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FLASHBACK GULF:

Dicen que las mejores amistades son las inesperadas. Esas que llegan a ti por casualidad y que con una sola mirada sabes que son compatibles para el uno al otro. Así fue cómo sucedió conmigo y Kiki.

Mi padre era dueño de un zoológico, pero el zoológico cada vez se iba a la quiebra y Kiki había llegado nuevo. Durante esos días ayudé a mi padre a limpiar el zoológico.

Limpiaba con un rastrillo las hojas fuera del corral de elefantes. Mi espalda y trasero dirigidos al corral sin ningún tipo de preocupación. Los animales no estaban de ánimo para mostrarse entonces no había ninguno afuera. Excepto un curioso pequeño...

Kiki caminó por alrededor de su amplio corral y la trompa alzó a los cielos. Pensó en cómo entretenerse y con qué. Pero justo en esos momentos me vió. Al verme se detuvo. Luego, le dio la gana de jugar conmigo y sigilosamente, se acercó al corral.

Estiró su trompa hacia mi retaguardia y la camisa alzó. Con solo un guiño de mi espalda, rió travieso y los ojos cubrió con sus orejas.
-¿Qué--? - Pregunté a medida que giré, entonces lo vi. Kiki El Charlatán. Ese mocoso que le hacía bromas a mi padre, pero que mi padre lo regañaba severamente. Tan severo que a Kiki no le agradaba. Suspire y le advertí: -Kiki, estoy trabajando.

A lo que sacudió su cabeza como para hacerse el lindo y emitió un barrito.

Me giré no del todo convencido en que me dejaría en paz, entonces volvió a estirar la trompa. Me jaló del pantalón y cuando caí con un gruñido, rodeó el rastrillo para quitármelo. Rió travieso mientras las hojas del rastrillo llovían sobre mí y yo solo me aborrecía más.

Pero al ponerme de pie y girar, el elefante había trotado lejos y meneaba el rastrillo como "Atrápame si quieres limpiar". Reí ante eso y salté al corral. «¡Pequeño mocoso! ¡Ven aquí! » Corrí tras él y él apresuró sus pasos alzando la trompa.

Eran mis primeros días en el zoológico entonces me impresionó jugar con un elefante como él. Mucho más llevarnos bien tras todas las historias que padre me había contado. En la persecución, caí al suelo. Sobre mi espalda. Kiki vino corriendo preocupado. Cuando tiró el rastrillo a un lado mío y deslizó su trompa por toda mi cara fue cuando realicé que este elefante solo quería jugar y no tenía a nadie con quién hacerlo. Los demás empleados eran unos viejos amargados y por más que amase a mi padre, sabía que él también lo era.

Reí mientras restregaba su trompa por toda mi cara e incluso intenté bofetearla. Pero Kiki era persistente. Cuando se cansó nos miramos directamente a los ojos. Levanté una mano y él esperó calmadamente el tacto. Cuando acaricié su piel fue exactamente lo que esperé. No era suave sino gruesa y áspera. Pero de alguna forma fresco. Sonreí anonado. Kiki enrolló su trompa en mi brazo.

El estanque a unos pasos de nosotros brillaba con la luz del sol y mariposas de todos los colores volaban en el único árbol de Kiki.

-¡Gulf! - La voz de padre corrompió el momento pues Kiki se fue corriendo. No quisó responsabilizarse de distraerme. Y tal cual supiera se hizo el loco mirando de allá acá.

Tomé asiento, «¿Sí, padre? ».

«¿Qué haces ahí dentro? » Regañó fuera del corral. -Deberías estar limpiando no jugando con los animales. - Ignoró mis disculpas. -Levántate. Pronto va anochecer y tu hijo te espera. - Se fue.

Sellé mis labios cabizbajo. Jamás escuchaba mis "excusas". Ni siquiera en la secundaria. Con suerte entraría a la Universidad el año entrante, pero extravié varias cosas en mi vida al tener al bebé. La madre no quiso esa responsabilidad. Yo tampoco quería lo que para ese entonces considere una "carga". Pero lo acepté y aunque dificultó mi vida aún más, sentí que era la única cosa a la que podía amar sin límites. Amar es fácil; recibir amor no. Si no podía recibirlo de papá entonces se lo daría todo a mi hijo. Él era lo único que estaba bien en mi ajetreada vida.

Mi pequeño niño de siete, Leo.

•••

Ese día más tarde fui a comer con papá en la cafetería de nuestro pueblo. Él mordía la hamburguesa entre sus manos como si le tuvieran un reloj encima y también se aventaba papas fritas a la boca. Yo apenas le había dado un mordisco a mi hamburguesa.

-Nunca te diste la oportunidad de crecer. Pensábamos que serías el niño estrella de la familia. Pero desperdiciaste tu vida al acostarte con esa niñata. - Criticó mi vida. Como siempre.

Acostumbrado le sonreí labial e incliné mi cabeza apologético. -Aún hay tiempo para sorprenderte. Papá, no comas tan rápido--

-¡Dejáme comer y come tu comida! Dios, no has comido nada. - Cerré los ojos porque me cayó un trozo de papá frita en la mejilla. Decidí guardar silencio y limpiarme con una servilleta.

Los ojos de padre siguieron a la camarera que pasó por nuestra mesa y una nalgada le propinó. «¡Ouh! » Volteó coqueta sabiendo de quién se trataba. Joyce era una mujer en sus cincuenta que aún lucía bien y para ser de talla grande, era muy guapa.

-Duni, tan atrevido como siempre. Antes de tu esposa, claro. - Ella recalca.

Él ríe orgulloso.

-Y su hijo guapo. Justo como tú cuando eras más joven. Chico, si buscas alguien que cuide a tu querido niño, puedes decirme. - Ella coqueteó.

-Uh, gracias, pero creo que puedo solo. - Retracté con toda la humildad posible. Ambos seguimos hablando sin darnos cuenta de cómo padre se tocó el pecho adolorido y el dolor no hizo más que incrementar conduciéndolo a gruñir y jadear.

Con un fuerte alarido Joyce y yo lo revisamos. -Padre, ¿qué tienes? ¡¿Padre?!

Hasta que se desmayó y ahí fue cuando grité a por una ambulancia. Jamás en la vida pensé asustarme tanto si algo le sucediera, pero resultó que yo sí lo amaba a pesar de todo. Y aunque él no tuvo tiempo para decírmelo, sé que también lo hizo. Yo desperdicié mi juventud, pero mi padre derrochó todas las oportunidades de decirme que me amaba. ¿Cuál fue peor?

FIN DEL FLASHBACK










2023

-Aww. Mira eso. - Muchas personas murmuran en el trabajo de Mew. Todos caminan de arriba abajo viendo los videos de Kiki, el elefante inteligente.

Él ya está harto y aborrecé la noticia.

Se encuentra en la oficina de su jefa cruzado de brazos y esperanzado por el documento que le trajó. La jefa cubre su rostro con el portafolio. Leyendo tranquilamente las dos páginas entregadas. -Yo hice la investigación de todo e incluso visité el pueblo. Es un lugar bastante agradable. Aunque me obligaron a quitarme la ropa, pero no lo hice. - Él ríe sin gracia.

La jefa, una mujer estricta y severa, baja el portafolio. Finalmente revelando su etnia australiana de cabello en ondas. -Mew, es admirable que hayas ido para allá (aunque nadie te lo pidió) - murmura lo último rápido y Mew asiente atento. -pero una aldea de gente al desnudo no es algo novedoso.

-Sí para Tailandia. Sí.

-Sí, bueno, arriba la finalización del tabú (lo que sea), pero sé que puedes darme más. Esa noticia morirá en qué, ¿tres días? Lo siento, Mew.

-Está bien. Buscaré otra cosa, directora.

-Bueno, sí puedes traerme la noticia de algo que todos estos empleados se han negado a traerme.

-¿Qué noticia?

Ella sonrie traviesa. -Kik--

-¡Ay no! No otra vez. Ya todo el mundo está con eso. ¿Qué más necesita saberse de un elefante que pinta? En serio, ¿les impresiona tanto que un animal sea inteligente? Son animales. Están hechos para ser tan inteligentes como nosotros.

-Okay, puedo notar que estás un tanto harto del tema, -Mew sorna ante sus palabras y corre una mano por su cabello. -pero sería la bomba que obtuvieras más información de dónde viene y de su dueño. Nadie quiere ir porque el viaje tarda horas en auto, pero si nos adelantamos a nuestras competencias, ¡sería lo mejor!

-¡Ajá! Entonces solo te interesa ganarle a la competencia. No te interesa el elefante. - Mew la atrapa con una sonrisa traviesa. Ella se recuesta en la silla cruzándose de brazos y grita un indignado: «¡Oye! » a lo que Mew deja de sonreír y mira abajo. Severo.

-¿Lo harás o no lo harás? La paga es grande. - Ella columpia sus caderas de lado a lado con un tacón fijo en el suelo. Mew parpadea lento antes de fijar sus ojos en ella.

•••

-Espera. ¿En serio lo harás? ¿Qué no aborrecías al animal? - Su hermano menor, Sky, le pregunta por teléfono. Está en el colegio durante el receso y Mew está en la casa de ambos equipando ropa.

-Pues sí, pero la paga será buena.

-Todo sea por el dinero.

-Estaré fuera por dos semanas. Sky, no quiero que hagas fiestas. Después soy yo el que tiene que recoger.

-Sútil forma de decirme ciego. - Sky sella sus labios en una línea delgada a medida que zigzagea el bastón frente sus pies y los estudiantes se mueven para no obstaculizar su camino. Mew agrieta los dientes apologético, pero dice: «Es lo que eres. »

-¡Ja! Tarado. - Contesta para atrás. -Nada de fiestas ni salidas nocturnas al menos que sea con mi cuidador. Entendido.

-Muy bien. Me iré mañana entonces hoy te recojo a la escuela.

-Vale.

-Cuídate--

A medida que Mew dice eso, el chico cuelga, sin percatarse. Mew repite «¿hola? » en español, inglés, sueco, japonés, hasta apagar la pantalla del teléfono.

•••

Su hermano Sky guarda el teléfono y sonríe mezquino. -Nada de fiestas. Sí claro. - Comienza a reírse malvado todo su camino por la escuela y los estudiantes lo miran raro. Cerca de los casilleros, Sky presiona un beeper que hace sonar su candado. Se dirige al casillero con facilidad y pilla bajo su axila el bastón. Acaricia el candado como a una suave rosa. Sintiendo los números. Entonces gira los cuatro dígitos hasta abrir el casillero. Sonríe al lograrlo.

Justo a su lado llega la chica que le gusta, pero que también es ciega y es su mejor amiga. Ambos tienen beepers escolares. -Hola, Sky. - Ella saluda.

-¡Hola, Film! - Él asiente desde su sitio escaneando las portadas de los libros con sus dedos.

-¿Sí vas hacer la fiesta? - Ella pregunta, guardando unos libros y leyendo las portadas con el tacto de sus dedos.

-Cuenta con ello, Film. Pronto dejaremos de ser invisibles para los demás. - Sky sonríe y cuando ambos obtienen los libros que deben, analizan la situación.

-¿Crees que vengan a la fiesta? - Film murmura insegura.

-Con una buena promoción, sí. - Él afirma, pero su voz muestra inseguridad.

•••

A la mañana siguiente, Mew emprende viaje hacia el pueblo Godonji en la cima de las montañas. Todo lo que ve son bosques. Amplios y eternos. Con vida además de la nuestra, recordándonos una vez más que no somos la raza suprema.

Mew admite que la vista es hermosa. En sus pensamientos, claro. Un carro va tras él. Ambos serenos.

Llegando a su destino, ve a alguien correr hacia ellos con una picota. -¡Deténganse! ¡Paren los autos! - El chico de la picota es joven y viste mamelucos sobre una camisa blanca y botas impermeables.

-¿Qué? - Mew nota una pequeña criatura correr hacia los autos. Es un erizo pequeño y bastante atrevido. Mew detiene el auto a tiempo y la criatura corre por debajo del suyo, pero el auto detrás lo golpea, haciéndolo volar hasta quedar frente a Mew.

Aquel auto retrocede y gira.

-No, ¡Terry! - El granjero corre hasta la pequeña criatura y la criaturita agoniza hiperventilando demasiado. -Ay, Terry, por esto no deberias escapar.

Mew se baja del auto. -¡Por Dios! ¿He sido yo? Cuánto lo siento, lo siento muchísimo, llevemoslo a un veterinario. Pagaré. Yo pagaré.

La criaturita abre un ojo ante la oferta. Mirando al desconocido.

-Descuida, no debes pagar nada. Tan solo..., - Gulf alza la mirada y permanece estático. Mew también al mirarlo. Pero Mew no recuerda en dónde lo ha visto antes. Gulf, sin embargo, recuerda haberlo visto en algún lugar.

*N/A: Si pueden imaginarse esta canción hasta el final del capítulo, sería grandioso💖*

Kiki aparece trotando porque había seguido a Gulf y los rocía con agua. Creando una pequeña llovizna sobre ellos y sonriendo. Gulf no ha dejado de mirarlo mientras que Mew aún no recuerda dónde lo ha visto. Las gotas caen sobre ellos en cámara lenta y aunque parpadean, no se quitan la mirada.

FLASHBACK GULF:

-El zoológico va a cerrar. Todos los animales han sido transferidos a su lugar de orígen, pero Kiki aún no quiere subir a la caja y no interactúa con nadie. Al paso en que va, no sobrevivirá en su hábitat. - Una mujer de Control de Animales informó a mi lado. El cielo estaba triste, como si el zoológico también llorase la muerte de mi padre. Yo aún vestía de negro, ese día fue el último velatorio.

Observé el corral de Kiki y él me miraba. Solo tenía ojos para mí. Kiki no tenía padres y en un solo día, había conectado conmigo. Como si yo fuera su padre.

-Me lo quedo. Pueden llevarse a todos los demás menos a él.

La mujer de Control de Animales me miro largo y tendido, pero yo jamás me retracte. Ahí fue cuando asintió y le avisó a su equipo la nueva órden.






Kiki sería parte de mi familia.










Y yo no tenía idea de las cosas que estaban por venir.

*N/A: 🐘 Kiki el elefante travieso 💖✨, ¿Gulf conoce a MewMew? Jajaja pobre erizo, pero eso le pasa por presentado. Espero les haya intrigado la historia, recuerden que la acción y el misterio se dan conforme los capítulos🙌🏾, estoy ansiosa por el capítulo dos 😍*

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