56 - Chico zanahoria

James

— ¿Por qué quieres huir chico, zanahoria? — pregunté tratando de contener la risa al ver que está asustado.

Lo venía siguiendo desde que salió de comprar y este estaba tan concentrado pensando que casi ni se da cuenta.

— ¡Imbécil! ¿Acaso no eres normal? Casi me infarto por tu culpa — me acuso molesto soltando mi agarre.

Que paranoico.

— ¿Pero te moriste? Estás vivo así que deja el show — le recordé.

Es más dramático que mi hermana.

— ¿Qué quieres narizón? No estoy de ánimo para más problemas por tu culpa — expuso molesto.

¿Qué le hice porque es tan exagerado?

— Gracias — admití finalmente el amigo de mi hermana me contó que este ayudo a buscarme.

Y no solo eso su novio me trató las heridas y los golpes. No me esperaba que el chico zanahoria fuese gay, pero bueno no es mi problema su vida.

— ¿Por? — pregunto este sin entender.

Es como pendejo.

— Por ayudarme ese día a buscarme y llevarme a la casa de Mingyu... sin querer hiciste que me levantará de la mierda que estaba pisando — confesé tratando de no hablar de más.

Sin él no hubiese conocido a mi ídolo ni mucho menos lo hubiese besado.

— No que por lo que estás pasando y ni me interesa, únicamente te ayude porque Chan me lo pidió así que deberías agradecerle a él, ahora sí deja de estorbar en mi camino que quiero irme a casa — dijo sin interés tratando de alejarse de mí.

No puedo dejar que lo haga necesito que me ayude, necesito aprovechar que Sangha está de intercambio de nuevo para pasar ese tiempo con Mingyu.

— Ayúdame con Mingyu y te daré lo que quieras — expuse decidido.

No importa la cantidad estoy dispuesto a darle todo mi dinero.

— ¿Por qué estás desesperado por pasar tiempo con él? Mejor no me contestes no quiero meter más drama a mi vida, lo siento pídele ayuda a otra persona yo... — lo interrumpí.

— El día que Jeongin se intentó suicidar Sangha lo golpeó y le provocó para que se quitara la vida — confesé tratando de utilizar mi última opción — Y todas las pruebas están en su celular, está terriblemente obsesionado con grabar cuando golpea a alguien o cuando simplemente es... un imbécil — admití recordando como grababa todo lo que me hacía.

Su celular puede ser la única opción para hundirme a mí y a su vez salvarme.

—Si lo que estás diciendo es verdad te ayudaré, pero necesitaré que me entregues ese celular — exigió Sunno molesto.

Asentí aunque hay pequeño problema.

— Lo haré, pero tengo que esperar que regrese porque está de viaje, te prometo que no voy a huir ni nada haré lo que me pidas con tal de que ayudes — declaré desesperado.

Por primera vez en mi vida quiero algo y no dejaré que ni Sangha se meta en mi camino.

— Ya cálmate narizón me desespera que ruegues, te ayudaré, pero además de eso tendrás que hacer otras cosas por mí así que mañana te espero en el café a la 5 de la mañana porque ya tienes un nuevo trabajo — me avisó antes de irse.

Lo logré.

***

Al día siguiente...

— ¿Y tú a dónde vas a estas horas? — preguntó mi hermana al ver que estaba buscando las llaves de uno de los autos que me regaló papá cuando vino.

Después de todo mi herma me cubrió y dije que los golpes solo se trataban de algo sin importancia aunque mis papás insistían que me observara un doctor yo me negué.

— Voy a trabajar con el chico zanahoria — mencioné con sinceridad.

No me gusta mentirle aun cuando nuestra relación no sea la mejor es imposible que mi enojo con ella dure tanto. En parte entiendo lo horrible que debe ser que nuestros padres me den más atención a mí que no soy su verdadero hijo de sangre y an ella la dejen de lado.

— ¿Y desde cuándo Sunno y tú se llevan bien? — pregunto está con un tono molesto.

No nos llevamos nada bien, para nada.

— Es una larga historia, pero me tengo que ir, en la cocina está tu desayuno, la mamá de Sangha tiene el día de hoy libre así que cocine yo y te deje un poco — dije tratando de mejorar el ambiente entre nosotros.

No quiero seguir peleando, pero al parecer ella si quería, solo rodó los ojos y se fue.

***

— Sin hacer esto largo, Changbin él es James y tomará los turnos de Jeongin ¿No hay problema con que lo haga verdad? — le pregunto el chivo zanahoria al hombre que parecía un asesino en serie.

Su mirada me aterra demasiado.

— Mientras trabaje bien no, ahora a trabajar — ordenó el hombre con un tono que me hizo sentir miedo.

Obedecí, Sunno me pasó el uniforme y me cambié para comenzar a trabajar.

— ¿Por qué tenemos que usar esto? Es horrible el uniforme — me queje acomodando el cuello de mi camisa.

Se ve desgastado y la tela no parece de buena calidad ¿Y me da alergia? No estoy acostumbrado a esta ropa tan económica.

— Lo siento su alteza, pero no todos podemos comprar ropa de marca, deja de quejarte y trabaja atiende la mesa 6 y 8 —me ordenó Sunno.

¿Y este quien se cree? Detesto que me manden, pero me trague mi orgullo y lo obedecí porque si me quejó capaz y se niega a ayudarme con Mingyu.

Tengo buena memoria así que no me costó aprender lo que la gente pedía mientras fingía amabilidad a las personas que llegaban, tomaba órdenes se las entregaba a Sunno luego les llevaba las órdenes a las mesas correspondientes para luego limpiar el desastre que dejaba la gente en las mesas.

Una y otra vez lo mismo, sin dudarlo era agotador y ahora entendía a la perfección lo horrible que se sentía que aun cuando eres amable y cortes las personas ni un gracias te dan después de atenderlos.

***

— Vamos — dijo Sunno seguro pidiendo que lo siguiera.

¿A dónde? Habíamos terminado todo el trabajo hace unos minutos y pensé que cada uno regresaría a su casa pero me equivoque.

— Lo hiciste bien hoy, supuse que serías un desastre, pero me atrevería a expresar que incluso lo haces mejor que yo... así que Mingyu me mandó dos entradas para el juego de hoy ¿Quieres venir o tienes algo más interesante? — pregunto Sunno. Sonreí con emoción, claro que me acordaba que Mingyu tenía un juego hoy, de hecho tengo hasta una alarma para recordar los horarios de todos sus juegos, pero... hoy lo vería en vivo no detrás de una pantalla.

— ¡Claro que sí! Vamos por mi auto y... — me interrumpió.

— Vamos en el mío — me corrigió el chico zanahoria antes de señalar su auto.

¿Espera... como una persona como él puede tener un auto tan caro como ese?

— ¿Vendes drogas o eres gigoló? — cuestione con burla a lo que el pelirrojo solo se rio con falsedad.

No parece que tuviera dinero, aunque... no lo había notado previamente, pero su chaqueta roja si se contempla costosa.

— Que gracioso, el auto es de mi novio — explico este abriendo las puertas para que entrara.

Ahora entiendo seguro anda de novio de un viejo, según entendí es doctor porque me curo aquella noche así que... no me esperaba que el chico zanahoria fuera tan inteligente.

— ¿Y cuántos años tiene que 50 años? — me burle mientras me subía al auto.

El chico zanahoria comenzó a manejar para salir del estacionamiento.

— ¿Sabes quién es Park Seonghwa? — Me cuestionó manejando con muy agilidad.

Claro que sé quién es, la mayoría de mis tías se han operado con él es muy conocido por sus operaciones estéticas, las cuales no son broma porque mis tías se ven jóvenes.

— Es el cirujano estético que aún con su corta edad opera mejor que todos los de esta ciudad, claro que sé quién es ¿Acaso quieres que te pague una operación con él? Me saldrá cara porque tendría que operar te de pies a cabeza — me burle.

El chico zanahoria rodó los ojos antes de contestar.

— Que gracioso — señaló con una risa falsa — Pero dejando de chistes malos, Seonghwa es mi novio — dijo Sunno con superioridad.

¿Me estás bromeando?

— ¿Y como alguien como tú consiguió a alguien como él? No me contestes seguro le hiciste un amarre o brujería — lo acusé.

Seguro es eso porque Seonghwa con todo su reconocimiento, éxito y talento no creo que se fijara en este chico zanahoria así sin más.

— No tengo necesidad eso aunque opino que a ti si te tocará usar esas mañas para tener a Mingyu en tus manos — esta vez fue él quien se burló de mí.

Lo miré molesto, claro que no tengo necesidad.

— A diferencia de ti tengo encanto — manifesté con superioridad peinando mi cabello.

Sunno se detuvo en el semáforo y se acercó a mí tanto que sentí vergüenza, me miró de arriba a abajo ante de humedecer sus labios logrando que mis mejillas ardieran.

Este tocó mi rostro y luego bajo hasta mi cuello haciendo que cerrará los ojos con fuerza.

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