Katsuki se encontraba en un dilema: ¿Katsudon o Ramen? No es que sea importante para él, pero para su omega sí. 

—Izu, ¿Quieres Katsudon, o...?

—¡DÉJAME EN PAZ! 

Izuku está desbordando el departamento de feromonas inquietas. El peliverde estaba tenso. No podía ordenar bien su nido. Una manta no estaba bien, la camisa de Katsuki no quedaba bien en la punta. 

—Bien, todo está bien...— mantuvo sus manos cerca de la sábana, si se caía la alcanzaría a sostener. El omega se tranquilizó en un momento, bajando sus manos lentamente.

El omega se quedó viendo en silencio el nido. Algo estaba mal, este nido no estaba bien. Antes de cambiar algunas cosas, las luces LED se cayeron, botando la sábana. 

—¡TU PUTA MADRE!

—Uh...eso no es bueno— Katsuki apagó el horno y caminó  lentamente hacia la habitación. A Izuku solo le daban colapsos cuando estaba en su pre-celo. Solo necesitaba un momento de calma y recordar que era un increíble omega.

Y no solo lo dice porque era su alfa. Izuku Midoriya se considera el mejor omega del mundo. Su aroma de hierbabuena, su instinto maternal y su pequeño, pero ágil cuerpo lo hacía el omega perfecto para la sociedad. 

Izuku muy pocas veces piensa en eso, pero lo intenta recordar cuando Katsuki lo acuna al no hacer bien su nido o no se siente como un buen omega, 

Justo como hoy.

* * *

El aroma de Izuku ya se sentía más dulce. Katsuki  encontraba que su aroma pasaba de un dulce y suave té de hierbabuena a  un refrescante y delicioso mojito. 

—¿Quieres comer?— el rubio preguntó. Su omega estaba agarrando a su cuello, sentado n la isla de cocina con sus piernas enganchado en la pequeña cintura del rubio. 

—No...— ronroneó. Con ese pequeño ronroneo, el rubio se dio cuenta que pronto iba a perder al pecoso, y no quería hacerlo en la cocina. Su omega peleó tanto con su nido. 

Lentamente alzó a Izuku quien se aferró más en la cintura de Katsuki. Cuando el mayor empezó a moverse, el peliverde se alarmó con lo último de consciencia que le quedaba. Ya que él sabía que, entrando a esa puerta;

No podría ni pensar. 

—¡Espera! Antes de eso— el peliverde se soltó del agarre, dando un pequeño salto  para llegar bien al suelo. 

—Deku, no, vamos a la cama— Intentó sonar autoritario, pero las feromonas del omega ya lo estaban afectando, hablándole más como si le estuviera rogando. 

El pecoso respiró hondo, y de un agarre suave llevó a Kaachan al sillón. El rubio esbozó una sonrisa traviesa cuando el peliverde lo miró con esos grandes ojos, que siempre le recordaban a un adorable y curioso cachorro. 

—Kaachan, y-yo... ¿Nunca has...?— el rubio se estaba inquietando más y más, pero el peliverde seguía intentando buscar las palabras.

—Izuku~— está vez Katsuki ronroneó, intentando llamar al omega interior de su pareja. 

—Kaachan— Izuku agarró con dulzura el rostro del rubio—, ¿Nunca has pensado... en tener un cachorro? 

Katsuki abrió los ojos sorprendido, no esperaba esa pregunta. E Izuku no esperaba esa reacción. 

Hubo un momento de silencio, las feromonas del pecoso disminuyeron, sin embargo, en un momento vino una oleada de pena, alarmando al rubio. 

—¿Por qué la pregunta?— Katsuki preguntó, sabía que era de las preguntas más obvias, pero era lo único que pudo decir. Izuku sonrió avergonzado, aumentando la oleada de tristeza del ambiente. —Hey, tranquilo...

—Varias personas han dicho de que podríamos ser buenos padres y sería increíble que tuviéramos un cachorro. Y... ¿Nunca has pensado en eso? 

Katsuki tomó lentamente de los hombros al menor, acercándolo hacia su pecho. Suspiró y se quedó en silencio, acariciándolo con sus dedos pulgares. 

—Izuku... estamos tan cerca de llegar al número 1, uno de nosotros lo va a lograr. A mí ya me vale mierda si pierdo contra ti, pero, ¿Y tú?— el peliverde arrugó la nariz, no entendía el punto del rubio.— ¿No te gustaría llegar a ser el héroe número uno? Ya que, luego...

—Sé que para los héroes omega luego de tener un cachorro es muy difícil volver a su racha. ¡Y pensé en eso!— el pecoso exclamó, observando al alfa— Yo no soy un omega que trabaja solo, somos un dúo. Por eso no impactará tanto... 

—¿Y en lo demás? Izu, eres el mejor omega del mundo. Y no eres muy bueno con las críticas ni la popularidad al ser el mejor omega, tener un cachorro te tendrán todos en la mira...

El pecoso pensó bien en eso. Katsuki tenía razón, si todos hablaban de él cuando entró a la agencia de Endeavor en un rango tan alto, cuando se transformaron en el dúo dinámico DynaDeku hubo más ojos esperando a que Izuku se equivocara.

—...Estoy bien con eso.

—Izu... ¿En verdad quieres tener una familia conmigo?— el tono del rubio cambió. Había una sensación de alegría en ella. — Cambiaría todo... ¿Tú quieres~?

—¿Tú quieres~? 

La seriedad de Katsuki se transformó lentamente en una sonrisa juguetona. Estaba feliz. Miró emocionado al peliverde quien compartió la sonrisita del peliverde. La pareja luego de verse unos segundos en silencio, empezaron a reír. 

—Ven aquí, nerd— en una jugada rápida, el alfa alzó al peliverde llevándolo hacia los hombros, cargándolo como bombero. Esto hizo sacar un grito de sorpresa y de emoción al pecoso. 

—¿A dónde me llevas? 

—¿A dónde crees?— el rubio preguntó, lascivamente —No estuve ocupando una camiseta durante 3 días, no hay que desaprovechar el nido. 

* * *

—No puede ser...

Izuku musitó, mirando hacia el techo. 

—¿Ya es muy tarde para arrepentirse?— el pecoso le preguntó al rubio, quien besaba las marcas suavemente.

—Eh...— Katsuki inspeccionó el cuerpo de izuku y el nido— Seehh...

* * *

¡Hola, hola! 

Este capítulo es como más o menos de relleno, así que el próximo capítulo (espero) que sea mejor. 

¿Qué les gustaría para el próximo capítulo?

Si hay algún error, duda o sugerencia, no duden en escribirme; 

¡Y eso!

Adieu!