Epílogo
Química Orgánica era pasable pero ¿Química Inorgánica? Mis calificaciones comprueban que la falta de un tutor causaba estragos. En definitiva tendría que poner más esfuerzo y, para colmo, esta noche tendría que ir a cenar a casa.
Dos viernes al mes, mis hermanos y yo teníamos que ir con nuestros padres y prácticamente dar un reporte de lo que hicimos durante el tiempo que no nos vimos. No estarán muy felices cuando les diga que tengo un seis y que para el próximo examen no tengo muchas esperanzas tampoco.
Resignada a que hiciera lo que hiciera no cambiaría nada, dejé el libro a un lado. Un golpe en la puerta me alertó de la presencia de alguien así que me levanté y abrí.
—¿Por qué demonios aun no estás lista? —espetó Samantha entrando en la habitación. Casi escaneó cada detalle del mismo antes de volver su enojado rostro hacia mí— ¿Sabes si quiera qué vas a usar?
—A ver, búscame un mapa porque me perdí... —cerré la puerta y apoyé mi espalda en ella— ¿De qué hablas?
—La fiesta que dará Taylor en —miró el reloj de su celular— media hora. ¿Dónde está tu cabeza?
—Hizo combustión —me reí de mi propio chiste—. ¿Lo entiendes? Por estudiar Química –—Sam me dedicó una mirada reprobatoria así que resoplé y pasé una mano por mi cabello—. Lo siento, esta noche toca ir a reportarse en casa así que no podré ir.
—Estás de broma, ¿cierto? —incredulidad en su voz. Sus ojos se agrandaron cuando sacudí la cabeza— ¡Dawson Armstrong estará ahí!
Como si no lo supiera ya. Era una de las razones por las que había estado tan ansiosa de ir a aquella fiesta hasta que recordé la cena. Debido a que eran pocas las noches las que veía a mis padres, estaba estrictamente prohibido cancelarlas.
El pelinegro era un muchacho de último año estudiante de economía. Sabía que él no tenía idea alguna de mi existencia y el aire misterioso a su alrededor era casi una barrera para que las personas no se atrevieran a atravesar. Sin embargo, Taylor era uno de los pocos que había podido hacer amistad con él y, desde entonces, Sam se había encargado de que fuese mi puente para intentar acercarme a él.
—Tendrás que vigilarlo tú. Asegúrate de que Nina no esté a menos de dos metros de él.
Sam levantó la mano en señal de promesa. Suspiró resignada antes de levantarse.
—No te preocupes, seguramente será aburrida —pronosticó con una voz tan seria que cualquiera lo hubiera creído de no ser porque ambas sabíamos que no sería así.
Dejé los ojos en blanco. —Anda ya y asegúrate de que Nina y Dawson no terminen casados con seis hijos, un perro y una bonita casa en los suburbios.
—¿Habré logrado mi cometido si solo tienen tres? —sonrió haciéndose la inocente. La fulminé con la mirada así que ella levantó ambas manos en señal de rendición— Está bien, está bien. Prometo utilizar todos mis métodos para hacer que esos dos no crucen ni miradas.
Salió de la habitación dejándome algo molesta por tener tan mala suerte. De todas las fechas que Taylor podía haber escogido para hacer una fiesta, tenía que ser precisamente hoy.
Bufé con frustración pero ya era hora de alistarme. Kaidan me llamaría en cualquier momento para que bajara y sabía lo obstinado que era mi hermano con la puntualidad, cosa que heredó de nuestro padre.
Cuando bajé las escaleras, ya los gemelos se encontraban en la entrada de la residencia. Kaidan no se hizo esperar para regañarme aunque había hecho lo posible para solo atrasarme tres minutos. Sin embargo, era imposible pensar que todo acabaría ahí. Cuando atravesé la puerta recordé que no llevaba mi bolso, lo que quería decir que mi celular, llaves y dinero aun se encontraban en mi habitación.
—Volveré de inmediato —avisé a Kaidan girándome para correr de nuevo al interior.
—¡Tara Dobbson, juro que te dejaremos si no estás aquí en...! —no escuché el resto, ya había cerrado la puerta.
Sabía que Kaidan era de los que amenazaban y no cumplían pero también que era de los que no olvidaban y seguramente estaría quejándose todo el camino a casa sobre lo irresponsable que era por no poner siquiera una alarma de aviso.
De todas formas, no había nada que hacer más que correr lo más rápido posible.
Y definitivamente ver por dónde iba también debió ser indispensable porque ni siquiera vi venir lo que se interpuso en mi camino hasta que fue lo suficientemente tarde como para caer sobre mi trasero y que éste se llevara un buen golpe.
—Discúlpame, ¿Estás bien? —al parecer había sido una persona la que me interceptó, a menos que los objetos hablaran.
Con su ayuda, me levanté y limpié mis pantalones. —Auch, ¿se puede fracturar el trasero? —hice un intento de mirarlo mientras sobaba el área afectada. En definitiva eso dejaría al menos un moretón.
—Espero que no, sería una lástima.
Por tal comentario me digné a mirar al sujeto cuyo rostro fue el último en pasar por mi lista de posibilidades.
¿Cómo había terminado sobando mi culo frente a Dawson Armstrong?
¿Por qué rayos seguía haciéndolo?
Rápidamente junté mis manos en un intento deliberado de hacer que olvidara la patética escena que acaba de presenciar.
Cuando imaginé que mi momento para ir por el moreno llegara, pensé que estaría con un vestido, sería sofisticada y refinada; no con un par de vaqueros, botas y un suéter nada favorecedor, agregando lo que acaba de ocurrir.
—¿Irás a la fiesta de Taylor? —preguntó cuando el silencio se prolongó demasiado.
«Otro punto de estupidez para Tara, señores»
—Ah... no puedo —respondí señalando el lugar del que había venido—. Mis hermanos me están esperando afuera porque tenemos que cenar con nuestros padres.
El asintió en señal de entendimiento.
—Bueno, supongo que te veré luego —se despidió antes de comenzar a caminar por donde iba.
—Dawson... —lo llamé casi sin pensar.
Había tardado mucho en pedirle salir buscando siempre el momento adecuado o con la estúpida fantasía de que él lo haría primero. Pero ¿Por qué seguir esperando? No era la cita, solo era pedirle una. Llené de aire mis pulmones y me armé de valor para finalmente hacerlo.
—Yo quería...
—¡Dawson, cariño!
Una cabellera negra fue todo lo que vi antes de que el rostro de Dawson fuera opacado. La morena besó los labios del chico y éste sonrió embobado. Nunca lo vi así antes y esperaba que cuando lo hiciera, fuera yo la causante.
—Oh, hola Tara —saludó.
—Hola Ella.
—¿Nos vamos ya? —le preguntó a Dawson mientras tomaba su brazo.
—Sí, claro —asintió antes de mirarme—. ¿Nos vemos luego?
Asentí, fue todo lo que pude hacer ya que la morena comenzó a arrastrarlo en dirección contraria.
Era claro que la mala suerte me perseguía, era la primera vez en mi vida que sería yo quién invitara al chico a salir porque sabía cómo era Dawson. Pero ahora sabía que eso no tenía que ver.
Cuando está destinado a ser, sucede, y cuando no, no importa lo que hagas.
Suspiré y continué con mi camino.
Cuando desperté, lo primero que hice fue pellizcarme. Aquel sueño había sido tan real que me costó regresar al presente y darme cuenta que solo era una escena que mi subconsciente creó.
Pero aquel sueño me había hecho ver algo. Cuando tomas una decisión entre dos opciones, puedes imaginar infinitos "tal vez" pero nunca tendrás la certeza de qué hubiera ocurrido de haber hecho esa elección.
El sueño que tuve había sido una opción. Puede que la historia entre Dawson y yo hubiese comenzado diferente pero eso no aseguraba un final distinto. En el sueño, aun cuando demostraba una vida normal como una estudiante universitaria que se enamora de un chico mayor; sin armas, luchas ni misiones de por medio, el final fue el mismo. Dawson y yo separados por otras razones. En este caso, por Ella.
Tal vez seamos nosotros mismos los que escribimos nuestro destino y dejar las decisiones al azar solos sea un error por miedo a elegir mal.
El sonido de mi celular me sacó de mis pensamientos. Lo tomé y miré el nombre reflejado en la pantalla.
Dawson.
Sonreí como idiota. Aun cuando él lo había estado haciendo durante los últimos tres meses desde que se fue, mi reacción seguía siendo la misma.
—Justo estaba pensando en ti —fue lo que dije al responder.
—Entonces creo que estamos conectados.
Tal vez lo estábamos. Y también era posible que esa llamada fuera una señal para comenzar a crear mi propio destino.
______________________________
Bien. Finalmente aquí está el epílogo. Si, sé que me atrase un día pero mi excusa es que aun no había terminado el nuevo booktrailer y quería traerselos para que lo vieran y me dijeran qué opinaban con respecto al anterior pero hace falta hacer arreglos así que después se los dejo.
No saben lo mucho que me emocionó al leer los comentarios del capítulo final porque me hizo saber que les gustó que fuera diferente y vi que muchas me dijeron que querían que terminaran juntos pero no es así como estaba destinado. Al menos no concretamente, aquí en el epílogo dejó una especie de final abierto. Ustedes deciden si imaginarse que Tara fue a buscar a Dawson o si de plano ya dicen que pase la página.
Nuevamente muchas gracias por la aceptación de la historia, es lo que me inspira a escribir y es por eso que les pido que se pasen por mis dos nuevos proyectos "El no en el si" y "Desde el principio... otra vez" son categorias completamente opuestas a Hidden pero quizás les guste.
El epílogo de esta historia va dedicado a Niamania porque sin ella ni siquiera la hubiese publicado aquí en Wattpad. Como dije en mi perfil, pocas veces termino una historia por lo que no quería subirla hasta que no estuviese terminada pero ella me animó y ha estado siguiendo cada capítulo desde entonces.
Muchas gracias por haber seguido la historia durante todo este tiempo.
Espero que les guste el epílogo y me digan su opinión sobre el nuevo booktrailer que se los dejaré en el multimedia.
Saludos <4
LoverBooksGirl
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top