36

Daba los últimos retoques en sus mejillas mientras se miraba en el espejo, arreglando cualquier detalle de su atuendo, dando una pequeña vuelta frente al espejo; sonriendo porque se veía bien. Volvió a sentarse en el pequeño banco para colocarse el collar de perlas que había traído consigo.

El día de la fiesta de cumpleaños de su hermano había llegado, estaba muy nervioso pues se vería con todas las amistades que dejó de lado cuando comenzó a escalar más escalones; le daba mucha ansiedad el tener que volver a ver y convivir con aquellas personas que de cierta forma le habían escupido en la cara. Suspiro colocando un poco de labial sobre sus labios, dándose ánimos sobre que sería una gran noche.

—¿Listo?—Preguntó Jungkook a su detrás acomodando su corbata.

—Listo, ¿qué tal tu?

—Supongo que sí.—Sonrió.—Luces bien.

—Gracias, tú también, algo simple pero bien.—Le sonrió levantando un pulgar.

—Lamento no llenar tus expectativas de novio fashionista.—Dijo con un tono bromista, logrando que los nervios en Jimin se fueran, sacándole una sonrisa.

Una bella sonrisa.

Jimin se levantó de su banquito, yendo al lado de Jungkook para que pudiesen ir hacia la fiesta de su hermano mayor. El alfa no pudo quitar los ojos de encima de Jimin, no cuando se veía tan hermoso en aquellos encajes, con aquellas perlas y ese maquillaje natural que resaltaba sus facciones finas. Luciendo angelical.

Mientras caminaban Jimin sentía un par de ojos sobre él, cada paso dado sentía como sus mejillas llegaban a colorearse de un tono rosado, como sus manos empezaban a sudar; nervioso por la atención que estaba recibiendo por parte del alfa. Sentía los latidos de su corazón muy cerca de sus oídos. Mariposas en su estómago.

Jungkook tomó su brazo para que lo envolviese en el suyo, ya estaban cerca del salón principal. El omega soltó un suspiro antes de envolver su brazo con el del alfa, ahora sí, podía sentir sus mejillas sonrojarse al percibir el aroma de su acompañante; sintiéndose embriagado.

Sintió como si un reflector se hubiese puesto encima de ellos, todos los ojos puestos sobre ambos. Y se sintió nervioso. Era tonto, que su nerviosismo se deba por los muchos ojos sobre el, cuando se dedicaba a las pasarelas; muchos ojos estaban sobre el constantemente. Pero era muy distinto, pues todas las personas en el salón eran personas que conocía; personas que podrían notar la mentira.

Jungkook apretó su brazo, viéndolo a los ojos y sonriéndole, transmitiéndole tranquilidad. Por aquel acto el manojo de nervios en su estómago desapareció; solamente pudo pensar en la bonita sonrisa del alfa, en los dos bonitos dientes que se asomaban.

Y fue rápido, pasar por todas esas miradas en el salón en compañía del agarre de Jungkook, dándole mucha tranquilidad. Fue fácil sonreírle a viejos conocidos mientras se paseaba del brazo de Jungkook, sintiéndose seguro en su agarre; encontrando calma en su voz tranquila y en su sonrisa amable.

La noche sería larga, pero por lo menos estaría en compañía de Jungkook, haciendo a la noche más llevadera.

,

Y en algún momento tenían que separarse, Jimin por su lado y Jungkook por el suyo siendo guiado por el padre del omega, el omega solamente podía pedir que Jungkook no cometiese algún error que destape su mentira.

Se sentía nervioso, de vez en cuando apretaba entre sus manos la fina tela de su atuendo, caminaba por el lugar con una copa de champán en su mano, yendo hacia donde se encontraba su hermano; no lo había visto toda la mañana así que seria su oportunidad de felicitarlo por su fiesta.

—Yohan.—Dijo tocando su hombro, sonriéndole.—La fiesta quedó muy linda.

—Jimin.—Su hermano sonrió.—Siempre las fiestas salen bien, mamá las organiza.

—Lo se.—Sonrió asintiendo, recién dándose cuenta que el prometido de su hermano estaba al lado y muchos de sus amigo—ex conocidos—, les sonrió a cada uno siendo lo más gentil que podría.—¿Y qué tal? ¿Cómo la estás pasando?

—Eso debería de preguntarte a ti.—Dijo, bebiendo de su copa.—Ya que estas acostumbrado a las fiestas de tu industria. Ya sabes, con un poco más de descontrol.

Para no decir nada, tomó de su copa, nuevamente tragándose de lo mucho que siempre recibía de su familia. Solamente soltó una risita nerviosa, rezando al cielo a que Jungkook pasara por ahí y lo salvara.

—¿Cómo estás de tu tobillo, Jimin?—Preguntó uno de los omega cerca, si mal no recordaba su nombre era Hyun, uno de los más cercanos a su hermano.

—Ya estoy mejor, no fue nada grave, solo tuve una pequeña hinchazón.

—Realmente sorprendiste a todos con tu noviazgo.—Dijo alguien, al darse la vuelta se encontró con Seung, un viejo amigo.—Creíamos que te veríamos toda la vida yendo de un lado a otro, ya al fin volviste a tener algo serio.

Se esperaba los comentarios de ese tipo, siempre se los habían dicho; desaprobando el cómo había llevado un gran número de relaciones casuales, alejándose de la seriedad que alguna relación podría traer.

Se mantenía alejado de ellas porque ya tuvo una probada hace mucho tiempo, no quería herirse a propósito solamente por los comentarios pasivo-agresivos de sus conocidos.

—¿Qué puedo decir? Jungkook me hizo cambiar de parecer respecto a las relaciones.—Sonrió encogiéndose de hombros, bebiendo más de su copa.

—¿Y qué pensabas de las relaciones?—Pregunto Hyun.

—Que son una pérdida de tiempo y de esfuerzo.—Decía mirando a su hermano y prometido. Claramente las palabras yendo para ambos.

—Esperemos que Jungkook no sea tu pérdida de tiempo y esfuerzo.—Dijo Yohan, la cara seria e imperturbable, claramente lo dicho por su hermano menor le había jodido.

—Esperemos.—Alzó su copa hacia su hermano, bebiendo lo último que quedaba de ella.

Hizo una leve reverencia y se retiró de aquel pequeño círculo. Sintiendo una opresión en su pecho.

Nunca había entendido porque su hermano siempre le tiraba esos comentarios, desde que tiene memoria recuerda que él siempre había sido duro con él, siempre haciéndolo sentir mal por sus decisiones tomadas. Una vez lo habló con su padre, él le dijo que solamente velaba por su bien, que como era el mayor debía de cuidarlo. Tenía que admitir que si lo hacía, con sus comentarios duros le hacía ver las cosas que hacía mal; pero esa no era la forma, no tenía porque herirlo.

A veces creía que podrían ser celos, ¿pero de que?, si él hubiera sido el que mejor fue tratado por sus padres, Yohan jamás había recibido los reglazos en su muñeca de parte de su madre por haber comido de más, jamás le habían atormentado por su trabajo.

No lo entendía.

Salió del salón, con la expresión triste en su rostro, iría a tomar un poco de aire nocturno. Creía que podría estar tranquilo, pero no, su madre se encontraba haciendo una llamada y no podía retroceder; ella ya lo había visto. Soltó un suspiro y fue a parar a su lado, esperando a que termine con su llamada para poder conversar.

Otra cosa que no entendía, era su relación con su madre, parecían solamente dos socios de trabajo que de vez en cuando se reunían para hablar de negocios. Claro, ella se preocupaba por él, pero no en la forma que debería.

Una madre no debería de contar todas las calorías que su hijo comía y tampoco debió de contribuir a su mala relación con la comida.

Pero lo había hecho.

Su llamada finalizó, Jimin se enderezo para recibir a su madre; ella luciendo como la gran modelo que alguna vez fue, el porte firme, el rostro de porcelana y la delgada figura siendo lo que más resaltaban en ella.

—Te ves bien.—Dijo, pasando una de sus manos por la tela, luego yendo hacia los cabellos de su hijo para peinarlos y acomodarlos, el viento los había desordenado.

Con aquellas pequeñas muestras Jimin olvidaba las veces en las que su madre se había sentado frente a él mientras lo hacía caminar por horas con libros sobre su cabeza para reafirmar su postura y caminata.

—Gracias, es de Dior, me lo diseñaron cuando nos reunimos.

—Es muy lindo.—Se cruzó de brazos, arreglando sus cabellos detrás de su oreja.—¿Dónde está Jungkook?

—Oh...—Rasco su nuca, cruzándose de brazos.—No lo se, lo deje con papá, quería pasar tiempo con Jungkook.

—Deberías de estar con él, cuidar de que no falle en algo.

—Quería darle su espacio.

Su madre asintió, dando pasos hacia él y colocándose a su frente, lo tomó de las barbilla e inspecciono cada porción de su rostro, tratando de encontrar alguna imperfección, no encontró nada, para la suerte de Jimin.

—Has estado siguiendo tu dieta, ¿verdad?

—Si, siempre la sigo.

—Muy bien. Te noto con ojeras, cuida tu horario de dormir.

—Está bien.

Su madre hizo un leve asentimiento y se fue, sin decirle una palabra más, ni siquiera preguntando por su mañana, ni preocupada por no haberlo visto todo el día.

Nuevamente se repetía que parecían una relación de trabajo.

Todo a su alrededor parecía una relación de trabajo, exceptuando a sus amigos, todo parecía tener un contrato de por medio.

Y resultaba triste en cierta medida, que todo parecía regirse por un contrato. Siempre era un papel y una firma, un beneficio. Todos parecían rondar a Jimin por un beneficio, algo que querían de él.

Suspiro una última vez, apoyándose en los barandales mientras miraba hacia el océano. Sintiéndose insignificantemente solo, mirando a la luna y las estrellas. Sintiendo cómo poco a poco el nudo en su garganta se formaba.

Jimin era alguien a quien no le gustaba llorar, no le gustaba expresar mucho de sus sentimientos, le habían enseñado que aquello solamente demuestra lo vulnerable que es, lo frágil que podía romperse; con un ventarrón.

Cerró sus ojos, suspirando profundamente para quitar aquel nudo, no podía hacerlo, lo sentía latiente contra su garganta cada vez que tragaba un poco de saliva. Giro en su lugar, mirando al salón por los ventanales, vio a su hermano brindando y agradeciendo por la presencia a su fiesta de cumpleaños, y se sintió lejano a la situación. Lejano a su propia familia. Siguió observando, de un momento a otro su hermano compartió un cálido beso y abrazo con su prometido; aquello solamente hizo que Jimin se sintiera más lejano a su familia.

Miró a sus pies, a su copa vacía y decidió ir a su habitación, sobraba en aquel lugar. Siempre lo había hecho.

De forma cuidadosa se escurrió entre los invitados y subió a su habitación. El nudo en su garganta aun siendo presente.

Tal vez alguna vez demostrar sus sentimientos no estaría mal. Una pequeña lágrima se escurre por sus mejillas rosadas.

Llorar de vez en cuando le haría bien.

,

El alfa deshacía el nudo de su corbata mientras terminaba del vino que aún quedaba en su copa, le extrañaba no haber visto a Jimin por ningún lado, lo estuvo buscando por todos los lados hasta que la buena idea de ver en su habitación iluminó su cabeza. Al entrar a la habitación lo pudo ver recostado de costado.

—Te estaba buscando por todos lados.—Dijo cerrando la puerta a su detrás.

Jimin se sobresaltó en su lugar, cuidando de no darse la vuelta se sentó al borde de la cama, llevando sus manos hacia su rostro; como si limpiara algo de sus mejillas.

Jungkook se dio cuenta de que algo estaba mal, el ambiente en el lugar se sentía triste, por eso camino hacia la cama, bordeándolo hasta estar casi cerca, siempre dándole su espacio a Jimin.

—Jimin...¿pasa algo?—Pregunto preocupado, aún podía ver como las manos del omega se dirigían hacia su rostro.

El omega no habló, solamente negó con la cabeza mientras giraba su cuerpo al lado contrario, escondiéndose de Jungkook.

Jungkook entendió aquello y se alejó, yendo a sentarse al otro extremo de la cama, aun sintiendo el ambiente tan triste que cargaba a la habitación.

Sintiéndose muy mal por no poder hacer algo por Jimin, por la tristeza que su aroma producía.

—Mañana...podemos salir, si quieres. Quisiera conocer mas de esta playa, podemos comer por ahí, ¿que dices?—Pregunto. Haciendo un pequeño intento para animar a Jimin.

Jimin no respondió al instante, debía de parar las lágrimas de sus ojos para hablar. Cuando por fin lo logró, tosió un poco.

—Me parece bien.

Fue lo único que dijo. Ambos se quedaron en sus posiciones, sentados lejos del otro; uno mirando a la luna y las estrellas, el otro mirando el reflejo de estos que se veía en el suelo.

Nuevamente aquel sentimiento invadiéndoles, nuevamente con aquellas ganas de estar más cerca.

Jungkook con aquellas ganas de envolver a Jimin en sus brazos y limpiar sus lagrimas, aun con aquel querer de reconfortar su tristeza.

Pero no podía.














,


el atuendo de jimin:

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top