amor
Con sus manos atadas lo besa, manosear su cuerpo y le abre las piernas para rozar sus cinturas, las piernas de Singapur están desnudas y el las acaricia sin pudor.
Baja a su cuello y deja marcas muchas marcas que el Surcoreano gime al dolor pero no puede quejarse al saber que el acepto aquello, las manos del Singapur recorren su abdomen por debajo de su camisa.
Singapur es nuevo en esto, lo ha hecho con mujeres pero no con chicos acaricia su abdomen desliza su camisa para dejarl su parte de arriba desnuda, abre las piernas pero cierra los ojos.
Se besan a pesar de que aquello era solo por dinero, Singapur pagaría lo suficiente para tenerlo a el, Surcorea un país sin voluntad y con piezas falsas que Singapur ama.
Baja dejando chupones en su estomago sur siente que el cálido aliento de Singapur baja hacia su parte íntima justo en los boxers.
Iba a doler.
Surcorea era como una muñeca de porcelana que podría romperse pero las apariencias engañan,bajo esa sonrisa se encontraba un niño solitario que buscaba ser algo más un niño que quería a su hermano a toda costa, siente a Singapur meter uno de sus inexpertos dedos , gime y se retuerce al ver que este trataba de ser experimentando pero no lo culpaba; sur tampoco sabía de aquello pero lo más cercano no fue bonito.
–- Piensa en mi–, abre sus ojos , Singapur tiene una mirada seria, sur tenía una mirada que por primera vez transmitía vida.
Singapur aquel país que estaba orgulloso de sus logros, de que todo el mundo lo admiraba y también de convertirse en potencia.
Aquel país chico y pobre no ya no existía ahora Singapur estaba en la sima.
Todo gracias al dinero.
El dinero.
Surcorea dice su nombre al sentir su lengua, agarra una su parte trasera para por sentir la piel del surcoreano, es suave,su gobierno odiaba la homosexualidad y era estricto tal como el.
Sin embargo cuando vio a sur no pudo resistirse a preguntarse a si mismo como sería tener un chico en su cama.
Sur dice su nombre, toma su pelo para que finalmente el líquido del surcoreano baje por su boca, se levanta para finalmente ahora el se quite los pantalones.
Siempre s había sentido pequeño.
Sur odiaba la soledad.
Ambos eran amigos,sur haría todo por no perderlo y Singapur lo quería en su cama.
Los amigos se apoyan en las malas y en las buenas,¿ no?.
Ambos eran capitalistas, Singapur amaba el dinero y sur también.
Abrió las piernas del Surcoreano para notar que sus ojos bicolores miraban la pares avergonzado.
–¿ Quieres que yo también me quite la ropa?–, sur lo mira totalmente nervioso, – si...por favor–, era verdad que el parecía una experto sexual al lado de sur.
Se quita aquella elegante camisa para dejar ver su cuerpo, sur lo admira sin embargo se acuerda de su hermano y siente que lo está traicionando o mejor se esta traicionando a si mismo.
Sur amaba a su hermano.
Singapur lo pone contra el suavemente sur siente un dolor que borra toda preocupación de su mente, olvida a Japon, a china , al imperio Japonés y a Norte.
Singapur es delicado al ver que el cuerpo de sur se parece al de una chica, ambos están rojos y Singapur quiere que sur diga su nombre mientras tiene sexo, sur aún no se acostumbra completamente pero mueve sus caderas al querés sentir ese dolor y el dinero.
Los verdadero amigos hacen todo porque son amigos,¿ no?.
Empuja su miembro contra sur y este por fin siente algo parecido al placer.
–¡ Singapur!–.
A pesar de no prepararse como se debe,Singapur nota que a sur le gusta el dolor al ver que pronuncia su nombre con morbo.
Era cálido,insaciable y estrecho al igual que el dinero.
Acaricia las piernas del contrario para sostenerlo , las lágrimas de sur comienzan cuando este llega a un sentimiento desconocido.
– ¡ Singapur!–, se siente poderoso, amaba su esfuerzo y tener a sur completamente a su disposición aquí y ahora.
La cama rechina contra la pared, muerde el cuello de Sur para dejar marcas y jugar fon su piel, su piel tan blanca que parecía una hoja.
Al sentir que va a acabar sobre la delgada figura lo besa.
Se separan totalmente semidesnudo de sur para notar que esta con una mirada perdida ante el placer, se acerca el para tomarlo del mentón.
– Gracias–, sur lo mira , Singapur mira el cuerpo del surcoreano y simplemente aquella necesidad resurge cada vez violento.
– Eres una obra de arte sur–,.
Sur cree que miente.
– Si gracias.
Aunque en verdad singapur piensa que sur es una obra de arte que valía todo dinero.
Sur era como el dólar.
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