Tentación
Con sumo cuidado se le acercó por detrás y sin rozarla siquiera le susurró al oído únicamente dos palabras. De pronto, el tiempo se detuvo y las páginas que ella ojeaba quedaron congeladas entre sus dedos. El corazón de la muchacha aceleró su baile, víctima de la sorpresa, y su respiración se cortó de golpe. Era él. Sin poder moverse, notó como sus largos y finos dedos, expertos en la materia y en la música, acariciaban su cuello, apartando los rizados mechones que protegían la sensible piel, uno a uno, como si disfrutará con cada movimiento. Sintió la calidez del aire que por su boca y nariz circulaba y percibió el cítrico aroma de su cuerpo a pocos centímetros de su menuda figura, haciéndola sentir pequeña e indefensa.
Mientras, él medía con precisión cada uno de sus movimientos, lentos y delicados, obsesionado con cada pequeño detalle. Sus ojos observaban el hipnótico palpitar bajo la suave nieve virgen, del ahora desnudo cuello. Sus labios sintieron la calidez que su piel irradiaba y sus sentidos quedaron empalagados por el dulce aroma del perfume que ella siempre usaba. La mordió, pinzando con suma delicadeza en la clavícula y saboreó el agridulce sudor que empezaba a deslizarse por su pálida y tersa piel.
Sintió su imponente presencia contra la espalda. Una de sus manos la acariciaba suavemente la mejilla derecha, mientras con el otro brazo le rodeaba las caderas y presionaba su cuerpo contra la pequeña figura de la joven, mientras sus labios recorrían un camino desde la delicada clavícula hacia la oreja, sin llegar a besarla. Los dedos de ella se enredaban en su espesa melena negra, animándolo a seguir recorriendo cada rincón de su alma, mientras paulatinamente recuperaba la respiración.
@yepescritora_98
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