoso de lo que creía pelos de mierda — se acercó al joven pasando la mano por uno de los mechones rebeldes que ahora se encontraban decaídos — Y yo quiero admirar esa belleza toda la noche

— Ay Bakugou ¿Pero qué dices? — siguió acomodando el futón, estaba a punto de ir por las cobijas al armario que le había indicado Mitsuki anteriormente cuando sintió unos brazos rodear su cadera e impidiéndole el paso — Oye tengo que ir por cobijas, no quiero morir de frio

Sin objeción fue atraído hacia el rubio quien al tenerlo cara a cara de cerca se va directo a su cuello atacándolo con mordiscos, lambidas y succiones; mientras tanto Kirishima desvía la mirada avergonzado por el repentino afecto, sin saber que con esto le daba más terreno libre a Bakugou por explorar. Las grandes y delgadas manos de su senpai comenzaron a escalar las caderas anchas por encima del holgado pantalón corto que le había prestado como pijama, con la intención de adentrarse en esa camisa que era impedimento para ver su escultural cuerpo.

— ¡Espera-! — detuvo su propósito agarrando su mano para parar su avance, dejándola en el borde del pantalón

— ¿Qué pasa? — intentó besar los esponjosos labios del menor, sin embargo este aparto la cara — ¿Me estás negando tocarte, qué sucede?

— No estas aún del todo bien, no debes hacer esfuerzos — se apartó de su senpai con el objetivo de marcharse por la ropa para el futón — Además estamos en la casa de tus padres, ¿Qué pensarían si nos encuentran de esa manera?

Estaba a punto de salir de la habitación cuando otra vez Bakugou se interpuso en su camino agarrando su mano.

— No me digas mierdas, Eijiro, llevo días queriendo tocarte y en ese maldito hospital era imposible, entraban enfermeras o Recovery Girl a cada rato, ¡Además dejaste de usar tu traje de enfermera!

— ¡Porque era vergonzoso! — respondió avergonzado al recordar el cómo se veía con esa lencería puesta

— Aunque sea dime que lo conservas

— Esta guardado bajo la cama

— ¡Ja ja! ¡No me digas que en verdad te lo quedaste y lo guardaste!

— ¡Pensé que era caro! — replicó saliendo humillado de la habitación con destino al armario, prefería quedarse entre cobijas en ese armario que regresar a ese cuarto y enfrentar a su pareja después de tan vergonzosa declaración

Agarró aire e hizo ejercicios para controlar su nerviosismo y ansiedad, tal como su madre le había enseñado; cuando ya estaba más calmado se dispuso a ir a la habitación, ingresando a esta de manera silenciosa y en puntillas para no ser descubierto en la intromisión. Llegó hasta el futón aventando las cobijas y acostándose en este.

— Eres imposible — esa repentina habla le sacó un susto — Pero supongo que yo más, solo lo diré esta vez pero gracias por ser paciente

Bakugou no escuchó nada de parte del contrario, por lo que conjeturó que su hermoso pelos de mierda no le quería hablar, y no podía verle ya que estaba dándole la espalda. Estaba a punto de dormir también cuando sintió un peso atrás suyo y un toque en su hombro, torció el cuello viendo detrás de si encontrando a un Eijiro con la almohada entre las manos y una sonrisa nerviosa.

— ¿Qué quieres? — su intento de sonar amable se fue al caño

— ¿Me puedo dormir contigo?

Sin rechistar le hizo un espacio pegándose más a la pared y girando su cuerpo para estar frente a su amor.

— ¿Sabes que te amo? — ante esas palabras Bakugou no pudo más apretujando a Kirishima contra él, eso había sonado tan tierno y viniendo de su novio el cual era un puto sol obvio incrementaba la ternura

El menor correspondió el abrazo ocultando su cabeza en el pecho de su senpai; siendo veraz, él si quería tener un momento apasionado con su pareja, no obstante, sabía que no era el lugar ni ocasión.

El sol estaba en todo su esplendor, iluminando toda la ciudad, despertando a los animales quienes empezaban sus rutinas y anunciaban un nuevo día con sus cantos o melodías. Las personas también iniciaban su rutina diaria, y una pareja de jóvenes aspirantes a héroes peleaba en la cocina de la casa donde se estaban hospedando temporalmente.

— Si digo que voy a desayunar huevos y proteína, ¡Voy a desayunar huevos y proteína! — vociferaba el rubio intentando meter a la licuadora su desayuno de siempre — ¡No me importa la maldita dieta de Recovery Girl! ¡Ya estoy bien! ¡¿Por qué no lo entiendes?!

— ¡Tienes que comer lo que específicamente dijo la doctora! Si no ¡¿Cómo piensas mejorar?!

Ya llevaba tiempo queriendo que Bakugou se comiese lo que estaba medicamente prescrito como su dieta por esta semana, sin embargo este se hacia el difícil intentando hacer su desayuno -asqueroso a su parecer- de siempre.

— Usa tu lógica pelos de mierda, ¿Que daño pueden hacerme un licuado de tres huevos y proteína? Comienzo a perder masa muscular, necesito recuperarla para entrenar, no puedo volverme más fuerte si estoy todo flacucho y sin músculos

— ¡Te puedes enfermar si desayunas eso! — le retó quitándole los huevos y el sobre que suponía era la proteína de las manos

El pelirrojo estaba llegado al límite de paciencia para ese ser que se hacía llamar Bakugou Katsuki, estaba a punto de llorar de la frustración de que su pareja se comportara como un bebe caprichoso. No estaba para aguantar estupideces.

Con un puchero en la cara le arrebató las cosas y empezó con el desayuno que indicaban en la dieta. Lo hacía todo de manera brusca, estaba alterado y ya no estaba jugando, lo único que quería era cuidar de su senpai pero este le complicaba las cosas.

— No hagas esa cara pelos de mierda

— ¿Qué cara? — contestó borde sin dejar de cocinar

— ¡Esa cara que pones cuando te molestas! — gritó tirando una toalla de cocina al suelo — Eso no es justo, sabes que contra eso no puedo contra eso

— No sé de qué estás hablando — era cierto, no tenía ni idea de lo que decía su novio, ¿Qué cara hacia? Y quería saberlo ya que de esa forma podría conseguir que su mayor hiciera caso a sus reclamos

Mas no recibió contestación a su pregunta ya que Bakugou había cambiado de tema — Está bien, ¿Qué te parece si como la avena esa que envío Recovery y un huevo? — le toma de la mejilla y le besa la cabeza

— Creo que está bien, un huevo no hará daño — se dispuso a hacer el desayuno junto a su pareja pues Katsuki tenía una forma especial de comer sus huevos que solo él sabía

— ¿Y tú qué comerás? — preguntó el rubio al ver que Kirishima solo se concentraba en su desayuno y no apartaba nada para él

— ¿Puedo comer su comida? — contestó con otra pregunta

— Jodido pelos de mierda, claro que sí, ¿Creías que te mataría de hambre mientras estabas aquí?

— Y-yo — el pelirrojo tenía planeado ir a un café cercano para desayunar mientras su senpai se bañaba

— ¿Qué quieres que te prepare para desayunar? ¿Huevo también o panqueques? No quiero presumir pero me salen deliciosos, de hecho todo lo sé hacer bien pero es lo único rápido que te puedo cocinar

— Yo me haré el desayuno, no te preocupes, tu desayuna — le entregó el plato con la avena ya servida

— No me preocupo por ti, solo quiero ser romántico por una vez y tú me lo complicas

— Un huevo — pidió para así evitar discusiones, además porque le pareció tierno el que quiera impresionarlo con gestos románticos que generalmente no daría

— ¡Un huevo en camino! — anunció como si fuera un chef profesional en su cocina, algo que le pareció divertido a Kirishima que lo veía desde la mesa donde acomodaba todo

Terminan de desayunar y Kirishima se dispone a lavar los platos mientras Bakugou va a bañarse para después descansar en su habitación, tarareaba la canción Don't Stop Believin' de Journey, imaginando ser el vocalista de una banda la cual tocaba un concierto, simulando con platos, cucharas y cucharones los diferentes instrumentos que acompañaban la letra dándole ambiente y composición a la letra; en el grito entre los versos "Hidin' somewhere in the night" y "Workin' hard to get my fill" lo cantó con tanta efusividad que estaba casi seguro que los vecinos lo habían escuchado, y probablemente Bakugou también, algo que le cayó como balde de agua fría pues al rubio no le gustaba el escándalo. Se apresuró a terminar su labor procediendo a subir al segundo piso rápidamente con destino a la habitación de su novio listo para un sermón de parte de este.

No se imaginó que se encontraría con tal escena; su aún sensible novio estaba realizando flexiones en el suelo, cosa que estaba estrictamente prohibido por su salud en esos momentos, además de realizar otros ejercicios que no sea yoga o estiramientos.

— ¿Qué estás haciendo? — interpeló airado desde la puerta

— Ah ya terminaste, ¿Ves que ya estoy bien? — el pelirrojo ni siquiera se tomó la molestia de contestar la pregunta, solo observaba desde su sitio — Es que me paré mal pero ya estoy bien mírame, ya puedo ir a entrenar o al menos a correr un poco

Esa es la gota que derramó el vaso, ya no podía lidiar más con esto.

— ¡No estás bien! ¡Estas débil porque aún no te recuperas! ¡Y me importa un carajo si no quieres escuchar eso de mi parte pero si, en estos momentos eres débil! — le apuntó peyorativo — ¡Y yo solo quiero ayudarte para que dejes de sentirte así! Para que te recuperes, para que seas el mismo de antes y puedas entrenar cuando quieras — en su mirada se notaba la fatiga y frustración que estaba pasando, recordando esto, Kirishima volvió a los gritos — ¡Pero parece que como el maldito niño caprichoso de mierda que eres no te entra por la puta cabeza que necesitas cuidados! ¡Y YA ESTOY HARTO!

Estaba perturbado, más que eso, ya no podía más con este comportamiento de su senpai, si no quería ayuda que lo dijera ahora mismo que ya no estaba para aguantar nada; intentó realizar los ejercicios de su madre, inhalando y exhalando tantas veces como se le era posible hasta encontrar la calma; cosa que consiguió después de unos minutos.

— Oye ¿Qué te pasa? ¿Por qué me gritas? No me hables así pelos de mierda, además nadie te pidió que me cuidarás, yo puedo solo, no te necesito — levantó la mirada viendo a Bakugou en búsqueda de cualquier arrepentimiento en su cara, lo cual no se pudo ver

Aquellas crueles palabras terminaron por destruir su blando corazón, ya no podía estar más ahí por lo que tomó las pocas cosas que tenía como pertenencia.

— Vete a la mierda Katsuki — pronunció con los ojos cristalinos antes de salir del cuarto azotando la puerta

Cae la noche en la ciudad, hora del día en que los padres de Katsuki volvían de su trabajo para estar en casa tomando chocolate caliente mientras se contaban su travesía laboral frente a la cálida chimenea, básicamente ese era su horario de otoño.

— ¡Ya llegamos! — anunciaron su intromisión colgando sus sacos en el perchero de la entrada

— ¿Ya terminaron eh? — su joven hijo bajaba las escaleras con cuidado de caer — ¿Dónde está el pelos de mierda?

— ¿Hablas de Kirishima-kun? — indagó al no saber a quién pertenecía ese apodo raro que había puesto su primogénito — No lo sé Katsuki, acabamos de llegar, ¿No estaba contigo?

— Joder no, debería estar molestando por ahí, aunque ahora que lo mencionan no me ha ido a ver en un rato — sube las escaleras buscando la cabellera pelirroja de su enamorado por todas partes

Después de que su búsqueda en la parte superior de la casa fue un fracaso se aventuró a la planta baja, rebuscando el todos lados siendo observado por sus padres que estaban preparando su típica tasa de chocolate caliente, bueno, Masaru lo hacía.

— ¿Qué le dijiste? — inquirió su madre desde la barra — Seguramente le gritaste y por eso se fue, considerando lo idiota que eres

— ¡Cállate! — al no encontrar el paradero de Kirishima en su casa, rápidamente agarró el saco de su padre del perchero saliendo de la casa sin anunciar su paradero

— ¡Katsuki! — graznó furiosa su madre desde la puerta

— Déjalo, ya regresará y traerá a su novio con él — dijo detrás de ella Masaru con el par de tasas en mano dirigiéndose al sillón

— ¿Novio? — cuestionó confundida por las palabras de su esposo

— Ese chico pelirrojo, algo me dice que son pareja, intuición creo

Mientras tanto Eijiro está hecho bolita en su cama en los dormitorios de la academia sintiendo como su celular vibraba detrás suyo con cada mensaje que recibía de Bakugou que no planeaba contestar, eso era obvio, la tristeza, la furia y la impotencia se apoderaron de él llegando a perder los cabales y gritarle de una manera en la que nunca se imaginó a su pareja, y más que eso, a Bakugou.

Estaba comenzando a sumergirse en la depresión que sentía cuando comenzó a escuchar murmuros de afuera que poco a poco se convirtieron en gritos. ¿Pero quién sería lo condenadamente loco para hacer eso estando en una academia supervisada 24/7 por los profesores? Se asomó un poco por su ventana viendo como Bakugou agarrado de la copa de un árbol gritaba desesperadamente; se encogió de la sorpresa de verlo ahí, y era más su preocupación, pues seguía sin estar bien del todo.

— Pelos de mierda, Eijiro, ábreme o contéstame los mensajes, si no me haces caso seguiré gritando aquí y a los maestros no les va a gustar para nada la idea

Es cierto, iba a levantar sospechas de los profesores por tanto ruido, así que para acallar sus alaridos decidió salir por su balcón.

— Al que le van a llamar la atención es a ti, no a mí, así que vete a tu casa, nos vemos en una semana para seguir nuestro entrenamiento

Regresó al interior de su cuarto, cerrando las puertas corredizas, no quería verlo en ese momento ya que en verdad le dolió lo que le dijo, le había calado hasta en las costillas.

— ¡No me dejas opción! — dio oídos a un último grito antes de escuchar la combustión de las explosiones de Bakugou alejándose inmediatamente de la ventana, previniendo lo que sucedería

Y había tenido razón en alejarse, Bakugou haciendo uso de su quirk saltó del árbol hacia el balcón y destrozó las puertas de cristal a su paso, dándole camino a él para pasarse frente a Kirishima en medio de todos los trozos de vidrios rotos y esparcidos por el suelo.

— ¡¿Estás loco?! — fue lo primero que preguntó Kirishima al bajarle la adrenalina — ¡Llamaste la atención de todos a un kilómetro de distancia! — exageró

— Pelos de mierda, yo- mmm, rompí por tu puerta, yo- ahh — suspiró para seguir hablando — Soy un tarado

Se hinca frente a él tomándole de la mano, parecía una propuesta de matrimonio más que nada.

— Eres la única persona que hará que el gran Bakugou Katsuki le ofrezca una disculpa y que se hinque para pedirla

— No me importa si te hincas o no, yo lo único que quiero es una disculpa por tu comportamiento en tu casa y básicamente todo el tiempo que estuvimos en el hospital — rechazó su mano cruzándose de brazos

— Yo soy alguien orgulloso, terco, intolerante y necio, pero tú eres la única persona en el mundo a la que si necesito, a la mierda los otros extras

— Sigue — esperaba humillarlo aunque sea un poco para bajarle los humos de la cabeza, ese maldito ego que se cargaba era un martirio

— Eres mi razón para querer seguir esforzándome día a día para ser mejor persona, porque mi razón para ser el mejor héroe es ser el numero uno y superar a All Migth y ese inútil de Deku

— Estas arruinando el momento Katsuki — le cortó al ver que se desviaba del tema

— ¡Tú sabes que no soy bueno para decir cursilerías! — levantó la voz, pero luego carraspeó al saber que no estaba en posición de reclamar — A lo que voy, jamás debí decirte que no te necesitaba porque eso es una mentira, y sabes que odio las mentiras — lo vio a los ojos, esos ojos rojos como llamas ahora estaban apagados y con rastros de lágrimas a su alrededor, se maldijo así mismo por borrarle la felicidad a su solecito andante — Perdóname por lastimarte, no quiero perderte por mi idiotez, ¿Podrías perdonar a este idiota explosivo?

Kirishima se quedó pensando unos segundos, planeando el cómo le cobraría el trato de ese día, hasta que una idea vino a su mente.

— Esta bien, te perdonaré — suspiró resignado, Bakugou saltaba de alegría por dentro celebrando su victoria — Pero — recalcó la palabra — Solo si te haces cargo del castigo que seguramente nos llevemos los dos, reparas mi puerta y me dejas tomar el control en el sexo aunque sea una vez y que me llames amo

— Estas de joda — no planeaba rebajarse a tal punto

— Bien, puedo solo gritar al sensei que estas acosándome para que te castigue y de paso tu reputación caiga en picada

— Maldito hijo de perra — Bakugou sentía algo de asombro y muy en el fondo respeto por su sensual kohai por tal amenaza, así que sonriendo con incredulidad toma su teléfono el cual vibraba por una llamada que estaba recibiendo en esos momentos — ¿Quién habla?

Se alejó para contestar la llamada, Eijiro aún no podía creer que su plan había funcionado, lo creía casi improbable teniendo en cuenta el orgullo de su senpai que era más grande que el mundo.

— Ya encontré a pato, ya se ya se, luego vuelvo no te enojes, y por cierto, necesito que envíen a alguien a reparar su puerta, ahh ya déjame en paz bruja — vio como peleaba con su madre por teléfono — Lo llevaré a casa en cuanto hable con los profesores y arregle algunos asuntos

Bakugou Katsuki más vale que- — alcanzó a escuchar antes de que se cortara la llamada

— Ya vienen a reparar esto

Lo toma del cuello de su camisa plantando un beso profundo que pasaba a lo salvaje, caminaron hasta la puerta de madera poniéndole pestillo y después a la cama donde Bakugou acuesta a su pareja y queda encima suyo.

— ¿No quieres cobrar ya tu último deseo? — dijo de forma seductora intercambiando lugares para después cambiar su tono de voz — Es momento de que mi Eijiro tome el control, yo, debo cuidarme y no moverme mucho para estar bien para usted amo mío

Escucharlo decir eso lo llena de alegría y a la vez de lujuria, estaba a punto de recrear una de sus tantas fantasías; después de haberlo hecho por primera vez con su senpai se había imaginado distintos escenarios y situaciones en las que podrían copular.

Su erección ya estaba bastante avanzada y su entrada estaba deseosa por ese grueso pene a su disposición, sintió como un par de dedos se paseaban por el anillo de su ano adentrándose a su cavidad, Kirishima echó la cabeza hacia atrás al sentir de nuevo ese roce en su interior que tanto extrañaba.

— Mmm, amo, como es que tuvo la fuerza de voluntad de no hacer esto anoche, yo casi muero

— Te equivocas — habló entre jadeos — Me moría por tener tu verga en mi interior, pero estábamos en casa de tus padres y no quería que nos descubrieran, aunque no me importaría que lo hayan hecho — el éxtasis lo llevaba a hablar incoherencias

— Es muy lascivo usted amo

Eijiro no podía aguantar más el deseo de que su cavidad anal fuera llenada por la enorme polla de su novio; sin importarle si es que ya estaba preparado o no sacó los dedos de su senpai cambiándolos por el falo palpitante por atención, dejando bajar su cuerpo hasta la base del pene del contrario de una sentada, provocando un gemido en ambos, comenzando a dar pequeños sentones, moviendo las caderas de delante hacia atrás y en círculos, regalándole placer al rubio.

— Ahh, me encanta, si, ahh, sigue amo, ahh — al parecer le excitaba de sobre manera ser domado por el pasivo — Siento que hace una vida no te tenía así, no me dejes tanto tiempo sin esto por favor

— ¿Y de quien fue la culpa? — cuestionó montando el pene de manera más rápida y repetitiva

— Mía mi amo — apenas podía hablar entre gemidos — Fue mía, si, sigue así amo, me vengo, sí, me encanta, ahh

Lo mira, observando el libido en sus ojos, estaba a punto de llegar pero esto no era suficiente, por lo que se dio la vuelta dándole la espalda, y sin esperarlo unas manos se posaron en sus caderas ayudándolo a ir mas rápido.

— ¡Mierda me vengo! — exclamó apretando esa cuadrada pero a la vez firme cadera a su pelvis, llenando el interior del pelirrojo con su semen

— ¡AH! — sonrió al escuchar el sonido del orgasmo de Kirishima, una melodía bastante agradable a su parecer

Eijiro esperó un poco para recomponerse y levantarse lentamente a cuatro enseñando su regordete trasero a Bakugou sacudiéndolo de arriba abajo ocasionando que su hoyo con el semen saliendo de este fuera visible a los ojos del rubio.

— Mira lo que provocas — sonrió el menor aún excitado tumbando su cara a la cama y levantando el culo

— No sabía que tirar los regalos que otros le dan es de mala educación ¿Amo mío? — pronunció usando sus dedos para regresar el semen al interior del pelirrojo asegurándose que se quedara ahí y no saliera

— Espera — sentía que su interior no podía con tanto líquido, intentaba apartar las manos de su novio pero al contrario de lo que esperaba recibió una fuerte nalgada en su glúteo — ¡Ah! Eres malo con tu amo

— Ya se acabó el momento maldita perra — dio una segunda nalgada antes de atraer el cuerpo del menor de la cadera a su regazo

Ataca su cuello dejando mordidas, luego se va a su oreja y regresa a su cuello; Kirishima estaba disfrutando del momento hasta que sin aviso su senpai se incorporó de la cama empezando a vestirse.

— ¿Qué pasa?

— Ya me voy, vengo por ti mañana, te recomiendo que te vistas si no quieres que los profesores vean tu culo al aire

Tenía razón, por lo que -al igual que su novio- se dispuso a limpiarse y vestirse.

— Oye Eijiro ¿Te casarías conmigo? — esa pregunta lo dejo estático, no se esperaba algo como eso y menos en un momento así

Bonus:

Bakugou bajaba por el árbol que anteriormente había usado para subir a la habitación de Kirishima, después de ese "tengo que pensarlo" de su hermoso solecito no se preocupaba tanto de ser rechazado. Estaba a punto de irse por el mismo lado en el que vino hasta que unos ruidos extraños, parecidos a quejidos lo condujeron detrás de unos árboles provenientes de la arboleda alrededor del perímetro de la U.A.; se acercó de manera sigilosa al lugar encontrándose con una escena que mejor no quisiera recordar.

— ¡Que puto asco! — gritó alertando a la pareja que estaba teniendo intimidad en ese momento

— ¡K-Kacchan! — su peli verde compañero se tapó la desnudez con el saco del uniforme — Así que tú fuiste esa explosión

— Ah Bakugou, hola — saludó borde Todoroki sin importarle mucho que su explosivo compañero viera su virilidad — ¿Qué no estabas en tu casa? Según yo no podías venir porque estabas más molido que el puré de papas — se burló con una broma que le había enseñado su hermano mayor

— Cállate maldito mitad-mitad, no puedo creer que hagan eso en estos lados ¡Búsquense un motel aunque sea! ¡Tengan decencia!

— Nuestra intimidad no es de tu incumbencia — atacó Todoroki

— Como sea, solo dile al puto Deku que se calle, sus gemidos de perra lo escuchan hasta los sordos — se dio la vuelta saltando el muro

— ¿Soy una perra? — sorbió sus mocos Midoriya que había escuchado todo

— Claro que no Izuku, no le hagas caso a quien le hacen gemir como gata en celo — abrazó a su novio aún cubierto solo por el saco; si, Todoroki tenía un oído desarrollado, tanto así que desde su posición en el bosque escuchó como Bakugou gemía la palabra amo

Holis, holis

Nuevo capítulo, producido de una manera diferente; la página nueva de Lexoforus aún no es creada y tuve que tomar otros métodos para saber que con el video. Fue así como usando Wattpad básicamente hice copy-page del capítulo Te necesito, de la historia de Lexo BAKUGOU Y TU, créanme que no me gustaba hacer eso, y en varias ocasiones me preguntaba si hacer eso estaba bien.

No estoy intentando justificar mis acciones o victimizarme, solo expongo mi manera de trabajar y disculpándome ante ello, la verdad no fue cómodo trabajar de tal manera pues no era lo mismo que con los audios donde se escuchaba y sabía la emoción que se tenía. Pero pues se hizo lo que se pudo.

Creo que este es el capítulo más largo hasta ahora, sin contar estos anuncios y el bonus.

Yo sé que Kiri no podría ser así de duro y contestón con Bakugou, pero no quería que Bakugou le trajera como perro a sus pies. Aunque sea un poquito de dignidad para Kiribb.

El beso en un labio es aquel en el que una persona besa lenta y exclusivamente uno de los dos labios de la otra persona, generalmente el labio inferior.

El beso clásico es aquel en el que los labios de dos personas se encuentran y se realizan los movimientos propios de un beso francés pero sin contacto con las lenguas.

Un Youfer, es la versión pirata de Uber, como en otras ocasiones estoy cambiando los nombres de marcas o servicios internacionales para evitar copyright o problemas.

"Sin objeción fue atraído hacia el rubio quien al tenerlo cara a cara de cerca se va directo a su cuello atacándolo con mordiscos, lambidas y succiones; mientras tanto Kirishima desvía la mirada avergonzado por el repentino afecto, sin saber que con esto le daba más terreno libre a Bakugou por explorar. Las grandes y delgadas manos de su senpai comenzaron a escalar las caderas anchas por encima del holgado pantalón corto que le había prestado como pijama, con la intención de adentrarse en esa camisa que era impedimento para ver su escultural cuerpo." Esta escena fue redactada inspirándome en Hyperventilation, cap.1, primera escena. Si no la han visto se las recomiendo 10/10.

"Flacucho" es un adjetivo para describir a alguien delgado de poco musculo. 

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