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Tras el último mensaje que había recibido de Seokjin se dirigió rápidamente a la dirección que le indicaba, preocupado y curioso, no sabía a ciencia cierta qué es lo que le pasaba a Jimin. Quería creer que no era nada grave y que solo era algo confirmando sus descabelladas historias acerca del omega y el alfa.

Pero la realidad supera a la ficción, es lo que siempre había oído en sus años de vida.

Porque jamás se imaginaba escuchar la verdadera razón de la preocupación de Seokjin. No se esperaba saber de un embarazo del cual el no tuvo conocimiento, tampoco del aborto que sufrió Jimin y mucho menos de la gran depresión que atravesaba. No se imaginaba nada de eso.

Tuvo que sentarse en uno de los sofás de la oficina de Seokjin, sentía su cabeza mareada y su cuerpo pesado, todas las noticias lo habían golpeado de forma sorpresiva. De alguna forma, las noticias habían hecho doler a su corazón. Pues debió estar ahí al lado de Jimin, debió tomar su mano contra la suya en las revisiones del doctor...y debió estar ahí cuando internaron a Jimin por su aborto espontaneo.

Pero no lo estuvo, se sentía fatal por aquello.

Se sentía culpable.

—¿Quieres un poco de agua? —Ofreció Seokjin, dándose cuenta de la mirada perdida de Jungkook, Jimin tenía la misma mirada; siempre observando un punto en el piso o en las paredes.

—Por favor.

Seokjin asintió, tomando uno de los vasos de plástico de su dispensador y ofreciéndole a Jungkook de este vaso. El alfa tomó del líquido muy rápido, buscando el remedio para el nudo en la garganta que se había formado.

—¿Cómo está hoy? —Pregunto Jungkook.

—Pues es uno de sus días malos, realmente todo le afectó mucho.

—Dios...—Susurró, llevando sus manos hacia sus cabellos. Se sentía aún más frustrado.

—Jungkook, quisiera que vayas a hablar con Jimin.

—¿Sí? ¿tu crees que sea bueno?

—...Él te necesita, Jungkook. —Dijo.

Jungkook lo miró, en los ojos de Seokjin encontró mucha verdad. Lo decía con todo su pecho, Jimin en verdad lo necesitaba.

Podría hacer algo bueno y ayudarlo, pero no sabía...¿Por qué lo necesitaba?

—Entonces...vamos a verlo.

—Habla con él, Jungkook, dile todo lo que le tengas que decir, porque entre ustedes mucho no se ha dicho.

Se levantó de su asiento, asintiendo y dejando el vaso vacío en la mesita enfrente suyo. Pensando en lo que Seokjin le había dicho, tratando de imaginar aquello que Jimin y él aún no se habían dicho. Con cierta esperanza naciendo en su pecho gracias a su imaginación, pues, había aquella pequeña pizca de anhelo a que sus sentimientos fueran correspondidos.

Pero lo importante ahora era ayudar a Jimin y mantenerlo a salvo, como el alfa que lo había embarazado sabía que podía darle consuelo con sus feromonas. Haría todo para que Jimin esté mejor.

Los dos alfas salieron de la oficina lado a lado, dirigiéndose hasta el auto de Seokjin para así ir en dirección al hogar de Jimin. Su viaje era muy silencioso, ni siquiera la radio estaba prendida para que así el ambiente sea más amigable, solo eran ellos dos en silencio. Para su suerte, aquel silencio había hecho que el viaje fuera más corto, en un abrir estaban fuera de la gran casa.

Jungkook se sentía nervioso, escuchando el palpitar de su corazón contra sus oídos, sintiendo como sus palmas comenzaban a sudar. Una suave palmada en su espalda lo animó a caminar, nuevamente al lado de Seokjin, sin dirigirse ni una palabra.

Al estar frente a la puerta Seokjin sacó sus llaves y abrió la cerradura, dejando que Jungkook entrara primero, quedándose en el marco de la puerta.

—¿...No vendrás? —preguntó Jungkook.

—Ustedes necesitan espacio, no me necesitan ahí dentro. Tu conoces el camino, ve con él.

Jungkook volvió en sus pasos, hasta estar frente a Seokjin, tendiéndole la mano. Ambos se estrecharon las manos, una pequeña sonrisa sobre sus rostros.

—Gracias, Seokjin.

—¿Por? —Frunció el ceño.

—Por haber cuidado tan bien de Jimin.

Seokjin sonrió. —Ahora tú cuida de él.

—Lo haré. —Sonrió de vuelta.

Seokjin cerró la puerta, dejando a Jungkook solo. Tomó aire y se dio ánimos, sentía las ansias creciendo en su interior, soltó la bocanada de aire y comenzó a subir las escaleras. Mientras subía el aroma de Jimin invadió su nariz, junto al aroma vino el de la tristeza; aquella era tanta que se había colado a su aroma. eso le entristeció.

Estando frente a la puerta volvió a tomar aire, dándose ánimos, hasta que por fin tocó la puerta, con pequeños golpes para no molestar a Jimin.

—Puedes pasar, Seokjin. —Escucho detrás de la puerta.

Cerró los ojos y los volvió a abrir, tomando el picaporte y empujando la puerta, se adentro hacia la habitación, cerrando la puerta a su detrás y caminando hasta que estuviese a la vista de Jimin.

Cuando el omega lo vio se sentó en su cama, dándose tiempo para aceptar lo que estaba viendo; a Jungkook frente a él, en su habitación.

El alfa le sonrió en su lugar, quiso dar un paso hacia él, pero el accionar del omega lo distrajo; Jimin salió de su cama, colocándose sus pantuflas y caminando hacia él. Cuando estuvo frente a Jungkook, su rostro no tenía expresión alguna, solamente dijo:

—Vete.










🦢

dato innecesario(?: jimin y seokjin son almas gemelas platónicas :3

bueno xau nos vemos mañana :3

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