Final.
Cómo era solamente un acto casual Jimin era el encargado de sus prendas y maquillaje, claro, siendo primero asesorado por sus estilistas y las marcas que representaba. Era algo simple, sobrio y ligero, pero, aun así, ante los ojos de Jungkook se veía majestuoso, como un ángel.
Lo veía con tanto amor desde su lugar que Jimin no pudo evitar sonrojarse en donde estaba parado. Por el espejo se sonrieron, Jungkook caminó hacia su sitio, parándose detrás de él y abrazándolo de la cintura, apoyando su mentón en el hombro de su amado, para después besar su mejilla.
—No puedo creer lo hermoso que eres. —Susurro al oído de Jimin, sonriéndole con ternura mientras lo sostenía de la cintura.
—Pues ya deberías comenzar a creerlo. —Rio, recostándose en el pecho de Jungkook, regosandose en los brazos de la persona que hacía que sus mejillas se sonrojaran como dos manzanas.
Jungkook soltó una diminuta risa, ahogada en el cuello de Jimin en el que plantó un beso, ambos se miraron por el reflejo del espejo, sus miradas conectando tras el objeto, incluso así se podía ver el gran amor que ambos poseían por el otro.
Mientras Jungkook miraba a Jimin se dijo que ya no quería retrasar el pedirle que sea su novio, aunque no se lo pidiera con una gran ceremonia, sería especial de todas formas. Pues quería regodearse en llamar a Jimin su novio y que este lo llame de la misma forma.
Que por fin pudiesen ser algo.
Aunque ya lo eran, sin un título oficial.
Eran todo para el otro, en sus pupilas se distinguía aquel brillo de enamoramiento.
Así que Jungkook volteo a Jimin, teniéndolo a centímetros de su nariz, le sonrió y tomó sus manos, acariciando con sus pulgares el dorso para después llevar las frías manos hacia sus labios, dejando un beso corto. Suave como se sentía la piel de Jimin contra su tacto, dulce como se sentía cuando sus labios se encontraban.
—Te amo tanto. —Dijo, acariciando la mejilla izquierda del omega, Jimin recostándose en su tacto. —Quisiera que esto sea más trabajado, pero sinceramente ya no quisiera esperar más.
—¿Esperar?
—Eres la luz de mis ojos, Jimin, por eso quisiera saber. —Una vez más sus pulgares acariciaron la piel del omega, ambos sonriendo por el accionar. —¿Quieres ser mi novio?
La propuesta de Jungkook marcaba un antes y un después, el comienzo de su historia siendo estable y fuerte, el final de los días tristes y amargos.
—Si, Jungkook. —La sonrisa de Jimin era enorme, resaltando la gran felicidad que sentía en el momento, el gran amor que sentía en su pecho.
Abrazando a Jungkook en un salto, ambos recostaron sus mentones en los hombros del otro, embriagándose con el aroma tan exquisito de su amado. Sosteniéndose mientras sus latidos se hacían uno, uniéndose a la misma sincronía, al fin sintiendo el calor de su amor.
Se dieron besos por sus mejillas, riendo por las cosquillas que aquello causaba, después se volvieron a mirar profundamente y se unieron en un beso bastante tierno, bastante dulce y cálido. Abrazados de la cintura mientras sus labios se acariciaban. Con un casto beso se separaron.
—Es hora de irnos, vamos tarde. —Dijo Jimin.
—Somos el acto principal, nos van a esperar.
—Wow, tu ego ha aumentado. —Rio.
—Claro que va a aumentar, soy novio de Park Jimin. —Sonrió llevando su mano a la cintura de Jimin, atrayéndolo a su lado mientras caminaban. —Y tu me contagiaste el ego agrandado.
—Hey. —Rodó los ojos, ocultando la risa con su mano.
—¿Sabes? Quería hacerte la propuesta con un pastel y todo, pero la pastelería me falló y el pastel llegará en la noche. Me arruinaron el romanticismo.
—Lo que sea que hagas es romántico, Jungkook. —Sonrió, acariciando la mano de su novio. —Por lo menos tenemos pastel para la noche y el desayuno.
—Espero que te guste.
—Todo lo que hagas me va a gustar. —Susurro.
—Es recíproco. —Susurro de vuelta dejando su suave beso en la frente de Jimin.
Ambos salieron de la casa de Jimin tomados de la mano, adentrándose en la camioneta que los llevaría hacia el lugar de su acto.
No pudieron evitar recordar la primera vez que habían compartido un auto juntos, todo en aquella época era frívolo y silencioso, carente de sentimientos o colores. El pasado contrastaba con el presente, pues este era muy cálido y ruidoso, amoroso y cálido. A diferencia de la primera vez, Jimin estaba recostado en el hombro de Jungkook mientras veían una serie en el celular de Jungkook.
Cerca del otro.
Siendo algo verdadero.
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Los flashes daban contra su rostro mientras veía a las diferentes cámaras que llamaban a su nombre, todos queriendo una foto de ella. Su popularidad había crecido bastante desde el estreno de su exitoso drama y de su película taquillera, ahora se posicionaba entre las artistas más populares y queridas del momento. Yeri siempre recibía flores a su camerino, mensajes de aliento y el nombrado por distintas estrellas. La industria parecía amarla.
Se sentía feliz por ello, realizada.
Pero algo dentro suyo, donde se hallaban los sentimientos amargos, le decía que antes de aquello era más feliz; pues aún tenía el amor de Jungkook para ella.
Cuando él la amaba.
Era inevitable no pensar en la gran relación que tuvieron, aquella que había estado escondida entre los arbustos y rota entre los murmullos.
Suspiro y volvió a sonreír, posando para la cámara, pasando un buen rato después de todo.
Porque habría un momento en el que las heridas dejarían de picar.
Tras el sonido del flash, escucho un nombre conocido, bueno, dos. Fue inevitable que no mirase, giró ligeramente su cabeza hacia el lugar; fotógrafos llamando los nombres de la pareja del momento. Los vio allí, parados lado a lado mientras posaban para la cámara, sonriéndose, con un ligero carmín sobre sus pómulos. Felices.
Jungkook se veía feliz.
Y por aquello, ella compartió su sentimiento.
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El evento de la casa de moda se llevaba a cabo, mostraban su última colección en la pasarela, aún las luces apuntando hacia todas las modelos que lucían las prendas en tendencia. Yeri se dedicaba a observar con cautela y sonreír de vez en cuando, disfrutaba bastante de los desfiles de moda, eran su pasatiempo favorito.
Aun el sentimiento de comodidad y felicidad le acompañaban, le atribuía aquello al haberse topado con su ex novio y haberlo visto tan feliz como siempre ha deseado que este. Pues era una persona buena, pues se merecía aquella felicidad, estar al lado de la persona que amaba.
Hubo un receso en el que ella se levantó para refrescarse, como era verano la humedad se sentía muy bien a pesar de ser un lugar muy ventilado, o solamente estaba nerviosa. No lo sabía, solamente se levantó de su asiento informándole a la amiga que había hecho que volvería en instantes. Con su bolso entre sus manos fue hacia los baños, refresco su rostro y bebió un poco del agua, pintó sus labios y se puso un poco de polvo. Su visita al baño fue rápida.
Como el choque que dio con alguien conocido.
—Yeri. —Dijo.
—Jungkook. —Saludo, sonriendo. —Hola.
—Hola. —Sonrió de vuelta, feliz por haberle visto después de mucho tiempo. —¿Cómo has estado?
Aquella pregunta podía tener muchas respuestas, su humor había sido muy cambiante, a veces soleado y a veces inundado, muchas veces neutral. Pero se limitó a responderle con la misma sonrisa, con la misma felicidad.
—He estado bien, muy ocupada, pero bien.
—Oh, si, felicidades por el éxito de tu drama y lo bien que le está yendo a tu película. Eres una excelente actriz. —Felicito con una sonrisa.
Jungkook siempre había sido amable y alegre con las personas que él apreciaba, que amaba, Yeri era una de esas, alguien con un lugar muy especial en su corazón.
—Gracias. —Asintió con una sonrisa. —Felicidades por tu tour, leí que fue uno de los diez más exitosos en el año, te luciste.
—Fue bastante agotador, la verdad, pero si fue muy bueno. Siempre da gusto reunirse con los fans ¿Qué tal te ha ido con ellos?
—Pues siempre me envían ramos de flores o regalos, son muy tiernos.
—¿Muchos peluches?
—Demasiados. —Sonrió. —Me conocen bien.
—Me da mucho gusto, Yeri.
Ambos se quedaron en silencio por un momento hasta que se volvieron a sonreír, la mirada cálida se mantenía en sus ojos, el confort y comodidad de hablar entre ellos aún se conservaba, a pesar de todo. Aún mantenían esa vibra de mejores amigos, pues después de todo, antes de empezar una relación comenzaron como amigos, lo seguirían siendo por mucho tiempo.
Pues siempre estarían presentes en sus vidas, como aquel gran capítulo lleno de colores cálidos y sentimientos mutuos. Un recuerdo más, aquel que resonaría en sus cabezas con risas y momentos felices. Como debería de ser.
Después de todo, siempre se amarían.
Ambos de distintas formas, pero al final, el mismo sentimiento. Viven y vivirían en un lugar seguro en su enorme corazón.
—Bien, tengo que volver a mi asiento. —Dijo Yeri. —Nos vemos en otra ocasión.
—Nos vemos, Yeri. —Sonrió.
Ambos se despidieron con un ondeo de manos mientras sus caminos se separaban; como en un principio, yendo en direcciones distintas.
Yeri mantuvo su sonrisa por haber hablado con Jungkook, feliz por haberlo visto, se notaba que era alguien contento, enamorado. Le dio tranquilidad a su corazón. Al llegar a su asiento habló por un momento con la nueva amiga que había hecho, rieron y compartieron anécdotas mientras esperaban a que el show volviese a comenzar, después de largos minutos la pasarela se volvió a iluminar.
Pero la segunda muestra de la colección no fue lo que llamo la atención de Yeri, sino la pareja que se encontraba a su horizonte pero muy lejos de ella, Jimin y Jungkook estaban sentados lado a lado mientras sus manos estaban entrelazadas, conversando entre susurros y sonriéndose por lo bajo, Yeri pudo captar antes que las cámaras como la atención de Jungkook no estaba zambullida en las modelos y en la colección, sino que la atención de Jungkook la tenía Jimin quien le susurraba por lo bajo mientras observaba el desfile. Los ojos del cantante estaban atentos a todo lo que el modelo le platicaba, con una pequeña sonrisa sobre la comisura de sus labios. Viéndolo como si fuera la única persona en la sala.
Yeri sonrió por aquello, enternecida por como los ojos redondos de Jungkook observaban a la persona que amaba.
Suspiro una última vez, quitando la mirada de la pareja, estaba feliz por ellos. Feliz por el hecho de que se habían podido encontrar entre el camino de polvo lunar, feliz por ver a alguien que amo profundamente tan enamorado; alguien que aún amaba.
Ella había sido el instante de Jungkook y Jimin su infinidad.
Algún día ella encontraría también a su infinidad, mientras tanto, disfrutaría de la soledad mientras curaba las costras que aún permanecían en su corazón.
fin
algo agridulce pero es lo que merecíamos y bueno e aquí el final, gracias por acompañarme en esta historia :3 sin sus lagrimas no seriamos nada !!
la canción de multimedia (white ferrari) me recuerda mucho a jungkook y yeri en esta historia, pues en otra forma en la que la interpreto la canción, es de personas que no pudieron ser, por eso la frase "estoy seguro que somos altos en otra dimensión, tu dices que somos pequeños y no importantes a la mención" ellos se AMABAN pero por caminos distintos no pudieron ser, aun así siempre se conservaran y amaran (ojo que hay muchas formas de amor ojito) y así :]
y sin perder la tradicion les promociono mis otras historias en proxima emision :'3
y bueno ya, nos vemos en otra, les quiero mucho <3
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