Capítulo 2 (Baile De Mascaras)
Día 2.- Baile de máscaras:
Es un evento en el cual los participantes asisten usando o no disfraces, pero siempre llevando puesta una máscara.
Le interpretación se deja a la imaginación del autor.
Pasen a disfrutar el capítulo dos de DohIonTober2024.
La siguiente actualización se llevara a cabo el día martes de la próxima semana, así que espérenlo con ansias
A leer se ha dicho.
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-Papá, sé que es un enorme honor que el emperador nos invite a sus fiestas, pero... Ay... ¿Es necesario que yo vaya...?- Una mueca de incomodidad se refleja en su rostro -¿Y vestido así?- Trata de respirar, pero la ajustada vestimenta lo obliga a sentirse sofocado, para tocarse el estómago plano que tiene ahora mas marcado.
-Sé muy bien que preferías la ropa más...- Una sonrisa de pena manifiesta un hombre de piel morena y cabellos blancos -Holgada o una armadura- Esos ojos azules, con una enorme complicidad en su cara, mientras coloca una flor lila en el cabello verde y esponjoso de su primogénito –Pero al ir a una fiesta, todos tenemos nuestro propio protocolo de vestimenta y los donceles deben ir con las túnicas dignas y elegantes de nuestra estirpe-
Sigue mirando al menor y claramente ese rostro sonrojado sin duda dicta que no podría estar a gusto en la fiesta y sin contar el pesado tocado de la cabeza –Aunque, puede que si necesites respirar. Ja, ja, ja- Deja escapar una leve sonrisa, para aflojar un poco las telas alrededor de la estrecha cintura de su hijo.
Lo cual provoca que dicho doncel, se relaje y pueda sentir que la viada le regresa al cuerpo –A veces creo que todo esto es solo para matarnos- Vuelve a poner una mano sobre su estomagado plano, que ahora si tiene espacio para inflarse al inhalar.
-¿Mejor?- Arquea una ceja, poniendo las manos en sus caderas.
-Mucho- Asiente, mientras su rostro se devuelve al espejo y puede notar lo diferente que se ve y siente al estar con estas galas –Papá... ¿Por qué debemos ir?- Su tono ya no es de gracia o risa, sino de seriedad y melancolía.
Aquel hombre que le dio vida, dedicándole una mirada de calma y dulzura, llevando túnicas iguales a las del menor, de manchas anchas, tres capas encima, con la diferencia que el cinturón es más grueso, como los colores oscuros y menos ceñidos al cuerpo, al igual que los zapatos son más cómodos para una movilidad más libre.
Sin duda se compadece de su hijo, entiende bien a que se refiere, después de todo, él mismo vivió el hecho de tener que siempre atarse a estas prendas sin importar lo fastidiosas que sean al usarlas. No es un ambiente que les guste a ninguno –Por que como familia militar, es nuestro deber ir a las festividades que el emperador organice, es un privilegio como ya sabes y...- Posa sus manos sobre los fuertes hombros de su hijo, para darle confort –Puede ser divertido. Incluso sabemos que la comida es muy deliciosa- Coloca su rostro cerca del contrario, para molestarlo –Y sé cuánto te gustan los postres de frutos rojos, desde niño te encantan- Hace que la felicidad vuelva a reinar entre ambos –Y te puedo asegurar que dan de esos ricos postres- Ambas mejillas se frotan, ya que esa es su manera de demostrarle cariño y comprensión a su hijo.
El peliverde solo sonríe, ya que le da cosquillas aquel gesto entre ambos, dejando escapar unas pequeñas risa que se trasforman rápidamente en carcajadas, pero guardando la compostura como siempre debía hacer en momentos importantes.
-Ese es un lado positivo- Ladea su cabeza, sonriendo a medias, para ver a quien lo trajo al mundo, evitando el espejo.
-Entonces, vamos ya... Tu padre nos debe estar esperando- Rápido le da espacio al peliverde para que se levante de la silla, al igual que los sirvientes se acomodan para darles espacio al caminar –No olvides tu mascara hijo-
Aquellos ojos fiusha solo se giran, para bufar fastidiado y ver justamente la máscara de color blanco, adornada con delicadas flores moradas a mano, con unos puntos color rosa en donde las cejas van, posee huecos en los ojos y las orillas pintadas de azul marino, en las mejillas unas pequeñas nubes en tonos rosas, y al ser hasta la mitad del rostro, deja ver sus llamativos labios que poseen un ligero tono durazno.
El doncel mira esto y de nuevo le incomoda todo este accesorio –Otra idea excéntrica del emperador- Se levanta, tomando aquella hermosa, pero asfixiante mascara -¿Por qué agregar una costumbre extranjera a nuestras tradiciones?-
El peliblanco se encoje de brazos –La verdad, creo que fue su hijo quien lo propuso. No hace mucho realizo un viaje lejos de nuestras fronteras y trajo varis ideas innovadoras y otras...- Muestra sus dientes, como el ceño fruncido en señal de incomodidad, acompañando todo con una sonrisa falsa –Un tanto curiosas-
-Tontas me parecen a mí- Enfatiza el doncel, mientras decide salir de su habitación, decidiendo llevar la máscara entre sus manos hasta que no tenga opción más que ponerla sobre su rostro.
Le da tanta gracia y tranquilidad las actitudes de su amado hijo... Puede que para muchos posee una personalidad rebelde por sus pensamientos y fuerte complexión, deseando llegar a ser más que solo un doncel de adorno. Las aspiraciones de Shion, no deberían ser de desear un puesto militar, no debería practicar combate, ni ser un estratega, como líder nato, pero... Al peliblanco nada de eso le importa mucho, aunque vaya contra las reglas, está feliz y orgulloso de la fuerza y determinación que posee su pequeño, mas esta consciente que eso le traerá muchos problemas en algún futuro.
Aun así... Shion, no estará nunca. Mientras sus padres estén con vida, lo amarán y protegerán a pesar de cualquier cosa.
-¿Están listos?- Otro hombre también mayor como el peliblanco, se hace presente en la conexión del pasillo a la salida.
Asiente el más joven –Si, padre- Le regala una sonrisa, para hacer una pequeña reverencia.
Aquel hombre de cabellera lila, atada en una coleta alta, de ojos fiusha, y unas cejas circulares similares a las de su primogénito. Sonríe, pues le da gusto verlos a ambos –Te ves muy bien, Shion-
-Gracias- Acepta el cumplido con un leve sonrojo, aunque realmente no le cree mucho, pues no se siente así.
-Al igual que tú, mi amado borreguito de lana blanca- Camina para encontrarse con el peliblanco, tomando su mano y dándole un beso en el dorso de la mano derecha –Cada día te veo más precioso, Avenir- Una muestra del cotidiano amor que los dos hombres mayores se tienen.
El sonrojo en las morenas mejillas no se hace esperar, encantado de esas atenciones que su esposo le da a diario –Hakurei, eres tan educado- El nervioso coqueteo aún sigue presente.
No importan los años que ya hayan compartido juntos de conocerse, de casados, de tener un hijo y de miles de noches de amor, siempre esas delicadas muestras de afecto provocan que sus corazones se sientan en las nubes.
-Bueno, debo tratar a mi esposo de la mejor forma posible, ¿No crees?- No puede evitar, darle más besos a esas manos, como robarle un beso a esos carnosos labios.
Al estar ellos dos juntos, se puede respirar en el aire un amor genuino y puro, y desde luego el fruto de ese apasionado amor, los mira enternecido con una amplia sonrisa, y al estar tan acostumbrado por siempre ver así a sus padres. Nota lo afortunados que ambos son, pues no cualquiera en este tiempo logra tener un amor así de grande y hermoso.
En realidad Shion, no espera tener un amor así, no lo desea, no quiere casarse, pues solo prefiere contemplar el amor de lejos.
Al poco tiempo, los tres suben a un rústico y elegante carruaje, pintado de color blanco con detalles en color café en las puertas y ventanas, al igual que los peldaños de madera oscura. Lleva un sello familiar, de dos montañas con un carnero dorado en la cima.
Aquel vehículo se dirige hacia el palacio imperial, donde la fiesta se llevara a cabo en poco tiempo.
Para este momento, todos los sirvientas de la familia imperial se encuentran de aquí para allá, terminando de decorar, dar los últimos detalles a la comida, las luces y linternas finamente puestas, todo se encuentra muy limpio, elegante, con los invitados más tempraneros llegando, indicando que en poco tiempo todo esté listo.
-Veremos si tus regalos e ideas son acordes a nuestra gente- Un hombre de cabellos negros y cortos, con una mirada seria e imperturbable.
Observa por aquella ventana del palacio, mientras admira lo que su hijo mando a hacer.
-Ya verás que sí, padre- Un joven hombre de apariencia más juguetona y relajada se sirve un poco de alcohol, para empezar a beber desde temprano –Un poco de diversión no está de más. Debemos celebrar que tenemos unos nuevos aliados, como a ver obtenidos nuevos territorios ahora- Si bien, parece desinteresado, siempre está atento a todo lo que rodea su imperio.
-Puede que tengas razón- El hombre de túnicas verdes oscuro de dos capaz, con detalles cual oro en el cinturón, además que en su pecho y hombros una armadura de color negro se hace presente.
Se aleja de la ventana, para adentrarse un poco al salón en el que están –Aunque me gustaría que trataras de hacer un esfuerzo- Sin mirar a su hijo, solo con los ojos negros puestos hacia delante y con las manos firmes en sus laterales.
Arquea una ceja confuso para encarar a su padre -¿Qué haga un esfuerzo?- Se pregunta serio del por qué viene eso -¿En qué?- Deja de tomar su bebida, pues le parece bastante curioso.
Carraspea un poco, frunciendo el ceño y tocándose el puente de la nariz –Sabes muy bien a que me refiero, Dohko- Se gira para verlo, bastante molesto evidentemente, enfatizando con la mano derecha su punto.
El castaño de ojos verdes esmeraldas, se queda pensativo unos segundos, pero rápido conecta los puntos –Aaaaaah, eso... De que me comprometa y me case y...- Hace giros con su mano izquierda en el aire, elevando su vista hacia el techo dándole fastidio ese tema –Esas tonterías de que un emperador no puede serlo adecuadamente si no procura tener un heredero y blah, blah, blah- Parece realmente desinteresado y aburrido sobre esos asuntos, hasta descaradamente se burla porque en realidad no le importa hacer nada de eso.
Lo cual fastidia y enoja rápidamente al hombre mayor. De inmediato le arrebata el vaso para arrojarlo con fuerza al suelo -¡¡¡NI SIQUIERA HAS SIDO CAPAZ DE EMBARAZAR A UNA DONCELLA O DONCEL DEL HAREM, PARA MÍNIMO YA TENER UN HEREDERO POSIBLE O PENSADO EN CASARTE CON ALGUIEN IMPORTANTE Y DECENTE!!!- Realmente le preocupa el futuro de su imperio en las mano de su fuerte e inteligente hijo, pero irresponsable en lo que significa una formalizar una familia imperial.
No le intimida para nada el grito y actitudes de su padre, solo suspira y sonríe desafiante –No me interesa procrear aun, solo la manera de hacerlo es divertido- Rápido contesta, jactándose de ello.
-No te voy a permitir que me hables de esa manera, recuerda que estas ante la presencia del emperador Itiá, quien aún tiene el poder de hacer que tus planes caigan- Claro que es capaz de cumplir y mantener su amenaza, sin importar que solo posea un heredero.
Como es algo normal que se pensara, podría ser que el emperador Itiá tuviera otros hijos ilegítimos, en realidad solo ha procreado un solo vástago, siendo el único que podría heredar, pues Dohko definitivamente no tiene competencia alguna para gobernar el imperio.
Pero prefiere ya no hacerlo enojar, sino el evento se sentirá muy amargo –Esta bien- Ahora se muestra derrotad de manera fingida, y disimuladamente gira sus ojos –Tratare de encontrar a alguien para casarme cuanto antes- Enfatiza con sus manos abiertas, delante de su cara como manera de calmar a su padre.
-Pues hoy tienes la oportunidad perfecta con tu fiestecita esa de máscaras ridículas- Le recrimina, pues no esta tan de acuerdo con ese evento que considera algo vulgar, pero proporcionar cierta libertad a su primogénito para hacer algunas idioteces que pudieran ganar el favor de las futuras generaciones, podría ser beneficioso al imperio.
-¿Qué?- De nuevo se increpa –Pero yo solo quería beber y divertirme esta noche- Sus ojos verdes se abran de par en par, bastante consternado por esas palabras.
-Pues ahora sabes la condición que te di- Le sentencia, con la mirada oscurecida, los brazos detrás de su espalda, manteniéndose firme a sus palaras -Deberás presentarte y conocer a todas las doncellas y donceles en edad casadera de estas familias importantes- Señala hacia la ventana -Alguno te debe llamar la atención- Le habla fuerte y claro, sin perder la calma que está recuperando.
Lo sentencian de nuevo y sabe muy bien que esta vez no tendrá escapatoria –Bien... No serán divertidos, solo con verme ya caen rendidos, puedo hacer lo que sea con ellos, no tienen manera de negarse a nada de mis deseos- Le parece un enorme fastidio, su voz lo evidencia con molestia y agregándole su enorme orgullo su comportamiento se vuelve peor.
-Pues mejor- Le contesta su padre con satisfacción –Así no se opondrán a casarse contigo si lo quieres-
-¿Y que chiste tiene eso?- Habla aburrido, para cruzarse de brazos, recordándose en la orilla de la venta alta –Para eso, mejor tomo a un concubino del harem, me caso y listo...- Sonríe burlón, con el ceño fruncido -Después de todo ellos no tienen voluntad contra nosotros- Simplemente sus palabras dictan la verdad.
Por lo contrario que se pensara, en vez de causar una enorme molestia al actual emperador porque esto llegara a ser una realidad. Este gobernante no reacciona mal, de hecho se nota melancólico ante este tema y solo deja salir unas tenues palabras casi inaudibles –No todos lo son...-
Apenas si llego a escuchar un murmullo de su padre -¿Mmh?- Pero este no responde más a esto.
Cierra sus ojos, suspirando cansado -Como sea, termina de alistarte que ya han comenzado a llegar- Le indica con seriedad, dando pasos hacia afuera de aquella habitación.
Dejando a su hijo con una mirada confusa y curiosa en su rostro, pero poco le dura esto –Si, si, si... Solo bucare a alguien para pasarla bien hoy, y veré si con ello me deja en paz un rato. Con que crea que me interesa para casarme, no me fastidiará- Ya tiene un plan maestro, para disfrutar la fiesta como lo planeo desde un inicio.
Realmente Dohko, prefiere mil veces solo tener encuentros casuales con ciertas personas, divertirse con sus camaradas, ir de casería y regresar a beber, para luego ocuparse en lo que algún día seria todo suyo.
Esa es la vida que deseo y soñó desde que probo los placeres del libertinaje. El comprometerse, casarse y tener hijos no está en sus planes a corto y largo plazo, solo quiere vivir su vida de la manera que él quiere.
Piensa que por su posición, el encontrar a alguien digno de él, debe ser como en la cacería. El pensar que tomara a alguien para un matrimonio y volverlo en su emperatriz o emperador concubino... Mínimo debería ser interesante, que pudiera darle un reto en conocerlo, no desea una persona que con una sola palabra le abra las piernas así de fácil.
Le gusta lo difícil, quiere un buen desafío para encontrar a alguien que no se la deje tan rápido y accesible todo. Pues si le cuesta ganar ese cuerpo, sería un precioso triunfo un tesoro que presumiera ante cualquiera.
Pero el castaño entiende muy bien, que en realidad tener algo como eso es sumamente imposible, ya que su posición y futuro, lo pone en un lugar donde todo le será muy fácil, así que la posibilidad de encentrar a alguien así de único en este imperio suyo es casi cero.
Cuando se asoma por última vez a la venta, nota que un carruaje blanco, con un escudo de un carnero dorado y montañas, le llama la atención, conoce al jefe de esa familia importante de su imperio, pero poco conocía de sus familiares, pues es de los más recebados de los generales de su padre, así que con curiosidad observa desde su posición.
Nota bajar al esposo del general, le parece elegante o como se dice un digno doncel de familia. Pero como en la mayoría de las familias militares, piensa que ellos también tienen un hijo varón sin segunda condición que seguirá los pasos de su padre, pero su curiosa aumenta cuando ve bajar a un joven vestido con las prendas de un doncel en tonos rosas y morados, con un ajustado cinturón en rojo, caminando detrás de los mayores, mientras se coloca la máscara que todos los jóvenes deben portar para agregarle algo de misterio y gracia al evento.
Esto claro que le impresiona, una cara bonita, un cuerpo precioso y un botín que no conocía.
Se relame los labios brevemente, pensado felizmente con una sonrisa socarrona que ha encontrado a la presa perfecta con la cual pasara un buen rato por un tiempo, solo sabe que con sus encantos ya lo tiene en sus manos para divertirse y tenerlo. Claro que no será tan descarado para proponerle algo indecoros de inmediato, debe respetar a las familias militares, pero mínimo obtendría algo más que un baile con él.
-Bien... Tengo que ir a presentarme a mis flamantes invitados- Dice esto, mientras sus ojos esmeraldas brillan en curiosidad y confianza.
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Buenos días, tardes, noches, ¿Qué hora es? ¿Quién me ha robado el reloj? ¿Cómo están mis terrones de azúcar?
Espero que estén disfrutando esta enorme locurita que es el DohIonTober2024.
Les diré que vayan a ver las listas que estoy haciendo de todos los que participan e el ShaMuTober2024, DohionTober2024 y CaMiloTober2024, somos poquitos, pero lo hacemos con mucho cariño.
Sin más me despido terrones de azúcar.
Los quiero mucho.
Ammu se va.
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