65

Yeri no sabía cómo tomar todo lo que comenzaba a sentir en su pecho, las muchas emociones que le invadían mientras miraba a la luna, en camino a la casa de Jungkook para la cena a la que le había invitado. El motivo especial de la cena era hablar sobre algunas cosas, cosas importantes, como ambos habían acordado. Quería decirse muchas veces que no era nada malo, que por fin podrían hablar sobre su relación y las distancias que tomaron, creía que por fin las cosas irían mejor para ambos. Que por fin podrían ver la luz al final del laberinto en el que se encontraban.

Aun así, aun con todas las palabras de aliento que se daba, el sentimiento más profundo en su pecho era la tristeza.

Porque algo muy dentro de ella le susurraba que las cosas no mejorarían, aún peor, que todo iría en picada en cuanto abrieran sus bocas y dejaran salir lo que mucho han estado guardando. Porque Yeri sabía, que había muchas cosas que Jungkook se había guardado y que no había hablado con ella.

Suspiro recostándose en la ventana, viendo a la luna encima de ella, buscando las estrellas; no había ni una esa noche, solo nubes. Tal vez por la madrugada llovería.

Era algo devastador que ahora mismo el sentimiento de tristeza fuese lo único en común que sentían ambos. Jungkook y Yeri ahora solo compartían el sentimiento de pérdida y tristeza. Más fuerte que las mariposas que alguna vez aletearon juntas, más fuerte que el mismo palpitar que recibían.

Jungkook caminaba por su sala con una expresión aturdida en el rostro, escuchando el palpitar de su corazón contra sus oídos, viendo de vez en cuando el reloj sobre la pared; viendo los segundos avanzar.

Con los segundos avanzando no pudo evitar pensar en Yeri, en todo lo que fueron, lo que son y lo que serán. Desde el primer momento hasta el último, desde el primer beso hasta el último.

Desde que la amo con perdición, hasta que dejo de hacerlo.

La nostalgia era tan grande que lo abrazaba, haciendo que se sintiera perdido en aquel laberinto, cada vez más lejos de una posible salida, solo viendo concreto a su alrededor mientras la luz era poca.

Minutos contemplando la nada en un punto perdido escucho el timbre. Se levantó de su asiento y fue a abrir, soltando un suspiro antes de hacerlo, soltando otro al ver a Yeri.

Lucía preciosa, con sus cabellos castaños lisos, con su fino delineado y sus labios rojos, con esa preciosa sonrisa...una sonrisa triste que combinaba con sus almendrados ojos perdidos.

Alguna vez, Jungkook miraba a Yeri y veía a la mujer con la que pasaría toda su vida, veía a quien amanecería todos los días a su lado.

Ahora, solo veía a alguien con quien compartió inmensos momentos de felicidad.

Su gran amor.

Ambos se sonrieron, tristes y melancólicos, sin decirse nada más que un corto saludo, yendo hacia la mesa, solamente esperando a que las cosas colapsen en su presencia. Esperando como siempre lo habían hecho.

Porque en un principio prefirieron esperar a saber cómo su relación sería tomada, no salió bien. Después esperaron a que nadie los descubriera, tampoco salió bien. Después esperaron a que su relación vaya mejor después del contrato, lastimosamente, tampoco salió bien.

Y ahora tampoco saldría bien.

¿Cómo saldría bien? Si hoy Jungkook le confesaría a su gran amor que la dejo de amar hace mucho tiempo y que pasó una noche junto a quien ahora amaba.

Los platillos llegaron a ellos, el agua y el vino fueron servidos en sus copas. Aun el silencio siendo el invitado principal, es que nadie se animaba a echarlo. Con el sonido de los cubiertos sonando en la porcelana Yeri echo al invitado principal, dejando los cubiertos sobre sus plato; no podría, comer una migaja, tenía un nudo en la garganta que incluso le impedía respirar.

—Yo...—Suspiro. —He querido hablar contigo sobre esto hace mucho, pero...creía que no era necesario, porque aún creía que nuestra relación era lo suficientemente fuerte.

—¿A qué te refieres?

—A que...alguna vez llegaras a ver con diferentes ojos a Jimin.

Yeri creía que podía escuchar los latidos del corazón de Jungkook, incluso el cómo respiraba, el silencio aterrador se hacía pasar como una respuesta.

—Por mucho tiempo tuve esos pensamientos. —Continuó, mirando a los ojos de Jungkook, quien le prestaba toda su atención. —Que algún día las cosas para nosotros cambiarían, que tus sentimientos por mi cambiarían. Pero me decía a mi misma que no sería así, porque tu me amas ¿no? —Sonrió, camuflando su dolor, no espero una respuesta por parte de Jungkook, sabía que no la recibiría, así que siguió. —Era inevitable no ver las fotos de ustedes dos, ya sabes, los medios los aman. Entonces, constantemente yo veía las fotos en donde tu lo mirabas y por un momento...yo deseaba ser Jimin, porque lo mirabas con un brillo, más allá de unas firmas.

Yeri paro, notando que su voz había temblando al decir lo último, tomó su copa y bebió el agua en ella, con una esperanza de que el nudo en su garganta se aflojara y que la dejara, pero nunca lo hizo, solo aumento. Quería llorar.

Miro a Jungkook a través de su copa, él miraba a su servilleta en su regazo, mordiendo su labio inferior mientras tenía la mirada perdida.

Nada le sabía bien a Yeri, sabía que algo pasaría.

Que algo les había pasado.

Entonces, continuó. —Pero nuevamente, me dije que no era nada, que...no podrías ver a Jimin de otra forma más que un amigo del trabajo, porque tu...me amas, ¿no es así, Jungkook?

Aquella pregunta si necesitaba respuesta, fue dirigida explícitamente a Jungkook.

Pero Jungkook no sabía cómo darle la respuesta, ni siquiera mirándole a los ojos, no podía solamente decirlo sin más; como si no destruyera años y años juntos en un par de segundos.

Yeri esperaba la respuesta en silencio, viendo a los ojos redondos de Jungkook, esperando encontrar en ellos el brillo con el que relucieron alguna vez cuando la miraba. Pero ahí, no había más que una inmensa tristeza y una melancolía que lo engullía entero.

Y mientras los segundos pasaban, mientras más esperaba a una respuesta, el silencio se la daba.

Aun así, mantenía sus esperanzas sobre la mesa, mantenía aquella chispa de amor que se encendería en algún momento. Pero nunca llegaba.

—¿No es así, Jungkook? —Susurro.

Los ojos de Jungkook le daban la respuesta, solo que el alfa no podía pronunciarlas, no tenía el enorme valor que se necesitaba para romper el corazón de alguien como Yeri, su gran amor.

Pero la respuesta ya fue respondida para Yeri.

Que con una sonrisa diminuta que disimulaba el dolor de su pecho tomó un poco más de agua, al terminar la copa, empezando por el vino, el líquido agridulce contrastando con el nudo sobre su garganta.

—Ya no me amas, ¿no? —Volvió a susurrar, mirando, suplicando a los ojos de Jungkook que le negará aquello.

—Yeri...—Por fin pudo ser capaz de pronunciar palabras, por fin tuvo el valor. —Yo...no. Ya no lo hago, en verdad lo siento.

Fue como una tormenta para Yeri, cerrando los ojos con fuerza y dejando salir un suspiro, evitando llorar y desbordarse como quería hacerlo. Viendo tras sus ojos cerrados el como toda su historia iba pasando en segundos, desde que se conocieron, que se enamoraron, hasta la noche de hoy. Como si estuvieran muriendo.

Era doloroso escucharlo, sentía que le arrancaban el corazón y lo despedazaban con fuerza y cizaña. Aun con los ojos cerrados, sintió una lagrimas rondar por su mejilla. La limpió rápidamente y miró una vez más a Jungkook.

Jungkook sintió la apuñalada en su corazón cuando vio los ojos tristes de Yeri. Él la había roto. Era la causa de aquella lágrima que se escurrió por su mejilla.

—Ya no me amas. —Susurro. —¿Cómo pasó?

—Yo...—Fue interrumpido.

—No, mejor no me lo digas, no creo que pueda soportarlo. —Tomó una bocanada de aire. —Es Jimin ¿verdad?

—Lo es.

Yeri sonrió, aquella sonrisa de despecho, aquella que dice "lo sabía". —Por la forma en que lo mirabas...siempre fue una advertencia.

—Lo siento.

—No pidas perdón. —Sonrió. —Uno no elige de quien se enamora. De todas formas, iba a pasar en cualquier momento, ¿eso era lo importante que querías decirme?

—En parte, también quería decirte que...Jimin y yo pasamos una noche juntos.

—Oh...—La sorpresa en el rostro de Yeri se podía sentir. —Me...me fuiste infiel.

—Si. —La decepción en su tono se podía distinguir.

Aunque no se arrepentía de lo que había pasado entre él y Jimin, sino que se arrepentía de hacer sentir de aquella forma a Yeri.

—Bueno. —Tomó la servilleta de su regazo y la puso sobre la mesa, terminando con todo el vino de su copa y levantándose de su asiento. —Ya hablamos de lo que queríamos y...ahora que no queda nada que decir, me retiro.

Camino fuera de la mesa en dirección de la entrada, quería irse para por fin derramar todas las lágrimas que quería soltar, ahogarse una vez más.

Jungkook siguió los pasos de Yeri, parándose frente a ella para detenerla.

—¿Qué hay de nosotros? —Pregunto. Aún no tenía claro como interpretar la respuesta de Yeri, no sabiendo si fue aquel el fin de su relación o solo el fin de la cena.

—No hay un nosotros hace mucho tiempo. —Dijo Yeri.

Tomando las mejillas de Jungkook entre sus manos, mirándolo a los ojos y sintiéndose aún más devastada. Porque ella amaba con toda su alma a Jungkook, pero él ya no lo hacía. Fue devastador mirar a los ojos de alguien que alguna vez te amó con toda sus fuerzas, que aquel amor lo hicieron sacrificar muchas cosas. Era aterrador el no haber encontrado aquella chispa con la que Jungkook la miraba en sus ojos redondos.

Con una lágrima recorriendo su mejilla, beso a Jungkook. Quería sentir por una última vez cómo se sentían los labios de la persona que ama. Fue breve, solo un roce, ella después lo abrazó con todas sus fuerzas, pidiéndole en su cabeza que no la deje.

El abrazo fue correspondido, Jungkook la sostenía entre sus brazos con fuerza, cerrando los ojos mientras aspiraba el aroma de su perfume favorito, lilas y rosas. Dejando aquel abrazo en los recuerdos que más apreciaría con ella, su gran amor.

Pero se separaron, Yeri con lágrimas en los ojos y Jungkook con los ojos cristalizados.

—Adiós Jungkook, ten una buena vida. —Dijo Yeri, dándose la vuelta y yendo directamente a la salida, sin siquiera esperar una respuesta por parte de Jungkook.

Solo quería irse.

Su auto estaba fuera por lo que pudo salir de la vista de Jungkook lo mas antes posible, sin mirar atrás mientras soltaba jadeos de dolor, mientras las lágrimas borraban el delineado fino. Hundiéndose junto a las gotas de lluvia que se asomaban por su ventana.

Bajo la lluvia, Yeri no pudo ver que Jungkook la había seguido hasta la entrada. Viendo como el gran amor de su vida se alejaba para siempre de él.

Bajo la lluvia y bajo el sentimiento tan profundo de tristeza se dijo a sí mismo que siempre amaría a Yeri por ser la persona que compartió tantas cosas con él, tantos primeros momentos. Siempre sería aquella persona que ocuparía un gran espacio en su corazón y su memoria.

Aquella hermosa relación que tuvieron siempre viviría en su corazón y en sus recuerdos, siempre recordaría como amo a escondidas del mundo, como dio todo por la persona que mas amo y ama, como habría podido bajar la luna por Yeri; pero no tuvieron el tiempo suficiente y necesario para hacerlo.

En su corazón siempre estaría aquello.

Cómo planeo una vida con aquella mujer que rompió el corazón en una noche sin estrellas, una vida que jamás existiría por todas las circunstancias que habían trascurrido en sus vidas.

En como en una noche sin estrellas y lluvioso.

Habían muerto.



















🦢
oigan recuerden qué hay muchos tipos de amor, pq cuando jungkook dice amar a yeri no lo hace en una forma romántica 🤨

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