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Kirishima últimamente había estado evitando a Bakugou, no a tal punto de ya no verle ya que necesitaba entrenar y avanzar, pero ya no le hablaba y evitaba mirarlo a la cara; ahora su relación solo consistía en un sempai y su kohai entrenando para ser los mejores héroes a futuro, nada más. No es que el pelirrojo quisiera evitarlo, sin embargo al verlo se le venían recuerdos de aquel día en los baños y su cara enrojecía al punto de que sus sensei's siempre le preguntaban si estaba bien, ya que parecía un enfermo, sumado a esto la sensación punzante en su retaguardia que le recordaba a lo que se había atrevido a hacer con su sempai; y Bakugou respetando su distanciamiento -además de que su orgullo no lo dejaba- decidió seguir así en lugar de dar el primer paso.

Hasta que se hartó.

Era una tarde calurosa, los pájaros piando, las hojas de los arboles meciéndose, las cigarras rechinando en los pastizales de alrededor; en la que los pasos de dos personas caminando resonaban por los extensos pasillos de la academia. Y es que, el joven de característica dentadura perseguía a su mayor intentando alcanzarlo, hasta que este paro súbitamente ocasionando que el pequeño -que no había visto su detenimiento- chocara contra su fornida espalda.

— Ay — sobó su nariz la cual le empezó a arder

— No creas que no me he dado cuenta de que me sigues ya por un buen rato — enunció su mayor sin voltear la cara — Tus pisadas las escucharía hasta un sordo

— Es que hoy- — no lo dejó acabar, siguiendo con su habla

— Quisiera hablar contigo pelos de mierda, vamos

Sin esperar siquiera una confirmación del contrario caminó hasta el fondo del pasillo para después salir de este yendo atrás de los salones en un espacio desierto el cual conducía a una arboleda; confiando en que el chico viniera tras de él volteó para acorralar en una pared al ahora confundido y nervioso Eijiro -suerte de que si estaba acompañándolo, no quería quedar como un estúpido encerrando al aire-.

— Creo que aquí estaremos bien, a esta hora nadie está por aquí

Fijó la vista en Kirishima, su cara, cuanto extrañaba verla, ese sonrojo inevitable de observar; le parecía el ser más precioso que haya visto jamás en su puta vida, tanta era su belleza que con solo una mirada llego a enamorarlo. Claro, no lo diría en voz alta, su orgullo no se lo permitía, pero tenía otras maneras de demostrar su amor y devoción por tan hermosa persona.

— ¿Por qué siempre estas evitándome? Y cuando estamos entrenando nunca me miras o me hablas — no lo miró a la cara, seguramente ahora tenía una estúpida cara que mostraba sus debilidades, NUNCA se la mostraría a alguien, ni aunque fuera Eijiro, la persona de la cual se había enamorado — Eso puede afectar tu rendimiento, si no te comunicas conmigo ya no habrá avances y estoy seguro que tú quieres mejorar ese quirk de mierda que tienes ¿No es así? — preguntó con una sonrisa maliciosa, en realidad le molestaba tal rechazo por parte de su kohai después de aquella intimidad, ¿Acaso no lo había hecho bien? ¿En realidad nunca quiso eso? ¿Qué hizo mal? — Me está empezando a molestar tu comportamiento hacia mí, si te sientes incomodo solo dilo y pediremos a Aizawa-sensei que me cambie por otro sempai — no quería eso, rogaba a los cielos porque dijera que no quería cambiar de tutor y seguir igual — ¡¿Y bien?!

— Yo solo... — no sabía que decir, estaba avergonzado al recordar con cuanto atrevimiento le había hablado aquella vez en los baños, diciéndole que lo folle hasta el cansancio — Tu también me has estado evitando — soltó lo primero que se le vino a la cabeza, y claro, eso era atacar al contrario de igual manera en la que estaba siendo atacado, el instinto de defensa de Kirishima

— ¿Yo soy quien te evita? No me hagas reír con tus estupideces — soltó una risa socarrona — Claro que no he estado evitándote, tú eres quien me ha estado evitando todo este tiempo, yo simplemente reaccioné a eso

— ¡Y yo te he estado evitando por lo que paso la otra vez en los baños! — gritó al sentirse presionado, no le gustaba sentirse así porque soltaba toda la sopa

— Lo que pasó la otra vez — chasqueó la lengua — Escucha, no puedo decir que me arrepiento porque estaría mintiendo, y odio a los mentirosos, si no te gustó o alguna mierda puedes simplemente olvidarlo

— ¡¿Estas de joda?! — se abalanzó de repente en un abrazo sorprendiendo al mayor — ¡Yo debería decir eso! Fue mi primera vez y seguro me vi patético, y luego lo que te dije... Dios, que vergüenza hombre

— ¿Eso significa que si te gustó?

— No preguntes cosas que ya sabes, tonto — murmuró entre su cuello, aun no estaba listo para verlo a los ojos

— No estoy seguro de que fue lo que pasó en ese momento pero, quiero seguir haciendo eso contigo — mandó un poco de su orgullo a la mierda palmeando la espalda del cariñoso pelirrojo — Además no estuviste tan patético, si quitamos el hecho de que gemías como perra en celo — rió un poco al sentir como el otro dio un pequeño saltito, si, así se recuperaba su orgullo, aunque cagara los momentos preciosos, ese era Bakugou

Se separaron un poco, viéndose a los ojos, envolviéndose en caricias, hasta que Eijiro no pudo más, y retomando un poco de aquella confianza que tenía en los baños, beso al rubio, no fue un beso impulsivo como sabia dar su sempai, este fue más delicado, dulce y efímero. Estaban a punto de retomar el beso cuando la campana había sonado dando inicio a otra clase más del horario escolar.

— Tch — chasqueó la lengua por segunda vez en el día — Te espero en las escaleras de la cafetería al final de clases — regresó a los pasillos comenzando a caminar hacia su salón — ¡No llegues tarde!

— Pero yo solo quería enseñarle... — suspiró derrotado

La razón por la que lo perseguía era para mostrarle sus nuevos movimientos y sus grandes avances por sí solo, pues había practicado toda la semana y ensayado algunas artes marciales para ver cual se adecuaba más a su quirk; había visto la oportunidad perfecta cuando tenía una clase libre y a lo lejos estaba su tutor caminando por los pasillos sin rumbo aparente, no contaba con que este lo acorralaría y hablarían de aquello de lo que aún no estaba listo para hablar; no obstante, le alegraba que la incomodidad entre Bakugou-san y él haya terminado, ya podrían volver a como antes.

Al terminar las clases Kirishima se acordó que había sido citado por su mayor, así que con todas la rapidez que pudo llego al lugar predeterminado, más que feliz porque ahora era la hora de entrenamiento y el rubio no se podía negar o posponer a que le enseñara sus nuevos movimientos.

— Bakugou-san estoy aquí — dijo emocionado, pensando en que le enseñaría primero ¿Seria esa patada? ¿O el combo de golpes? Tanta fue su emoción por aprender que se había comprado un saco de boxeo por Ama-chan simulando que era un villano, llegando a dibujarle una cara malvada

— Vamos a dar una vuelta por el campus — sin embargo todas sus ilusiones quedaron por el piso, ya conocía el campus, de hecho tenía el mapa pegado en la pared por si algún día se le olvidaba algo, no entendía que tenían que pasear, era hora de entrenar, de avanzar y esforzarse

Empezaron a caminar, Kirishima, como siempre, estaba dos pasos detrás de Bakugou, con la cabeza gacha y arrastrando los pies llegando a irritar a su acompañante.

— ¿Y el entrenamiento? — se atrevió a preguntar alzando la vista viendo a su sempai

— Hoy dos extras reservaron nuestro lugar de entrenamiento, quise pelear por el pero estaba un sensei presente, no quiero que me den otro maldito castigo, así que, o entrenamos en otro lugar o... Posponemos — respondió sin dejar de caminar, el pelirrojo pensó que tan problemático debía ser su tutor como para que ya estuviera harto de los castigos, aunque probablemente solo haya sido uno y ya se haya hartado

— ¿Por qué no podemos solo entrenar junto a los demás?

— Nuestras sesiones son privadas, no me gusta que los demás extras vean como mejoras, podrían usarlo en tu contra

— Tienes razón — aunque la tuviera enserio quería enseñarle y sorprender a su sempai, ver una cara de fascinación u orgullo por él aunque sea una vez

— Siempre la tengo

— Egocéntrico — susurró Eijiro con un puchero

— ¿Qué dijiste?

— ¡Nada!

Siguieron caminando en un silencio un tanto incómodo para el menor, por suerte su mayor habló.

— Escúchame con atención pelos de mierda porque solo lo diré una vez y espero que me respondas hoy mismo, se acerca el fin de semana y la mayoría va a casa esos días, ¿Tú irás a tu casa?

— Nah — respondió con una sonrisa — Está demasiado lejos como para ir y venir un fin de semana

Y es que, la familia Kirishima vivía en un pueblo muy alejados de la ciudad, donde apenas y había habitantes y la educación solo era primaria además de ser parva, por eso desde que entró a la secundaria por sus excelentes desempeños y calificaciones -menos en matemáticas- se quedaba en casas de amigos de la familia mientras acababa sus estudios, y siempre regresaba cada fin de semana, claro, eso era cuando estaba cerca a su pueblo. Ahora, el solo recorrido del metro era de seis horas, más otras seguras tres horas en un ¨camión¨ hasta llevarlo a su casa, llegaba agotado lo que le quitaba un día completo, y al siguiente tenía que volver; una porquería.

— Bueno esa no era la pregunta — cambió de tema Bakugou al notar la incomodidad que se había formado — Quería saber si quieres — no encontraba las palabras para expresarse — ¡Ah! ¡¿Cómo lo digo?! ¡Ah! Me refiero a que si quieres — sabía lo que quería decirle, pero al parecer la simple idea de decirlo le quemaba la lengua, suspiro repasando lo que diría — Me he acostumbrado a tu estúpida presencia pululando siempre a dónde voy, y estos días sin ti hablándome de puras mierdas sin sentido, me he sentido extrañamente extraño, entonces, quería saber si tú, joder, me refiero a que quiero que salgas conmigo, quiero que seas, que nosotros... — era tan divertido verlo así que Kirishima no se contuvo a soltar una pequeña risita — ¡Agh! Qué difícil es esto, ¿Y tú de qué te ríes pequeña mierda? Ven para acá

Jaló a Eijiro de la camiseta atrayéndolo hacia él dándole un casto beso que se convirtió en uno fogoso, el pequeño quiso detenerlo pues estaban en público, cerca del área de entrenamiento donde los demás alumnos estaban fortaleciéndose, cosa que deberían hacer ellos también.

— ¿Qué pasa pelos de mierda? ¿No quieres? — preguntó entre el beso

— No es eso, es que estamos en público, nos pueden ver

— Si es por eso, entonces está bien, quiero que todos se enteren que tú y tu cuerpo tienen dueño, y ese es Bakugou Katsuki — siguió con el beso, jugando con sus lenguas en una pequeña batalla, excavando toda su boca, probando hasta el cansancio su sabor

— Enserio Bakugou-san, basta — Kirishima puso un alto al ver como las manos del contrario empezaban a escalar su abdomen

— Está bien, tampoco quiero que mueras de la vergüenza, pero que quedé claro, si alguien se llega a meter contigo se las verá conmigo — el pelirrojo sonrió enternecido, ahora bien era un poco tarde para decir aquello pero la intención era la que contaba — Aunque no lo veo necesario, eres alguien fuerte que no se dejaría doblegar por algún idiota

Kirishima quiso llorar ahí mismo, si solo supiera; conmovido, le robo un corto beso viéndolo a sus ojos color rubí.

— Nunca me cansaré de tus labios, pelos de mierda, pero, quiero disfrutarlos más, mucho más — al principio no entendió a lo que se refería, pero le resultaba extraño como el rubio acariciaba sus labios de manera brusca, como si intentara callarlo

De un momento a otro Bakugou ya tenía arrastrando a Kirishima por lo largo de un pasillo algo lúgubre y tenebroso

— Bakugou-san, ¿Tenemos que venir hasta acá? — para que mentir, tenía mucho miedo, demasiado

— Quiero disfrutar en paz esos labios y esa estúpida lengua tuya que no sirve para nada más que hablar — respondió sin dejar de caminar, ¿Hasta dónde llegarían?

— Ah sí, lo entiendo, ¿Pero necesariamente tiene que ser en un lugar como este?

— Nadie viene a molestar acá, es un edificio que debieron demoler hace mucho, todos son unos cobardes que no se atreverían a entrar

Llegaron hasta el final del pasillo adentrándose a un salón obscuro que apenas era iluminado por unos cuantos rayos de sol que entraban por la cortina, sin duda parecía de las mazmorras, un ambiente tétrico, Eijiro miro a todos lados asustado, ¿Qué clase de escuela para héroes tenía un pasillo en el que perfectamente podrían usar los villanos como guarida? Estaba todo sucio, maloliente y con poca luz; ¿Por qué Bakugou-san lo traería a un lugar así? O es que acaso...

— ¡¿Me va a matar?! — demandó aterrorizado mirando a su sempai endureciendo su cuerpo por si acaso

Más retrocedió sonrojado al ver como su sempai se desabrochaba el cinturón y bajaba su bragueta, solo para tirar sus pantalones al suelo levantando un poco de polvo; regresando a su entrepierna, ¡Dios! Estaba gigante, ahora Eijiro se cuestionaba como es que siquiera eso había entrado en él.

— Lámelo — ordenó acercándose al chico que lo veía incrédulo

— Eso no es normal — apuntó el miembro erecto, sus inquietud de la vez pasada ahora se iba a resolver

— Eijiro — le estaba colmando la paciencia

— Okay, okay — se rindió arrodillándose para quedar a la altura del pene del contrario — Solo digo que eso no es un pene, es una tercera pierna, ¿Cómo es que tuve eso dentro? — sostuvo la verga analizándola, no estaba tan fea, de hecho podría hasta decir que era una muy bonita, pero exageradamente grande

— Solo cállate — agarró la cabeza del chico que estaba a punto de introducir el falo, causando que la gran extensión de Bakugou chocara con su garganta — Ah mierda si, a esto me refería

Solo que estaba muy entrado en su mundo como para ver que el otro rogaba por aire, sintiendo sus ojos llorosos por la brusquedad con la que lo había empujado, y las arcadas al sentir un pene tocar su garganta; con todas sus piernas golpeo los muslos del contrario dejándole unos pequeños cortes a causa de su quirk que se había activado sin querer.

— Ya ya, no aguantas nada — sacó su miembro ahora lleno de saliva

Kirishima al ya no tener nada dentro suyo tosió por la saliva acumulada en su boca y agarrando todo el aire posible que lograba retener sus pulmones.

— ¡Casi me atraganto! — exclamó irritado — Si quieres que te lo chupe será a mi modo

— Bien, bien, tu ganas — suspiró aburrido, si dejaba que el pelirrojo hiciera las cosas como quisiera no habría adrenalina, ni éxtasis, seria todo lindo y soso — Si muerdes te mato

— Ajá

Con la poca experiencia que tenía gracias a los videos porno de los cuales apenas sabia su existencia, tomó el falo entre sus manos acariciándolo un poco para después introducirlo en su boca lo más que podía sin llegar a tocar su garganta, haciendo movimientos constantes, sacando y metiendo la gran polla del rubio. Miró hacia su sempai, este tenía una cara neutral, como si lo que estaba haciendo no le afectaba, y lo comprendía, no era bueno haciendo eso, esta era su primera experiencia; aun así quería ver la cara de fascinación que tenía aquel actor porno en su sempai.

Prosiguió al segundo paso que se acordaba que había hecho el actor, apretó un poco los testículos de Bakugou acariciándolos; alzó la mirada de nueva cuenta observando un cambio en el rostro del mayor, estaba con los ojos cerrados tensando la mandíbula, sonrió un poco siguiendo con sus movimientos por unos segundos más hasta que le pareció suficiente y siguió al paso tres.

Era algo un poco asqueroso a sus ojos pero si era suficiente para satisfacer a su sempai lo haría. Consistía en sacar el pene de su boca lo suficiente como para adentrar su lengua en el prepucio del contrario sin retirarlo haciendo círculos alrededor.

— Oh si — escuchó el gemido ronco de su sempai, sintiéndose orgulloso de causar tal sensación en el mayor siguió con lo suyo

Regresó al primer paso y luego al cuarto, esto sin dejar de masajear las suaves pelotas del contrario; le dio satisfacción oír los gemidos graves de Bakugou-san, pero, aún no se venía. Así que era hora del paso cinco y último.

En un hábil movimiento agarro con sus labios el prepucio estirándolo un poco.

— ¡Ah! — el rubio jalo de sus cabellos rojizos, ¿Dónde demonios había aprendido aquello su pequeño e inocente kohai? Se sentía tan bien, lo había subestimado sin duda

Eijiro siguió con sus movimientos combinándolos en un combo, haciendo que su sempai ahora flaqueara y gimiera como si su vida dependiera de ello, claro que después lo negaría diciendo que fue para hacerlo sentir mejor.

— Se siente muy bien

Ya era suficiente, le dolía la mandíbula de tanto movimiento y tener la boca casi hasta el suelo para no dañar el pene de su sempai con sus dientes. Como movimiento final agarro el prepucio de su sempai con sus labios y lengua abriéndolo y en cuanto adentro el falo a su boca retiro el prepucio.

— Maldita zorra ya habías hecho una mamada ¿No es así? ¡AH! — logró pronunciar entre dientes con una sonrisa coqueta antes de cerrar los ojos, fruncir más su entrecejo, apretar los dientes y venirse en la boca de Kirishima — Muéstrame

Kirishima ahora se sentía en un video porno, se había excitado con solo chupar la polla de su tutor; abrió la boca sacando la lengua dejando ver la cantidad de semen que había soltado Bakugou más lo que caía por sus mejillas.

— Traga — ordenó como si de un perro se tratase, el pelirrojo se sentía ofendido por tal tratado escupiendo todo el semen enojado — ¿Qué no putas entendiste? Te dije que tragaras

— No soy un perro para ser tratado como tal, Bakugou-san

— Así que te gusta llevarme la contraria eh, pues bien

En menos de un segundo el pelirrojo estaba de cabeza, con las piernas en los hombros de su sempai dándole la espalda

— S-sempai jaja ¿Qué va a hacer? — esperaba que no fuera lo que estaba pensando

Sin decir nada el mayor torció un poco hacia atrás el pene del menor introduciéndolo a su boca.

— Akg — se quejó por el movimiento brusco de sus labios apretando su miembro con estos succionando

— ¿Te puso duro que me mamaras el pene? Eres una zorra muy sucia — lo miró con superioridad, cosa que al menor no le gusto, si, tal vez era superior tanto en edad como en experiencia, pero esto era sexo, no tenía derecho de hacerlo sentir inferior

Sin embargo no pudo protestar ya que unos juguetones dedos se adentraron en su interior llegando directamente a su próstata masajeándola, al parecer al rubio solo le basto con experimentar una vez y ya sabía todos los puntos débiles de su pareja sexual.

— Dime qué me quieres dentro, tu cuerpo seguro me lo está pidiendo a gritos pero, quiero escucharlo de tus labios — habló pasando de su falo al ano para después meter su lengua

— Y-yo — no lo dejaba hablar, pues la excitación era extrema, apenas podía pensar con toda esa sangre acumulada en su cabeza — Ah — suspiró cansado, aún le dolía un poco la cadera por la otra vez — Solo hazlo

Esperaba ser profanado de nuevo por esa grande polla, sin embargo en su lugar fue soltado y empujado haciendo que cayera de cara al suelo, por suerte activo su quirk milímetros antes de impactar.

— ¡Avise! — se quejó agarrándose la cabeza por el mareo — ¿Qué no me iba a coger?

— No soy un perro calenturiento, con tu mamada basta — se reincorporó acomodándose lo mejor que pudo la ropa — Nos vemos el lunes en tu entrenamiento

Estaba por irse pero unas manos lo detuvieron jalándole la ropa.

— Ah no Bakugou sempai, usted y yo vamos a hablar, ¿Qué, se va? Mientras yo quedo como la perra entregada, pues discúlpeme usted pero no soy como fueron seguramente sus otras conquistas, vamos a hablar sobre lo que ha pasado, usted y yo

Se sentaron fuera del salón en el pasillo ya que a Eijiro aún le daba miedo estar ahí dentro, de hecho ahora que razonaba fue muy antihigiénico hacer sus actos ahí; recordaría bañarse con cloro al llegar a los dormitorios.

— ¿Por qué paró? — pregunto primero Kirishima al ver que el rubio no estaba dispuesto a comenzar

— Porque parecía que el único que lo estaba disfrutando era yo, parecía que no querías hacerlo — contesto con la mirada hundida en sus piernas jugando con una ramita de por ahí — No quiero que pienses que tengo cerebro de pene

— Y tiene razón, no quería hacerlo

— ¿Entonces por qué me seguías esta mañana? ¿No querías arreglarte para tener sexo?

— Pues perdóneme Bakugou-san, pero yo no solo pienso en sexo, si quería arreglar las cosas con usted pero no solo para tener relaciones con usted, además la principal razón de porqué lo seguí fue porque quería enseñarle mis nuevos movimientos que aprendí viendo videos, ahora si me puse enserio a practicar — sonrió mostrando sus afilados dientes, solo como el sabia, haciendo esa ridícula pose que Bakugou siempre se preguntaba de donde la había sacado

Bakugou se sentía como la mierda misma, su kohai tomándose enserio sus prácticas mientras él de calenturiento queriendo tener sexo a cada instante y en cada momento. Sus pensamientos fueron interrumpidos por la campana de fin de entrenamiento por ese día.

— Pues ahora ya no hay tiempo — chasqueó la lengua desviando la mirada — Este fin de semana voy a hacer alpinismo, y tú vas a venir conmigo, claro, solo si no quieres quedarte atrás como los extras que tienes por compañeros

— ¡Me encantaría Bakugou-san! — hizó de sonrisa una más rádiate — ¿Pero, qué es lo que haríamos?

— ¡Pues entrenar idiota! Y también podemos escalar, acampar, estaremos solos tú y yo, y te haré saber en cada momento y cada segundo que me perteneces — susurró cerca de su oído lamiendo su oreja

— ¿No que no tenía cerebro de pene? — dijo burlesco el pelirrojo

— Idiota ¿De quién crees que te estas burlando? — agarró su cabeza despeinándolo

— Jaja, de nadie Bakugou-san, suélteme por favor, jaja — más que sentir dolor le hacia reír el comportamiento de su sempai

Tal vez a veces tenía sus arranques de calentura pero no dejaba de ser el Bakugou de quien se había enamorado, y si, dijo enamorado.

— Me alegra que Aizawa sensei te haya puesto en mi cuidado, el hecho de imaginarte con alguien más hace que me hierva la sangre, pero ahora me perteneces... Y supongo que yo a ti — lo último lo dijo con un sonrojo y la voz tan baja que casi no lo escuchaba

— Sempai~ ¿Es eso acaso una confesión?

— ¡Jodete pelos de mierda!

Se levantó furioso del suelo saliendo del pasillo, le apenaba decir aquello de manera directa y la broma de Eijiro no ayudo mucho.

— ¡Sempai no se enoje! ¡Era una broma! ¡¿Lo de alpinismo sigue en pie?! — Katsuki seguía ignorando a su atrevido kohai que ahora sentía toda la confianza del mundo como para gastarle bromas y decir cosas así — ¡Sempai!

Bonus:

— ¿Ese no era Bakugou con un estudiante de primer grado? — preguntó Todoroki viendo hacia donde se habían ido los nombrados

— Es mejor no entrometerse — respondió Midoriya nervioso, si Todoroki llegara a preguntar sobre el asunto seguro explotaría a todos

— Tienes razón — dejó el asunto de lado aunque le daba cierta incertidumbre saber que pasaba

A las personas que seguramente han escuchado y recuerdan el audio, Bakugou tenía más tacto en este, pero como muchos sabemos, es mega orgulloso por lo que posiblemente en realidad no diría cursilerías aunque las pensara, así que modifique aquellos diálogos en los que se mostraba pacifico para serle más fiel a su actitud en anime y manga.

Además de agregar situaciones en las que Kirishima si se notaba determinado a entrenar y avanzar en su camino a ser héroe, no solo pensaba en sexo como el cabeza de pene de Katsuki. No estoy diciendo ni criticando que la historia de Lexo fuera de esa manera -solo sexo- pero quería agregar mi propia manera.

También estoy tratando de mantener todo el profesionalismo que pueda aunque a veces quisiera poner comentarios entre diálogos pero siento que se vería muy mal, anyways, es algo insignificante.

Se me olvido decir que el otro episodio fue mi primera vez escribiendo encuentros sexuales, yaoi hard, lemmon, como prefieran decirle, y este capítulo mi segunda vez, díganme si lo estoy haciendo bien. Es que me da a veces penita escribir eso que lo hago apresurada para pasar a la siguiente parte.

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