C3: ¿Y de quién...?

—¿Y viste cuando Denki electrocutó su control remoto y lo desconfiguró? El hombre quedó totalmente confundido.

Red Riot, Cellophane y Chargebolt se encuentran celebrando una increíble batalla. Red Riot por la izquierda, Cellophane por la derecha, y Chargebolt con su amor y apoyo incondicional.

—Oh, me reí demasiado. Me agradan mucho los héroes melodramáticos.— el rubio exclamó emocionado. Desbordaba ese refrescante aroma a limón, que con el aroma de Eijiro a sándalo era un ambiente relajante y cómodo.

—¿Y qué vamos a hacer hoy?— preguntó Hanta, arruinando la increíble danza de cálidos aromas,

con su aroma a mariguana.

—¿Hoy día no cumple años una personita especial?

—¡No!— el rubio exclamó emocionado. —¿¡Estás hablando de King Explosion Murder God Dynamight bla bla blá!?

El trío río, quedándose un rato relajándose. El reloj marcaba las dos de la tarde, la cafetería se empezaba a llenar por los estudiantes en práctica, colándose por ahí un pequeño héroe peliverde.

—¡Izu!

—¡Hey! ¿Hace cuánto llegaron? Estuvieron increíbles— Izuku llegó a la cafetería con tres botellas de agua para los héroes.

—Ay, lo dices solo para ser amable. Si tú te hubieras encargado de él, habrías terminado en 10 minutos.— El omega rodó los ojos por el comentario del pelirrojo.

—Era una misión para ustedes... ¡Oh! ¿Vendrán al cumpleaños de Katsuki?

Los tres asintieron. El lindo omega, Izuku Midoriya, le ha organizado todos los años la fiesta de cumpleaños de Katsuki. Sea una enorme fiesta hasta el amanecer, o una pequeña reunión entre amigos. El pecoso siempre hacía una pequeña reunión con sus compañeros y la mayoría de estas Katsuki no tenía ni puta idea que iba a tener una celebración.

Incluso si ellos dos se pelearon, Izuku aún así le haría una fiesta que disfrutaría enormemente el rubio. Así que la fiesta de cumpleaños de Katsuki no dependía de él, dependía de su pareja.

—No será tan grande como la del año pasado, pero como Katsuki no trabaja hoy, se alargará lo que el cumpleañero quiera.

—Ah, qué emocionante. ¿Llevamos algo?— el peliverde negó con una dulce sonrisa.— Detesto que seas el mejor omega del universo, ¿Por qué yo no tengo un omega?

—¿Tu olor a mariguana?

—¿No puedes ni cuidar a un cactus?

—¿Tu pasión de malandro latino?

—...Son de lo peor.

Katsuki abrió la puerta, encontrándose con la mayoría de sus compañeros de trabajo. Observó con algo de interés en las cuántas botellas que llevaba el rubio con su acompañante pelimorado. También vio a esa omega de cabello castaño, mejor amiga de su pareja y quizás una causante de sus dolores de cabeza.

—¿Nos dejarás entrar, cumpleañero?

—Déjame pensarlo... no.

Terminando con eso, cerró la puerta.

—Kaachan— se escuchaban los reproches del pequeño omega que movía cosas de un lado a otro. Luego de unos segundos abrió la puerta rápidamente. —Lamento mucho eso, Katsuki se encuentra algo... irascible.

—¿Más de lo usual querrás decir?— Mina preguntó con un tono carismático, el pecoso río al escuchar el pequeño gruñido de su alfa.

Sí, exacto.

El rubio vio como en pocos minutos su cómoda y tranquila sala de estar se transformó en una junta (mejor dicho, fiesta) de amigos. Mina, Denki y Jirou se encontraban en la cocina preparando unas inocentes bebidas, siendo cuidados por sus alfas.

Izuku se encontraba hablando con Ochako y Shoto. No ha hablado desde hace mucho tiempo con el bicolor por su preparación para ser el próximo jefe de la agencia de Endeavor, y con Ochako no ha tenido tanta comunicación por su viaje de negocios en Estados Unidos. Así que el menor se encontraba muy emocionado de ver y poder hablar con sus amigos.

Así que Katsuki la estaba pasando de maravilla.

—¿Quiere un poco, Señor Bakugo?

El alfa levantó la cabeza al no reconocer ese aroma. Era una peliceleste con los ojos más negros que había visto, parecía muy joven para ser héroe.

¿Qué haces en mi casa?

—Oh, vengo con la señorita Uravity. Estoy haciendo, ah, mi práctica junto a ella y...mis otras compañeras. —El alfa le sonrió, dándole una de sus sonrisas menos hipócritas que pudo hacer. Le recibió el pequeño dulce, y salió de esa situación.

—Oi, niña chicle, ¿Por qué trajiste a tus porristas a mi casa?— Ochako solo rodó sus ojos, ignorando por completo la ira del rubio.

Conocía a Katsuki, odia a los estudiantes en práctica, y que personas desconocidas entren en su territorio. Sin embargo, eran estudiantes estadounidenses y la heroína castaña no las podía dejar solas en un país desconocido. Ignoró por completo el gruñido gutural del rubio, disminuyendo el volumen gracias a pequeños cariños del pecoso.

— ¿Quieres un poco?

Izuku vio dulcemente el trozo de tarta que le había traído Katsuki. Sin embargo, solo tuvo una mueca.

—No, huele raro.

Shoto y Ochako se miraron entre sí. Era Dango, el postre favorito de Izuku. Esto solo significaba una cosa: que debe de ser malo, si no le gustaba a Izuku.

—¡OCHAKO!— Se desconcertaron por el grito de la pelirrosa, Mina llegó corriendo al lado de la castaña y la agarró del hombro bruscamente. —¿Me podrías, ah, acompañar al baño un segundo?— preguntó nerviosa. Antes de que respondiera, ella solo fue arrastrada y encerrada en el baño de ese domicilio.

—Si quieres vomitar, voy a llamar a Eijiro.

Ochako se quedó en silencio, al ver a Denki y a Jirou dentro de la ducha, sentados seriamente. Los tres miraron seriamente a la castaña, cohibiéndola un poco.

—Ocha...

—Mierda, ¿Qué pasó?

La pelirrosa levantó con cuidado el basurero. La omega ya tenía un terrible presentimiento de esto. Con cuidado, sacó un aparato de plástico, entregándolo a Ochako, y comentando suavemente:

—Tus estudiantes son todas omegas, ¿No?... Y todas ya están enlazadas, ¿Verdad?

—...Carajo.

La fiesta siguió normalmente, ya algunas rondas de alcohol habían pasado y el rubio se encontraba más animado de esta fiesta, hasta se amistó con la estudiante estadounidense.

—¿Otro camarón, Señor Bakugo?— el rubio asintió, recibiendo el mondadientes.

Ya no eres una zorra, Palmer.— la peliceleste asintió emocionada.—... ¿Y esos cuatro tiesos qué?

Los tres omegas, junto con la beta pelirrosa, se encontraban parados en una esquina de las fiesta. Se escuchaban algunos murmullos entre ellos cuatro, poniendo nerviosos a sus parejas.

—Denki, estás haciendo lo del cortocircuito...— Hitoshi se acercó a su pareja, que lo llamó involuntariamente por su aroma.

—Oh, sí, perdón...— el rubio se disculpó, intentando disimular el aroma. El beta se fue, dejando nuevamente a los cuatro entre murmullos. —¿Y qué hacemos ahora? ¿Tiramos un tiro a ciegas, o...?

En una fiesta donde todos son héroes, sólo habían 10 personas que podrían estar encinta, y con los

cuatro descartados, las personas que quedaban...

Era obvio que Ochako estaría en problemas.

—Ah, oigan, ¿Qué pasó? ¿No les gustó la fiesta?— el peliverde se acercó al grupo.

—No, no, sí nos gustó, muchísimo. Solo estamos... ¡Poniendo sobria a Mina!

—... ¿Por qué siempre yo?— Ashido preguntó extrañada. El pecoso sonrió.

—Oh, qué alivio. Creí que no les gustó, y si eso pasara, yo no sabría...— y de un momento a otro, empezaron a revolotear un aroma de mucha tensión y de tristeza. Incluso Katsuki entre toda la borrachera levantó la cabeza buscando a su omega.

Ochako abrió un poco sus brazos para abrazar cálidamente a su amigo algo... inusual.

Honestamente, quizás ese abrazo no solo era para reconfortar al peliverde, tenía que preguntarle a sus chicas y eso le inquietaba.

¿Pero cuál de ellas será...?

La residencia Bakugo se encontraba en el ambiente post-fiesta. YaoMomo ayudando a Izuku con la basura, Eijiro intentando a colocar un poco más sobrio a su amigo que aún hablaba con las estudiantes sobre profesores y asquerosas materias.

—Escuchen, novatas, cuando yo tenía su edad y Aizawa me retaba por hacer algo súper genial, yo solo le decía...

—"Sí, Aizawa-Sensei, no lo volveré a hacer, boo-hoo"—Eijiro respondió, intentando darle otro vaso de agua.

—¡Cállate Eijiro, ellas no tienen que saberlo!

—Miren chicas, la verdad es que King Explosion Murder God Dynamight bla bla blá sí era algo desubicado y un muy mal estudiante. Un espíritu indomable...— Katsuki sonrió orgulloso. —... hasta que lo domaron.

Su sonrisa desapareció, hasta que sintió la risita de su omega.

—¡Como tú y Kai!— una estudiante exclamó, molestando a su amiga.

Ochako, ya no podía más.

—¿¡Mocosas, quién de ustedes está embarazada?!

La soltó. Así sin más, probablemente la castaña no pensó lo que acababa de decir, pero lo hecho, hecho está.

Todos los invitados se quedaron en silencio, las estudiantes claramente se encontraban rojas de vergüenza, hasta que Katsuki rompió el silencio gritando:

—¡ASÍ QUE SÍ ERAS UNA ZORRA, PALMER!

Fue callado por el pecoso, antes de que la cagara más. Una estudiante se levantó, avergonzada.

—Uraraka-Sensei, ¿Por qué piensa eso?

—Bien, Ashido encontró una prueba de embarazo positiva en el baño, y.. bueno, intuyo que es de ustedes.

—¿¡Por qué nos haríamos una prueba de embarazo en un baño de una fiesta desconocida!?

Pensé que eramos amigos, Palmer... — Izuku calló de nuevo a su esposo.

—¡¿Y POR QUÉ NO?!

Una discusión fue iniciada con la castaña con las cinco estudiantes, una pequeña caja de Pandora se había abierto, empezando a romper el hilo de las chicas.

—¡URARAKA, YA! — el grupo fue callado por el grito del omega —...La prueba es mía.

Todas las personas giraron a ver a Izuku, quien se encontraba agarrando el brazo de la castaña. Unos segundos de silencio bastaron para que fuera roto con gritos de sorpresa.

—... ¿Sorpresa?

QUE PUTA MIERDA DE CAPÍTULO.

No sabía cómo terminarlo, pero ya era mucho tiempo sin escribir y este era ya como el intento N°3760 de este capítulo.

Les aseguró que será mejor ahora que cerré el año. Y tengo en verdad una buena excusa -larga, pero muy buena- excusa.

¡Así que, eso!

Si hay algún error, duda o sugerencia, no duden en escribirme

¡Y eso!

Adieu!

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