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Gulf arruga el ceño. Se le queda viendo al sujeto cuya expresión está en blanco. Pero Mew mira arriba y ve a Kiki, quién los rodea en círculos. El elefante era ahora todo un adulto y sus pisadas sonaban el doble de antes. —¿Te parece gracioso, Kiki? Tu amigo Terry está muriendo. — Gulf reprende, pareciendo una figura paterna.
El elefante para y le estira la trompa con un sonido similar a "Meh".
—¿Puedo llevarlos al veterinario? — Mew pregunta, volteando a verlo. Sobrecogido por la aparición del famoso animal.
—... No, tranquilo. Imagino que querías ver a Kiki. La clínica queda cerca. Iré en Kiki. Tú sígueme.
Mew asiente repetidas veces sin tener tiempo a responder o decir algo cuando el granjero le indica por señas a Kiki que se incline.
Kiki acuesta todo su estómago en el suelo con las patas delanteras sobre el pavimento y las traseras echadas para un lado. —Kiki, no te acomodes mucho. Debemos ir al veterinario.
Kiki suelta varios barritos comunicando, «Ya sé, ya sé. Qué molestia.» e incluso abanica sus orejas.
—Disculpa, ¿tú eres el dueño de Kiki? — Mew pregunta conforme el elefante se levanta y Gulf queda mucho más alto.
—Sí lo soy. ¿Por qué?
—No es para ahora, pero, si no te molesta... Quiero hacerte unas preguntas. Solo responde las que puedas y quieras.
—Está bien. Puedo lidiar con eso. Hacen unos momentos dijiste que pagarías el veterinario, ¿no?
—Pues sí, pero en esos momentos dijiste que no era necesario.
—Cambio de ideas rápido. Me retracto. Tú pagas. — Gulf sonríe de oreja a oreja luciendo amable cuando está siendo descarado.
—Está bien. Sí. — Mew cede porque después de todo, él lo sugirió. Entonces entra al auto y ya Kiki está caminando hacia la clínica. Mew se sienta con una mano al volante y otra en la palanca. Tiene el ceño fruncido y mechones caídos sobre la frente. «¿Dónde lo he visto? » Sigue pensando. «¿Y le cuesta esperar?» Arranca el auto a la velocidad moderada, siguiéndolos.
•••
Para cuando llegan a la clínica veterinaria, un lugar de bajos recursos, Gulf y Mew entran juntos. Justo entrando los atiende una muchacha de ropa sencilla y coleta. —¡Gulf! ¿Qué sucedió? — Pregunta preocupada al ver a Terry entre sus manos.
—Terry tuvo la gran idea de escapar. Si no fuera porque es tan sensible a la muerte, ¡no le daría comida por un mes! — Gulf amenaza y Terry se desmaya con el suspiro de una princesa en apuros. Mew brinca las cejas, —Creo que te entendió. — Comenta.
Gulf lo mira y nota que sus hombros rozan entonces crea distancia. A Mew le parece extraño, pero le resta importancia y mejor mira a la veterinaria.
—Lo atenderé. Pueden esperar afuera o sentarse en las sillas de allá. Bienvenido a Godonji. — Le comunica a Mew y se va con Terry entre manos. Mew saluda sin oportunidad a decir nada, pero aprovecha el silencio para mirar a Kiki. Kiki lo mira desde afuera. Analizándolo. Mew se refleja en los pequeños ojos del elefante. Mew da un paso y aunque no estén cerca, Kiki retrocede un paso. Haciéndose el loco y abanicando sus orejas. Eso le parece extraño a Mew. Tiene el ligero presentimiento de que no es bienvenido en este lugar. O que escribió algo poco agradable de este lugar.
FLASHBACK DE KIKI
(2 años atrás):
Leo salió en medio de una tormenta, buscando a su papá porque no lo conseguía con el teléfono y pensaba que algo le había pasado. Pero su papá solo estaba asegurando la guarida de Kiki. Él vestía una chaqueta impermeable sobre la ropa de granja que siempre usa.
Llovía a cántaros y la tierra se desplazaba como remolinos por todos lados.
—¡Papá! — El niño gritó con un impermeable y dos linternas. Salió hasta el margen de la furiosa carretera -o lo que podía verse de ella- y vió a su padre a lo lejos. Vió a Gulf intentando calmar a Kiki. Volvió a llamarlo con una sonrisa de alivio y Gulf miró.
—Leo, REGRESA ADENTRO. — Gulf regañó.
El niño asintió, pero justo al voltear, los fuertes vientos habían debilitado muchos árboles. Un árbol golpeó el cuerpo del niño, tumbándolo en el mar furioso y arrastrándolo.
—¡Leo! — Gulf gritó y corrió por su hijo. Kiki miró la escena y corrió atrás suyo. El elefante sorprendentemente se adelantó y al llegar, movió el tronco y se acostó en las violentas aguas para proteger al niño en un abrazo y evitar que el agua lo moviese.
—¡Leo! ¡Leo! — Gulf se arrodilló a su lado y acarició sus mejillas. Pero el niño no despertó. Kiki parpadeó sin comprender e incluso le movió el rostro con la trompa. Acarició sus mejillas. Las que tanto veía retroceder para formar una sonrisa.
Ya no sonreía. Y no entendía por qué.
—Leo, por favor, despierta. Hijo, di algo. — Gulf lo sentó y lo jalo a un abrazo. La lluvia había esclarecido la sangre del niño y este no tenía pulso.
FIN DEL FLASHBACK.
—¡Profesor Gulf, profesor Gulf! — Tres niños entran corriendo a la clínica veterinaria. Dos de ellos con mamelucos y uno con un suéter rojo. El niño del suéter rojo es mayor que los demás y tímido. Gulf se agacha para atenderlos. —¿Encontró a Terry? — Pregunta una niña de cabello alborotado.
—Sí, lo encontramos. Aunque fue golpeado por un carro. Pero Thiti ya se está encargando de él.
Los niños sonríen durante segundos, antes de voltear y mirar a Mew. Mew crea una sonrisa apologética.
—Señor.— Llama la niña.
—¿Sí? — Mew exhorta humildad.
—¿Usted fue quién atropelló a nuestra mascota de la clase?
«Olvidé cuánto odio a los mocosos. » Gruñe Mew en su interior y casi lo hace en el exterior, pero se contiene y vuelve a sonreír. —La verdad no estoy seguro. Había un auto detrás de mí, pero pagaré su recuperación. Soy nuevo en el pueblo, mi nombre es Mew. Mucho gusto en conocerlos. Uh,...
—Soy Febrisa. — La niña extiende su manita como toda una damita con los dientes chuecos. Mew sacude su manita.
—Soy Lola. — Dice la otra niña, imitando el gesto.
—Soy Pongo. — Habla el niño tímido y Mew sacude manos con él.
—Mucho gusto en conocerlos a todos.
—Bueno, niños, díganles a los demás que la clase terminó por hoy. Mañana sabrán más de Terry. Vayan a sus casas, ¿okay?
—¡Okay, profesor Gulf! — Repiten al unísono y luego salen corriendo entre carcajadas.
—¡Adiós, Mew! — Febrisa, la niña en mamelucos y camisa franjada, es la única que se detiene y se despide. Mew se despide de ella y la niña desaparece tras sonreír.
—¿Tienes un lugar dónde quedarte? — Gulf le pregunta a Mew.
—Yo, sí, leí sobre un parador en la zona.
Gulf suspira pesado y lo pasa de largo. Mew se le queda mirando y le pregunta a qué se debió el suspiro. Que cuál era su actitud. A lo que Gulf felizmente volteó y sonrió. —Es solo que te deseo suerte. Porque la necesitarás.
—¿Eso por qué?
Gulf ríe y voltea entre carcajadas malvadas. —Ya lo verás. Sígueme. — Responde antes de salir.
•••
Mientras caminaban hacia el parador con Kiki detrás, ven a la recepcionista dormir. La misma con un brazo tendido sobre el tablero, ruleros y un traje bermellón. Como si fuera a bailar Tango en cualquier momento. Pero resulta que el traje era un pijama.
Otras pueblerinas los seguieron, a diestra y siniestra, hablando sobre lo guapo que era Mew y cómo deseaban un hombre así en el pueblo. El parador está desolado porque Godonji no es visitado con frecuencia en los días de semana.
Gulf toca en el vidrio y la llama: —Kapook.— A lo que ella emite un gruñido.
—Kapook.— Llama por segunda vez.
La chica arquea el labio inferior, pero sigue durmiendo. Gulf rueda los ojos y cuando Mew le dice que deberían pasar más tarde, Gulf le mete un gran golpe al vidrio. Acostumbrado. —¡¡Tienes un cliente!! — Grita.
Ella abre los ojos y detiene esos ronquidos de máquina de podar. Poco a poco endereza la espalda, repitiendo lo dicho en forma de pregunta. Cuando cubre su bostezo con una mano, mira frente a ella y ve a Mew sonreír.
Ella pega un grito que exalta al periodista y gira en su silla. De espaldas comunica: —¡Un momento! — Se quita los ruleros, cepilla sus dientes con un dedo, encontrando un cacho de pizza y lo engulle gustosa. —Aún estaba bueno. — Dice.
Para cuando se da la vuelta, tiene una melena rizada por los hombros. Sus ojos tienen el solo objetivo de seducir e incluso sube un pie desnudo al tablero. Ella acaricia el tobillo de ese pie dónde un tatuaje lee: “バカ”.
—¿Sabes lo que dice? — Ella lleva la mano por toda su pierna, dejando el vestido caer sobre su rodilla. Gulf rueda los ojos.
Mew alza las cejas.
—Dice ‘Traviesa’. — Ella se muerde el labio inferior. —Porque así soy. — Ríe como cerdita.
—De hecho, y pido disculpas, pero dice ‘Tonta’.
—¿Qué? Eso no puede ser--— Ella ríe mirando el tatuaje y de nuevo a Mew.
—¿Te lo hiciste con alguien?
—Mi ex-mejor amiga. Ya no hablábamos para esa entonces, pero habíamos programado una cita y ella me dijo que esto significaba... — Kapook se detiene y realiza todo. Sin embargo, no se altera ni entra en pánico. Solo dice: —Oh. Qué perra. —
—Sí. Qué perra. Eso. — Mew murmura y Gulf lo mira con el ceño fruncido como si dijera: «Tú ni la conoces. » Él encuentra la mirada del granjero y desvía la suya incómodo.
—En fin, — Kapook pierde el interés en mostrar su tobillo entonces lo baja. —¿cuántas noches serán? — Sonríe grande.
•••
Mew dejó todo su equipaje en su habitación y luego se detuvo fuera de la puerta para darle el dinero a Gulf. —Lamento los inconvenientes. — Él se disculpa.
—Tranquilo. No todos los días se ve a un erizo correr por la calle y a un tipo con una picota persiguiéndolo. — Gulf alza la picota en su mano entonces Mew ríe un poco.
—Oye, me disculpo si no es así, pero siento que nos hemos visto antes. No sé en dónde.
Gulf deja de sonreír y recibe un impulso nervioso en uno de sus ojos.
FLASHBACK DE GULF
(2 años antes):
En el funeral de Leo, Gulf permaneció cabizbajo con un traje formal viendo la foto de su hijo entre arreglos florales. Múltiples magnolias.
Pero ni las flores más bonitas podían traer devuelta a su persona favorita. Porque no son los decoros los que definen a esa persona sino las memorias.
«Qué padre tan irresponsable. » Escuchó de la mesa de la cafetería y al asomarse sobre una pared, aún dólido, vió a Mew beber de su café junto a otro periodista de espaldas.
«Mew, no deberías hablar así. Ten respeto. » Regañó un tercer periodista.
Gulf dejó de mirar y volvió a mirar el cuadro de su hijo. Sin notar que el hombre de espaldas gruñó y aplastó el vaso en su mano, marchando del lugar.
El tercer periodista entonces le dice a Mew: «¿No es confuso que ambos tengan el mismo nombre? » a lo que Mew encogió los hombros y sonrió penoso. Pero miró la pared dónde Gulf se había asomado... Sintiendo pena por él.
FIN DEL FLASHBACK.
—¿No recuerdas todo lo que escribes? Quizás alguna de las escrituras del 2021 te refresque la cabeza. — Gulf sonríe simpático.
—¿Cuándo estarás libre para las preguntas? — Mew intenta desviar la incomodidad.
—Mañana. Debo excavar, buscar a Terry, en fin, estaré muy ocupado. Pero bienvenido a Godonji. Y gracias por el dinero. — Despide y baja las escaleras todo rápido.
—Estaba siendo sarcástico, ¿verdad? Esa bienvenida sonó falsa. — Mew sorna.
•••
Pongo entra al bosque para ir a su casa, cuando una Jeep lo detiene a mitad de camino y en ella hay tres hombres americanos de ojos azules con pulseras rojas.
—Hola, pequeño. ¿Podrías decirnos si estamos cerca del elefante Kiki? Somos grandes admiradores. — Habla uno de ellos, con voz rasposa y sonrisa siniestra.
*N/A: 🤣 “Esa bienvenida sonó falsa” jajaja, ay Dios. Habían dos Mews el día del funeral entonces no fue Mew quien dijo eso🥺💔 ¿Qué les pareció el capítulo?
¿Cómo creen que sean esos tipos y qué estará cavando Gulf?
P. D: Terry y su desmayo de princesa en apuros🤣*
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