Moneda de Cambio

Esa mañana habían desayunado juntos, habían compartido besos y caricias antes que Jungkook llevase a Taehyung hasta su universidad y él tomara camino hasta el bar, habían pasado días en que no se encargaba de su trabajo y necesitaba poner algunos documentos en regla.

Muy a su pesar debía separarse de su novio, que ahora lo tenía el doble de atento hacia él por el bebé que estaba esperando, su hijo.

Cada vez que lo recordaba no podía evitar sonreír, sentir su corazón inflado de orgullo por la familia que formaría en poco tiempo junto a Taehyung, por las emociones que generaba la sola idea de todo lo que vendría por delante.

Si alguien le preguntaba alguna vez cuál fue la ocasión más feliz de su vida, estaba seguro que sería el momento justo en que supo que formaría una familia con su chico, porque sin saberlo, era realmente a lo que quería llegar con el hermoso hombre del que se había enamorado hace tanto.

Sus pensamientos estaban repletos de Taehyung, no lograba pensar en otra cosa y ahora mismo en dónde necesitaba concentrarse, se le hacía difícil quitarlo de su mente.

—¡Jefe! Pensé que ya nos abandonabas por completo — dijo Namjoon una vez que vio a Jungkook ingresar al bar

El pelinegro le sonrió divertido, sin detenerse, caminado directo hasta su oficina siendo seguido por su amigo.

—Tarde o temprano debía hacerme cargo, sabes que soy muy controlador, necesito saber hasta el mínimo detalle de todo lo que me pertenece.

—Está todo en orden, jamás incumpliría mi trabajo — dijo tranquilo.

—Lo sé Nam, confío plenamente en ti— respondió mientras tomaba asiento en su lugar y comenzaba a abrir las carpetas que se encontraban sobre su escritorio.

—¿Cómo está Taehyung?— preguntó — Jin quiere verlo.

—Esta bien, nada de lo que deban preocuparse y por lo demás, hoy asistió a la universidad, podrán verse, acabo de dejarlo ahí.

—Jin estará feliz— sonrió.

—Hermano, lo dices como si lo mantuviera alejado de ustedes — bufó.

—Casi casi, idiota — bromeó antes de ponerse de pie y servirse un vaso de agua.

—¿Has sabido algo de Hyun Bin?

—El hombre desapareció por completo, nadie lo volvió a ver, acá tampoco intentó llegar y por lo que hablé con Beom, no lo ha buscado, creo que las reglas quedaron claras para el.

—Aun así no te confíes, tanto silencio me pone algo inquieto.

—Lo sé, por lo mismo envié a un hombre que está al cuidado de Beomgyu, sin que él lo sepa, si Byn aparece lo primero que hará será ir a reclamar al que cree de su pertenencia y es más fácil asegurarnos de que no logre lastimar al chico.

—Está bien, me parece correcto— respondió sin apartar su vista de los documentos.

—Hay una mujer mayor, ha estado viniendo, solo llega a la entrada, los guardias no le permiten el paso, ella insiste en que tiene que hablar contigo, que es familia.

—¿Cual es su nombre?— pregunto teniendo una mínima idea de que se trataba — No tengo más familia que Jimin, lo sabes.

—Lidia, si no me equivoco.

Jungkook apretó su mandíbula, el solo hecho de saber que esa mujer no los dejaría en paz y que eso podría hacer que Taehyung pasara un mal rato lo hacía enfurecer.

Aún cuando su chico le pidió no darle dinero ni hacer un trato con esa mujer, también tenía claro que tal vez sería la única forma de hacer que desapareciera de sus vidas.

Estaba la opción de enviar a algunos de sus hombres a hacerle una visita, pero no la lastimaría, aún siendo un dolor en el trasero, seguía siendo la madre de su novio y la insistente mujer debería dar gracias al cielo por qué así sea, de lo contrario no tendría ningún tipo de contemplación.

—Si viene  una próxima vez, le darás mi número, si estoy aquí la recibiré — respondió molesto.

—¿Quien es?

Jungkook levantó su mirada y observó seriamente a su amigo por unos segundos.

—La madre de Tae.

—¿Su madre? Pero hasta donde sé ellos no mantienen relación.

— No la tienen, ella lo está buscando para pedir dinero, lo que no entiendo es como supo de mi.

—Eso es extraño.

—Está claro que estuvo haciendo investigaciones, no se cansará hasta que logré sacar algún provecho de su hijo.

Jungkook se mantuvo en silencio por unos segundos, terminando de leer aquellos documentos mientras su mente divagaba en las palabras de Namjoon.

—Tae no quiere que le dé dinero, Pero siento que es la única manera en que lograré alejarla— reconoció — le haré firmar un acuerdo, no podrá volver a contactar a Taehyung, pero tengo claro que solo lo firmará su hay dinero de por medio.

—Tu chico se molestará.

—Es un hecho, pero no haré nada a sus espaldas, por la tarde hablaré con él y le diré lo que tengo planeado, lo haré de igual forma, solo quiero que esté al tanto, que no se sienta traicionado o pasado a llevar, el sabe que es lo más importante en mi vida— dijo antes de dejar su firma en uno de los papeles.

—Tienes razón, si no estás ocultando no hay engaño en tus acciones, se molestará, eso es claro, pero con el tiempo puede entender que cada cosa que haces, es por protegerlo.

Jungkook asintió hacia su amigo y continuó con su labor, esperando terminar lo más pronto posible, y tener tiempo libre cuando su chico saliera de la universidad para ir por el.

Cosa que se veía bastante difícil con la pila de papeles que aún se encontraban frente a el y que no podía seguir descuidando.

—Me alegra mucho que vinieras — dijo Jin abrazando a su amigo, al que recién podía ver a la hora de almuerzo, ya que las clases anteriores no habían coincidido.

—Me ha costado mucho llegar hasta aquí, no dejaría mis estudios por nada del mundo, aún cuando mi barriga esté grande y a penas pueda moverme con facilidad, seguiré cumpliendo con mis obligaciones — devolvió el abrazo con cariño antes de separarse.

—Me sorprende que don controlador no haya pedido que estudies en línea…

—El me entiende, creo que sabe perfectamente que es lo que me gustaría o me haría sentir más cómodo, por lo mismo creo que no tuvo ni siquiera la intención de sugerir aquella locura.

—Tan enamorado Taecito — hablo burlón — me alegra verte así, mereces alguien que te cuide, te respete y te ame como es debido— reconoció — no me gusta mucho los antecedentes de tu galán, pero no interferiré, no tengo la moral para hacerlo, también estoy en ese mundillo.

Taehyung sonrió hacia su amigo.

—Es bueno, es sincero, me quiere, y eso es más que suficiente para hacer que yo lo ame con todo mi corazón — dijo sonriente.

Luego de unas pláticas y terminar de comer su almuerzo, cada uno volvió a tomar rumbos distintos hacia sus respectivas clases, acordando hablar más tarde para coordinar una salida de amigos, necesitaban ese espacio único, solo para ellos dos, para hablar.

La clase para Taehyung había transcurrido tranquilamente, tomó apuntes, opinó en clases y fue un día bastante normal a su parecer, ahora mismo solo podía pensar en salir de la universidad e ir a su casa, el hogar que compartía ahora con su pelinegro novio, cocinar algo para el y esperar que este llegara de su trabajo, un plan bastante hogareño.

Había recibido un mensaje unos minutos atrás de Jungkook disculpándose por no poder recogerlo a la salida, y prometiendo compensarlo por la noche, cuando al fin pudiera terminar sus labores y volver junto a él.

Para Taehyung no había mayor problema en llegar solo a la casa, estaba acostumbrado a valerse por si mismo, aunque cuando Jungkook estaba cerca, se sentía muy dependiente de su novio, el mayor le hacía tener esa sensación de que no debía preocuparse de nada, el se encargaría de cada cosa que tuviera que ver con su bienestar, y para Taehyung era perfecto, le gustaba sentirse mimado y protegido por su hombre.

Aunque en estas ocasiones, que sabía que se repetirían a menudo, no sería un inconveniente para el ser la persona independiente que había sido hasta conocer a su pelinegro.

Caminó hasta la parada de autobús mientras se ponía sus audífonos y buscaba en su lista de reproducción alguna canción para armonizar su viaje.

No alcanzó siquiera a presionar la tecla para iniciar cuando sintió unos golpecitos en su hombro, por lo que sin dudar se giró, enfrentando a la persona que lo había tocado y una vez lo tuvo ante sus ojos, su respiración pareció cortarse.

Sabía perfectamente de quién se trataba y por el semblante de aquel hombre estaba seguro que estaba lo suficientemente cabreado para hacer alguna locura.

—¿Sabes quién soy, encanto?

El apodo solo le había causado náuseas, le gustaban solo si venían de Jungkook, él era el único que podía llamarlo de esa forma.

—Mi nombre no es encanto, y claro que sé quién eres— intentó sonar firme — no deberías estar aquí, si Jungkook se entera estás muerto— dijo seguro.

La risa del hombre lo descolocó  un poco, realmente parecía que la situación le divertía, el sonido era lo suficientemente tétrico para dar a entender que no estaba bien, una persona por completo inestable emocionalmente.

—Ni siquiera está aquí, no tiene por qué saber que me acerque a su pequeña joya y puse mis manos en ella— hablo serio— aunque más tarde se enterará eventualmente, ahora mismo, no hay de que preocuparse.

El lugar se encontraba inusualmente desierto, nadie a su alrededor, solo algún que otro automóvil que pasaba a gran velocidad, siendo inútil para él pedir su ayuda si el nombre intentaba algo.

—Deberías irte, no tienes nada que hacer aquí.

—En eso te equivocas, Taehyung — casi escupió su nombre— tú Dom tiene algo que me pertenece, me está prohibiendo acercarme a el y tú eres perfecto para negociar el cambio de sus decisiones.

Instintivamente el menor dió un paso atrás, intentando alejarse de aquel hombre pero fallando en el intento cuando lo sostuvo desde el brazo.

—¡Sueltame!

—Te lo dije, te necesito para negociar la devolución de mis pertenencias— hablaba casi burlesco

—Beom no te pertenece, maldito loco— lo enfrentó sin miedo.

— Ese muchachito es mío, me importa una mierda si el idiota de Jeon cree que no es así, me llevaré a su sumiso en su lugar, no tendrá más remedio que devolverme a mi juguete — aseguró jalando el brazo de Taehyung y casi arrastrándolo al automovil que tenía estacionado unos metros más allá.

Taehyung forcejeo con él pero la diferencia de fuerzas era bastante notoria y sin el mayor esfuerzo aquel hombre lo tenía a punto de lanzarlo dentro del automóvil sin ninguna dificultad.

Estaba perdido.

No sabía realmente de lo que era capaz el loco que ahora mismo  pensaba tratarlo como una moneda de cambio.

Por primera vez se sintió asustado, entonces hizo lo que creyó seria lo mejor.

Una vez su frágil cuerpo fue arrojado dentro, y viendo al hombre caminar hasta el otro lado para subirse en el lugar del piloto, desbloqueo rápidamente su celular y presionó la tecla llamar, esperando que Jungkook entendiera de inmediato lo que sucedía.

El pelinegro contesto a los breves segundos cuando vio el nombre en su pantalla.

—¿Que pasa bebe?— pregunto tranquilo.

No recibió alguna respuesta pero las palabras y sonidos que podía escuchar eran más que suficientes para saber que Taehyung estaba en problemas.

—¿Dónde me llevas?

A mi casa, vamos a divertirnos antes de enviar un regalo a tu dueño.

—El no es mi dueño, es mi novio y te aseguro que estás muerto cuando el te encuentre.

El pelinegro escuchaba atento, había reconocido esa voz y ahora se encontraba saliendo del bar sin colgar la llamada, mientras Namjoon lo seguía, confundido por la urgencia que tenía en ese momento su amigo.

Silenció el teléfono para que su voz no se escuchara del otro lado y no poner en peligro a Taehyung de alguna forma y sin pensarlo subió a su auto, viendo como su amigo subía junto a él sin hacer preguntas.

—Dime donde vive Byn— le dijo  demandante.

Namjoon sin hacerlo esperar le dió la dirección.

—¿Qué pasa?

—Tiene a Taehyung — respondió poniendo el altavoz y guardando silencio para escuchar.

—¿Te crees muy listo, maldito juguete?

—No soy un juguete, idiota y ya verás que el peor error que podías haber cometido es lo que estás haciendo ahora.

— Voy a callar esa estúpida boca, te haré sentir tanto dolor que vas a desear haberte mantenido en silencio, respetando a tus superiores— amenazó.

Jungkook apretó el volante con sus manos y aceleró su automóvil, estaba dispuesto a acabar con la vida de esa rata miserable que se había atrevido a amenazar y a llevarse a su novio, le haría sentir el verdadero terror cuando el dios del infierno lo tuviera en sus garras y no le diera otra salida más que suplicar por su vida.

—Espero que traigas tu arma, Nam, vamos a jugar unos momentos con un infeliz que cree que puede desafiarme y lastimar lo que más amo.

Gracias por la espera.

🌸ErLith_🌸

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top