Capítulo 27: Ocultos
No me sentía ubicada ni en el tiempo ni en el espacio. Parecía que de una forma u otra había caído en el agujero de Alicia y en algún momento saltaría un conejo blanco diciendo que se le hacía tarde. En este caso, lo único que necesitaba era que tuviera el mismo final y terminara despertando.
Pero la vida real no es un cuento ni los cuentos son reales.
Volví a mirar la pantalla del celular por décima vez preguntándome cómo era posible que en un periodo de quince minutos, todo un edificio se hubiera incendiado.
Porque eso era lo que había pasado. Mientras nos acercábamos podía ver el humo filtrarse en el aire y a medida que llegábamos a la base nos dimos cuenta que era el causante. Todo el edificio ardía en llamas. Las autoridades llegaron poco después de nosotros. Afortunadamente, todos habían podido salir del edificio, gracias a Kyle que había hecho caso omiso del intercambio de turno con Roth y decidió ir a ver a Greg notando en el acto su fuga y el principio de un incendio que casi resumiría la planta en cenizas.
No podía evitar revivir lo que ocurrió en Canadá. Casi era el mismo escenario solo que esta vez nuestro mentor no había terminado muerto y pronto descubrí el gran alivio que sentía por eso.
Algunas de las personas en salir de últimas salieron heridas pero con daños leves. La ambulancia llegó mientras los bomberos apagaban el fuego y se encargó de ellos.
No había visto a Kyle desde que escuché que había sido el héroe de la escena pero en cuanto lo vi siendo atendido en una de las ambulancias, corrí en su dirección.
—¡Por Dios, Kyle! Nunca había estado tan asustada —lo rodeé con mis brazos en cuanto el paramédico se alejó de él. Kyle respondió dando pequeños golpecitos para calmarme en mi espalda—. ¿Qué sucedió con tu mano? —pregunté mirando la venda que la rodeaba.
—Soy un héroe, Tara. No podía salir ileso —bromeó encogiéndose de hombros. Sacudí la cabeza pero volví a abrazarlo.
—Héroe o no, no quiero que salgas herido —murmuré contra su hombro.
—No puedo prometerte nada —me separé para fulminarlo con la mirada pero él me ignoró—. Fueron ellos, Tara.
—Claro que fueron ellos —afirmé con tal decisión que él me miró asombrado.
—¿Qué sabes tú que yo no?
—Sé cuál fue la ayuda interna —él me miró sin entender—. A ver, dime ¿Quién falta aquí?
Kyle miró a su alrededor antes de volver a mirarme sin entender el punto.
—Piensa un poco, sacaste a todos del edificio menos a alguien.
—¿Aun hay alguien en el edificio? —casi gritó, alarmado.
—Estoy bastante segura que salió mucho antes, dejándoles este problema a ustedes.
—Habla claro, Tara.
—¿Dónde está Nina? —acoté señalando nuestro alrededor para que la buscara entre la multitud.
—No puedes estar hablando en serio, puede ser que aun no haya llegado...
—¡Te juro que no puedo creer que todos sean tan ciegos con ella! —el tacto se había esfumado. Todo el mundo parecía reacio a creer que la fabulosa instructora fuera una traidora— Nina estaba con Greg cuando Dawson llegó a comenzar su turno para vigilarlo.
—¿Qué? —estaba perplejo. Comenzaba a plantearme la teoría de que tal vez una bofetada sirviera como incentivo— ¿Estás segura?
—Completamente —tomé aire tratando de calmarme, estaba exasperada—. Escucha, Roth, Dawson y yo descubrimos algunas cosas que, al menos a mí, me hacen estar segura de que Nina fue quien ayudó a Greg a escapar. No te extrañes tanto, Roger hizo lo mismo —le recordé el episodio en Canadá. ¿Tendríamos uno en cada sede?
—Necesitas contarme todo lo que sabes.
—Lo haré, solo... —me detuve a media oración. Entre las personas que rodeaban la cuerda que les impedía acercarse al edificio, divisé una cabellera roja en la primera fila la cual desapareció en un abrir y cerrar de ojos. Tal vez era paranoia pero algo me decía que existía la posibilidad de que se quedase a comprobar que su trabajo estuviese hecho.
—¿Qué sucede? —Kyle miró en la misma dirección en la que yo lo hacía. Al parecer observó lo mismo— ¿Es ella?
—No se pero lo voy a averiguar —él tomó mi mano antes de poder moverme.
—No vayas tu sola, ¿estás loca?
—Voy a seguirla. Ve con Dawson y Roth. Los llamaré si logro alcanzarla —intenté moverme de nuevo pero él no me soltó.
—Ya hemos pasado por esto y no termina bien.
—Si seguimos hablando, voy a perderla completamente de vista. Voy a llamarte. Ve con Roth y Dawson.
Me solté antes de que tuviera tiempo de poner otra excusa y corrí hacia la multitud ahora controlada por un grupo de policías locales.
Aumenté la velocidad lo máximo posible corriendo en la única dirección que pudo haber seguido teniendo tanta gente a su alrededor. No podía darse el lujo de levantar sospecha así que debía mantener un perfil bajo por lo que pronto pude divisarla acelerando el paso con cada persona que pasaba.
Traté de mantenerle el paso y acelerar un poco para alcanzarla. El problema era que con menos personas, los ruidos de mis pasos cada vez eran más fuertes y pronto notó que era seguida lo que la hizo dejar de lado su bajo perfil para comenzar a correr.
No tenía el don de superhéroe en la sangre como Kyle así que presioné la marcación rápida con el número de Dawson el cual atendió en el primer tono pero no lo dejé hablar.
—Tengo a Nina en la mira, atravesará el parque.
Colgué sin esperar respuesta y esta vez mis pies no tuvieron reparo en seguirla. Era la segunda persecución en la misma zona pues hacía poco tiempo que había estado en la misma vía corriendo detrás de Holder quien seguramente también había escapado por ella.
Mientras corría detrás de ella supe que si seguía persiguiéndola, solo correría en círculos esperando perderme. Nunca iría al lugar en el que se reunirían conmigo pisándole los talones así que tuve que arriesgarme a disminuir el paso. Pronto me encontré tropezando con una persona a la cual le pedí disculpas y, aunque la observé cruzar a la izquierda, simplemente fingí que la había perdido de vista.
Volví a sacar el teléfono para llamar a Dawson.
—Va por el mismo camino que siguió Holder. Pregúntale a Roth —agregué ya que había sido el único en la persecución—. Finjan que van en dirección contraria sin verla.
—¿Cómo vamos a atraparla?
—No lo haremos. Necesito que me digan hacia donde se dirige y yo voy a alcanzarla. No irá con los demás si sabe que estamos detrás de ella así que tenemos que pretender que nos perdió de vista.
—Te llamaré en cuanto la tenga.
Volví a guardar el teléfono. Tomé el atajo detrás de unos cuantos locales que se dirigía a la carretera en la que debía permanecer hasta tener noticias de Dawson.
Si Nina había ido caminando era porque el lugar no quedaba tan lejos de allí. Entonces me pregunté si estarían ocultos en un lugar subterráneo como lo habían estado en Canadá. Tenía que serlo o no se arriesgarían a estar tan cerca.
Pasaron diez minutos, tiempo que me toma para salir del atajo y detenerme al comienzo de la carretera. El móvil en mi bolsillo comenzó a vibrar así que atendí en el primer intento.
—Tenemos problemas —escuché la voz de Kyle. Seguramente se ocupaba del teléfono mientras Dawson conducía—. Nina acaba de entrar en un vehículo.
—Maldición —bufé. Mi deducción había sido errada—. Estoy en el borde de la carretera, necesito que pasen por mí.
—Vamos para allá.
No debían estar muy lejos pues a los pocos minutos divisé la camioneta que manejaba Dawson. Roth se encontraba de copiloto así que tuve que subir al asiento trasero con Kyle.
—¿A dónde vamos? —preguntó Dawson con el motor en marcha pero sin moverse.
—Continúa hasta el término de la carretera. No pueden tomar otra ruta.
Él asintió antes de pisar el acelerador.
Por toda la carretera no había más que árboles o una absoluta nada. El auto en el que se había ido Nina debía mantenerse por esa vía por algunos kilómetros más pero no estaba segura si podríamos alcanzarlo antes de que pudiera tomar un desvío.
—¿Tienen idea de quién conducía el vehículo? —pregunté poniendo atención en nuestro alrededor esperando visualizar nuestro objetivo.
—No...
—Roger —respondió Kyle interrumpiendo a Roth. Ambos nos giramos para verlo.
—¿Roger? —repetí— ¿Estás seguro?
—Lo logré ver cuando Nina subió al auto. Esos dos son el uno para el otro.
Noté amargura en sus palabras y me pregunté si la pelirroja había calado más hondo de lo que pensaba en mi hermano. Solo esperaba que no fuera algo serio, ni podía dejar que se pusiera sentimental si teníamos que atraparla.
A pesar de que permanecimos en un silencio sepulcral durante todo el camino, no había nada fuera de lugar. El desvió llegó, decepcionándonos. Si no habíamos visto el auto en el que iba Nina ya no teníamos oportunidad alguna. ¿Habían seguido derecho o se habían desviado?
—¿Qué hacemos ahora? —la frustración de Roth era la misma que la mía. Dawson detuvo el auto esperando las próximas indicaciones.
—Piensen. ¿Hacia dónde lleva el desvío?
—El bosque. Deberíamos ir por ahí, ¿no? —sugirió Dawson señalando el lugar donde la carretera se dividía.
—Creo que es justo lo contrario —miré a Kyle con aprobación. Al parecer tenía la misma idea que yo—. En Canadá estuvieron en un lugar abandonado pero su alrededor era algo expuesto. Lo que pasa es que ellos se escondían en un lugar subterráneo —explicó al ver que el moreno no entendía.
—Es cierto. Pero tengamos en cuenta que el lugar resultó ser solo para alojamiento —razoné recordando donde nos habían mantenido secuestrados.
—Bien, entonces creo que tendremos que ir por los dos —los tres lo miramos sin entender—. Hay que dividirnos.
—Solo tenemos un auto.
—Y lo necesitarán para ir por el desvío. Los locales están cerca así que solo caminaremos unos cuantos kilómetros más. El que encuentre algo primero avisa al otro —se movió sin darnos oportunidad a responder y abrió la puerta del auto para bajarse—. Baja, Tara.
—No pienso que debas ir tu, tu mano...
—Sí, mi mano. No mi pie o pierna así que estoy perfectamente bien —cerró la puerta después de que estuviera fuera del auto y se acercó a la de Roth—. Ustedes dos continúen por allá —señaló el desvío—, si hay algo, no creo que esté muy lejos.
Con eso se separó del auto llevándome con él. Esperamos unos cuantos segundos antes de que Dawson me diera una mirada de preocupación pero finalmente puso el auto en marcha y desaparecieron.
Kyle comenzó la marcha sin decir palabra así que tuve que apresurarme por alcanzarlo. Sabía que era una buena idea dividirnos pero me causaba ansiedad lo que pudiéramos encontrar. Especialmente sabiendo que mi hermano no estaba al cien por ciento y ellos tenían todos sus miembros.
Como había predicho, la población no estaba muy lejos. Los transeúntes casi te golpeaban al pasar. Las tiendas estaban abarrotadas de personas saliendo y entrando de las mismas. Me parecía una locura pensar que podrían estar cerca de ese lugar.
—Quizás deberíamos regresar —propuse apartándome justo a tiempo cuando una motocicleta pasó a mi lado—. ¡Ten cuidado idiota!
—Shhh —me calló mi hermano—. No tenemos tiempo para ponernos en una pelea callejera. Solo mantente concentrada.
—¿En qué? ¿Has visto esto? ¿Dime qué lugar de aquí da una remota idea de poder ser donde se oculten? —casi grité exasperada. Todo lo que hacíamos me parecía una pérdida de tiempo.
—Ninguno de Canadá lo parecía y de no ser porque seguiste a ese hombre tampoco lo hubiéramos averiguado —se detuvo para enfrentarme. Al parecer también había llegado a su límite.
—¿Lo ves? ¿Qué propones? ¿Perseguir indigentes?
—¡Pues tu tampoco estás aportando nada así que no entiendo de qué te quejas!
Resoplé. Me sentía igual de impotente porque era cierto. Ahora sentía que había cometido una estupidez en dejar de seguir a Nina pero lo cierto era que si no lo hacía, tal vez seguiría corriendo detrás de ella hasta que alguna de las dos se cansara. No me llevaría al lugar en el que se escondían.
Sabía que era un arma de doble filo y que las posibilidades de perder o ganar eran las mismas pero eso no me hacía sentirme mejor.
—Bien... solo... calmémonos —tomé una gran bocanada de aire. Kyle pasó las manos por su cabello con frustración pero también trato de tranquilizarse—. Pensemos, ¿qué diferencias hay con Canadá?
—¡Ninguna! —estalló pero se mordió el labio para contenerse. Se mantuvo en silencio por unos segundos pero luego su rostro cambió— ¿Este lugar no te parece un poco más transcurrido?
—¿De qué hablas?
—Aquí las personas casi te arrollan —señaló el lugar por donde había desaparecido el hombre de la motocicleta—. Es un lugar muy público.
—¿Entonces...?
—Que un lugar abandonado llamaría mucho la atención, ¿no crees?
—De acuerdo. Pero si se ocultan en un lugar a la vista ¿Cómo sabremos cual es?
Kyle volvió a dar un vistazo por las tiendas, casas y departamentos. Todos parecían modernos, ninguno podía haber existido antes de los 90 así que parecía que todos los lugares estaban ocupados. Habitados por personas normales, no terroristas exiliados.
—Estuve aquí una vez —recordó el pelinegro—. Fue hace meses pero los chicos quisieron venir aquí por el bar que está a unas cuadras.
—No creo que una salida de universitarios ayude, Kyle.
—No es eso, estoy tratando de recordar algo que dijo Kaidan —cerró los ojos en un intento de revivir la escena en su cabeza así que esperé. No era que tuviera otra opción—. La calle donde se encuentra el bar no es muy segura así que tuvimos que caminar. Kaidan le indicó a Charlie que dejara el auto cerca de un complejo de edificios.
—Sigo sin ver el punto.
—Cuando pasamos por ahí, Heath, otro de los chicos, comentó sobre la alineación de los edificios. Estaban en forma horizontal, uno al lado de otro —comenzó a caminar así que lo seguí. Se movía por los recuerdos y esperaba que saliera algo bueno de eso—. Era como si ocultaran algo.
—Kaidan dijo que había escuchado que los edificios habían sido construidos por un hombre que murió antes de terminar el trabajo. Dos de los cinco quedaron sin terminar pero utilizan el espacio como ampliación de los otros tres —sus ojos se abrieron de par en par—. ¡Maldición, están ahí! —comenzó a correr. Tuve que hace acopio de mis habilidades para seguirle el ritmo ya que parecía en trance.
—¿Cómo lo sabes?
—El estacionamiento lo utilizan pero el edificio no ha sido tocado. No sé si será algo subterráneo como en Canadá pero es en alguno de esos dos edificios... o en los dos.
Esperaba que lo fuera. Era nuestra única opción además de esperar que Dawson y Roth encontraran algo pero no estaba segura que poner mis esperanzas en eso fuera algo realista. Un bosque no encajaba con el perfil de ellos aunque nos habían dado tantas sorpresas que el hecho de que un mono nos recibiera en la entrada no sería relevante.
Los edificios estaban ubicados en el centro. Era el lugar más visible y posiblemente por eso habían escogido el lugar para que se alojaran personas en departamentos en alquiler o venta.
El amigo de Kyle había tenido razón cuando acotó que los edificios tenían una alineación un tanto extraña. Incluso podía decirse que los primeros tres edificios ocultaban a los otros dos y para muchas personas eso solo sería una forma de no dejar a la vista los únicos departamentos que no eran habitables. Además, no era como si estuviesen buscando un grupo de terroristas clandestinos en concreto.
—Sé que tienes complejos de superhéroe y todo lo que quieras pero es mejor traer refuerzos —me detuve cerca de la entrada y obligué a que él también lo hiciera—. Hablo en serio, esto es más grande que nosotros.
—Llámalos, entonces.
Así lo hice. Di todas las indicaciones posibles y les dije que trajeran refuerzos aunque probablemente tardaran en llegar. Tal vez era estúpido porque posiblemente ni siquiera fuera el lugar pero ya habíamos caído una vez, con Gideon muerto y varios alumnos secuestrados, la cosa no había terminado bien.
Kyle solo esperó que presionara el botón rojo para correr al interior del edificio y solo esperaba que sus complejos de héroe no lo terminaran hiriendo de gravedad o incluso asesinándolo.
Como el lugar anterior, el edificio era solitario pero al contrario que el de Canadá, estaba en buen estado. Como si quisieran mantenerlo en óptimas condiciones únicamente para una fachada.
Ambos sabíamos que si el lugar iba hacia abajo teníamos que buscar una puerta por donde entrar. Estaba desorientada y estaba segura de que Kyle también porque solo daba vueltas en círculos sin obtener nada. ¿Por cuál lugar siquiera debíamos empezar? Quizás lo mejor era esperar a que llegaran los demás y que abarcáramos más terreno. Quizás...
El sonido de una puerta al abrirse nos hizo detenernos en seco.
La recepción era terreno completamente vacío hasta ir a los elevadores por lo que ver a Nina salir de puerta detrás del mostrador nos tomó por sorpresa. No parecía ser más grande que un armario de escobas pero para ese tiempo ya debíamos imaginarnos lo improbable.
—¿Sorprendidos? —su voz pastosa y calmada me daban aun más ganas de querer golpearla. Tal vez tuviera una oportunidad...
—No estoy segura que debamos ser nosotros los que lo estén... —di un paso al frente, claro signo de que no sentía temor.
—Claro, ¿de verdad piensas que me trague el que me perdieras de vista?
No respondí. Claro que lo había creído o no había cometido semejante estupidez pero claramente el entrenamiento de ambas había sido el mismo así que debíamos pensar igual.
—Es todo, Nina —esta vez habló Kyle—. Los demás están por venir.
—Ya lo sé —se encogió de hombros. Metió sus manos en los bolsillos traseros como si le causara aburrimiento nuestra presencia— pero llegarán tarde.
—¿De qué hablas?
—Ya no hay nadie aquí, pequeña Tara —giró señalándome el lugar como si lo mostrara para una venta—. Hace media hora que ya todos se fueron para su destino.
—¿Destino? —mi tono de voz subió, ya no podía fingir la misma pasividad que ella— ¿De qué mierda hablas? ¿Estás loca?
—Puede... —su cabeza se movió restándole importancia, su sonrisa de autosuficiencia no se borró— Pero ya no hay nadie aquí. ¿A dónde crees que fueron, Tara?
Me mordí el labio porque no tenía ni la más mínima idea de lo que hablaba y me frustraba de sobremanera que ella lo supiera. Se divertía siendo más lista que nosotros y no quería seguir dándole esa satisfacción pero por más que pensaba no sabía a lo que se referían sus trastornadas palabras. ¿Tendrían sentido siquiera?
—Maldita perra... —soltó Kyle antes de abalanzarse sobre ella.
Nina lo esquivó y le fue fácil dominarlo con la mano dañada de mi hermano. Ella le propinó un codazo cerca de las costillas pero Kyle no era que estaba impedido del todo. Empleando toda su fuerza en su hombro logró empujarla hasta que con la mano buena hizo estrellar su espalda, inmovilizándola por el cuello.
—Lindo, ¿te gusta tener el control, Kyle? –se burló en su cara.
Él la miraba con odio. Al parecer él si había logrado deducir lo que significaban las palabras de la Instructora lo que me hacía joder más la paciencia pero si Kyle la mataba no sabríamos sus planes completos.
—No te muevas —me detuvo Kyle. Debía tener ojos en las espaldas porque su concentración estaba completamente puesta en Nina.
—¿Dejas a tu hermana fuera de toda la diversión? —ella dejó salir una risotada, estaba divertida aun con la posición en la que se encontraba— Juguemos los tres.
La rodilla de Nina viajó directo a la entrepierna de Kyle dejándolo inmovilizado en el suelo. Cubriendo sus partes mi hermano se dejó caer sobre sus rodillas haciendo uso de su gran extensión de vocabulario cuando se trataba de groserías.
—Juguemos al gato y al ratón. Si me atrapan les mostraré una pequeña sorpresa.
Con una carcajada de burla corrió hacia las escaleras como si fuese una niña pequeña. Me preguntaba desde qué momento Nina se había vuelto tan desquiciada... o sería tal confianza la que tenía que no le interesaba jugar con nosotros.
—Corre, ve tras ella.... Te... alcanzaré —Kyle apenas podía hablar aguantando el dolor. Asentí y corrí.
Los pisos parecían interminables. Lo único que podía escuchar era la estúpida voz de Nina burlarse con cada piso que subía. Definitivamente mandaría a la mierda lo de sacarle información. Le daría una paliza antes sino terminaba por matarla y no me arrepentiría de eso.
No presté atención a la fatiga que sentía al pisar el piso veintiocho. Para ese momento sabía que me llevaría hasta la azotea del edificio. Era una buena idea aventarla desde esa altura pero primero tenía que atraparla.
Casi sin aliento pero más decidida que nunca pisé el último escalón. La puerta hacia la azotea ya estaba abierta como una especie de invitación. Ella quería darme la bienvenida a su juego así que lo único que podía hacer era seguirlo y continuar con sus estúpidas reglas.
En cuanto entré, el viento chocó contra mis mejillas. Era un cambio brusco después del esfuerzo que había tenido que aplicar subiendo las escaleras pero mi objetivo se encontraba peligrando en el pequeño muro que la separaba de una caída de los metros suficiente para matarla y no dejar un bonito cadáver.
—Estoy bastante segura que te causaría una satisfacción enorme empujarme, ¿cierto?
—Eres inteligente cuando te lo propones, Nina —seguí su juego.
—Pero no te sirvo muerta así que te estás conteniendo —dedujo con burla y sorna. Dejé los ojos en blanco pero imité su sacudida de hombros en el recibidor.
—Tampoco eres de gran importancia viva.
—¿En serio? No estoy segura que nuestros compañeros piensen lo mismo —comenzó una caminata que ponía a prueba su equilibrio alrededor del edificio—. ¿Qué hay de Dawson? Estoy segura que te costó hacerle poner en mi contra.
—Me vale mierda lo que piense el resto del equipo —escupí—. Nada de lo que hagan ellos podrá quitarme la satisfacción de haberte matado con mis propias manos. Es por eso que rechazo la idea de empujarte
Ella asintió pero la sonrisa no se borró de su rostro. Estaba haciendo un enorme esfuerzo por no acabar con eso ahí mismo. Aun tenía la esperanza de poder hacer que la pelirroja bajara por su propia mano y termináramos con esto en una sala de interrogatorios para que después estuviera en una celda.
—¿Te gustaría que yo misma me lanzara? —Preguntó extendiendo un pie en el aire—. Wau... eso estuvo cerca —volvió a su equilibrio.
—Deja la estupidez de una buena vez, Nina.
—¿Sabes qué, Tara? Te lo ganaste —finalmente dejó de jugar y se bajó del pequeño muro. Avanzó unos pasos hacia mí quedando solo a dos metros de distancia—. Me alcanzaste hasta aquí y te dije que habría una pequeña sorpresa, ¿cierto? Es hora de que la veas.
—Si la sorpresa es que serás buena e irás conmigo. Pues bienvenida sea.
—No... pero supongo que seré igual de grata, ¿cierto?
Esa voz me congeló. Creo que tanto mi torrente sanguíneo como mi corazón se detuvieron y no tenía nada que ver con el cañón que ahora me apuntaba la parte trasera del cráneo. El metal era lo de menos, era la persona que sostenía el arma en mi dirección lo que hizo que el mundo dejara de dar vueltas.
No era posible...
No podía...
—Respondiendo a tu pregunta. Todos se dirigen a New York, Tara —dijo Nina pero mi atención no estaba puesta en ella. Aunque no quisiera darme la vuelta, yo sabía que estaba ahí—. Pero dejaré que sea tu hermanito el que te explique todo. Les enviaré a Kyle para que sea una bonita reunión familiar.
Dándome el poco valor que me quedaba me giré finalmente para enfrentarlo. Para mirar esa sonrisa que ahora no era fraternal sino de victoria.
—Tara... —la voz de Kyle sonó cansada. Imagino por el dolor que había sufrido minutos atrás junto con haber tenido que subir treinta pisos.
Pero en cuanto se recuperó ya no me miraba. Miraba a la persona que me estaba apuntando y su reacción fue la mía pero probablemente multiplicada por mil.
Después de todo había compartido el mismo vientre con Kaidan.
—Esta será una linda reunión familiar queridos hermanos.
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Bien, ha llegado el capítulo con el nombre de la historia y el más largo que he escrito junto al primero. Los siguientes probablemente sean igual ya que cada vez el final está más cerca. Quiero agradecer los comentarios y votos que me han dejado en el capítulo anterior y ni qué decir de los que han colocado en el transcurso de la historia. No saben lo feliz que me hace.
Este capítulo va dedicado a Name_Less_Nani porque no sé como hizo para leerse todos los capítulos tan rápido y comentar en ellos. Muchisimas gracias por leer la historia.
En la imagen les dejo a Kyle y Kaidan.
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