—Tendré que esforzarme con mis outfits.—Dijo mirando a Jimin.

—¿Por qué?

—Siempre logras opacarme.—Rió.

Jungkook miró de pies a cabeza a Jimin, admirando el buen gusto que tenía para vestirse. Siempre se veía muy elegante, muy costoso. Cómo una pintura dentro del Louvre. Llevaba una pañoleta en la cabeza, amarrada en su mentón, unos lentes negros sobre su naricilla y un abrigo largo.

Atraía miradas.

—Exageras.—Sonrió.—¿Te aprendiste el libreto?

—Sí, me lo aprendí, tranquilo ¿y tú?

—Hace mucho que lo hice.—Suspiro.—Solo serán dos días pero me tiene nervioso.

—¿Por?

—Las preguntas que pueden llegar a hacerte mi padre o mi hermano, sobre todo mi hermano.—Volvió a suspirar.

—¿Cómo se llama tú hermano? Lo olvide.

—Yohan, mi padre Minho, no sé te olvide. Y no trates de quedarte mucho tiempo con ellos a solas, no quiero que metas la pata.

—Anotado.

Al terminar su conversación salieron del auto, un mayordomo los esperaba para llevar su equipaje dentro de la mansión. Al salir del auto Jungkook no pudo evitar soltar un pequeño "wow" al ver la enorme mansión frente a él. Jimin solamente soltó un suspiro mientras se daba muchos ánimos, serían pocos días en lo que conviviría con su familia, pero no le gustaba. Es que, les tenía mucho cariño y respeto a sus padres y hermano, pero se sentía mejor lejos de ellos.

Jimin tomó la mano de Jungkook, sabría que pronto su hermano o uno de sus padres se asomaría por la puerta. Pero no fue así, esperaron unos cinco minutos y nadie se asomó para recibirlos, soltando un suspiro y la mano del alfa, sinceramente, se sentía decepcionado; pero debió verlo venir.

Ambos caminaron hacia la entrada, lado a lado, Jungkook podía sentir la decepción y nervios de Jimin; quiso volver a tomarlo de la mano, por alguna razón, pero no lo hizo.

Al entrar a la mansión el olor era a caro, el alfa paseaba su mirada por todos lados mientras que Jimin aún mantenía la vista en un punto fijo.

—Espero que por lo menos vengan acá.—Susurro.

—Lo harán.—Susurro de vuelta, tratando de tranquilizarlo.

Esperaron otro par de minutos, hasta que por fin, detrás de ellos se escuchó la puerta, ambos se dieron vuelta y se encontraron con los padres de Jimin.

Jungkook se quedó estático por unos segundos, tenía frente suyo al director más aclamado de la academia Park Minho y a la supermodelo Lee Chaerin. Eran parecidos a Jimin, ambos le habían heredado belleza a su hijo, pero se denotaba mejor en lo heredado por su madre. Ambos, alfa y omega, irradiaban las mismas vibras de grandeza que su hijo, comprendía muy bien todo el furor en torno a su apellido.

—Jimin.—Saludo el alfa, el padre de Jimin.

—Padre, madre.—Jimin devolvió el saludo.

—Y bien, ¿quién es tu acompañante?—habló el alfa dirigiéndose a Jungkook con una sonrisa, esas sonrisas cordiales que se debe dar.

—Padre, el es mi novio, Jeon Jungkook.—Presentó.

—Mucho gusto conocerlo, señor Park.—Tomó la mano del alfa saludándolo y dando una reverencia.

—Lo mismo digo.—Sonrió.—Realmente me sorprendió ver la noticia sobre tu noviazgo, Jimin.

—Nos sorprendió a todos.—Hablo Chaerin.—De un día para otro la noticia sobre lo suyo ya inundaba el internet.

—Ah, recuerdo haberme despertado para solamente ver ese anuncio.—Dijo el alfa.

—Lamento haberlos tomado de sorpresa.—Dijo Jimin.—Yohan...¿donde está?

—Fue al aeropuerto por Yesung.—Respondió su madre.

—¿Yesung? ¿Él estará aquí?—La preocupación en la voz de Jimin se pudo notar, Jungkook lo notó.

—Es su prometido, obviamente estará.—Comentó su padre.—Pero bueno, podremos hablar más en el almuerzo, vayan a ponerse cómodos, el viaje los debió de cansar. Nos vemos en el almuerzo.

—Lo haremos.—Asintió Jimin.

Sus padres les dieron la espalda mientras se alejaban, después desaparecieron por el jardín. La pareja lucía feliz, hablando entre ellos mientras caminaban del brazo; era lo menos que Jungkook se podía imaginar de una pareja como ellos.

—¿Dónde nos quedaremos?—Preguntó Jungkook.

—En mi habitación.—Frotó el ceño de su frente, claramente frustrado.—Se que esto sonara incómodo pero tenemos que compartir habitación y posiblemente cama, mi padre ni mi hermano saben sobre el contrato y...en serio no quisiera que se enteren por la vergüenza que podrían hacer que sienta.

—Oh...—Dormir con Jimin.—No te preocupes, lo entiendo muy bien.

—Gracias.—Sonrió.—Ahora sígueme, te guiaré a nuestra habitación.

—Será interesante ver tu habitación de adolescente.—Bromeó, tratando de que el ambiente sea menos tenso.

—No creo que lo sea, es muy simple.

La casa era enorme, si salía por la noche por un poco de agua sentía que podría perderse entre todos esos pasillos, incluso llegó a preguntarse por todas las habitaciones, cosas de ricos, pensaba. Al llegar a la habitación de Jimin se topó con una puerta de madera bastante fina, al abrirla; todo mejoró.

No podía creer que Jimin dijese que su habitación era simple, era enorme, con bastantes adornos, parecía la habitación de un príncipe.

—¿Cómo esto puede ser simple?—Pregunto Jungkook mirando por toda la habitación, caminando por aquí y por allá, hallando las maletas sobre un enorme sofá.—¿De cuántas plazas es tu colchón?

—No lo sé.—Cerró la puerta detrás suyo.—Seis, creo.

—Puedes dormir en diagonal.

—Solo duermo en una posición.

—Bromeaba.—Rodó los ojos.

Jimin asintió, arrastrando sus pies hasta su cama, se sentó en el borde mientras contemplaba un punto perdido en su pared, Jungkook lo miró desde su lugar, tratando de analizar sus gestos. El alfa estuvo un buen tiempo mirando al omega, después, caminó hacia él, sentándose a su lado.

—¿Pasa algo?—Preguntó suavemente, casi en un susurro.

—Nada.—Soltó una bocanada de aire, tirándose de espaldas a la cama.

—¿Quién es Yesung?—La curiosidad de la preocupación que surgió de aquel nombre en Jimin no le había abandonado.

—Mi cuñado.—Respondió con simpleza, como si antes no hubiese dicho su nombre con preocupación.

—Tu hermano y su prometido serían mis cuñados también...¿no?

—Prácticamente.—Lo miro desde su lugar.—Pero no eres mi novio, así que no, no lo son.

—Uh.—Soltó tirándose de espalda al suave colchón.—Es estar en el cielo, qué cómodo es tu colchón.

—Lo es.—Dijo Jimin mirando al techo, diciéndose a él mismo que no debería de voltear, porque venía de muy cerca a Jungkook.

Lo tenía a centímetros, casi podía sentir su calor corporal. Incluso podía sentir los ojos de Jungkook sobre él. Y no le incomodaba, sino que, le daba una sensación en el estómago.

—La vista desde tu alcoba es muy linda, da directo al mar.—Comentó Jungkook, aun mirando a Jimin, observando sus pecas.

—Es aún más bonito por la noche.—Dijo, por fin mirando a Jungkook, la sensación en su estómago, las mariposas, aumentando; tenía unos ojos muy lindos, bastante redondos.

—Ya lo creo.—Susurro de vuelta.

Ambos se miraron fijamente unos segundos más, mirándose profundamente mientras se mantenían en silencio. Aquello duró hasta que Jungkook se levantó de la cama. Caminando con pasos ligeros y confiados hacia el balcón, recostándose en el barandal mientras tenía la vista puesta en el mar. Tan caótico, como su vida.

Jimin se quedó en la cama, aun descansando su espalda del cansador viaje. Recuperándose de los ojos redondos y estrellados de Jungkook. Gateo en su cama, tomando una cobija de las gavetas y se cubrió con ella, dormiría mientras el almuerzo se preparaba.

Jungkook seguía mirando hacia la playa, contando los veleros que veía a lo lejos, suspiró, mirando el piso, luego levantó su vista, viendo a donde se encontraba Jimin; lo encontró con los ojos cerrados mientras estaba como una bolita cubierta con una cobija de cuadros, se veía muy cómodo.

Sonrió por eso, merecía descanso, merecía estar cómodo entre una cobija de algodón; en una enorme cama.

Merecía mucho.

🦢

Aún soltaba pequeños bostezos mientras tallaba sus ojos, fue despertado de imprevisto para que fueran a la mesa; y le molestaba, no el hecho de despertarse sino el que lo hayan hecho solamente para que se sienten en una mesa vacía. Jungkook lo miraba de reojo, se daba cuenta de la molestia de Jimin, al convivir tanto tiempo había podido memorizar los gestos que revelaban su estado de humor; por ejemplo, cuando soltaba pequeños suspiros y tenía la cara demasiada apagada, era porque algo le molestaba. Era fácil de leer a Jimin, sobre todo cuando había pasado tanto tiempo a su lado.

Por otro lado Jimin inventaba mil y un insultos para la impuntualidad de sus padres, y trataba de mantenerse demasiado sereno al ver a su hermano y cuñado, esperaba que no hicieran preguntas que lo tomaran de sorpresa.

Y cuando seguía inventando muchos insultos escucho los tacones de su madre y sintió la colonia de su padre, alzando la mirada para darles una breve sonrisa. Detrás de ellos aparecieron su hermano y futuro cuñado, chocó miradas con ambos, por lo que agacho la cabeza.

Jungkook sentía los nervios de Jimin, lo miró una vez más y lo encontró soltando suspiros mientras jugaba con sus dedos, quería tratar de calmarlo, pero no sabía cómo.

—Jimin.—El omega levantó la cabeza, encontrándose con su hermano frente a él.

—Yohan.—Sonrió, bueno, trato.

—¿Y cuando me presentaras a tu novio? Te lo has tenido bien oculto.—Dijo mientras acomodaba la servilleta sobre su regazo.

Jimin soltó una pequeña risilla, tratando de hacerla ver como una nerviosa, bueno, era eso.—Yohan, él es mi novio Jungkook, Jungkook él es mi hermano mayor Yohan.—Presentó.

Jungkook cordialmente y con una sonrisa extendió su mano, estrechándola con quien ante el público sería su cuñado.

—Mucho gusto.—Sonrió.—Ah, las portadas con ustedes son muy lindas, ¿cuando trabajaran juntos en una editorial?

—Eso no está en las manos de ellos.—Respondió Chaerin, la mirada seria mirando a sus dos hijos, después mirando a Jungkook, si fuera por ella; Jimin y Jungkook no trabajarían juntos en ninguna sesión.

La conversación fue terminada con aquello, manteniéndose en silencio comenzaron a tomar la pequeña sopa que había frente a ellos. Jungkook se sentía muy fuera de lugar, se sentía incómodo entre personas que no conocía; bueno, conocía a Jimin, pero ni tanto.

Se le hizo sorprendente la falta de sonidos, todos estaban en silencio mientras comían, buenos modales, suponía. El sonido volvió cuando los platos de sopa fueron retirados y reemplazados por copas de vino. Vio a Jimin tomarse de la copa.

—¿Y bien...? ¿Cómo se conocieron?—preguntó Yohan, muy interesado por la historia de amor de su pequeño hermano.

—Uh.—Aquello había tomado de sorpresa a Jimin, se sentía estúpido por no haber preparado algo para este tipo de preguntas, su cabeza estaba muy vacía, no se le ocurría nada.

—Pues.—Hablo Jungkook, salvando a Jimin.—Nos conocimos en un evento hace tres años, era uno de Céline, asistí como invitado especial. Nos conocimos en el after party, fue cuando empezamos a hablar.

—¿Quien le habló primero a quien?—Preguntó el padre.

—Oh, fui yo.—Sonrió.—Me pareció muy atractivo y tuve que hacerlo.

—Jiminnie siempre robándose las miradas, ¿eh?—Hablo Yohan.—Ah, Jimin ha conocido a tantas personas a través de las pasarelas, ¿no?

—Supongo.—Jimin respondió terminando la copa de vino, esperando a que traigan los siguientes aperitivos.

—Cuéntanos más, Jungkook, mi hermano parece no querer abrir la boca.

Jimin rodó los ojos, esperando que Jungkook vuelva a salvar su trasero.

Así lo hizo.

—Bueno, después de pedirle su número empezamos hablando como amigos, después de tantos mensajes los sentimientos empezaron a surgir.—Sonrió, como si en verdad lo sintiera.—Nuevamente, fui yo quien le pidió una cita, tenía que hacer algo con todo lo que sentía por él, cita tras cita todas esas mariposas incrementaban. Al final tenía que hacer algo con todo eso, así que le pedí que fuera mi novio. El día en el que le pedí que sea mi novio fue uno de los días que más sonreí.

Jimin escuchaba atento a las palabras de Jungkook, embobado en el cómo se desenvolvía hablando, como sus ojos brillaban ante la historia mencionada, inventada como creía. Lo decía con mucho cariño.

Aquello, el brillo de los ojos de Jungkook que al contar tal historia inventada sobre su relación, hizo que su corazón palpitase como un loco.

El brillo le hacía creer que aquello había pasado.

—Tan lindos.—Hablo Yohan.—¿Después de cuanto no tienes un novio estable?

—¿Enserio?—Jimin rodo los ojos, sabía que su hermano lo único que quería era molestarlo.

—Solo jugaba.—Soltó una risilla en tono de burla.—En fin, se quedarán toda la semana, ¿no?

—¿Qué?—Cuestiono Jimin.

—Si, es lo que dijo papá.

Jimin miró a su padre con el ceño fruncido, este solamente le sonrió mientras terminaba de tomar su copa, luego miró a su madre y su mirada seria le dijo todo. La invitación era el anzuelo para pasar tiempo familiar.

—Bueno, supongo que esa también fue la sorpresa.—Dijo Jimin, ni podría reclamar porque no tenía las de ganar.

Después de todo tenía que alguna vez pasar tiempo familiar.

El almuerzo silencioso siguió, por suerte ya nadie soltaba preguntas sobre la relación del modelo y el cantante. El hermano de Jimin junto a su prometido se retiraron de la mesa, después los padres del omega. Por último Jimin y Jungkook dejaron la fina mesa de madera para dirigirse a su habitación. En silencio y con pequeños pasos. Al entrar una vez más el omega se tiró a la cama, suspirando en alto y frotando su seno.

—Al parecer nos quedaremos más tiempo.—Dijo Jungkook sentándose a su lado.

—Lo siento por eso, no me imaginaba que el cumpleaños de mi hermano resultaría en tiempo compartido con mi familia.—Se levantó de la cama, mirando a Jungkook.

—Tranquilo, igual no tenía nada más que hacer.

—¿Cuándo empieza tu tour?

—Casi en un mes, esta semana la tomo como una vacación en la playa.—Sonrió.

La sonrisa de Jungkook era realmente bella, sobre todo de cerca, era...hipnotizante.

—Por cierto...gracias por investigar sobre mis pasarelas.

—¿No entiendo...?

—En la historia que inventaste, mencionas a Céline y pues hace cuatro años fue mi última pasarela con ellos, fue bueno que lo utilizaras y no datos inventados.—Sonrió.

—Oh...si, el internet ayuda mucho.

Jimin sonrió con ternura, sin evitar que sus ojos desprendiesen brillo, por la persona frente a él.

Aunque, él no sabría que la historia que Jungkook relato no era ninguna inventada, sino, que era la que había escrito con Yeri.

Y Jungkook no se lo diría, no podría romper el brillo de los ojos de Jimin.

Aún no.