Resaltaban como pequeñas motas de polvo pulcramente blancas sobre su cabellera negra. El invierno azotaba la región, tan violento como era costumbre por aquellas fechas.

La muchacha de cabello azabache se quitó su grueso abrigo de piel y lo dejó despreocupada sobre una mesa. Se sacudió las botas y el pelo dejando resbalar el agua de los copos de nieve ya derretidos, salpicando el suelo. Se dirigió a la pared este de la taberna para ojear el tablón de anuncios en busca de una nueva recompensa. Mientras, el barman le servía lo acostumbrado y la observaba curioso y expectante, pensando en la asombrosa historia que aquella noche escucharía y que le daría para hablar durante meses con familiares y clientes. Aquella mujer, que a primera vista no llamaría la atención de nadie, resultaba ser la más famosa caza recompensas del reino, la única fémina en el gremio, pero la mejor en su trabajo. Al otro lado de la barra, otro habitual de la casa la miraba con una sonrisa de medio lado. ¿En qué líos se habría metido esta vez? Y lo más importante de todo, ¿en qué movidas decidiría meterlos ahora que él ya estaba completamente recuperado y podía volver a las andadas?

@yepescritora_98