PARTE III (De la chica nueva a la popular)

Kat no exageraba al pensar que todo en su vida había cambiado desde que llegara junto a su padre al pintoresco pueblito de Friendship y en especial desde la memorable fiesta de Halloween. Pasando de la nada a ser conocida por casi toda la escuela, y eso que había temido tanto durante el fin de semana posterior a dicha celebración, a ser encasillada todo el tiempo que duraran allí como "la chica rara que convivía con fantasmas" o la "Merlina Adams" del lugar, luego del gran susto que se llevaran todos debido a la transformación repentina de Casper que les hiciera salir corriendo. Sin embargo en algún momento alguien conciliador y escéptico respecto a los "Minusvivos" (expresión que solía usar su padre al referirse a las almas errantes en las que se especializaba) había planteado la idea de que todo se trataba de modernos efectos especiales de primerísima calidad y el resto del curso, transcurrido el momento de terror y tratando de buscarle una explicación lógica al asunto (que los eximiera de quedar traumados de por vida), le habían creído.

Por ello grande fue su sorpresa al ingresar cabizbaja al salón de clases al inicio de la siguiente semana, en medio del cuchicheo que oía con claridad sobre ella y recibir al contrario de los malos comentarios que esperaba, aplausos de bienvenida.

Se enteró entonces que su supuesta broma del muchacho que se transformaba en fantasma a la vista de todo el mundo, superaba con creces a la grotesca que supuestamente realizaran Amber y su novio, y de la que la molesta chica rubia hasta más temprano no paraba de vanagloriarse; aunque ella a esas alturas a decir verdad tenía sus serias dudas de que los gritos de terror de ambos previo a huir despavoridos, hubieran sido falsos. De cualquier modo, no le importaba pues cualquier susto que se llevaran se lo tenían bien merecido.

-¡Kat de verdad la fiesta estuvo increíble!, y dinos ¿cómo es que pudiste hacer eso, lo del efecto fantasma? Tu familia debe ser super cool para acolitarte, que buenos anfitriones son- el presidente del curso, un chico afrodescendiente, fue el primero que la abordó, felicitándola.

-Un efecto... claro, fue un efecto- Kat un tanto nerviosa pero sabiendo disimularlo, aprovechó la oportunidad de justificación que se le brindaba para seguirles la corriente –Todo gracias a los implementos cinematográficos que llevaron unos amigos de mi padre, quienes trabajan en la industria- se le ocurrió para explicarles, y la mentira le salió original.

-¿Y qué hay acerca del chico?- preguntó además una de sus nuevas compañeras, una chica de ascendencia latina, con pícara curiosidad, en tanto todos los que se congregaran alrededor le vacilaban, pero entre bromas queriendo conocer también la respuesta -¿Es tu novio?- le consultó la joven de frente

-¿Casper?...él, no... es mi primo- fingió Kat una vez más, aunque por los rostros de incredulidad del resto, se dio cuenta que no se tragaban el cuento.

-¡Uy, se llama Casper!- exclamó una muchacha de apariencia asiática con emoción, haciendo suspirar al resto de sus amigas.

-Pues se nota que se quieren mucho- argumentó otra chica pelirroja con un dejo censura y aquello fue precedido enseguida por un montón de risas.

-¡Hey!, sí es en serio entonces ¿podrías presentármelo?, la verdad que está muy bueno- expuso así la primera que mencionara el tema sin contemplaciones, lo que ocasionó más burlas, en especial de los muchachos presentes.

Con todo, quedó claro ese día que Kat podía ser una excelente organizadora de fiestas cuando la elogió hasta el profesor dirigente de curso y con ello no tardó en ser elegida por votación unánime del Comité encargado de los preparativos de eventos del curso para formar parte del mismo, mientras que por otro lado los del Periódico Estudiantil y los del Club de radio comenzaron también a peleársela.

Ella como nunca en la vida, siendo tomada en cuenta, se dio tiempo para pertenecer a todas estas sociedades de lo más feliz, consiguiendo así hacer amigos más rápido de lo que esperaba y llegando de tal forma hasta a ser invitada a cada festejo que se suscitaba en la escuela, inclusive a los de los cursos superiores, terminando por comprometer sin darse cuenta por completo sus horarios, aunque no se detuviera en su ajetreado ritmo a reparar mucho en ello.

Tan ocasional se volvió entonces su presencia en la casa en sus ratos libres que su padre llegó hasta en algún momento a bromear diciendo que solo volvía a dormir.

-El hotel Whipstaff para la señorita Kat Harvey, atendiendo las 24 horas. ¡A sus servicios mademoiselle!-

-Ja ja ja, muy gracioso papá- respondió ella con sarcasmo, creyendo que exageraba al igual que su ahora esquivo mejor amigo fantasma que parecía repelerle, resentido debido a su falta de tiempo para él, pero sin llegar a entender del todo que en realidad sus ocupaciones le hacían quedar como una gran ingrata.

Sólo logró percibirlo a totalidad la tarde en que volviera a la casa luego de ser invitada a la fiesta navideña de los de Preparatoria.

...-Puedes llevar las amistades que quieras pero por favor, no te olvides que tú eres la principal que debes estar allí- Uno de los chicos populares, miembro del equipo de fútbol americano, le había dicho.

-Eres como nuestra invitada de honor- habían apoyado además un grupo de alumnos senior con los que éste andaba, consiguiendo que también sus amigos más cercanos del curso fuesen invitados gracias a ella.

-Además Fido te quiere conocer-

-Ok...- Kat había respondido por cortesía aun cuando no estuviera en realidad muy convencida de querer ella hacerlo, más no quería ni loca desaprovechar esa oportunidad de repentina popularidad que se le ofrecía. El sueño de cualquier adolescente y por lo cual hasta la misma Amber, la reina de la secundaria ya le estaba agarrando un odio asesino.

Fido no sólo era el Presidente del Consejo Estudiantil sino uno de los mejores deportistas de la escuela, muy guapo además, prácticamente el sueño inalcanzable por el que casi todas las chicas del lugar morían, y el que estuviese ella en su mapa, siendo apenas de noveno grado, era algo que todas a su alrededor consideraban un verdadero honor.

-Creo que le gustas- le había comentado convencida una compañera

-No que va, debe ser sólo que quiere conversar sobre algo para que sea redactado en el Diario Estudiantil- comentó Kat, creyendo que quizá por su nuevo cargo de columnista buscaba de ella apoyo para que diera a conocer algún proyecto.

-Creéme si te lo manda a decir es por algo importante, la única de secundaria en la que Fido antes se fijó fue en Amber y por muy corto tiempo- le contó otra de sus amigas, más entusiasmada por la situación que ella misma, pero Kat aunque reconocía que el joven en mención era atractivo, no le bastaba ese encanto para moverle el piso.

-La verdad es que no estoy interesada, yo ya tengo a alguien en mi corazón- terminó por confesar de pronto, revelando una partecita de la ilusión que llevaba en su interior y permitiéndose soñar por unos instantes en voz alta mientras abrazaba sus cuadernos. Su resto de amigas enseguida suspiró y le comprendieron, imaginando de quien se trataba.

Lo que Kat no sabía era que cierto fantasma de sus pensamientos ese día le había seguido como solía hacer antes, durante sus primeros días de clase para acompañarla; y que al enterarse de todo aquello se puso tan celoso que no dudó en reclamarle una vez que ella llegara a Whipstaff.

-Así que Fido te quiere conocer- Casper soltó en son de burla imitando el modismo superficial de la voz del muchacho que lo dijera, al ingresar en la habitación como un vendaval poco después de que ella lo hiciera.

-¡Casper, cómo te enteraste de eso! ¡Me seguiste y te mantuviste escondido a mis espaldas!- Kat protestó

-¡Claro que sí!... y lo hice por una buena causa, aunque no pareces darte cuenta- él se defendió y luego se sintió triste –Ya no pareces darte cuenta de nada... Ese Fido es un aliado de Amber, la Miss Perfecta, la que te detesta- concluyó por contarle así –Debe tratarse de una emboscada para hacerte daño. Ella te envidia- le hizo ver. Kat desde que le contaran que dicho chico se había relacionado con Amber, había empezado a dudar prefiriendo no ir a la fiesta y le agradecía de corazón porque al parecer se había tomado el tiempo de investigarlo, sin embargo le incomodaba su intromisión en su privacidad, una falta que él le había jurado alguna vez no cometer sin su permiso.

-Lo sé y te lo agradezco pero puedo cuidarme sola- manifestó, como siempre remarcando su independencia.

-¡Ah sí, pues discúlpame por preocuparme por ti, no lo volveré a hacer! Pero deberías enterarte que tus ahora íntimos están planeando lastimarte y que Amber le pagó a tu nuevo pretendiente para que te ilusione y luego te abandone- A cada rato más enojado, Casper añadió.

-¿Qué?- ella se sorprendió entonces de lo que acababa de escuchar

-¡Lo que oíste, quizá no caerías en estas trampas si no abandonaras a tus amigos verdaderos para confiar en otros repentinos!- Y diciendo esto el fantasmita abandonó el cuarto volviéndose un torbellino de neblina, lo cual le hizo notar a Kat aún en medio del impacto, que sí se parecía en algo a sus tíos cuando se enfadaba, aún en sus genes fantasmales.

-¡Casper espera!- le llamó arrepentida, saliendo de inmediato tras él y siguiendo su estela bajó las escaleras pero el chico fantasma se desvaneció en el medio del hall no queriendo hablar con ella -¡Casper lo siento!, en serio. Sé que me cuidas y te lo agradezco... También quiero decirte que yo no te he abandonado- tuvo que explicarle, en tanto al cabo de un minuto que le pareció eterno, al joven en mención le dio la gana de contestarle, más solo para contradecirla

No es cierto, ahora solo andas de misteriosa conmigo, ya no eres la de antes, la Kat que hace unos meses conocí...!- su vocecita retumbó en off con tristeza, en un eco que pareció esparcirse desde el altísimo techo por toda la casona. Kat suspiró con cansancio y supo de tal manera que había llegado la hora de decir la verdad o perdería la confianza de su mejor amigo, del mejor que pudiera encontrar.

-¿Quieres saber en realidad en qué he estado tan ocupada trabajando?- algo cabizbaja por el remordimiento y mirando hacia las alturas, preguntó. Casper entonces movido por la curiosidad se materializó al instante y bajó enseguida para plantarse frente a ella con sus enormes y tiernos ojos azules llenos de interés. No hizo falta que asintiera.

-Sígueme- Profirió Kat de tal manera, con seriedad pero de buena gana, encaminándose así hacia el subterráneo, que fuera el centro de inventos del dueño original de la mansión, y para variar llevando al espíritu del hijo (que cada vez se convencía más de que podía ser su alma gemela) pisándole los talones.

Que bizarra se sentía en el fondo, conviviendo en aquella casona tétrica llena de ánimas con asuntos pendientes y encima habiéndose convertido en una especie de Dra. Frankenstein adolescente... pero no se lamentaba. Por una parte reconocía que aquello era atroz pero por otra le daba gracia y hasta risa de lo increíble que era, y encontraba entre todo ello el fin que justificaba los medios de su proceder, por lo que con profundo optimismo de que tendría éxito y llena de emoción, le contó sobre el avance de su proyecto, que había esperado compartírselo como una sorpresa por Navidad.

Sólo ahí notó que había pasado ya un mes completo embebida en el asunto y aparte en sus cuestiones estudiantiles o personales, y que había descuidado un mundo a quienes amaba.

Casper fue el primero con el que se disculpó.

-------------------------------------------------------------------------

Continúa...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top