Capitulo 7 (Culpa)

Sin más se aleja del rubio con rapidez, empujándolo suavemente, aunque este tirón provoca que Hyoga caiga al suelo.

Algo que nunca quiso, pero que se produjo sin pensarlo.

-¿Por... Que...?- Las lágrimas salen de aquellos ojos azules, que denotan la tristeza, y la excitación que aún se mantiene en su cuerpo.

No comprendiendo como era que su maestro a quien hace unos segundos le estaba correspondiendo, tocándolo de formas impropias, besándose, demostrando que en cierta forma sus sentimientos son mutuos.

Sin embargo ahora el peliaguamarino está alejado del rubio, intentando por todos los medios no ver a ese joven que ha dejado caer.

-¡¡¡NO ESTÁ BIEN!!! ¡¡¡LO QUE HACEMOS, LO QUE HAGO..!!!- Unas palabras demasiado fuertes y agresivas, pero no van directamente como regaño para el rubio, si no para sí mismo.

Pues en su conciencia, que ahora lo está rigiendo, no cabe la idea de ¿Cómo fue capaz de besar a su alumno?

¿El hecho de que se atrevería a tocar ese cuerpo inocente y frágil?

Es su alumno por todos los cielos, y si no hubiera sido por que lo volviera a llamar Maestro, habría podido cometer una estupidez que jamás tendrá reparación.

-Pero... Maestro Camus... Yo lo amo... Usted... También a mi...- Para el ruso las cosas están claras, si su maestro le corresponde, y están dispuestos a cometer un acto que cambiara sus vidas.

¿Qué más da los demás?

Ante sus ojos azules la situación está bien, pueden amarse, no deberían cohibirse en algo así.

Sin embargo aquí solo está hablando el alcohol, que si estuviera en sus cinco sentidos el cisne, en su sano juicioso, no hubiera podido hacer algo así.

Atreverse a besar al peli aguamarinó, rogarle por atención, permitir que lo tocara.

Bueno, al menos no habría sido capaz de besarlo, insinuarse, pero aquí todo eso ya no importa, lo que ha cometido es algo que no tiene arreglo ahora.

-¡¡¡ESTO NO PUEDE SER!!!- Sin más, cierra los ojos, negando con su cabeza, intentando no ver a su mayor tentación.

Quisiera seguir, tocar ese cuerpo, hacerlo suyo, pero su cordura puede más que el hecho de estar excitado, con su pene chocando contra su ropa y la armadura.

Debe controlarse, evitar el contacto por ahora, quisiera ayudar al rubio a levantarse del suelo, pues lo quiere mucho, lo ama.

Es verdad aunque lo niegue y quiera evitarlo a toda costa, ese es el ruin sentimiento que su corazón presenta, hacia un joven seis años menor.

Que solo debería ser visto de una forma y ahora lo desea, le provocó alunas marcas en su piel.

-¡¡¡NO ME DEJES POR FAVOR!!!- Es el grito de desesperación que el rubio lanza, cuando ve como los pasos de su amado acuario se alejan hacia la puerta, quería levantarse, alcanzarlo, pero su cuerpo está agotado por el alcohol, su equilibrio es nulo, y la excitación en su jovial cuerpo es sumamente atroz.

Rogara porque Acuario se quede a su lado, pero...

No puede hacer las que ver la armadura alejarse, sin voltearlo a ver, aunque fuera una mirada de lastima quisiera apreciar.

-Duerme Hyoga, descansa y olvida esto- Es lo que el otro le dicta antes de salir de aquella habitación destinada al menor.

En donde jamás debió ingresar, pero no podía dejarlo en cualquier lugar, temía que justo lo que casi cometía, le sucediera al rubio.

Los ruegos del otro se presentan, los lloriqueos, los pedidos de que se quede, que esto no es nada incorrecto, si dos se aman, pero...

Aún está el detalle de ser maestro y alumno, ante los ojos de los demás seria completamente incorrecto, incluso ante su propia conciencia, esto es horrible.

Profanar a un inocente, tocarlo de esa manera, se está odiando a sí mismo, repudiándose por haberse permitido esto.

La puerta detrás de él la cierra, su rostro muestra una gran rabia, apretando sus dientes, y puños.

Como quisiera haber evitado dar rienda suelta a esa situación, pero es demasiado tarde, demostró lo que su impuro corazón guarda, el sentimiento que debió erradicar desde un inicio que lo sintió o mejor dicho lo comprendió.

Prefiere dirigirse a su propia habitación, dejarlo solo es la mejor opción.

Sabiendo cómo se encuentra, no podrá salir, sin tropezarse, es mejor dejar solo a su alumno, aunque este en el suelo, encontrará la forma de descansar sobre la cama.

No es que no le importe, demostró que presenta un enorme amor hacia él, pero es por el mismo bien de Hyoga.

Y lo sabe, no podría contenerse...

Ahora que ambos reconocen estos sentimientos en uno por el otro, ¿Cómo serían ahora las cosas?

Puede que Hyoga olvide que hizo algo así de vergonzoso con su maestro al día siguiente, al estar bastante ebrio puede que algunas cosas las olvide al despertar mañana...

Y que todo quede como un simple sueño, que nada de eso ocurrió de verdad, pero... Camus esta desde luego en sus cinco sentidos, sabiendo lo que hacía, como lo hacía.

Hyoga estando en un estado en el cual no podía consentir en lo más mínimo ninguna acción...

Si hubiera seguido, en ese estado en donde el rubio es dócil, calmado y permisivo en todo, claro que lo habría hecho suyo, se entregarían en cuerpo y alma a lo que sus sentimientos dicen.

Pero, se consideraría una violación al aprovecharse de alguien con ese estado de ebriedad, y era lo que menos deseaba.

Debía mantenerse lejos ahora más que nunca, pues haber escuchado esas palabras de esa dulce boca que provocó y ya extraña.

Acuario está confundido por lo que su corazón le dicta y su cabeza ordena, deseo y decencia...

Dos palabras que claramente no se llevarían bien, pero en una relación diferente podrían ser unidas... Sin embargo en esta no lo es.

Llega a su habitación, aun con el calor en su cuerpo, con el miembro erecto que provoca molestia al caminar, debía aliviar ese sentimiento, como pensaba haberlo hecho con el rubio.

Pero desde luego no regresaría, ahora si está en sus cinco sentidos y no sería capaz de volver a tocar a Hyoga así, aunque este se lo rogara.

-Hyoga... ¿Por qué?- Se pregunta a sí mismo en voz alta, en la soledad de su habitación, sentado en la orilla de su cama, mirando fijamente a un pequeño escritorio que tiene, donde libros bien acomodados descansan, pero otra cosa más adorna el lugar.

-¿Cómo puedes amarme?- Niega con su cabeza, cubriendo sus ojos con la mano izquierda, suspirando algo ronco por este hecho, era irracional que algo así ocurriera.

-Tú deberías estar con alguien de tu edad, no conmigo... Creí que... Lo que sentía solo era unilateral, pero...- Frunce el ceño, su cólera combinada con su desesperación, había descubierto un secreto que su cisne guardaba.

No podía creerlo, deseaba que fuera todo una mentira, solo producto del alcohol, pero no es así... El hecho que le dedicara esas palabras.

Que lo ama, que lo desea, que quería continuar con el hasta las últimas conciencias.

Claro que eso excitaría a cualquiera, y Acuario lo ve como un terrible error, uno donde estuvo a nada de cometer, hacer suyo a Hyoga.

-Debes controlarte... Yo debo hacer lo mismo, pero...- Su furia se incrementa a mayor grado de la desesperación y preocupación, se odia en este momento a sí mismo, que incluso no se está dando cuenta que su habitación se está congelando de una forma tan rápida, que si sigue así su templo se cubrirá de este elemento y no solo este, si no el santuario.

Mas poco le importa, ni le interesa ver que su infierno helado lo consume.

-¡¡¡¿POR QUÉ ESTOY FELIZ?!!!- No concordando su pregunta con el verdadero sentimiento en su ser.

Se sainete furioso y frustrado por no haberse controlado, pero... A la vez está feliz, pues quien ama en secreto, quién juro nunca tocar de otra forma, a quien debía ver solo como su alumno y no más, le corresponde, le ha dicho que lo ama, que lo desea, y que estaba incluso dispuesto a entregar su cuerpo a él.

Claro que en ese momento que sintió la enorme felicidad de que Hyoga le diga lo que deseaba, olvido su recato y respeto, su ética y moral, pero ahora... Solo se culpa, se odia a si mismo por permitir que sus manos y boca hicieran de las suyas en un inocente.

Por qué también lo es Hyoga para Camus, un inocente niño... Uno que debía proteger y guiar, no intentar otra cosa que no sea cuidarlo como lo hace un padre o un hermano mayor.

Pero eso ha sido inútil ahora...

Además, ahora que se ha despojado de su armadura, sus ropas civiles también son desechas de su cuerpo, bueno solo en la parte inferior...

Esta avergonzado y odiándose por lo que está cometiendo, pero no puede controlarse al estar solo, es la única forma de liberar esa preocupación tan grande que se acumula en su interior, y desea salir de alguna forma, aunque sea demasiado impía.

Sus manos heladas, están en su miembro cálido, tocándolo de una forma desesperada, llevando un ritmo de fricción continuo, jadeando por las perfectas sensaciones que se vuelven obscenas, por los pensamientos que mantienen esa erección, tan dolorosa que fue al momento de tenerla aun entre la ropa y armadura.

No es la primera vez que ha hecho esto, tampoco será la última... Además solo alguien a su mente es quien llega en sus pensamientos, al hacer este acto.

La masturbación es un acto completamente normal en cualquier ser vivo, no tiene nada de malo, logras fantasear, anhelar a alguien, desbordando sentimientos de cualquier índole, te conoces y sabes que te gusta o no.

Pero la cuestión aquí es que... Camus, desearía detenerse a veces, de no tocar su miembro pensando en alguien que jamás creyó corresponderle...

Hace uno momentos estuvo escuchando esa confesión, le gusto tanto, pensaba que si hubiera podido tomar ese cuerpo, hubiera sido lo mejor, algo grandioso de sentir...

Pero, la culpa reinaría por siempre en su corazón, al haber profanado al rubio.

Se repite el mismo dolor una y mil veces, pero no hace nada para evitarlo...

Imaginaciones dispersas, un lugar donde puede dejar que sus deseos se proyecten...

Siente la culpa, pero acepta que no puede evitar sentirse así de bien, al solo creer que está haciendo suyo al rubio, al tocarlo más atrevido de lo que esta noche tuvo oportunidad.

Ignora su alrededor, cierra sus ojos, hecha su cabeza para atrás, su mano sigue subiendo y bajando de su falo, dejando ver que liquido pre seminal está saliendo, es excitante solo hacer esto, pues clamaría su cuerpo, pero no su mente y mucho menos su corazón.

Serviría para olvidar un poco la culpa, pero al día siguiente.

¿Qué cara pondrá hacia su disculpo?

¿Cómo podrá verlo?

De esta forma Camus pasaría la noche, sufriendo y gozando en silencio por ser correspondido y por la misma razón, pero de una manera negativa.

Se juró a sí mismo no hacer nada, evitar que este sentimiento avance, pero... Ya no será tan fácil.

Pues... Aunque en el mismo templo, en otra habitación, un rubio hace la misma acción, tocándose a sí mismo, sobre la cama que incontables noches también ha sido testigo de su desahogó sexual.

Pues igual que su maestro, sufriendo por un amor que debería ser considerado malo y de hecho es así ante muchos, es inevitable no querer auto complacerse ante sus deseos.

Pero, en esta ocasión... Había sido valiente por el alcohol obvio, se confesó y creía que había podido acceder al paraíso, ante el hecho que su maestro le corresponde, pero... Volvió a su sufrimiento al instante que este se alejó.

-Maestro... Aaaaah... Lo amo... Aaaaah... Yo... Aaaaah... Más... Rápido... Aaaah...- Es lo que su voz deja escapar, por el placer que se otorga, una de sus manos subiendo y bajando por toda la longitud del miembro del menor, mientras la otra, se encuentra profanando su propia entrada.

Imaginando que su maestro lo esté haciendo suyo, brindando estocadas que desde luego llegarían más profundo que sus propios dedos.

Dejando escapar pequeñas lágrimas de placer, pero combinadas con el dolor de no haber sido correspondido como deseaba.

No solo quería que su maestro lo hiciera suyo, quería que el correspondiera y de una vez formar una relación, porque Hyoga de verdad no puede negar lo que su corazón anhela.

Es un mar de confusiones entre ambos.

Niegan lo que desean, desean lo que no pueden, e hicieron lo que debía estar prohibido, mas no llegaron a ese extremo.

Solo se sabe ahora, que al día siguiente, cuando despierten y noten el desastre que cometieron, la culpa de sus sentimientos y acciones impuras.

Pero se debe aclarar una cosa, el hecho del por qué los Acuarianos deben mantener sus sentimientos más controlados y calmos, es para evitar justamente lo que en el onceavo templo se da y de paso alcanzar a otros, que a la mañana se reprenderá.

---Al día siguiente (Ocho de la mañana)---

El patriarca había ordenado a ciertos caballeros dorados ir al recinto patriarcal, sin importar en qué condiciones se encuentren, es necesaria su presencia.

Desde luego el peliverde se encuentra muy modesto, al grado de dejar ver su cosmos irradiando furia extrema.

Era más que obvio que ya está enterado de lo que ciertos alumnos, de ciertos dorados cometieron ayer, y desde luego la reprimenda a los maestros, pues se sobreentiende que si los de bronce están cometiendo tales cosas, significa que no están haciendo un buen trabajo.

Usará su puesto de patriarca para reprenderlos como si fueran niños, no le importa si tengan veintidós años, o los que sean, va a regañarlos por su falta de compromiso con sus alumnos.

-¿Me pueden explicar, porque sus alumnos no estaban en el santuario antes del toque de queda?- Frunce el ceño, con los brazos cruzados.

Se había establecido un toque de queda, en donde no se debía salir del santuario, no ir a los pueblos cercanos, por ciertos rumores que daban mala fama a los caballeros de Atena, pues un caballero había estado haciendo de las suyas.

Bebiendo en los bares, hasta caer de ebrio, y desde luego una mala pinta a como se debería comportar un caballero dorado.

-Bueno es que...- Escorpio intenta sonreír, y de paso explicar algo que sabe lo condenara –Pensábamos que no sería mala idea, ellos se saben comportarse- Apela un tanto por su alumno, pero sabe que en este puesto no caen todos.

-¡¡¡¿SE SABEN COMPORTAR?!!!- El ceño fruncido, hasta del coraje se había quitado la máscara que usa por su título, pues no la aguantaría con este enojo tan grande -¡¡¡DANDO UNA PELEA EN UN BAR DE MALA MUERTE Y DESTRUYENDO VARIAS COSAS A SU PASO!!!-

Si, que está bien informado, pues el dueño del dar había ido a darle la queja de como los jóvenes se habían comportado en su establecimiento con el único propósito de que le page los daños.

Algo que desde luego Shion, no sabía ni que ocurría, al solo despertar y tomar sus deberes, una noticia así que llegue, es simplemente una mala forma de iniciar el día.

-Ya se enteró...- El peli cerúleo, sigue intentando sonreír, pero no es capaz de decir más, desviando la mirada.

-Lo lamentamos mucho patriarca...- Baja la mirada, al estar todos en la posición de reverencia, su rostro en direcciona al suelo, por la pena, después de todo uno de los principales involucrados es su alumno –Le prometo que no volverá a pasar-

-¡¡¡CLARO QUE NO VOLVERÁ A PASAR!!!- Se levanta del asiento patriarca, para enfatizar su cólera -¡¡¡AIORIA, SE TE ENCOMENDÓ INSTRUIR A IKKI DE FÉNIX, DEBES SER UN MAESTRO MUCHO MÁS ESTRICTO CON ÉL, QUE TE OBEDEZCA Y NO HAGA ACTOS QUE DEJEN EN MAL AL SANTUARIO!!!- Un concejo combinado con el regaño.

-Lo entiendo patriarca- Asiente apenado –Ya le he dado un castigo ejemplar para este día-

-Igual yo patriarca, Jabu está ahora mismo limpiando el templo de escorpio de principio a fin- El octavo guardián da conocimiento del castigo a su alumno.

-Limpiar el Escorpio es tu responsabilidad Milo- El peliverde, niega con la cabeza, pero no se meterá en la forma de castigos de cada uno de los dorados, después de todo, cada uno tiene sus responsabilidades.

Aunque a lo que sabe, los dos mayormente implicados en esto son el Fénix y el Cisne y por lo que se ha podido apreciar Camus se mantiene serio, sin pronunciar ninguna palabra, incluso incomodo por estar aquí.

Como si el mago de agua y hielo, estuviera esperando algunas palabras, otro tipo de regaño o algo que desearía ocultar se fuera revelado.

Es fácil para Shion darse cuenta de esto, después de todo conoce bien a cada uno de ellos, fue parte de su crianza.

Sin embargo, no era la primera vez que lo podía ver así de distante, más de lo normal y con lo que ocurrió en acuario anoche, y las quejas de Capricornio y Piscis, que de nueva cuenta del onceavo templo el frio se produjo.

Si algo atormenta a uno de sus niños, era mejor saberlo de una vez y ayudarlo.

Pensamientos e ideas nobles, pero ahora mismo prefiere seguir con el regaño para estos tres adultos, que le sorprende que dos de ellos permitirán una salida a sus alumnos sabiendo las posibles consecuencias.

-Camus- Llama enérgico.

-¿Si patriarca?- Respondiendo en automático, sin levantar la mirada, no se siente capaz de ver a su ilustrísima.

-¿Tienes algo que decir con respecto a tu alumno?- La pregunta va dictaba por el caos de anoche.

Sin embargo el rostro del peliaguamarino se tensa, al igual que su cuerpo entero, pensando de forma paranoica, que algo se pudiera haber escapado de la intimidad del templo.

Cosa que sería imposible, pero los nervios lo delatan, con su cosmos alborotándose, pero su frio siendo meticulosamente controlado en esta ocasión. 

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Buenos días, tardes, noches, ¿Que hora es? ¿Quién me ha robado el reloj? ¿Como están mis terrones de azúcar?

Kiaaaaaaa, aquí mamá terrón de azúcar, dedicando el capitulo del da de hoy, espero que lo puedan disfrutar.

La verdad, aquí muchas cosas pasan, se van revelando, situaciones que conocerán mas adelante.

¿El patriarca se dará cuenta de lo que ocurre con Acuario?

¿Hyoga recordara lo que paso?

Y bueno si se dan cuenta, ambos piensan en el otro de noche, mientras se masturbaban, si que es algo que ya esta pasando el ,imite.

Pues eso se sabrá mas adelante mis terrones de azúcar.

Muchas gracias mis terrones de azúcar por su apoyo, estar leyendo mis fic, comentando, votandome.

Kiaaaa son los mejores del mundo mundial, los quiero tanto.

Kiaaaaa cada día que pasa, cada semana, los fic's avanzan, las historias igual, llegando a su final y claro algún día concluyendo todas las historia,s pero esta muy lejos de suceder, pues... Saco mas fic's y es que tardaran en ser concluidos.

Sin mas, cuídense mucho, hagan caso a las medidas de higiene, no se expongan.

Lo quiero mucho.

Ammu se va. 

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